8: Romances complejos

Cuando la mañana pasaba en la región de Hoenn, nuestros héroes terminaban de comer un delicioso desayuno preparado por Serena. Por lo general solía ser ayudada por May o por Max, pero estos se habían levantado muy tarde y la pelimiel tuvo que hacerlo todo por su cuenta, con un poco de ayuda de Braixen.

- Muchas gracias por invitarme a desayunar a mí y a mis pokémon.- Decía Drew satisfecho.- Tenías razón May, Serena cocina de maravilla.

- ¿No es verdad que tiene un sabor especial? He tratado de imitarle, pero creo que aún tengo mucho que aprender.- Se sinceraba May.

Los pokémon de todos estaban comiendo mientras Sylveon y Pancham se aseguraban que todos estuvieran en orden. Serena se acercó a la mesa con su plato para empezar a comer, pues no había podido hacerlo, ya que fue quien le cocinó a todos.

- ¿Saben que es lo que más me gusta de cocinar? Que a ustedes les tocará limpiar todo este desastre.- Dijo la pelimiel algo enfada.

May y Drew abrieron los ojos asustados, y vieron a su alrededor la cantidad de platos y ollas que les tocaba lavar, además de ordenar la mesa y guardar todo para que la enfermera Joy no les reclamara nada.

- Supongo que es un precio razonable para una comida tan deliciosa.- Se lamentaba Drew.

- Fabuloso, lavar platos.- May también se lamentaba.

Max estaba tan concentrado en su blog que ni siquiera había escuchado nada de lo que habían hablado sus compañeros en la mesa. Pensaba en su entrenamiento del día para controlar a Electrike y su próxima medalla de gimnasio. Estaba a punto de salir a entrenar hasta que una mano lo tomó del brazo.

- Max, no irás a entrenar sin antes ayudar en la cocina.- Lo detuvo la pelimiel.

- Oh ¿Qué? Vamos Serena, necesito entrenar hoy, por favor.

- Si, igual que yo, y me levanté temprano para hacer desayuno.- Le habló con autoridad al niño

- Si, pero...- Iba a poner otra excusa, pero vio que su amiga tenía una cara bastante enojada.- Oh está bien, ayudaré.- Dijo algo disgustado el niño de gafas.

...

Max estaba arreglando la mesa y el sitio donde comieron los pokémon con algo de disgusto, mientras May y Drew lavaban los platos, y con ayuda de Wartortle, Roserade y Absol los guardaban.

- Oye May, ¿Serena estaba algo enojada hace un rato?.- Le susurró el peliverde.

- Pues tal vez. De todas formas está en su derecho, teniendo en cuenta que le dejamos todo el trabajo esta mañana.- Respondió May.

- Quizás, se siente algo mal por su derrota de ayer ¿No crees?

- ¿Qué? No... Bueno, supongo que no. Debería hablar con ella.

- Considero que es la junta de ambas cosas. Sería bueno hablar con ella para que las cosas estén bien.- Sugirió Drew mientras le pasaba los platos secos a Wartortle.

May no quería tener problemas con su amiga. Serena era muy responsable con cada cosa, y a veces ella y su hermano eran algo inconscientes de ello. La verdad si merecía al menos unas disculpas.

- Sí, es cierto. Ya regreso Drew.- La castaña dejó los platos allí y fue a hablar con la pelimiel.

- ¡May! ¡Oye no me refería a que lo hicieras ahora!

Drew se quedó solo con los pokémon que lo miraban extrañados al ver que May se había ido

- ¿Wart?- Preguntaba la tortuga de agua

- Bien chicos, solo quedamos nosotros. ¿Qué dicen? ¿Piedra, papel o tijeras a ver quién lava los platos?

Mientras tanto, Serena se encontraba en su habitación viendo su pokegear. Aún no le había respondido a Ash el mensaje que le envío en la noche, por varias razones. Principalmente, porque no quería que el entrenador pensara que ella era una loca que responde al instante, y también porque no tenía ni idea de que decir.

No quería reflexionar en las posibilidades ni conectar hilos inexistentes, pero le fue imposible no hacerlo por unos momentos, ya que se trataba de Ash. ¿Le escribió porque la consideraba especial o el entrenador considera especial a todos sus compañeros? Se sintió algo egoísta al desear que fuera la primera opción, pero en realidad le gustaba tener algo de exclusividad con el chico.

Entonces recordó que una vez el mismo azabache le dijo: En vez de pararse a suponer, lo mejor es tratar de siempre dar el primer movimiento.

Era muy característico de Ash hacer esas cosas, y si él podía hacerlo, pues ella también, ya lo había demostrado con en el aeropuerto de Ciudad Lumiose. Y decidió escribirle.

- ¿Qué haces Serena?- Preguntó una castaña apareciendo de la nada, causando una gran sorpresa a la pelimiel.

- ¡May! Pues yo, solo estaba organizando mi agenda.- Respondió nerviosa ocultando su pokegear.

La coordinadora de Hoenn no le dio demasiada importancia al nerviosismo de Serena, aunque si le llamó un poco la atención que estuviera ella sola en la habitación.

- Quería saber si te sentías bien. Se lo duro que es estar sometida a tanto trabajo.- Aclaró la castaña sentándose mejor a su lado.- Lamento no haberte ayudado esta mañana.

- Entiendo. No te preocupes, estoy de maravilla. Y no hace falta que te disculpes, con que al menos limpien después de comer es suficiente para mí.- Sonrió algo apenada.

Pensó que quizás había actuado un poco odiosa en la mañana, pero le gustaba el orden y por eso le pedía a sus compañeros que fueran un poco más ordenados para que la convivencia fuera tranquila. Ella no era su chef personal, necesitaba su ayuda, pues todos son un equipo y no pueden vivir todo el tiempo esperando que los demás hagan sus responsabilidades.

- Y sobre el concurso de ayer...- May soltó la frase en voz baja esperando que su amiga le dijera lo que opinaba de su derrota.

- Creo que ahora no es momento de hablarlo, tenemos toda la tarde. Mejor dime ¿Qué tal van las cosas con Drew?- Se emocionó por escuchar su respuesta.

- Bueno, sabes que siempre nos hemos conocido bien. Aunque quizás era cierto que nos habíamos distanciado un poco, y fue lindo volver a tener un día para divertirnos.- Habló tiernamente la castaña.

- Se ven muy bien juntos. Deberían pasar más tiempo así, ¿No?

A May entonces se le borró la sonrisa de su rostro y se quedó callada mientras bajaba la mirada. Serena se quedó un poco sin palabras al ver el cambio de actitud en su amiga.

- ¿May?, Lo siento ¿Dije algo malo?- Se preocupó Serena.

- Está bien, no sabes cuánto me gustaría pasar todos los días con él. Pero... No podemos.

- ¿Por qué? ¿Pasa algo?- Serena la tomó del hombro suavemente

- Es... Complicado.

No era común ver a May tan triste. Sin embargo, Serena había notado muchos cambios de humor que solía tener la coordinadora cuando hablaba de ciertos temas específicos. Intuía que había varias cosas que la atormentaban, aunque intentara no demostrarlo.

- May... Sé que quizás para ti no sea tan importante y no llevemos años conociéndonos, pero tú y Max me han ayudado siempre desde que llegué acá y los considero mis amigos.- Miró con alegría a May para tratar de transmitírsela.- Tú eres mi amiga, y estoy acá para ser tu apoyo siempre que necesites.

La castaña contaba con un gran cúmulo de emociones algo reprimidas por ella misma, y suavemente puso su cabeza en el pecho de Serena mientras soltaba algunas lágrimas. La pelimiel procedió a abrazarla.

Ambas se tenían un gran aprecio una por la otra. Eran muy parecidas en muchas cosas y compartían un montón gustos, también tenían situaciones complicadas en el amor. Pero lo más fundamental es que la de Hoenn y la de Kalos tenían un vínculo de amistad especial que hacía que pudieran ayudarse mejor mutuamente, ya sea en tema de concursos u otras cosas.

- Gracias Serena... En serio, gracias.- Dijo May con la voz quebrada.

Serena no sabía exactamente por qué lloraba, pero aun así le mostró su apoyo con un abrazo que duró poco menos de un minuto, hasta que se separaron delicadamente.

- Lo siento, soy un poco llorona.- Se disculpó la castaña con una pequeña risa, mientras se secaba las lágrimas.

- Está bien, te entiendo.- Sonreía la pelimiel.

Ambas se dedicaron una sonrisa, mientras May se recuperaba y tomaba aire.

- Serena... Pues, Drew me gusta desde hace mucho tiempo, y siento que yo también le gusto. Pero nuestra relación de rivales no nos permite estar tener algo así como un noviazgo, ni un compañerismo más cercano.

- Pero ¿Por qué? No comprendo.

- Ambos tenemos las mismas metas, nos presentamos en los mismos concursos, vamos a los mismos festivales. Si uno de los dos gana, el otro pierde.

La pelimiel abrió los ojos de la impresión, al ir entendiendo por donde iban las cosas.

- Si estamos juntos, puede que acabemos odiándonos... Por eso debemos quedarnos solamente como rivales. Él lo sabe, y así estamos bien.- Dijo en voz baja la coordinadora.

- Vaya... No había pensado en eso.- Respondió tristemente la pelimiel.

May soltó un leve sonrisa y le tomó la mano a Serena en señal de agradecimiento. La pelimiel estaba algo triste por la situación de los jóvenes coordinadores. Era verdaderamente complicado tener algo con la persona que es tu competencia directa.

- Pero ¿Sabes? Creo que las cosas están mejor así.- Aclaró sorprendiendo nuevamente a su amiga.- Tener a Drew de rival es lo mejor que me ha pasado. Me ha hecho mejor coordinadora de lo que era, y siempre que combato contra él es... Aprender algo nuevo, una emoción indescriptible. Es en la arena donde de verdad me siento en mi lugar.

Cuando May hablaba de Drew, siempre recordaba las veces que se encontraban en los concursos, que era verdaderamente cuando más unidos se sentían. Realmente habría que pensar mucho si vale la pena echar a la basura una rivalidad tan significativa.

- May, Serena ¿Están ahí?- La voz del peliverde llamaba desde afuera de la habitación.- Tenemos un problema. Electrike dejo en K.O. a Max con una mordida en sus partes.

Las dos coordinadoras se vieron con los ojos bien abiertos. Se levantaron rápidamente para salir, pero la pelimiel se quedó parada antes.

- ¿Serena?- Preguntó May al ver que la pelimiel no salía.

- Perdón, ya te alcanzo. Debo hacer algo primero.

- Oh, está bien.- La castaña salía corriendo, pero se detuvo para decirle una cosa más a la pelimiel.- Y... Otra vez, gracias por escuchar, amiga.

Ambas nuevamente se sonrieron con complicidad, y justo después la coordinadora de Hoenn fue al rescate de su hermano.

La coordinadora de Kalos, se quedó en el cuarto. Muchas cosas que le dijo May la hicieron reflexionar, pues para la castaña no valía la pena sacrificar una rivalidad por una posible relación fallida. Quizás aplicaba también para ella y Ash, pues si ellos formaban un noviazgo en un futuro ¿Arruinaría su amistad? ¿Valdría la pena dejar todos esos bellos momentos atrás por un romance adolescente?

Se sentía atrapada, pues no sabía si lo mejor era seguir a su cabeza o a su corazón. Aunque en realidad no era momento de tomar esa decisión, ella estaba en Hoenn y él en quien sabe donde. De momento le hacía feliz ser su amiga, pues ya lo que habían vivido era suficientemente especial y no necesitaban algo más, o al menos eso pensaba.

Sin meditarlo demasiado, ni recordar momentos comprometedores como el beso, simplemente tomó su pokegear y le respondió de forma tranquila:

- Hola Ash. ¿Cómo has estado?

Aliviada respiró contenta y se fue a ayudar a sus amigos.

...

- Bien, como saben los guardianes de las islas en Alola son los Tapus: Tapu Koko, Tapu Fini, Tapu Bulu y Tapu Lele.- Explicaba el profesor Kukui a su clase.

Ash y su clase se encontraban en plena explicación, en la que prácticamente todos menos él estaban prestando atención.

El azabache se encontraba en el asiento de atrás, mientras Pikachu estaba con los otros pokémon de sus compañeros. Veía su pokegear cada cierto tiempo, esperando que Serena o al menos su amiga May respondieran. Ya de por sí le era difícil concentrarse, ahora la verdad es que cualquier frase que saliera de cualquier persona sería como sonido de fondo sin importancia.

- Hey, oye Ash ¿Podrías pasarme mi lápiz que se cayó a tus pies?- Preguntaba Lana a su lado.

Sin embargo, Ash no le prestó atención.

- Ash, ¿Cómo va el estudio para tu exposición?- Ahora le susurraba Sophocles al otro lado.

El azabache estaba muy perdido en sus pensamientos, causando que ambos chicos alzaran una ceja.

Con su lápiz golpeaba ansiosamente la mesa, sintiéndose aún culpable por lo que sucedió el día anterior con Dawn. Pero había algo más. Tenía ganas de hablar con la pelimiel, y saber que  estaba todo en orden. Extrañaba sus charlas, aunque muchas veces era él hablando mientras ella escuchaba, pero lo poco que decía lo motivaba y lo tranquilizaba, al frenar su ritmo frenético de una forma... Bastante dulce.

Así el pokegear sonó tan alto al recibir el mensaje que hizo que Ash se cayera de su silla, llamando la atención de todos.

- Ash, sabes que no se permite usar aparatos que no sean pokédex en la clase. Por favor, apágalo.- Regañó el profesor

El entrenador volvió a la realidad en el suelo mientras veía con vergüenza como todos lo miraban confundidos.

- ¡Lo lamento! Ya lo apago.- Se disculpó el azabache.

Ash se levantó y se acomodó en su sitio tranquilamente. Tomó el aparato para apagarlo, no sin antes ver un mensaje de la chica en la que estaba pensando que decía: Hola Ash. ¿Cómo has estado?

Continuará...

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