Capítulo 10.

Tomó la ruta hacia su casa. Las cosas no habían estado bien últimamente, la relación con su familia se componía de cómo su padre deseaba tener a su hijo, el heredero, en su empresa lo más pronto posible y digamos que no era su sueño en la vida. Le abrieron las puertas de la casa tan pronto como el portero vio el rostro de Minho, comunicando un su hijo ha llegado, a su padre. Como sí en realidad a él le importara Minho.

一Hijo, que bueno que has vuelto. Necesito hablar contigo. 一soltó nada más cruzó la puerta, era increíble como en su propia casa se sentía incómodo.

一Claro. ¿Qué deseas, Mark? 一trató de no sonar hostil, una reprimida era lo que menos deseaba ahora.

一Soy tu padre, te lo recuerdo. 一frunció el ceño.

Claro, ahora era su padre. Se preguntó, ¿Dónde estuvo hace años? Cuando en verdad lo necesitó.

一¿Qué sucede, señor Mark Tuan? ¿No está acostumbrado a que lo llamen por su nombre? 一preguntó con una sonrisa. Cree que hasta ahí llegó, el viejo no parece muy feliz.

一Minho, hemos hablado de esto millones de veces, aún sigo siendo tu padre. 一lástima por mí, pero aquello era cierto.

一Sí lo sé, me lo repites hasta el cansancio. 一contestó cansado, eso era pan de todos los días y no sabe cuándo explotaría sí la situación seguía así.

一Necesito que te hagas cargo de mis negocios pronto. 一dictaminó después de un tiempo, se sentó en el gran sofá luego de soltar esa mala broma para su gusto.

Lo siguió, imitando la misma acción, sólo que trató de quedarse en un sillón muy apartado de él. Suspiró por un leve momento hasta que sonó doloroso, por un breve instante, porque luego esa actitud de dictador regresó al poco tiempo.

一Ya es tiempo que lo hagas. 一sólo repitió lo mismo de siempre.

一¿Por qué? Hasta este momento, tú lo has hecho bien solo. 一respondió Minho.

一La competencia no está feliz con nuestro avance. 一mencionó, tratando de hacerle comprender.

一Pues que le den. Sí no están felices, no es nuestra culpa. Ellos deberían aprender a perder.

一Y tú aprender del negocio. 一bramó.

一No puedo. Estudio, ¿Recuerdas? No puedo dejarlo.

一No te lo estoy pidiendo, es mejor así, necesitas especializarte en algo que ayude a la empresa.

一Tengo amigos, una vida y una rutina. No puedes quitarme eso. 一gruñó entre dientes.

一Algún día tendrás que hacerlo y ahora es la mejor opción. 一siguió hablando, sin importar nada.

一¿Por qué? ¿Por qué ahora? Siempre lo puedo aprender luego, no es como sí te estuvieras muriendo o que la mafia te estuviera cazando. 一habló bromeando, sin embargo, la mueca en su rostro le estaba dejando un mal sabor de boca一. Dime que te estás muriendo y te perdono, pero no me digas que tienes algún problema con alguna mafia o juro que no te hablaré de nuevo. 一argumentó Minho con la ira amenazando por salir.

Mark se frotó el rostro, parecía exasperado por algo. Se deshizo los primeros botones de su camisa, sus brazos se cruzaron en una pose seria y sus piernas se tensaron, sabía que le diría algo que seguro no le gustaría y Minho no sabía sí sería capaz de escucharlo hasta el final.
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¿Una cita? ¿Una cita? Dioses, una jodida cita y él aceptó, su mente sólo se encargaba de repetirle lo último una y otra vez, como sí aún no procesara nada de lo que Minho le dijo. ¿Pero quién carajos podría procesar algo así, no se suponía que Jisung sólo era su diversión y nada más? ¿Cómo era posible que quisiera una cita con él? Cuando bien podría sólo ordenarle estar a su lado todo un día y Jisung lo seguiría porque no podría oponerse, pero él en cambio sólo se lo pidió como algo normal, como sí... ¿Fuesen una pareja? No, no, no. Jisung, no te hagas falsas ilusiones, algo así no es posible y nunca podrá serlo. Se reprimió.

一¿Qué piensas, Jisung? Hoy has estado algo extraño... 一preguntó Jennie, preocupada.

一No es nada, estoy bien. 一respondió sin ánimos.

La miró insegura. Él sabía, no le había creído ni una frase de lo que dijo.

一Jisung, me preocupas. Ni siquiera cenaste bien. 一habló como una hermana recordándole a su hermanito que era mayor él.

Yo... Minho me invitó a una cita. 一soltó tan rápido, que pensó que no se había entendido.

Su cara impactada le pegó de sorpresa, parecía como quien no estaba adecuado a decirle que había sacado un diez en matemáticas cuando siempre reprobaba.

一Espera, espera... Creo que me he perdido. ¿Ese no es el tipo que, bueno... Ya sabes, te compró? 一susurró tan bajito lo último, temiendo decir algo mal.

一Sí, así es. 一asintió mirándola. El sonido de la televisión comenzó a ser lo único de la habitación, se encontraban sentados en un sillón viejo que estaba frente a la TV para poder verla mejor, pero ahora lo único que le importaba era observar la reacción desconcertada por lo que dijo.

一No lo entiendo. 一planteó su confusión.

一Yo tampoco.

一¿Y sí...? 一dijo con los ojos iluminados.

一¿Y sí...? ¿Y sí, qué? Ya dilo, que no entiendo. 一hizo un puchero.

一¿Qué tal sí le gustas? 一preguntó, totalmente ilusionada.

Arqueó la ceja en un claro intento de hacerle entrar en razón. 一¿En serio? Hay tantas cosas y pensaste eso. 一respondió con tono cansino.

一No, Jisung, piénsalo. Puede ser que en verdad le gustes. 一aseguró.

一Okay, haré como que no he oído eso y mejor me iré a dormir. Mañana hay clases y no quiero llegar tarde. 一zanjó el tema一. Sí te vas luego, no olvides cerrar.

一Jisung, piénsalo. 一escuchó decirle antes de entrar a su cuarto.

Al poco tiempo de estar acostado, escuchó la puerta cerrarse y un mensaje nuevo estuvo en la bandeja de entrada.

Mensaje entrante: Jennie.
Piensa lo que dije, ¿De acuerdo? No pierdes nada tratando de averiguarlo.

Dejó el celular, terminando de leer un buenas noches. No, por supuesto que no podía pensar eso, era lógico que alguien como Minho no podía gustar de Jisung, a menos algo que no fuera sexual, las cosas entre ellos no estaban a ese nivel. Sólo era sexo por dinero, no más. Pero se odió cuando luego de terminar pronunciando eso, sus mejillas se empezaron a empapar de lágrimas saladas que se colaban sobre él sin su consentimiento.

Mañana será otro día. Pronunció luego de un rato, limpiando sus mejillas.

Mensaje entrante: Jackson.
¿Estás bien? Perdón por no esperar, estaba preocupado por ti.

Sonrió, con tantas cosas, Jisung había olvidado enviarle un mensaje. Así que le respondió al instante.

Mensaje enviado:
Estoy bien, no te preocupes. Perdón por tardar en enviarte un mensaje, no he tenido cabeza para nada.

Mensaje entrante: Jackson.
¿Qué sucede, Jisungie? ¿Te hizo algo el idiota ese del local? Sí es así, le partiré la cara a puños, tú sólo observa.

Mensaje enviado:
No me hizo nada, Jackson. Estoy bien (•∀•) es otra cosa, pero estaré bien pronto, de verdad.

Mensaje entrante: Jackson.
De acuerdo, te creeré sólo por esta vez. Te dejo, tengo turno mañana de muy temprano y ya es tarde. Dulces sueños. <3

Mensaje enviado:
Igualmente. Hablamos luego, cuídate. <3

Soltó un suspiro frustrado cuando revisó la hora, casi eran las once de la noche y Jisung no podía dormir. Sin embargo, en algún momento de la noche el sueño caería; así que observando las estrellas desde su ventana, se recostó en su cama y poco a poco sintió los párpados pesados.
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