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Hoseok se lanzó a su silla y está giro un par de veces, la jornada escolar había sido un infierno y cuando todos empezaron a describir su proyecto, Hoseok no estaba seguro de lo que iba a hacer exactamente, pero aún tenía el rostro de aquel hombre grabado en su cabeza. Simplemente era la inspiración que estaba buscando. El proyecto era libre, así que podría presentar cualquier cosa, estaba seguro que la mayoría estaría pintando en lienzos, pero él planeaba hacer una escultura con sólo madera y al mismo tiempo una pintura.

Necesitaba ver al hombre un par de veces más, pero no se creía capaz de conseguir el dinero que estaba pidiendo. Era demasiado dinero, simplemente irracional; sin embargo, todavía podía sentir el aliento del hombre sobre su oído y su piel se le ponía chinita, con los vellos de sus manos alzándose poco a poco.

Miró su teléfono, pero no había ninguna notificación, Hoseok le había dado su número telefónico y casi se había puesto de rodillas para pedirle que lo contactara. A pesar de su expresión desinteresada el joven había tomado el papel con el número anotado por alguna razón.

. . .

Taehyung miró a Jimin dormir, el hombre a su lado se veía tan tranquilo y su respiración era pausada y en paz, como si estuviera disfrutando de una sueño hermoso. Esa noche Taehyung no había tenido ningún cliente, era una de esas noches bendecidas donde podía descansar de otros cuerpos que no les gustaban, que no eran el de Jimin, que no lo amaban.

Tenía catorce años cuando supo de que trataba el trabajo de Jimin, lo había visto sin querer y se había asustado de la imagen ante sus ojos; la imagen aterradora de ver a Jimin debajo de un hombre, robusto y viejo mientras magullaba su cuerpo, lo lastimaba, lo hacia llorar. Había llorado por él, hasta que Jimin lo abrazo con fuerza y acarició su mejilla diciéndolo que todo iba a estar bien.

Tenía sólo quince años cuando supo porque Jimin lo había llevado a ese lugar. Las primeras veces fueron como una tortura, pero después se acostumbro, sus clientas en su mayoría eran amables y suaves, pero para ese tiempo él solo tenía ojos para Park. Park fue su primer hombre, Park también fue su primer amor. 

Taehyung no odiaba su trabajo si eso lo mantenía a lado de Jimin, siguió mirándolo y pasó su mano por el cabello castaño acariciándolo, Jimin adoraba ese simple gesto, así que aún dormido, se removió como un gatito buscando ser mimado. Taehyung entonces cerró los ojos y beso la cabeza de Park con cariño y devoción.

—Desearía, dormir a lado de la persona que amo todos los días, sin tener que preocuparme por no gastar energías, sin preocuparme por pensar en cómo será el o la próxima. Por favor Jimin, ven conmigo.

Pero Jimin estaba profundamente dormido, por lo que aquellas palabras, se las termino llevando el viento.

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