43: Cambio de planes
Al día siguiente, un medio derrotado azabache se encontraba sentado y recostado sobre la mesa de la cocina.
El profesor Kukui no estaba en casa desde el día anterior, mientras que Pikachu y los demás pokémon de Ash se aprovechaban para pasar el rato en la sala de la casa.
Su compañero amarillo seguía preocupado porque su entrenador no quería entrenar ni salir a ningún lado, por lo que a veces se acercaba a él para intentar animarlo, recibiendo de su parte un "no te preocupes amigo, estaré bien".
Ahora estaba de vacaciones, y parecía que no se iba a mover de Alola por un buen tiempo. Quizás no era tan malo, ya que podía aprovechar para salir con sus amigos, para entrenar o simplemente estar por allí con su fiel compañero conociendo nuevas especies de pokémon por la región. Sonaba relativamente convincente.
Pero igual que pasó cuando salió a comer con los chicos, al final del día el ente de Serena volvía a él. Aunque intentara o hiciera mil cosas al día, ella siempre iba a estar presente y no podía evitarlo.
Le dolía la cabeza recordar el hecho de que cada vez estaba más lejos de Serena en cada sentido, y se enfurecía porque no aprovechó el tiempo cuando estaban juntos en Kalos, sabiendo que le hacía sentir diferente, pero sin hacer nada al respecto.
Igual ya había llegado la hora de resignarse y simplemente seguir adelante. Tenía que llamar al profesor Kukui para preguntarle si podría cambiar esos boletos que ya no le servían para nada.
Entonces, mientras permanecía en el letargo, escuchó que su pokegear en la sala empezaba a sonar cerca de él.
Su Lycanroc y Torracat vieron y olfatearon el aparato totalmente confundidos, mientras el azabache se levantaba del lugar.
- Pika pikachu.- Le dijo a su entrenador.
- ¿Quién es?
Se levantó tomando el pokegear, pensando que se trataba de su madre o el profesor. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa al ver que se trataba de su vieja amiga de Hoenn que quería hacer videollamada.
Recordó que Serena le había dicho que se iba a separar de sus compañeros, por lo que la llamada era totalmente inesperada. Y mientras se acomodaba sus nuevos cascos de Espeon, y Pikachu se ponía a su lado, Ash atendió.
En la pantalla pudo ver a Max, May, Dawn y Piplup, en lo que parecía ser la habitación del centro pokémon en el que llevaban varios días.
- ¡Hola, Ash!- Saludaba el joven Max a su amigo.
- Max, es bueno hablar contigo de nuevo.- Les sonrió débilmente.
- Vaya, vaya, cuanto tiempo señorito “ahora si te voy a llamar, Dawn”.- Reprochaba sarcásticamente.
- Piplup, piplup pip piplup.
- Lindas orejas, Ash.- Se reía May.
- Hola chicas, también es un gusto saludarlas.- Las saludaba con muy poco ánimo mientras tomaba un vaso con agua.
- Aunque evites tocar el tema, no voy a dejar de pensar que eres un desconsiderado con nosotras. Tú no, Pikachu tú siempre has sido un amor.- Seguía hablando la peliazul.
- Pika pikachu.- Saludaba la ratita amarilla.
- De no ser por Serena, estoy segura de que nos tendrías en el olvido.
- Dawn, tranquila.- Agregaba May.- Todos sabemos que Ash es un tonto, pero no es momento para hablar de esto.
Ash las veía con cara aburrida al escuchar como lo insultaban sin ningún tipo de escrúpulos.
- Creí que lo habían llamado para averiguar que tanto habían hablado él y Sere...- Dijo inocentemente el de gafas, que no pudo terminar porque las dos chicas le taparon la boca.
- Lo que Max quiso decir es que queríamos saber que tanto habías hecho y que “seremos” nosotros quienes te vamos a escuchar.- Corrigió su hermana con enormes ganas de matarlo.
Lo que había hablado con Serena era lo que más le resonaba. Eran pocas cosas, pero hacían más ruido de lo normal en la cabeza del azabache.
Había hecho todo mal, al menos según su visión era odiado por Serena, por Lillie, y ahora Dawn también y con justas razones.
- ... No me siento bien recordando lo que hablé con Serena. Ella va a seguir su camino por su cuenta y yo también... Debo hacerlo.
Los chicos bajaron la guardia cuando escucharon a su amigo melancólico, y también Dawn sintió que no debió hacer esas acusaciones en ese momento.
- Lamento todo lo que he hecho amigas, ustedes han sido tan buenas...
- Pikachu pi.- Bajó las orejas el tipo eléctrico.
- Ash, no te deprimas.- Trataba de consolarlo el chico de gafas.
- Estoy bien Max, no te preocupes.- Mintió el azabache.- Voy a entrenar mucho en mis vacaciones y todo va a estar bien.
- Ay Ash. Siento que hayan pasado por eso. Tú y Serena podrían hacer una muy linda pareja.- Le expresó May con cierta lástima.
- Serena solamente necesita tiempo, tiene que pensar muchas cosas.- Explicó Dawn.- Y durante ese tiempo el pequeño Ash también debería reflexionar bastante.
- Lo sé... Me da mucha pena, pero no voy a poder ir Hoenn como me hubiera gustado.
- ¿Uh?- Exclamaron los tres chicos en Hoenn al unisono.
- Pero el otro día me dijiste que no tenías dinero y por eso no venías.- Recalcó Max.
- Piplup.- Agregó Piplup.
- El profesor Kukui me regaló los boletos y me iba a ayudar con otras cosas. Eso fue antes que pasara todo esto.- Explicó Ash a sus amigos.
- ¿Boletos a Hoenn?- Preguntó Dawn incrédula.
- ¿Y por qué desperdiciarlos? ¡Deberías venir con nosotras un tiempo!- Propuso la castaña.
- ¿Qué? Pero...- Intentaba hablar el azabache.
- ¡Si Ash, por favor!- Le suplicaba el niño de gafas.
- Pika pikachu.- Animaba el pequeño Pikachu.
- Pero, es que creo Serena no me quiere ver y...
- Argh "Serena, Serena, Serena" Ya estás un poco pesado con eso.- Interrumpió Dawn.- Solo estás buscando excusas para no venir a ver a tus viejas amigas, ¿no es así?
- ¡Por supuesto que no! Pero tampoco quiero causarles problemas a nadie.- Respondió un poco molesto.
- ¿A quién Ash? Tú sabes perfectamente que Serena ya se fue por su cuenta.
- Eso es cierto.- Aportó May.- Vamos, no es justo que seamos nosotras siempre quienes te vayamos a visitar. Demuestra un poco de interés por nosotras también hombre.
- May, no lo sé. No es tan fácil.
Las dos chicas cruzaron los brazos, enojadas al certificar el egoísmo del joven azabache, a quien sus propios sentimientos le estaban jugando una mala pasada.
- Ash, ya soy un entrenador pokémon.- Volvía a hablar el joven de las gafas.- Hace tiempo me hiciste una promesa, ¿recuerdas?
- ¿Uh?
Ash viendo el rostro de su amigo lo recordó.
Hace mucho tiempo en su viaje por Hoenn, Ash le prometió al chico que se enfrentarían en un combate pokémon cuando este se volviera un entrenador.
Sus convicciones le impedían no cumplir una promesa, pero aún tenía un mar de dudas que le impedían dar el sí.
- Dijiste que me enfrentarías en un combate. Me he preparado mucho y necesito probar mi poder contra tí. Por favor.
- Anda, será divertido como en los viejos tiempos.- Intentaba animarlo May.- ¿A qué le temes si solo seremos nosotros?
El azabache seguía pensando.
- Ya no le insistan más si no quiere.- Desistió Dawn.- De todas formas, ¿cuándo se ha interesado por nosotras en todo este tiempo?
- Piplup.- Agregó el decepcionado tipo agua.
Realmente no sabía a qué le temía. Quizás a ver a Serena, y no saber exactamente como reaccionaria, pero Serena ya no estaba con el grupo.
Tal vez ir sería una buena decisión, después de todo se lo debía a sus amigos y podría despejar la mente de problemas amorosos y escolares.
Aunque, ¿Estaría bien estar tan cerca de Serena?
Suspiró un poco nervioso, aunque la sonrisa de su fiel compañero amarillo le dio más confianza.
- Tienen razón, chicos... Merecen un buen amigo, y por eso iré a Hoenn con ustedes.- Les sonrió más animado el azabache.
- ¡Hurra!- Celebraba Max levantando el brazo con emoción.
- ¡Ash va a regresar amigos!- Apoyaba la castaña.
- ¡Sabía que la manipulación emocional sería muy útil!- Mencionó Dawn también mostrando su felicidad.
- ¡Pi piplup pip!- Celebró estando cerca de caerse.
- ¡Esto va a ser increíble! ¿Cuándo vendrás?- Preguntó el de gafas como cualquier niño emocionado.
- Pues, tendría que arreglar varias cosas; Sin dudas estaré allí en menos de lo que canta un Combusken.- Explicó Ash.
- No deben ser muchas cosas las que debes arreglar, ¿o sí?- Preguntaba la hermana del niño nuevamente.
- En realidad... Hay algo importante que debo hacer...
...
La noche siguiente, Lillie se encontraba en su cama a punto de dormir junto a Niveo.
La noche era tranquila hasta que algo golpeó a su ventana levemente y en repetidas ocasiones. Esos golpes la asustaron y se asomó por la ventana para ver qué estaba sucediendo, sorprendiéndose al ver lo que estaba pasando.
- ¿Ash?- Veía incrédula al azabache en su jardín mientras abría la ventana.- ¿Qué estás...? ¡¿Cómo entraste?!
- ¡Hola Lillie! Lamento molestarte, necesitaba hablar contigo.- Le explicó Ash desde abajo en su jardín.
- ¿Y por qué no lo hiciste temprano? ¿O por qué no me llamaste? No es correcto allanar las casas de los demás, ¿sabes?
- Lo sé, perdón de verdad, pero en serio tenía que hablar contigo en persona y en la tarde estuve haciendo varias cosas porque me voy de viaje mañana. Por favor escúchame, ¿sí?
La rubia estaba impactada, sabía que ese chico estaba loco, sin embargo, a veces se superaba a sí mismo. Y viendo que no tenía muchas opciones y tampoco era muy cortés ignorarlo, lo dejó proseguir.
- Lillie, lamento todo lo que pasó el otro día, y los días anteriores. Lamento si en algún momento te di falsas esperanzas o jugué con tus sentimientos. Te juro que nada de eso era mi intención, y admito que estuve muy confundido por mucho tiempo, pero ahora ya sé que es lo que siento.
La rubia se quedó callada, sintiéndose un poco mal y recordando con vergüenza todo lo acontecido.
- Sé que no es la respuesta que esperabas de mí... Pero prefiero que me odies por decirte la verdad a que me quieras por ser alguien que no soy.
- Ash...
- Dicho esto, espero que me puedas entender y podamos seguir siendo amigos. Aunque si ya no me quieres ver, pues bueno... Será difícil ya que estamos en la misma escuela, pero prometo no hablarte a no ser que necesite ayuda con historia.
El comentario causó una pequeña risa de Lillie, y un reconocimiento de esa risa de parte de Ash.
- Entonces, ¿qué dices?
La rubia un poco más relajada pensó unos segundos con los brazos cruzados.
- Sabes, quizás yo fui quien cometió el error. Creo que tengo bastante trabajo conmigo misma... Y supongo que con mi familia.
La rubia observó al azabache sabiendo que a pesar de estar un poco descabezado, era una persona con un gran corazón. Todo esto vino a raíz de todo lo que no pudo ocurrir con Gladion y Lusamine.
- Muy bien, seguiremos siendo amigos, pero que quede claro que lo hago solamente por Pikachu. No sé como podría vivir sin él.- Le devolvió la broma al azabache.
- Estoy seguro de que él estará encantado, y mis notas en historia también.- Le sonrió de regreso a su amiga.
- ¡¿Quién anda allí?!- Hobbes con una linterna apuntó al azabache en el jardín.
- ¡Hey Hobbes! No te asustes, ¡Soy yo Ash!
- ¡Oricorio, danza despertar!- Le ordenó a su pokémon que lanzó el ataque cerca de donde estaba el azabache.
- ¡No, espera!- El azabache salía corriendo de Hobbes.- ¡Adios, Lillie! ¡Nos vemos en dos meses! En tanto este pokémon no me ¡Maaa!- Un ataque del Oricorio impacto en él, pero este seguía escapando.
La escena fue graciosa para Lillie, pero también conmovedora y sobre todo extraña, muy extraña. Digamos que eran tres palabras que podrían definir lo era Ash para ella.
No todos tenían el valor para decir las cosas de frente como lo hizo él, y lo agradeció en gran medida.
Seguramente con el tiempo iba a superar a Ash, pero ese no era su mayor problema en ese momento. La realidad es que aún se sentía sola y hasta un poco ignorada, de alguna forma le gustaría volver a reunirse con su familia, o tal vez encontrar la forma de olvidarlos.
Puede que las vacaciones le den lo que esté buscando, ¿quién sabe?
...
En la mañana del siguiente día, el profesor Kukui y la profesora Burnet acompañaron a Ash y a Pikachu al aeropuerto para que esté tomara su vuelo a Hoenn, en donde se encontraría con Dawn, May y Max y puede que con otras personas.
Por primera vez en su vida, el azabache estaría nervioso por realizar un viaje. El motivo era confuso, pero lo único seguro es que tanto él como Serena estarían pisando la misma tierra después de mucho tiempo.
No sabía si era mejor verla o no verla, pero trato de concentrarse en el verdadero motivo del viaje que era visitar y apoyar a sus viejos amigos.
Puede que con el tiempo podría dejar de pensar en la pelimiel... O tal vez no. Son dudas que se resolverán, próximamente.
- ¿Pika pika?
- ... Vamos Pikachu, es momento de partir.
Continuará...
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Después de 17381936 años, se da por finalizada la segunda temporada.
Quería aprovechar este espacio para hablar un poco con mis lectores.
Primero quiero pedir disculpas por desaparecer y posponer tanto este capítulo, el motivo es simple. Mis clases y mi necesidad extraña de solamente poder escribir tarde por las noches, se me hizo prácticamente imposible. Gracias a muchos por entender y perdón por tanto.
La historia por su parte va a continuar con la tercera y posiblemente última temporada. Sin embargo, va a ir más lento de lo habitual debido a que mi tiempo para escribir es más corto, y cuando esté libre nuevamente, entonces estaremos de vuelta con varios capítulos en un mes.
Me sienta un poco mal que muchos hayan dejado de leerme por las múltiples interrupciones, pero es lo que hay. Acá seguiremos hasta el final.
Si llegaste hasta acá te lo agradezco un montón, y me gustaría que me dieras tu opinión sincera de esta temporada, tus momentos favoritos, teorías de lo que se viene, mensajes de animo o lo que se te ocurra.
Voy a estarlos leyendo. Muchas gracias nuevamente y nos leemos luego.
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