La expresión de Hoseok siguió siendo irritada. No importaba lo que dijera, las excusas que pusiera, Jung no aceptaría nunca a alguien como él, eran de mundos diferentes.

Lo mejor seria que Hoseok desapareciera para siempre de su vida, Hoseok sólo tomo sus cosas y salió de la habitación dejando escapar un ligero llanto. Taehyung no fue detrás de él, se habían hecho y dicho demasiado, se habían lastimado mutuamente aunque era bastante probable que Hoseok se llevará la peor parte.

Los siguientes días Hoseok trato de no pensar en el moreno, de sacarlo de su mente, había pasado noches en vela porque no quería soñarlo, pero el hombre seguía en su cabeza con fuerza. Trato de concentrarse en su arte pero sus bocetos terminaban siendo inspirados por Taehyung.

Su color de piel, las líneas de sus músculos, los profundos ojos cafés, la simetría de su rostro, el olor de su cuerpo o el cabello sedoso.

Se sintió afligido cuando tuvo que entregar su proyecto al cliente, había ganado bastante bien pero se había deshecho de lo único que quedaba de Taehyung, el moreno tampoco se había ido a parar a su departamento y lo agradecía, no sabría que hacer si lo tenía enfrente de nuevo. Tal vez está vez el lo golpearía, la separación podría ser la señal para reinventar su camino. No tenía que preocuparse por su homosexualidad, podría hacer de cuenta que Taehyung sólo había sido un pequeño error de la vida.

En realidad nunca se vio a futuro siendo la pareja de un hombre, tarde o temprano se casaría con una mujer, nadie tendría que enterarse de Taehyung y el pequeño desliz. Esa tarde salió con sus amigos a un bar y termino en la cama con una joven de cabellera larga.

Antes de que ella se fuera de la habitación Hoseok dijo:

—Podemos vernos otra vez —ella sonrió, se acercó a dónde estaba acostado y le dio un beso en los labios.

—Me encantaría —mencionó con una sonrisa.