CAPÍTULO 13
//No quiero ser un monstruo\\
Atenea
Después de pasar años intentando hacer buenos amigos o poder relacionarte con alguien aparte de los que ya tienes es difícil.
Fungir ser social para agradar es difícil, fingir estar bien para no responder preguntas es difícil, todo es difícil.
Ahora mismo, viendo el paisaje a través de la ventana me pongo a pensar por que mi vida es difícil. Por qué tengo que pasar por varias cosas para saber que no soy fuerte, que no pertenezco estar viva.
Pero viendo a mi alrededor noto a personas que se preocupan por mí, mis amigos, mi padre, nana, hasta el idiota de Azael. Aunque sea una preocupación un poco retorcida por su parte. No se quién es, no se que quiere de mí, no se que busca, pero siento como si me conociera de años, como si supiera todo de mi. Como si quisiera consumirme y nunca dejarme.
Los acontecimientos de las últimas semanas me han echo darme cuenta de algo. Y es que a pesar de todo, a pesar del rechazo y odio hacia él , nunca , nunca se aleja de mí.
Cuando entre en crisis en la bañera, las pesadillas y gritos en las noches o como hace una horas, en el auto, nunca me deja sola, y eso me aterra, me aterra saber que cuando estoy con él todo se calma. Vuelvo hacer la misma y no quiero, no quiero depender de él para estar bien.
Por que al hacerlo sabré que habrá cumplido, habrá cumplido su objetivo de tenerme bajo su poder y eso nunca lo voy a permitir.
-Señorita llegamos - mis pensamientos son interrumpidos por la voz de Mike que toca la ventanilla que nos separa.
Respondo y me preparo para bajar, estas 18 horas de vuelo serán un martirio. Cuando el auto se detiene, Mike se baja y abre mi puerta, salgo poniéndome mis lentes oscuros esperando la camioneta del ruso, venir separados fue mi idea, y si se preguntan si acepto, pues no, se puso furioso cosa que me valía una mierda. Observo como la camioneta se estaciona y como el ruso envuelto en traje Armani color azul oscuro baja del vehículo, portando unos lentes iguales a los míos con un reloj Rolex de juego.
Egocéntrico y presumido.
Ya ambos fuera de las camionetas nos dirigimos hasta el jet. Sus hombres están parados en fila a cada lado de la escalera y al entrar en ese puente de testosterona paso por el lado de Alexei el cual se encuentra triste, su semblante lo delata.
-Señorita Wright, yo de verdad lo lame....
-Basta - Lo detengo antes de que pueda terminar su frase - se que lo hiciste por orden de tu jefe- miro hacia arriba , donde va subiendo Azael - pero esa era la única porfa de sabe de mi mamá, y ahora ya no esta.
Baja la cabeza arrepentido y un sentimiento de tristeza crece, no me gusta verlo así, no por mi culpa, todo esto fue por él, por su maldito egoísmo.
-Levante la cabeza Petrov - toco su hombro mostrándome fuerte - así no parece uno de los hombres de la Bratva.
-¿Señorita?
-Su deber es cuidarte y protegerme - muestro una sonrisa sincera, y eso que son muy pocas las ocasiones que lo hago - Siga haciendo eso.
Me alejo subiendo la escalera con paso firme y mirada al frente, el viendo azotando mi rostro y moviendo mi cabello, al llegar arriba me giro viendo el paisaje que me da la vista. Adiós Medio Oriente.
*****
Pasada unas horas encerrada en la habitación intentando diseñar un vestido cosa que no sale, mi creatividad al parecer se fue de vacaciones. Y ni siquiera tengo en mente que hacer con el trabajo final. Maldición.
Me levanto de la cama dejando mi cuaderno abierto, el lugar es hermoso, blanco con un poco de color beige , la cama es muy espaciosa y cómoda , tiene encimeras realmente caras y el diseño es totalmente lujoso, este hombre se pudre en plata más que la mía podría decir. Observando los cuadro que tiene llego a la ventana, nubes y más nubes en mi vista desde el frente , pero bajando un poco las vista logro ver edificios y casas la playa envuelve todo el país y por lo que logro ver me doy cuenta que no estamos llegando a los Estados Unidos.
Googleo rápido la descripción del lugar y mi corazón se detiene por un momento.. no... esto debe ser una confusión. Estamos.. en
ESPAÑA
Tiro mi celular a la cama y voy directamente hasta la puerta, al abrirla levanto mi vista al frente observando en los asientos, pero no ahí nadie así que avanzo hasta llegar a una cortina que separa el otro lado del jet. Al momento de abrirla mi respiración se detiene y un sentimiento de tristeza eh incredulidad aparece.
Azael, el ruso posesivo y peligroso, él que me separo de mi padre eh intento alejarme de mis amigos, él que mato a la única persona que podía decirme acerca de mi madre esta.. esta. Ni siquiera mi lengua funciona para poder soltar las palabras. Pero aún así lo intento.
-Que carajos.
La rubia azafata al escucharme se aleja del ruso acomodándose la falda y arreglando su desastroso peinado a raíz de la mamada que le estaba dando al ruso, trato de girar mi cabeza para no ver la asquerosa escena, pero la mirada fría del ruso no me deja sumándole a la polla fuera de sus pantalones.
La rubia desaparece detrás de la otra cortina continua dejándome sola con el hombre que demuestra frialdad, y pensar que todas sus palabras que decía eran verdad. Claro, quién va a querer a una enferma medicada por toda su vida. Trato de irme pero escucho sus fuertes pasos detrás de mí. Cuando siento su mano rozar con mi brazo me alejo como si su toque quemará.
-Atenea.
-No - en estos momentos no me siento bien para escuchar alguna de sus mentiras - no te atrevas a tocarme.
El ruso respira pesado y observo como su cuerpo entra en tensión, su mandíbula se marca al paso que me observa y sin contar que ni siquiera a tenido el descaro de taparse.
-Puedes.. puedes taparte.
-Para que - se acerca poco a poco - si ya tuviste el placer de verlo - sonríe ladino - hasta tocarlo diría yo.
Para estar bromista algo me dice que su cuerpo se a relajado, pero su mirada de observador me dice que solo quiere aliviar el ambiente para no estallar, pues que se joda. Él me a jodido de muchas maneras, ahora que se aguante.
-Que bromista.
-No quiero bromear.
Me alejo de él, su cercanía solo hace que me sofoque más.
-¿De verdad? - mando mi vista hasta la ventana y luego la regreso hacia él respirando hondo - Eres un descarado de mierda. Me prohíbes cosas, te comportas como si fueras mi dueño y encima vas y en un ataque de ira matas la única esperanza que tenia de saber sobre mi madre.
-¡Era una jodida mentira! - golpea un asiento que tiene al lado causando que respingue en mi sitio por su ira - acaso no lo entiendes . Él imbécil te iba a pedir algo a cambio por esa supuesta información.
-¡Y yo se la hubiese dado! - error, en el momento donde se detiene y gira su cabeza observándome con oscuridad en sus orbes supe que cometí un gran error al decir eso.
Mi cuerpo tiembla cuando lo observo acercarse, oscuridad y peligro lo envuelven en este momento, trato de retroceder pero en un movimiento rápido estoy contra la pared con una de sus manos en mi cuello.
No hace presión pero es como si estuviera retenida en una cárcel, lo siento suspirar y yo hago lo mismo.
-Eh tenido paciencia, mucha paciencia - aprieta un poco - pero tú comportamiento de niña me a estado jodiendo y eso no lo voy a tolerar - ejerce un poco más de presión dejándome todavía espacio para respirar - No más, Dea.
Trato de moverme, de forcejear pero todo su maldito peso parece una pared de piedra difícil de romper.
-Sueltame.
Me ignora observando mis labios, maldito ruso. Se acerca poco a poco hasta quedar a centímetros de estos.
-Creo que no, debes aprender a respetar a tus mayores. Y a aceptar lo que estás sintiendo. Tus sentimientos.
-Vete a la mierda, no siento nada por ti, por mi te puedes revolcar con quien quieras.
Y sin responder estampa sus labios contra los míos, fuerte, voraz, animal. Pero sin recibir mi respuesta, mantengo los labios cerrados sin intención de abrirlos, pero su fuerza es más. Y sin pensarlo cojo un cuchillo que estaba encima de la mesa que tenemos al lado.
Utilizando solo una mano y con una rápida maniobra tengo el cuchillo presionando su cuello , alejándolo de mis labios, se queda estático un momento con la acción, pero se recompone sonriendo como el loco sádico que es.
-Jaja, impresionante - no me río, la acción me desconcierta pero aún así no suelto el cuchillo - vamos - su semblante cambia a una mirada gélida - si tienes un arma úsalo, Malen'kiy
Hago presión, mi cuerpo reacciona mi sangre hierve, las ganas de usar este cuchillo y verlo lleno de sangre hace que mi cuerpo se altere y se emocione, que desee verlo en vivo y directo. Pero no en él, no con la sangre de él.
Observo el cuchillo y luego a él, observo ese par de tormentas que me analizan, que me observan con admiración y deseo.
Desconcertada trato de alejarlo con la otra mano, pero no sede, la mano que está en mi cuello baja lentamente hasta mi abdomen haciendo círculos, y la otra que esta en mi cintura sube hasta posicionarse encima de mí mano que sujeta en cuchillo. Hace un fuerte agarre ocasionando que un poco de sangre manche el cuchillo por la cortada que se ocasiona cuando ejerce presión.
La sorpresa me invade y vagos recuerdos invaden mi mente.
<¡¡Atenea!!...>
<Respira, no cierres los ojos, vamos..>
<Siempre te cuidare princesa..>
<No llores, ¡¡ayudaaa!!, necesito ayuda. Vamos despierta, por mamá por Atenea.>
<Al parecer quedó con un trauma después del accidente, lo siento señor Wright , pero su hija presente depresión mayor.>
<Mamá, quiero a mi mamá...>
Una lágrima cae deslizándose por mi mejilla, suelto el cuchillo como si quemará haciendo que caiga al piso, ya que la mano del ruso se digno a limpiar esa lágrima.
¿Quién era ese niño?
Que , que paso.
Siento como mi ojos se quieren llenar le lágrimas y mi cabeza empieza a doler, el ruso me habla pero no respondo, no reacciono y trato de hacer un esfuerzo mayor en recordar más, pero nada aparece.
-¿Dea? - cuando escucho ese estúpido apodo salgo de mis pensamientos y mando mis ojos hacia él, el cual esta observándome cuidadosamente - ¿Estás bien?
Irónico que diga eso, cuando ahora mismo él tiene un corte en el cuello. Esperen, un corte, dirijo mis ojos hacia ese lugar y siento como mi vista se nubla, sangre cayendo por su garganta manchando la camisa blanca.
Lo alejo y al momento de caminar me tambaleó.
-Polo rojo, tenía un polo rojo - se acerca ayudándome a caminar sentándome en uno de los asientos - el niño tenía polo rojo.
Me mira sin entender hasta que su mirada se vuelve oscura.
- De que hablas.
-El niño, el niño que me salvo.
Mando mis manos a la cabeza tratando de recordar, pero nada, la frustración me aborda y empiezo a jalar mi cabello de la desesperación.
-Atenea cálmate.
-No, no entiendes, ese niño, tengo que descubrir quien es.
Se arrodilla sujetándome la manos en los repoza brazos, la cortada del cuello sigue botando sangre, poca pero sigue, cojo un papel que está en la mesita del otro asiento y lo coloco en su cuello levantando una de sus manos y colocándolo en el papel.
-¿Haz estado tomando tus pastillas, Atenea?
Su pregunta me toma desprevenida y no respondo, las eh dejado de tomar, el único momento donde las tome fue en el auto con el ataque.
-Atenea.
Habla firme , con voz dura y que da a entender que no quiere bromas. Serio como siempre esperando una respuesta.
-¡¡Responde carajo!!
-Yo.y...yo
-Joder, estas recordando.
Suelta mi mano yendo hasta el dormitorio a lo bestial. Desconcertada lo sigo, al entrar lo encuentro rebuscando cada cajón del lugar sacando y desordenado todo a su pasos, al terminar con eso lo observo ir directamente a mi maleta.
-¿Qué haces? - trato de acercarme pero me aleja - ¡Azael!
-Solo tenias una puta orden que cumplir en lo que respecta a tu salud - se acerca a mí con las pastillas enteras en la mano - y ni siquiera eso respetas - las tira a la cama todo furioso - ¡joder, acaso quieres morir!.
La ansiedad me gana, todo lo vivido hace unos momentos explora dentro de mi. Mi respiración de acelera y siento como mi pecho se encoje , como si me falta el aire.
-¡Si! - camino de un lugar a otro - ¡estoy harta de no poder recordar nada!, ¡estoy aterrada de conocer esta nueva parte de mi!, - me paso las manos por toda la cara tratando de respirar - de sentir como me fascino agarrar ese cuchillo, me gusto causar daño y sentirme poderosa - caigo al piso intentando parar mis lágrimas - y me asusto ver en que me estoy convirtiendo.
Escucho sus pasos, firmes y decididos, siento como sujeta mis manos arrodillado frente a mí.
-No quiero sentirme así, no quiero ser un monstruo. No quiero perder el control.
Silencio.
Silencio cómodo envuelve toda la habitación. Sólo escuchando el sonido de mi llanto.
Arrodillada llorando sin saber que me esta pasando. Sin saber que me esta sucediendo con lo que siento. Siendo abrazada con el Demonio que me a estado acechando por largo tiempo y que a pesar de todo siempre esta conmigo.
Tratando de calmar mis temores, mis inseguridades y mi propia mente. Ya que a pesar de todo no se quién soy, mi mente destruyó mi personalidad, mis recuerdos mis sentimientos. Todo.
A echo que odie la vida, que no quiera vivir y que a pesar de tener a personas lindas, comprensivas y amorosas a mi lado , no me siento completa, no me siento bien.
Y que a raíz de todo eso, un Demonio esta tratando de consumirme, de volverme uno de ellos, una persona sin escrúpulos una persona fuerte y decidida.
Una persona sin miedo.
Si, si lose lose , demore mucho es subir este nuevo capítulo. Pero estas dos semanas eh estado tan ocupada que me a dolido dejar de escribir.
Pero como ya leyeron, este capítulo fue muy sentimental, muy doloroso lo que está pasando con la pequeña Atenea, al parecer no recordar nada le hasta afectando demasiado.
Pero como siempre, nuestro querido Demonio esta ahí para sostenerla y nunca dejarla caer.
Será corto pero contiene mucho sentimiento.
Así que Bye bien y hasta el próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top