Capítulo 8

1 día antes

—Salió corriendo fuera, ¿pero que sucede? —mi voz suena histérica cuando Santiago me pregunta presuroso donde está Daniel.

Guillermo llega apretándose la nariz que sangra un poco. Yo estaba durmiendo en la camioneta estacionada dentro de su cochera cuando Daniel salió por la puerta dando un portazo.

Santiago no me contesta, se asoma a la calle y vuelve enseguida lanzando una maldición.

—Se ha llevado el coche.

—Por... ¿su mamá ha muerto? —pregunto en voz baja.

No lo he soportado, por eso me quedado dentro de la Lobo y no en la sala de su casa.

Cuando llegamos después de pasar por calles hechas un caos, encontramos a la mamá de Daniel abrazando el cadáver de su hermanita y llorando desconsoladamente. Se aferró a su hijo con fuerza y nos dimos cuenta enseguida que ella estaba enferma y estaba agonizando.

Tengo la imagen del Walmart en mi cabeza, la gente se estaba peleando por cosas que intentaban llevarse, incluso televisores, ¿para qué quieres un maldito televisor cuando ni luz hay? Eso es lo que sucede cuando el pánico se apodera de las personas, todo mundo empieza a sacar sus instintos de la forma más brutal posible. Estaban ahí, peleándose mientras un señor no paraba de gritar a todo pulmón "Son las naves, son las naves, vienen por todos".

Llegamos con los nervios de punta a casa de Daniel. Al parecer su papá fue el primero en morir, su hermana está muerta y ahora su mamá. Cualquiera en su situación podría salir a esa feroz turba sin importarle nada.

—¿Qué hacemos? —pregunta Guillermo gangoso porque se está apretando la nariz y tiene la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás—. Hay que ir por él, no vaya a cometer una tontería.

Cuando Daniel llegó a su casa y se enteró de la muerte de su hermana y su papá se puso a decir que era su culpa porque él le había disparado a los hombres en la carretera. La presión de todo lo que sucede a nuestro alrededor lo ha roto. En las horas que hemos estado en su casa tomando un baño y cuidando a su mamá, él ha estado raro, con la mirada perdida y no dejando de repetir que debe darse un toque y unas líneas y que estará bien.

A su hermana y a su papá los colocaron en una de las habitaciones porque no podemos enterrarlos en la poca sección de tierra que tiene su casa, y mucho menos Daniel ha dejado siquiera que se plantee la idea. Está en un estado en el que de manera agresiva se ha negado a todo.

—Es de noche, ¿A dónde creen que haya ido? No conozco la maldita ciudad —Santiago está enojado también, no con Daniel o con nosotros, sino con la situación. Sé que le desespera no tener certeza de nada.

Confieso que tampoco quiero que salgan y un maldito loco se les atraviese en el camino. Ni tampoco que me dejen sola en esa casa con tres muertos, la idea es espeluznante, nunca la noche me había aterrorizado tanto.

Nos quedamos en silencio como por medio minuto. Entonces Santiago entra a la casa corriendo y vamos tras él más lento, apenas estamos a punto de entrar cuando vemos que sale. Lleva las llaves de un auto en las manos.

—Voy a buscarlo.

—¿Qué? ¡No! —salto enseguida asustada.

—Voy contigo.

—No, no, quédate con María. Me llevaré ese carro para que no vayan a quitarnos las cosas, voy alrededor y luego regreso.

—No vas a ir solo, ¿has visto como está ahí afuera?

—Sí, no seas idiota, ¿Cómo nos vamos a comunicar? —le reclamo más preocupada que enojada.

—Sé cómo defenderme. Voy y vuelvo.

Se mete al auto y en un instante la puerta de la cochera se está abriendo. Un carro sale de ahí y la puerta se vuelve a cerrar. Solo ruego que regrese sano y salvo porque ahora resulta que nos debemos preocupar por lo que las otras personas puedan hacer y no solo porque una epidemia nos está matando.

—¿Qué te paso? —volteo hacia Guillermo que se ha sentado en un escaloncito entre el patio y la cochera.

—Daniel me dio un puñetazo cuando intenté detenerlo —se quita un poco el papel que ha tenido rodeando su nariz para comprobar que ya no sangra—. ¿Cómo luce?

—No puedo ver muy bien, pero seguro que horrible igual que todo —le echo un vistazo a la casa a oscuras y abro la camioneta para meterme—. Voy a intentar dormir, avísame cualquier cosa ¿sí?

Lo veo asentir por la luz que nos da la luna y luego me meto en la camioneta. Ahí está mejor, es la sensación de que la Lobo se va transformando en algo que me es familiar. No en un lugar desconocido.

No me he permitido dejar que lo que sucedió en la carretera me afecte más. Fue feo sí, pero estoy viva y no pasó a mayores, debo convencerme de eso. Y los tipos... no quiero pensarlo. Espero que Daniel esté bien.

Hay momentos en que mientras estás durmiendo empiezas a oír voces entre tu sueño, claro que eso no lo disciernes hasta que estás más despierto. Cuando abro los ojos puedo ver que el cielo está de un azul no tan oscuro que es símbolo que amanecerá pronto. De repente me enderezo en un movimiento pensando en Santiago y es lo primero que veo cuando salgo de la camioneta en un brinco.

Él y Guillermo están cargando un bulto. Quiero ir y abrazarlo pero me detengo porque sé lo que es el bulto, es una persona.

—María vuelve a la camioneta.

No me muevo. Estoy intentando encontrar una razón para la persona que llevan hacia la casa y que han cubierto con un montón de ropa y una cobija.

Es justo cuando me doy cuenta que Santiago tiene los ojos inyectados en sangre y la cara un poco hinchada, como si hubiese estado llorando.

Sin esperar a que le obedezca ellos reanudan su camino hacia la casa, pero yo no quiero entrar.

No pasa mucho cuando ambos salen y entonces Santiago va sin más hacia mí y me rodea con sus brazos apretando mi cabeza a su cuerpo. No es que me esté consolando, es más bien que está buscando consuelo y alivio en mí, somos amigos desde hace años.

—Es... ¿por qué está sucediendo esto? —pregunta al aire antes de separarse—. ¿Estás bien?

—¿Qué ha sucedido? —no quiero que me lo oculten. Necesito saber lo que creo que ya sé.

—Creo que acababa de suceder porque unos tipos estaban pidiendo ayuda —de repente Santiago sonríe—. ¿Puedes creerlo? Se pusieron a beber tranquilos en la calle cuando vieron que Daniel se frenó de repente, bajo del auto y subió el puente. Ellos lo vieron. Yo no podía dejarlo ahí.

Tal vez no se ha dado cuenta que está apretando uno de mis antebrazos con mucha fuerza.

—Lamento por tardar tanto, me perdí de vuelta y porque esperé a que... —no quiero que se disculpe, lo que quiero es transmitirle un poco de tranquilidad—. Ellos me ayudaron porque... porque la escena era muy grotesca.

Me estoy imaginando la expresión desesperada que Daniel había tenido las últimas horas, me lo imagino parado sobre un puente, dándose cuenta que acaba de perder a toda su familia cercana, sintiendo la abstinencia de lo que creo yo ya era un hábito más o menos seguido. Quiero apartarlo de mis pensamientos, pero estoy casi segura que eso fue lo que sucedió.

—Necesitas dormir —Guillermo interviene y le da una palmadita en la espalda—. ¿Por qué no duermes un rato? Voy a sacar unas cobijas y acomodo algo aquí —señala con la mirada parte de la cochera.

Aprovechando que él va a la casa, yo lo acompaño porque necesito ir al baño. Iré al de la sala, para no tener que adentrarme más.

—Hay que dejar que descanse —Guillermo me dice en voz baja mientras entramos a ese sombrío ambiente—. Yo conduciré más tarde, debemos intentar llegar a donde dijo su papá. Voy a buscar si tienen mapas de carreteras por aquí, hay que evitar las ciudades.

Sus palabras me recuerdan a lo que me dijo mi papá sobre la epidemia. Miro hacia las escaleras casi por reflejo, preguntando si mi papá y mi mamá estarán bien

—Oye —rozo el brazo de Guillermo—. No salgas de la casa sin mí ¿sí? Espérame.

De repente él se queda pensativo, mirándome a los ojos.

—¿Crees que estemos enfermos?

—No lo sé.

—Es solo que... Nada, lo siento.

Ya sé lo que debe estar pensando, que hemos descubierto en las últimas 24 horas que esta enfermedad está desatando más formas de morir que solo el de contagiarte.


Creo que ahora sí me tardé más, pero he estado un poquitín ocupada. 

Este es el último capítulo que se hace como en "volviendo al pasado" xD y espero subir el otro mañana.

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