32: Fiesta (Parte III)

Serena regresó al salón de fiesta por la puerta principal.

Ya a ese punto solamente deseaba irse debido a que se sentía fatal y mareada. Pero lo más importante es que tenía que hablar con May sobre la charla con Solidad. No sabía como se lo iba a tomar, pero no había duda que ella tenía que saberlo.

Caminó por lo que aún quedaba de la escandalosa fiesta, en donde ya nadie tenía la energía suficiente ni para mantenerse en pie, y pasando por el lado de la mesa en la que estaba.

Allí iba a hablar con la desahuciada Dawn, pero vio que a su lado estaba hablando en voz baja con Kenny. No sabía de qué estaban hablando, pero prefirió pasar por un lado, evitando ser vista e ir a buscar a May. Luego arreglaría las cosas con la peliazul.

Recorrió todo el salón hasta adentrarse en un lugar que estaba algo apartado y no había muchas personas. Allí estaban dos siluetas muy cerca, la una de la otra, que debido a la oscuridad no se distinguían bien, pero la pelimiel tenía una teoría loca.

- ¿Será posible?

Al acercarse poco a poco notó que en efecto eran la castaña y el peliverde. Debido al mareo no entendió muy bien, pero al enfocar la vista se sorprendió muchísimo al ver que ambos se estaban besando.

Tal fue la sorpresa que hizo un leve sonido de impresión que interrumpió el momento de los dos jóvenes, separándose en ese instante. Se sintió bastante torpe, e inmediatamente se ocultó detrás de una pared justo a su lado.

- Lo lamento mucho May... Me dejé llevar de verdad.- Temblaba un poco el peliverde

- No, no, yo lo siento. No te preocupes... Drew.- Se intentaba disculpar la castaña, sintiéndose demasiado avergonzada para verlo a los ojos

Drew y May seguían muy nerviosos por lo que acababa de pasar, algo que no estaba en los planes de nadie.

Simplemente ocurrió, como si por unos minutos apagaran sus cerebros y al mando quedara el corazón. Y es que los sentimientos por mucho que intenten ocultarse, tarde o temprano, tienen que salir.

Y en su caso, todo salió en forma de un beso de varios segundos, que para ellos duró horas, y los llevó a un plano terrenal distinto.

No fue muy largo, pero si lo suficiente para poder disfrutar cada detalle, sus respiraciones, la sensación de sus labios, el poder rozar sus narices y estar muy pegados al otro mientras el coordinador acariciaba la cara perfecta de la chica.

Estaban agitados y un poco sudados por haber bailado toda la noche, pero no les importó, o al menos no les importó que el otro estuviera así. Pero en sí eran bastante vanidosos y al momento de darse cuenta de lo que había sucedido les dio mucha vergüenza.

Serena aún oculta, se sintió contenta por su amiga y al mismo tiempo se odió a sí misma por haber sido tan impertinente y arruinar un momento tan importante para ellos.

- May... Emm.- Drew intentaba decir algo, pero no le salían las palabras y solo balbuceaba.

- Drew... Gracias por venir... Ha sido una noche maravillosa, sé que no te gustan estas fiestas, pero... Ahora más que nunca necesitaba tu presencia.- Le respondió tímida pero sincera.

- Oh... Por nada, me acabé divirtiendo mucho. Todo es gracias a ti.- Le regaló una sonrisa, pero se dio cuenta de que la chica se mostraba melancólica.

- Fue un momento lindo mientras duró... Aunque me hubiese gustado haber podido disfrutarlo más.

Drew entendía a lo que se refería, él sentía lo mismo, pero el instante había pasado ya.

- Lo lamento mucho, May.

- No te disculpes. Por un rato me sentí feliz de nuevo, y todo es por ti y por las chicas.

- May...- Susurró Serena entre sí misma mientras escuchaba y ponía su mano en su pecho.

- Ya será momento de volver a la realidad y prepararme para pelear en tu contra en el gran festival.- Agregó la castaña.

- ¿No te emociona estar en el gran festival otra vez?- Preguntó Drew.

- No lo sé... Lo estaba pero... Cuando vi a Solidad... Muchas cosas volvieron a mí, y ahora no puedo sacarme esas imágenes horribles de la cabeza...

- May, eso quedó en el pasado. Hoy eres una coordinadora diferente.

- Claro que no Drew. Sigo siendo débil, aquel día pagué mi debilidad con mis pokémon, y ahora lo estoy pagando conmigo misma. Y así jamás voy a ser capaz de ganar el gran festival.- Lo vio a los ojos con ganas de llorar.

Hubo un silencio corto. Serena aún no se animaba a mostrarse porque sentía que el momento aún era algo romántico. Además, la curiosidad le ganó y pensó que quizás hablarían de aquel día.

- Tú eres mi rival. Y necesito que des lo mejor de ti, de otro modo yo jamás podré saber cuál es mi propio límite May. Da igual quien esté en el festival, lo importante es que todos vean que la mejor coordinadora de Hoenn está presente.

Los ojos de la castaña y la pelimiel se abrieron mucho al escuchar la afirmación de Drew

- ¿Tú crees que soy la mejor coordinadora de Hoenn?

- Eso ni dudarlo.- Le dio una sonrisa de confianza.- Si hablamos de mujer, claro, porque en general bueno, creo que está bastante claro.

- Eres un tonto, Drew.- Se rio mientras le daba un leve golpe en el brazo.- Pero ya en serio, aún tengo muchas dudas. Sabía que si tú participabas iba a ser difícil, pero con Solidad en la ecuación no lo veo nada claro.

- Solo tienes que recuperar la confianza. El nivel de coordinadores es regular, podrías ganarle a cualquiera. Pero para ganarle a Solidad hay que ser muy listo y preciso. Otros casos como, Serena...

La chica escondida notó que dijeron su nombre y le entró bastante más curiosidad.

- Serena es mi amiga.- Interrumpió May.- Pero ella y sus pokémon tienen poca fortaleza. Pasará las primeras rondas por su técnica, pero lo más probable es que quede eliminada en los combates de concurso.

¿Poca fortaleza? ¿De verdad había escuchado bien?

Hubiera deseado no haberse quedado escuchando, ya que las palabras la clavaron como un puñal en ese momento.

Entonces no tenía oportunidad para el gran festival, y lo estaba diciendo la misma persona que fue su maestra todo este tiempo, y que la ha visto crecer como coordinadora.

Había entendido lo de la fortaleza, pero aun así ella opinaba que había mejorado lo suficiente para hacer buenos combates... O ¿Eso le habían hecho creer?

Aún no lo asimilaba. Parecía algo tonto, pero aun así le dolía por todo el trabajo que había realizado y que aún no fuera lo suficientemente buena.

Así decidió salir corriendo de allí, dejando sus tacones en el suelo que no le permitían moverse con libertad. Pero los dos chicos de allí, si se percataron que alguien se había corrido cerca de ellos.

...

Dawn se había arrastrado hasta el baño para vomitar, y ahí logró sacar todos los demonios que le impedían caminar y ser una persona normal.

- Ufff, me siento mucho mejor.- Se estiraba saliendo del baño la peliazul.- Muy bien, ahora a entrar en pánico otra vez ¡¿Dónde está Serena?!

Fue hacia todos los lados, preguntando a cada persona que parecía medio cuerda, sin mucho éxito en conseguir mucha información, pues no había estado con nadie.

Tampoco sabía donde estaba el papanatas de Kenny, a quien le había dado la misión de buscar a la pelimiel. Aunque reflexionando, llegó a la conclusión que probablemente había muerto por sobredosis de idiotez... Con una pisca de alcohol.

Buscando y buscando se encontró de frente con May y Drew quienes parecían también estar buscando a alguien.

- ¡Oye! ¿Viste a Serena?- Preguntaron las dos al unísono.- ¡Hice algo terrible!

Ambas estaban arrepentidas por lo que le habían hecho a su amiga, sobre todo May quien tenía sus tacones y se sentía muy culpable al imaginarse a Serena escucharla hablar de esa forma.

...

En un balcón del salón, la pelimiel se encontraba sola y pensativa mientras veía las estrellas.

Casi todo en esa noche había sido un desastre para ella, y para empeorar el dolor de cabeza había vuelto.

Estaba molesta con sus amigas. Más molesta con Dawn que con May, con quien en realidad estaba dolida. No quería hablar con ellas en ese momento, así que llamó a un taxi para que la fuera a recoger.

Mientras esperaba se quedó pensando: ¿Hacia dónde iba su rumbo exactamente?

Ahora mismo estaba en una fiesta que solo había causado desastres y no le había dado nada bueno. E iba a asistir a un gran festival, a ser una coordinadora más del montón. Quizás no era tan buena como pensaba, seguramente May tenía razón, pero no se lo dijo de frente jamás.

Un millón de inseguridades la empezaban a consumir, cuando escuchó una voz detrás de ella.

- ¡Serena!- Era Kenny yendo hacia ella.- Aquí estás, te estaba buscando.

La pelimiel dio una pequeña sonrisa forzada.

- Gracias por invitarme a la fiesta, Kenny. Pero ya tengo irme.

- ¿En serio? Vaya, supuse que te quedarías un poco más.- Se puso al lado de ella.

- Estoy algo cansada, pero la pasé genial.

- ¿Segura? No te veo muy convencida ¿Peleaste con las chicas?

Nuevamente, el pelirrojo mostraba a Serena sus dotes de detallista.

- Prefiero no hablar de eso...

- Bueno, de todas maneras las fiestas no son para tener problemas. Acá vinimos a divertirnos.

- Lo sé... Pero desde hace un rato no me divierto demasiado.

- Creo que lo pasaste con las personas equivocadas. Quizás si hubieras estado más tiempo conmigo lo hubieras pasado bomba.

La pelimiel se quedó callada unos segundos y volvió a mirar a las estrellas. Las palabras de Kenny no le entraban en su mente, ya que aún tenía que reflexionar todo el asunto de May, pero después de bastante rato se sintió en confianza por las palabras del chico.

- Kenny... ¿Soy una buena coordinadora?- Le preguntó sin reflexionar demasiado.

- ¡Pues claro! Tienes muy buenos registros.- Respondió viéndola a ella.

- Es que no estoy del todo segura... Y no sé hacia donde camino exactamente ¿Sabes?

- Te entiendo, Serena. Así me sentí yo hasta que decidí retirarme.

- Pero yo no quiero retirarme... No puedo rendirme hasta el final. ¿Qué debo hacer?

Kenny se acercó más a ella para darle apoyo. La pelimiel tenía miedos parecidos a los de la castaña, pero fueron infundados por su misma amiga, ya que era ella quien mejor la conocía en ese aspecto.

- No tienes que tener miedo, Serena.- Habló Kenny

- ¿Uh?- Miró al chico.

- Da igual lo que hagas, vas a triunfar. Porque yo jamás había conocido a una chica tan hermosa, talentosa y brillante como tú.- Él la miró a ella nuevamente.

Serena se quedó un poco en shock, ya que sintió que el pelirrojo la estaba coqueteando, pues sus palabras carecían de sentido.

- Es más, voy a hacer que te des cuenta de la forma en la que te veo yo a ti.

Así, en un rápido movimiento y sin capacidad de reacción por el mismo shock, Kenny tomó a Serena de sus mejillas y la besó en sus labios por unos segundos.

Todo ante la mirada de cierta peliazul que estaba entrando la habitación del balcón.

Continuará...

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