CAPÍTULO 16
//Sirène, Italiano y Delito a la privacidad\\
Bastian
La maravillosa vista del océano y el viento recorriendo trayendo paz y tranquilidad al lugar. Una paz y tranquilidad que desaparecerán para algunos dentro de poco.
Arrojo el cigarrillo al suelo pisandolo y observando a la mujer que hace tirada en el suelo con una herida de dragón marcada en la espalda la cual está botando sangre y con la piel abierta por el fierro caliente que seguro usaron para hacer esta cosa.
La ira crece por ver que la estúpida no cumplió su trabajo y que además la dejó viva para ver su maldita obra maestra. Al parecer el Ruso se toma muy enserió en dejar su marca plasmada.
—Señor, que hacemos con ella. Esta muy mal, si no la atendemos cuanto antes puede morir.
—Bastian a..ayúdame por favor.
Hago una mueca de desagrado cuando se aferra a mi tobillo. De ser una hermosa mujer despampanante a un desecho cualquiera. Me jode que el imbécil la dejara viva para ver cuanto es su poder.
—Sabes — me arrodilló sujetando su quijada — te pedí una cosa. ¡Una maldita cosa! — hago presión viendo como sus ojos botan lágrimas — ni tu belleza te sirvió para cumplirla. ¿Por que debería ayudarte?
La suelto levantándome y arreglando mi cabello — Me lo prometiste — tose — me prometiste sacarme de ese lugar si hacia lo que me pedías.
—¿Y lo hiciste? — agacha la mirada, bufó - no me sirves para nada Siena, si Smirnov te dejo viva fue para demostrarme lo que es capaz. ¿Pero sabes?
Desenfuno mi arma apuntándola — No vales nada. Ni siquiera tener una vida.
Jalo del gatillo observando como la bala traspasa su cráneo, la sangre embarra toda la alfombra y su cuerpo sin vida queda tirado en medio del charco. La escena es tan desagradable y a la vez espectacular, observo el dragón que ya hace sobre su espalda recordándome quien es el autor.
Me las pagaras Smirnov, te lo aseguro.
Salgo del despacho directo a mi habitación dejando a los putos ineptos atras. Me enciendo otro cigarro yendo hasta el balcón tomando haciendo en la silla negra.
Deslumbrando el océano a plena luz del día. Marcando el número que pocas veces utilizo.
—¿Si?
—Alessandro Santoro — una sonrisa perversa se marca al ver la foto que tengo al lado. Castaña con ojos verdes y piel de porcelana. — un placer volver a escuchar tu repugnante voz.
—¿Qué cosa quieres Dufour?
Sonrió siniestramente botando el cigarrillo y agarrando la foto en mis manos. Contando los días para tenerla en mis manos viéndola retorcerse del miedo. De tan solo imaginarme la escena mi ego crece.
—La encontré — hablo seriamente parándome y colocando una mano en la barandilla. Pasa unos segundos hasta que habla.
—¿Dónde está?
—En los Estados Unidos. Con el maldito Ruso.
—Ah, la encontró primero al parecer — la voz del Italiano sale fría y neutra. — ¿Tuviste algún acercamiento?
—Le mande una puta bomba — aprieto tan fuerte la barandilla que hasta los nudillos se me vuelven blancos al recordar la situación — pero salieron con vida esos hijos de perra.
—Smirnov sabe como librarse de las situaciones. Ese cabrón es audaz.
—No me digas — entro cogiendo un saco y salgo de la habitación — ese imbécil se toma muy enserió dejar marca.
— Un dragón. Lo describe. Impulsivo y lleno de ira.
Bufo, salgo de la mansión subiendo a mi auto y arrancando hasta el centro de la ciudad.
—Necesitamos una reunión, el cabrón mato a un socio que me elaborada la droga.
—Tranquilo, tengo a alguien metido en su tropas. A veces su confianza le puede traer malas jugadas.
—Esperemos que esa persona haga bien su trabajo. O yo mismo la mataré.
—No te atrevas a ponerle un dedo encima. Te lo advierto Dufour.
Si claro, como si manchara mis manos por una simple puta como ella, además de ser inteligente es un perra que sabe como tener lo que quiere.
—Y por lo demás. Tengo un socio que ayudaría mucho. Espera mi llamada.
Corto, llegando al gran edificio que me recibe. Las personas agachan la cabeza con miedo y paso de largo sin importarte su presencia, al llegar al último piso entro sin tocar observando como la persona que estaba en esta se gira con molestia plasmada en su rostro, ignorando su gesto me siento en uno de los sillones bebiendo un vaso de alcohol.
—A que debo tu visita, Bastian.
—Necesito que vayas a Rusia.
La mujer de cabello castaño se acerca con el ceño fruncido sentándose frente a mí. Al parecer la petición la sorprendió , pero al saber el por que tiene que ir le gustará. Nunca entendí su rara obsesión hacia Smirnov. Pero no la culpo , yo estoy igual por una castaña italiana.
—Smirnov regresara y necesito que estés ahí cuando lo haga — si él se aleja de ella será más fácil poder tenerla — Y si quieres puedes hacer con él lo que quieras.
Sonríe como psicópata cruzándose de piernas - ¿Cuál es el truco hermanito?. Por que ahí uno ¿verdad?
—El plan esta yendo como lo planeamos. Y el que regrese a Rusia nos favorece más.
—¿A ti o a mí?
La miro a los ojos directamente y todavía me sorprende que esta mujer con cara de un puto ángel sea mi hermana. — Como quieras, pero necesito que estés ahí cuanto antes.
Se levanta arreglándose su falta ceñida al cuerpo — Okey, pero dile al idiota de nuestro hermano que no se entrometa. Me jode que quiera ser el centro de atención.
—Sabes como es André. Ser el mayor tiene sus ventajas.
—Lo bueno que a él no le toco estar al mando.
—Ni a ti.
—Imbécil
—Espero noticias Isabella.
Salgo sin esperar respuestas prendiendo mi celular y observando la imagen que me envío Santoro. Al parecer tenemos un nuevo socio y lo mejor es que esta persona tiene los mismos objetivos, acabar con los 4 jinetes. Al leer más a bajo me sorprendo por lo que dice.
Sonrío por la información dada, al parecer esta persona tiene historia con uno de estos cuatro. Esto cada vez se esta volviendo interesante. Por lo visto esta guerra va teniendo más contrincantes y eso que apenas esta empezando.
Muy pronto te tendré Siréne.
Muy pronto te escucharé suplicar.
*****
Atenea
Estar sentada frente a personas las cuales no soportas es una tortura y más si esas personas te están mirando a cada rato. Mi idea al levantarme era desayunar en la escuela con Laura pero por lo visto eso nunca se hizo realidad.
—Las sesiones han ido de maravilla. Atenea es muy buena en esto y me encanta que nos hallamos vuelto mejores amigas.
Suelto el cubierto haciendo que haga un sonido estremecedor. Esta loca o que, la odio, no la soporto, estos 3 días que vamos juntas han sido una completa tortura. Sin mencionar las veces en donde a echo que me viera mal frente al ruso.
—Aunque el episodio de hace dos días no puede volver a ocurrir.
Sin darme cuenta mis manos están echas puños debajo de la mesa. Hace dos días esta loca rompió la foto de mamá lo que hizo que entrará en una crisis y destrozara por completo mi habitación logrando que el ruso me inyectará otra vez. Fue un momento horrible y doloroso que utilizo a su favor para dejarme mal.
Y claro, todo eso el maldito ruso no se da cuenta. odio esto, odio que solo pare con ella y le crea todo a ella. Y me odio más por sentir esto, acaso serán celos, no claro que no. Solo es mi locura que empieza a crecer a causa de esta perra loca.
—El episodio que tu ocasionaste.
—Querida, los recuerdos deben quedar en el pasado. Eso solo hace que quedes estancada y no logras avanzar.
—Y, no tenias derecho a tocar mis cosas.
Me levanto tratando de irme pero siento la fría mirada del ruso sobre mí, respiro hondo acomodándome de nuevo haciendo oídos sordos a la rubia.
—Tengo que hacer un viaje — su confesión me toma desprevenida, levanto la mirada observándolo — partiré después de que acabe la gala.
—¿Por lo que paso en Rusia?
Este asiente sin mirarla, odio no saber de que hablan , me hacen sentir como si estorbara. Extraño tanto a nana, por que tuvo que irse de viaje cuando volvimos de Medio Oriente. Y lo peor, soportar a esta rubia hasta que regrese el idiota del Ruso.
—Mañana será un día ajetreado y las necesito a las dos bien. No quiero una jodida pelea en público.
Ella asiente sin más y yo me quedo procesando todo, mañana es la gala, veré a papá después de 3 días, estar frente a la prensa amarillista cosa que no me gusta y el viaje del ruso, algo más que agregar al día de mierda que se acerca.
—Atenea
—No me molesten, es lo único que pido.
Me levanto despidiéndome y yendo hasta la camioneta que me espera con Alexei dentro. Al parecer esto será así, distanciamiento desde la pelea en la escalera, soportar a la mentirosa de la rubia y ahogarme sola en mi cuarto.
Como quisiera que mi vida diera un giro de 360 grados.
*****
Echada en mi cama con Laura al lado no fue mi idea al principio, pero al ver que mañana es la gala y que además ella y su mamá asistirán como ocurre con Daniel me alegra un poco. Ahora mismo estamos viendo que vestido usar y pensando en que hacer con la rubia metiche.
—A puesto que ni rubia natural es.
Me río por lo que dice y me levanto sentándome como indio observando los bocetos del cuaderno. Después de haber destrozado la habitación tuve que dormir en otra habitación hasta que arreglaron esta.
—No lo se.
—Ponle más ánimo amiga, tenemos que deslumbrar mañana.
—Eso no me importa. — me paso la mano por el cabello — solo quiero que todo esto acabe.
—Dime una cosa. — me observa toda seria — ¿Algo más paso en ese viaje? ¿Verdad?
Como decirle a tu mejor amiga el momento sexual que tuviste con la persona que más odias. Y que además es un mafioso.
Sería una locura decirle eso, pero que más queda. Que se entere en un atentando o secuestro. Elimino esos pensamientos de una mirándola a los ojos.
—Bueno, la cosa es que...
Antes de poder decir algo veo de reojo como el ruso se queda parado frente a la puerta observándome.
—Atenea - dejo de verlo y noto la mano de Laura moviéndose frente a mi cara — ¿Estás bien?
Maldición, sin verlo todavía puedo sentir su mirada ardiente sobre mi. No, deja de pensar en él.
—Eeh. Estoy bien — de reojo lo noto todavía parado, mierda. Por que no se va.
—Tranquila, dentro de poco serás libre. Falta ¿cuanto? ¿un mes?
La observo nerviosa recordando que solo estaré aquí hasta que cumpla los 18. Aunque algo me dice que él ruso hará lo que sea para que me quede. Eso no lo puedo permitir, ni de coña.
—Dos meses. Falta dos meses. Y no hables así, pareciera que en verdad estoy secuestrada. — la regaño.
Y de repente escucho pisadas alejándose. Mando mi vista hasta la puerta y noto que ya se fue. ¿Habrá escuchado acaso?
—Dios, dos malditos meses. Bueno, creo que puedes aguantar un poco más.
Sonrió irónica, si claro. Esperemos que la rubia también aguante o alguna de las nos en algún momento nos pondremos veneno en la comida.
Escucho un celular sonar o miro como mi amiga abre su celular y chilla de la emoción al leer lo que le han enviado.
—¡¡Los vestidos ya están listos!! — me muestra la foto y me quedo asombrada por los modelos y los colores. —¡ESTAN MUY LINDOS!!
Me río com su comportamiento de niña y veo como Alexei entra todo alarmado al cuarto.
—¿Qué pasó, están bien?
Me río más fuerte al ver su desespero.
—Jaja, tranquilo. Todo está bien .
Deja caer los hombros y se sienta es uno de mis sillones guardando el arma que tenia. Gracias a dios Lauea esta tan emocionada que ni cuenta se dio.
—Algún día ustedes dos me mataran del susto. Es muy difícil estar cuidandolas.
Laura se levanta y lo abraza con una sonrsia de niña.
—Así nos quiere Señor Petrov.
Mi guardaespaldas pone un acara de indignado por el apelativo.
—¿Señor?. Para su información señorita tengo 22 años.
—Aún así eres mayor que nosotras. Señor.
Él rueda los ojos y ella se acerca a la cama. Desde hace tres días Laura a estado viviendo haciéndome compañía, no soporto compartir aire con esa rubia.
Así que desde ese día Alexei se a encargado de vigilaarnos y cuidarnos t digamos que no a sido fácil. Siempre salíamos a ser cualquier y digamos que no eramos muy buenas obedeciendo, a veces nos escapabamos y el podre como loco buscandonos.
En definitiva se a estado volviendo nuestro hermano mayor. Y ni que decir de Daniel, se lleva muy bien con él, todo lo contrario a con el ruso.
—Nos vemos mañana en la gala. Ya sales, toda diva y sexy. Bye — mi mejor amiga sale modelando por la puerta grande.
Suspiro al ver que ya no va a estar conmigo desde ahora. Toca soportar a la rubia ya que el ruso no se encuentra en la mansión.
Subo las escaleras tarareando una canción y antes de poder llegar a mi habitación noto que la puerta esta entreabierta. Extrañada avanzo a pasos silenciosos y al llegar a la entrada noto a la rubia parada en el medio.
—¿Qué estas haciendo aquí?
Su cuerpo tiembla del susto y se gira mostrando esa maldita sonrisa de hipócrita que se carga
—Atenea.
—Dije. ¿Qué haces en mi habitación?
Entro observando a mi alrededor a ver si encuentro algo fuera de lugar. Quien se cree que es para entrar a mi cuarto sin permiso. Maldita rusa.
—Estaba buscando algo pero me confundí de habitación.
—No me digas — hablo irónica avanzando unos pasos — ¿Qué era eso?
—Tonterías, cosas sin importancias.
—¿Y por que no te fuiste en el momento en que viste que era otra habitación?
Levanto mi mirada ladeando la cabeza. Acaso cree que soy idiota, desde que entré note que mi cajón de la mesita al lado de mi cama esta entreabierta.
—Escuchate como me hablas — se recompone comportándose como la víctima — soy tu mayor y además tu psicóloga.
—Crees que eso me importa cuando tu misma irrumpes en mi privacidad.
—Es normal entre pacientes y doctores.
Hago una mueca de burla. De verdad me esta diciendo esto, de verdad esta poniendo su maldita profesión para salvarse. Estúpida.
—Dejate de mentiras quieres. Te salen baratas.
Me alejo yendo hasta mi armario, saco una bata de seda que también compro el ruso antes de que llegara aquí.
—Te ves patética. — me observa molesta y yo solo atino a sonreír, — salte antes de que le día al ruso lo que paso.
Sonrie altanera acercándose a mi.
—Crees que te creerá a ti. Una enferma con problemas emocionales.
Sonrió internamente, pasar estos día con ella me han ayudado a conocerla en verdad. No puedo creer que el ruso la aya dejado que me cuide.
—Por lo menos él si me deja que le grite y siempre viene a mi después de cagarla — cosa que no es mentira, siempre aparece con algo para compensar sus idioteces — Así que como ves, a la que haría caso seria a mi. Querida.
¿Que mierda?, ¿Porqué me comporto como si tuviera algún poder sobre él?. Carajo, esta mujer me saca de quicio.
—Te arrepentirás de todas tus palabras.
—Dicto lo mismo.
La miro con frialdad y sin más, sale de la habitación azotando la puerta marcando el piso con sus tacos de punta.
Que odiosa, así serán todas las mujeres rusas acaso. Ya puesta con la bata de seda tumbada en la cama me pongo a observar el cuaderno de apuntes donde se suponía que iba a ir el trabajo.
Avance un poco, ya que es muy difícil hablar sobre esta persona pero supongo que al pasar el tiempo lograré terminarlo.
Ahora tengo que estar bien mentalmente para el día de mañana. La gala, soportar a los paparazzi y las estúpidas preguntas que siempre hacen. Sólo espero que nada malo pase mañana, salir a una fiesta después de tiempo es difícil.
Pero ahora algo a cambiado, una tormenta gris se a colado en mi vida y al parecer no se va a ir hasta acabar con todo a su paso.
Espero que les aya gustado el capítulo y nos vemos en el próximo.
Nos vestido de gala para la gran ceremonia que se acerca y que traerá varias sorpresas.
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