CAPÍTULO 12
//Abu Dabhi (parte II)\\
Atenea
Despierto en una habitación muy diferente a la mía, girando mi cabeza hacia el gran ventanal que tengo a mi lado. Mierda, me quedé dormida, me siento sobre la cama y noto que estoy desnuda, la vergüenza me invade al recordar lo que paso a noche, no puedo creer que me allá atrevido a tanto. Aunque lo bueno es que sigo virgen.
Por un momento pensé no ser suficiente para hacer eso, una persona como yo nunca podrá satisfacer a otra persona, y más a un hombre como él. Me paso las manos por el cabello acomodándome, no esta en el cuarto, claro, si ya es tarde.
Tomo una ducha y voy hasta mi cuarto sin hacer ruido, me pongo un short que había traído y una polera grande, no toco la ropa que me había comprado. Uno, son puros vestidos y dos, pienso devolvérselos o donarlos. Y si, me había puesto un vestido, pero solo fue para esa noche.
Me peino el cabello y salgo, son la 1 de la tarde y supongo que deben estar almorzando, al llegar a la sala me encuentro con varios hombres con semblante serio y con una tensión vibrante. Azael y Alexei están en el medio charlando, aunque el primero no se nota para nada contento, tratando de aliviar la tensión, carraspeo llamando la atención de los hombres.
—¿Sucede algo?
Alexei se voltea viéndome, el ruso queda atrás de él así que no puedo ver su semblante.
—Señorita.
—¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué todos están así?
A la defensiva , como si esperaran una orden para atacar, Azael se para adelante de mi guardaespaldas con una expresión dura y fría. No me inmutó y me quedo quieta observándolo, aunque las escenas de ayer baña mi mente como flash fugaces. Un sonrojo se hace presente pero no lo hago notar demasiado.
—¿Azael?
—Vete al cuarto, Atenea.
Levanto una ceja, esta hablando enserió. ¿De verdad?
—Pero..
—¡SOLO HAZME CASO!
Tiemblo en mi sitio retrocediendo dos pasos , su mirada es fría, nada comparado a lo de ayer, divertida, dulce y retadora. Los hombres no se inmutan y salen de la habitación dejándonos solos, ruego con la mirada a Alexei que no me deje pero solo basta una mirada de su jefe para acatar.
Salen de la sala dejándonos completamente solos, paso un pie a cada rato esperando a que me diga que ocasiona su ataque. Esta molesto, furioso seria la palabra más adecuada. La situación empieza a sentirse un poco tensa mientras pasan los minutos. Cuando creo que no va a decir nada, avanza unos paso firmes y directos, queda parado frente a mi con un aura siniestra.
—Por una vez que tu vida ¡HAZME CASO! — tiemblo por su grito y trato de retroceder pero su agarre en mis brazos no me lo permiten — Trato, trato de ayudarte pero solo recibo quejas y odio— me apega a él haciendo que huela su olor, perfume caro combinado con una bebida que no logro reconocer — Todo se esta saliendo de control y tú solo te quejas como niña rebelde. Trato de protegerte
No comprendo su molestia en estos momentos pero su arrebate conmigo me esta empezando a molestar, niña rebelde, en verdad me ve así , maldito idiota, sabía que lo buenito no le duraría por mucho, me suelto con furia mirándolo directo a los ojos grises.
—Niña rebelde — respiro profundamente intentando calmarme , si sigue jodiendo explotare — si haberte salvado el trasero significa ser niña rebelde, pues sí ¡lo soy! , si haber intentado defenderme de ese doctor significa ser una niña rebelde ¡lo soy! — camino de un lugar al otro con la furia haciéndose presente — no entiendo por que mierda estas así y ni quisiera quiero saber — trato de calmar mi respiración, no quisiera tener un ataque en estos momentos — ¡ pero estoy harta! , harta de pensar que avanzamos un paso cuando vienes con una tontería y retrocedemos cinco pasos más .
—No sabes lo que dices — me mira furioso pasándose la mano por el cabello, su semblante es calmado pero se que por dentro se esta muriendo.
—¿No se? — me río sarcásticamente — golpeaste a mi amigo por un arrebato , me prohibiste salir de casa solo por haber llevado a mis amigos — me detengo y paso una mano por mi cara — estupideces sin sentido. Eres un maldito loco.
—Eso no decías ayer.
—No metas eso — me acerco señalándolo con el dedo — fue un error, un maldito error que no volverá a suceder.
Se acerca más a mí con esos ojos gris tormenta, por que hace esto, por que me aleja después de haber avanzado. No entiendo nada y algo me dice que mejor es dejarlo así. Él es peligroso y yo solo soy una chica enferma.
—Sabes — me alejo , no lo quiero cerca mío — has lo que quieras , con tal que desde que llegue fue así — abro los brazos — nunca me tomaste en cuenta para nada , para irme contigo, para alejarme de mis amigos o de este viaje — su cuerpo esta en tensión y la manzana de adán se le mueve — hasta que este contigo siempre estaré entre cuatro paredes. Una Diosa enjaulada.
Y me alejo, triste y con el corazón tambaleándose, odio sentirme así, odio sentir algo por él aunque no quiera admitirlo, es malo, lose, las cosas que hizo por mi no son justificables pero aun así me duele que nunca podamos avanzar, que nunca podamos salir del círculo vicioso de discusiones.
Lo último que escucho es algo rompiéndose, y yo me quedo echada en la cama abrazando la foto de mamá viendo el sol.
Necesito a papá, necesito a mi dúo tormento.
*****
Cinco de la tarde, aburrida, escuchando música eh intentado hacer la tarea que dejo el profesor para fin de año, da la casualidad que todavía no encuentro a un empresario para poder realizar mi trabajo, giro en mi cama y me levanto. Observo la vista que me da el hotel y una idea pasa por mi mente.
"Una niña rebelde"
Bueno , al parecer no estaba equivocado, voy hasta el armario y cojo una falda negra y un top blanco, me pongo mis botas negras con una chamarra del mismo color, me aliso el cabello y salgo sin hacer ruido. Al llegara la sala noto que no hay nadie, pero es bueno cerciorarse a que fracasar.
Al ver que en verdad no hay nadie voy hasta el ascensor y aprieto el botón, si, salto como niña pequeña y marco el primer piso, la musiquita que suena me estresa y al final llegamos, salgo viendo por todos lados y observo en el living a los hombres que me dejaron, sentados en los sillones conversando. Mi plan cambia asiendo que me vaya por otra puerta.
Al salir observo varias áreas verdes y algunos cuantos autos, camino unos pasos hasta que observo el Ferrari de Azael, me acerco y recuerdo que este tiene contraseña en la puerta del conductor, maldición, quien le pone contraseña a su auto.
"Un hombre odioso y que además es mafioso"
Haber Atenea, es un juego de números, mm, ni siquiera se su fecha de nacimiento, seguro esa es la contraseña, una idea tonta pasa por mi cabeza y coloco la fecha de mi nacimiento. Quedándome sin ilusiones la cosita suena asiendo que la puerta se abra.
—Mierda
Me quedo sorprendida por tal cosa dando saltitos de emoción sin darme cuenta que las personas que pasan se me quedan mirando raro. A la mierda la vergüenza, aah , podre manejar un Ferrari. Me meto en el auto y me quedo sorprendida por las modificaciones que tiene. Esto es maravilloso. Me acomodo colocándome el cinturón y encendiendo el motor.
El auto suena y mi felicidad crece. Esta chica rebelde saldrá a pasear.
Salgo del área del hotel entrándome en las calles de Abu Dabhi, veo a la gente pasar , niños jugando, bajo la ventana y el aire hace que mi cabello se mueva, prendo mi celular poniendo a Imagine Dragons de fondo. Toco el volante como si fuera una batería cantando a todo pulmón Bones.
Si se pregunta que si se manejar , pues si, mi padre me enseño a los 15 años a manejar y ahora soy muy buena corredora. Cuando escucho a mi estomago pidiendo atención decido parar en un café, se ve muy bonito y elegante. Me detengo y bajo, toda una diva a la hora de entrar, las sesiones de fotos ayudan bastante.
Entro y me siento cerca de la venta, pido un brownie de chocolate con frapuccino de chocolate, soy amante del chocolate como verán. Como gustosa viendo los estados de mis amigos, los saludos respondiendo a sus mensajes y entro a galería , observo una foto donde estamos papá y yo, una lágrima se me sale y la elimino rápidamente, fue la última que nos tomamos antes de que empiece toda esta locura.
Al terminar pago con efectivo que tenia y salgo. Cuando estoy por ir al auto veo 3 camionetas parándose. Pero lo extraño es que no tienen la marca de las camionetas de Azael. Varios hombres se bajan uniformados de negro de las camionetas, el miedo me invade al pensar que vienen por mi o ha otra cosa, como sucedió en la empresa. Trato de pasar de largo pero uno de ellos se interpone en mi camino.
—¿Atenea Wright?
Me asusta que sepa mi nombre, pero trato de no mostrarlo, me paro firme y serena, si lidio con un idiota ruso, por que no con un árabe desconocido.
—¿Quién es usted?
Me mira de arriba hacia bajo recorriendo el mismo procedimiento después, el hombre se acerca un poco más hasta quedar frente a frente. Vestido de negro con una mirada siniestra.
—Mi nombre es Hasim, traductor de idiomas.
—¿Qué quiere un traductor de idiomas conmigo? — me abrocho la chamarra y trato de ver opciones de como salir de esto, esta claro que este hombre no quiere nada bueno — eso es raro, cuando aquí solo soy una simple turista.
–Bueno, no yo me encargo de definir eso.
Y cuando termina de hablar, de una de las camionetas baja el mismo hombre que vi ayer, esto no puede estar pasando. Respira, tengo que mostrarme serena o sino adiós Atenea. Fundado en un traje color negro echo a la medida con anillos en los dedos y una barba media larga, alto y cuerpudo, ayer no pude verlo bien , pero ahora en plena luz del día diría que este hombre la miedo.
—saghirati aljamila ,, min aljayid ruyatuk maratan 'ukhraa.
— Pequeña bonita , un gusto volver a verte.
El tal Hasim traduce cada palabra y yo solo quiero irme de aquí, lo malo que tener a estos hombres rodeándome no es para nada bueno, maldita la hora que salí sola.
—No lo conozco y no se que quiere, pero se lo agradecería si me da espacio para sacar mi auto.
Le traducen y su mirada se pone sombría , se acerca a mí y pudo sentir su olor a cigarro. Me observa y trata de tocarme el brazo, me alejo por instinto lista para irme cuando suelta algo que me deja estática traducido por su traductor.
—Igual a tu madre, aunque más hermosa por lo que veo.
Lo miro sin entender y me acerco más a él, al parecer eso le gusta, ya que sonríe cuando ve mi acción.
-Dile a tu jefe que deje de decir mentiras, ese juego ya me lose.
El hombre sonríe y le traduce lo que digo. Al parecer el árabe no quiere dejar de mentir.
—Nunca miento, la honestidad siempre ah estado de mi lado, — avanza unos pasos quedando frente a frente — y te aseguro que conozco bastante a tu madre. Más que tú al parecer.
Una opresión en el pecho hace que mande mi mano a ese lugar , tratando de mantenerme en pie, mi respiración se va volviendo lenta y mirándolo a los ojos hablo. — Diga que sabe de mi madre.
Sonríe satisfecho y habla — Verás , tu madre fue una persona — levanta lentamente su mano tratando de tocar mi mejilla — excepcional y....
El sonido del disparo chocando contra la cabeza del traductor pone alerta a los demás hombres, el cuerpo inerte queda tirado en el piso y el árabe solo atina a regresar a su camioneta, aunque eso se ve complicado, por que hombres vestidos de traje con arma en mano lo acorralan, hombres que conozco a la perfección.
El shock sigue en mi, trato de retroceder pero choco con un cuerpo fuerte y bien formado, levanto la cabeza y observo a John el cual me sujeta de los brazos, serio y con la vista al frente, mi vista se dirige al árabe que lo veo pasar saliva cuando de un auto azul baja él.
Fundado en un traje Armani color negro , frialdad, determinación y furia destella su presencia , no me mira , pasa de frente yendo hasta el árabe, él manda a que lo arrodillen y desenfunda su arma apuntándolo firmemente. Forcejeo queriendo soltarme.
—NO, ¡no lo hagas! — la necesidad de gritar no es por querer salvarlo. Sabe cosas de mi madre, cosas que quizás necesito saber para poder recordar. — Sabe sobre mi madre, ¡por favor!
No me mira , pero noto su cuerpo tenso y la firmeza del arma cuando lo apunta , también el cuerpo de John entra en tensión y a lo lejos , en una terraza de un edificio veo a Alexei como francotirador.
Él lo mato.
Trato de salir de los brazos de John pero me es imposible. — Baja el arma, ¡ahora!
No me hace caso y pone más presión en el arma. Mis ojos están llenos de lágrimas, lo siento pero no quiero sacarlas, no ahora.
—Te dije que no te acercarás a ella, ¡maldito hijo de puta!
—yabdu 'ana alfatat aljamilat sayimat min alhabs
<Al parecer la bonita se canso de estar encerrada>
—Nos vemos en el infierno cabrón.
Y es ahí, ahí en donde colapso, mi grito sale tan fuerte que hace que se voltee con sangre en la cara, sangre del árabe que hace muerto aun lado con una bala en la frente, mirada sin emociones, ojos grises que parecen negros, una tormenta ahora mismo.
—¡Suéltame John! — forcejeo y forcejeo — ¡YA!
Siento mi cuerpo flaquear, había estado en el lugar de la muerte del guardaespaldas hace unos días, escuche sus gritos pero nunca lo vi, nunca vi algo tan horrible y perturbador, pero ahora , en estos momentos no se que pensar, mi cuerpo tiembla y mi mente graba el cuerpo sin vida del árabe. Esto no debió ser así, era el único que podía decirme sobre mamá.
Ahora nunca sabré nada de ella. Y él me arrebato esta oportunidad.
Solo él, como siempre.
—¡Qué hiciste! — con una sola mirada John me suelta y casi caigo, pero por la ayuda de John no lo hago. — ¡Como pudiste! ¡Maldito! —trato de avanzar pero no lo logro, mi cuerpo al parecer no hace caso a mis órdenes y lágrimas brotan de mis ojos — ¡Eres un monstruo! ¡era la única forma de saber sobre mamá y tu me la arrebataste!
Lloro como niña pequeña siendo el centro de atención de su mirada oscura, noto como John intenta acercarse pero lo detengo, no quiero a nadie, no quiero esta vida, no quiero vivir. Estoy harta, harta de no poder recordar, hasta de todo esto. Solo quiero estar en paz con mamá.
—Desobedeciste mi orden, ¡que carajos pensabas!
—¡Solo..lo te importa e..so, maldito asesino!
Un paso más, un paso más y caigo , siento como el aire pasa por mi rostro, voces a lo lejos y observo una borrosa sonrisa de mamá antes de ver todo negro. Acaso llego mi hora, a caso podre ver a mamá.
*****
Azael
El verla caer hizo que todos mis sistemas se alertarán, sostenerla en mis brazos logro que me olvidará por un momento la estupidez que hizo, venir hasta aquí sola fue la más grande idiotez que pudo cometer. Me encabrona saber que logro burlar la seguridad y salir ilesa del hotel. Carajo, si eso no hubiera sucedido ahora mismo estaríamos bien, enojados por lo de esta mañana , pero bien a la vez, no con un baño de sangre en plena calle.
Si no hubiera sido por la sorprendente llegada de John, no hubiera podido saber donde estaba esta niña, sin decirlo en voz alta, me alegra que la hubiera seguido, sino ahora mismo estaría en manos de esa escoria,
Recorriendo las calles con ira acumulada pensando muy bien que hare ahora, ese imbécil casi le suelta la puta verdad, maldición, ahora ella me odia, me ve como las demás personas me ven en el mundo ilegal, como un monstruo sin corazón. Matar frente a ella no fue lo adecuado, pero ese idiota se lo gano.
La intento tocar, intento tocar lo que es mío y eso no lo iba a dejar pasar.
De repente el auto frena y mi vista se enfoca en la camioneta donde va John, algo inusual, detenida en plena vista solitaria, observo como mi jefe de seguridad baja con preocupación marcada en su rostro. La idea de pensar que algo malo ocurre hace que baje a toda velocidad.
—¿Qué ocurre?
No responde y observo como abre la puerta apresuradamente , al hacerlo logro ver algo que oprime mi frío y cruel corazón, la escena es desgarradora, algo que nunca vi en ella desde que esta conmigo. Atenea esta acorralada al otro extremo de la puerta con las manos en los oídos gritando y llorando a mares, su rostro esta rojo y su cabello revuelto, noto como trata de respirar aunque no lo hace bien.
—¡Mamá.., ayudaa..! — palabras y más palabras sin sentido —¡ mamá... no me dejes!
Me adentro a la camioneta dejando afuera a John con la orden de que nadie se acerque, trato de tocar a Atenea pero su cuerpo tiembla y se aferra más a la puerta respirando agitadamente, sin importarme nada, la envuelvo en mis brazos escuchándola llorar sintiendo como sus uñas se aferran en mi piel.
—Hey, tranquila, estoy aquí — su mirada esta perdida, iba en su mundo tratando de respirar — estas teniendo un ataque , Dea escucha — cojo su rostro haciendo que me mire, ojos rojos, su frente esta con un poco de sudor y cabello revuelto, a pesar de eso sigue siendo hermosa y deslumbrante. — Respira lento y exhala , tú puedes.
Niega queriendo soltarse pero mi agarre se pone firme, nunca la soltare, así me odie nunca lo haré.
—Cielo celeste, mare azzurro, sarai sempre la mia luce — acaricio su mejilla recitando frases que no recuerda pero que estuvieron presentes en su vida. Y con que yo solo las recuerde basta.
—¡John! — el nombrados se acerca abriendo la puerta con preocupación — trae la jeringa.
—De que hablas — le lanzó una mirada fría — Espera, no, no lo hagas.
—Tengo que hacerlo, el maldito le habrá dicho algo y no quiero arriesgarme.
—Pero esta bien, no la eh visto mal.
—Más vale prevenir.
Niega con molestia, pero a mi no me importa, solo quiero que este bien. Y si eso trata de borrarle los recuerdos entonces lo haré. Su pasado no pude regresar.
Le inyecto y siento como poco a poco se tranquiliza, su respiración vuelve hacer normal pero su agarre en mi piel sigue firme, no me quejo, por que se que después de esto todo volverá a como era hace unos minutos. Odio y Resentimiento. La observo bien, hermosa, inocente y peligrosa, aunque ella no lo sepa aún.
Con un último vistazo , acaricio su mentón alzándolo un poco y besando sus lindos y dulce labios, los cuales se volvieron mi perdición desde el momento que los probé la noche anterior donde la pude sentir un poco más cerca, piel, sentimientos, todo lo que una vez pensé que tendría, aunque demorará años.
Pero en la mañana todo se fue a la mierda, la carta del francés, el atentando en Rusia y por último la creciente obsesión del árabe por Atenea, ayer vi clara sus intenciones, estudie lo que se proponía hacer el maldito, pero ahora, ahora todo salió de control, me baje al mafioso aliado del francés, el cual se que no se quedará tranquilo.
Mandando en marcha llegamos al hotel, acuesto a Atenea en su habitación cambiándola y me voy a mi despacho, pensando en una nueva creación para poder acabar con todo esto. Después de un largo rato John entra entregándome un documento de entrega de armas de parte de Müller, el hijo de puta es una sombra. Firmo y sale aunque antes de cerrar la puerta escucho su voz. Su dulce voz.
—Ey — John voltea observándome — dile al piloto que aliste el jet — asiente — y a la próxima deja tus entraditas sorpresas.
—Entonces cual sería lo divertido si no puedo ver tu cara de amargado.
—Imbécil.
—Como diga jefe.
Sale cerrando la puerta y me preparo para recibirla. Aunque se que no estará bien, los síntomas después de la inyección son una mierda.
La puerta se habré mostrando la imagen más encantadora y deslumbrante. Atenea usa un vestido floreado con el cabello en un moño más echo. Aunque su rostro no es el mejor, apagado y triste.
—¿Por qué lo hiciste?
Se a que se refiere, pero prefiero a que se desahoge, a que pelee conmigo y no se guarde nada.
—No tenia opción, trato de tocarte, y nadie toca lo mío.
Su rostro de desfigura de la molestia y avanza azotando la puerta, no le gusto lo que dije pero es la maldita verdad.
—No soy tuya, no soy una maldita propiedad — se acerca poniendo las manos encima del escritorio aunque se ve un poco debíl, puta inyección — que te quede claro, tus malditos ataques de celos los puedes mandar a la mierda.
Me levanto azotando la mesa con mis manos, quedando frente a frente, aunque bajo un poco la cabeza para verla, furia adornan ese par de esmeralda.
—Te lo dije el primer día, estas bajo mi poder, bajo mi protección — acerco mi rostro al suyo quedando a centímetros — Te guste o no tendrás que aprender a convivir con eso.
—Que crees — se aleja — no soy una marioneta a la cual puedes manejar a tu antojo , — me observa y yo hago lo mismo, quisiera saber que es lo que piensa —no sabes cuanto deseo que se acabe esto, así nunca más podre verte tu maldita cara.
Molestia y ira siento a hora mismo, pero se que me lo gane, sabía que esto pasaría, ha ni es como antes ,un odio simple, ahora es de verdad, pero puedo lidiar con eso, lidiar con su indiferencia.
—Me importa un carajo los que sientes, solo trata de acatar , aunque se que no lo harás, tendrás que hacerlo.
Sonríe irónicamente rodeando la mesa y quedando a mi altura.
—Nunca debiste haber jalado el gatillo, si lo dejabas en una simple discusión todo estaría bien.
—Para que, para que después todo empeorará, prefiero acabar con la amenaza desde un inicio.
—¡Sabía sobre mi madre!, al menos seria la única persona que me hubiera dicho algo de ella.
—¡Mentiras! — la acorralo contra la mesa oliendo su aroma a fresas — puras mentiras. El no conoce a tu madre.
—Y tú si, por favor. No me hagas reír — trata de liberarse pero no lo logra — no me conoces.
—Te conozco más de lo que tú te conoces. Dea
Me acerco más observando sus labios, carnosos, rosados y muy provocativos.
—Como un Demonio puede conocer a una Diosa.
—Asechándola.
Entra abre los labios y el impulso me gana, la tomo de las caderas sentándola sobre la mesa, me meto entre sus piernas suterando con una mano su mentón, la beso feroz mente sin importarme un carajo su molestia.
Al parecer eso le gusta, lo duro y feroz que puedo ser con ella , me sujeta de la camisa arrugándola queriendo dominar, pero ahora mismo lo único que quiero es dejarle claro que es mía, solo mía.
Meto mi lengua saboreándola, sintiendo su sabor , me muerde un labio y yo no me quedo atrás, muerdo el suyo haciendo que suelte un gemido. Eso me descontrola y mando mi mano a su sexo, haciendo que su vestido se suba , mando a un lado sus bragas , recorro de arriba hasta abajo escuchando sus sexys gemidos.
Cuando estoy por meter un dedo siento un empujón que me hace retroceder, la observo toda desarreglada, el vestido remangado, las piernas abiertas , sus cara roja del calor y sus labios hinchados. La escena es erótica .
Me paso una mano por el cabello intentando acercarme a ella , pero su mano levantada me detiene. Se arregla el vestido y hace un intento de arreglarse el cabello.
—Esto, esto no puede volver a suceder.
—Dice lo a mi polla — estoy duro como una puta piedra, carajo. Esta niña me matará de un puto dolor de bolas azules.
La veo negar y dirigirse a la puerta.
—Acatare tus órdenes. — su voz en baja , delicada — ya no tendrás más problemas, Tutor.
Y así como vino sale, silenciosa y triste.
Si quiero tenerla conmigo tengo que acabar con todo esto, aunque algo me dice que la guerra recién empieza.
Okey okey, sentimientos tras sentimientos.
Y si, tarde un poco en subirlo pero valió la pena.
Al parecer Atenea no aguanto ver estas escenas , ¿Tendrá mente débil?
Y que esconderá el Demonio, mmm.
Lo que si les puedo decir es que la guerra por el poder recién esta comenzando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top