26

El regreso de Taehyung fue una muestra de lo que pasaría si trataban de rebelarse, fue arrastrado inconsciente por la mansión, su cuerpo completamente magullado pero su rostro estaba casi intacto, la sangre chorreaba por el piso blanco dejando manchas por todos lados.

Fue justo a la hora del desayuno por lo que la mayoría de los trabajadores pudieron verlos y los que no, lo sabrían tarde o temprano porque fue de lo único que se habló ese día.

Taehyung recobro el conocimiento después de unas horas pero no pudo trabajar por varios días hasta que su cuerpo se recuperó por completo. Tampoco pudo ver a Hoseok o llamarlo.

Jimin fue muy claro cuando despertó. Le lanzó una foto de Hoseok, era una foto preciosa dónde sonreía, que había sido tomada por un hombre muy malo. Si quería que Hoseok estuviera bien, tenía que comportarse y olvidarse de él para siempre.

Lanzó una carcajada lastimera, había sido demasiado ingenuo, torpe y tonto. Cómo se le pudo ocurrir enamorarse de alguien tan precioso como Hoseok, alguien que no pertenecía a su mundo, si había algo peor que tener sentimientos por un cliente, debería ser lo que hizo él, amar a una persona con una vida normal.

Antes de regresar a trabajar, se metió a la tina con Jimin y trato de amarlo como antes pero cada vez que miraba su bonito rostro de angel, sólo podía sentir amargura. Quería destrozarlo para que jamás volviera a sonreír.

—Entonces... ¿Ambos moriremos aquí?

Jimin no contesto, de su boca sólo salían pequeños gemidos mientras se aferraba a la espalda de Taehyung. El agua dificultaba sus movimientos haciendolos casi dolorosos y cada vez que se movían vaciaban un poco la tina.

—¿Qué hay de malo en morir aquí? Juntos —dijo como si no comprendiera a Taehyung, cuando ambos se corrieron no se salieron inmediatamente sino que se relajaron con el agua de la tina media vacía—. Aquí lo tenemos todo, techo, comida, ropa, no nos hace falta nada.

—Excepto libertad.

—Que es libertad, no es más que un concepto tonto de la sociedad. No existe la libertad, no puedes hacer todo lo que quieras, aquí y el cualquier lugar siempre hay reglas y si las rompes pagarás las consecuencias. Sólo deberías preocuparte por poder vivir bien. 

—Me siento tan mal por ti —Taehyung dijo sin reparo—. Crees que esto es felicidad, viviendo dentro de este lugar, sin conocer el amor, sin amar, ni ser amado. 

Jimin sonrió burlón y miró a Taehyung con una ceja alzada.

—Creí que tú me amabas —mencionó—. Ahora sólo estás fascinado por el mundo de afuera, pero tu me amas, por eso estás aquí, disfrutando este baño conmigo.

—Crei que te amaba, supongo que fue porque nunca había conocido a alguien tan precioso como Hoseok.

Jimin se burló de nuevo.

—Estas tratando de ponerme celoso.



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