31: Fiesta (Parte II)
Un montón de coordinadores se encontraban en plena pista, cuando la pelimiel corriendo los apartó del camino sin tener la capacidad de pedirles permiso, debido a que en su garganta podía sentir esa desagradable sensación de que en cualquier momento todo lo que había ingerido iba a salir por el camino equivocado.
Los baños estaban congestionados de gente, por lo que tuvo que salir al estacionamiento por la puerta delantera mientras los de protocolo le preguntaban que le sucedía sin obtener ninguna respuesta de parte de ella.
Ella sola siguió corriendo, cerca de varios chicos que habían salido para tomar aire y descansar de la música. Se fue detrás de unos arbustos en donde nadie pudiera molestarla para así poder vomitar con total tranquilidad.
Se paró viendo hacia al suelo, esperando que todo saliera, con su cabeza bien hacia adelante, tratando de evitar arruinar su vestido. Cerró los ojos sintiendo un asco tremendo mientras sudaba frío y trataba de respirar por lo cansada que estaba.
Cerca de allí, Serena había llamado la atención de ciertos coordinadores que estaban a los alrededores, en especial de una de pelo largo y rojizo.
- ¿Vio a esa chica, señorita? ¿Por qué salió corriendo?- Se rascó la cabeza su asistente.
- ¿Acaso esa no es…?- La mujer pensó con la mano en su mentón.
- ¿Señorita Solidad?
- ¿Podrías traerme un vaso con agua y una toalla?- Le pidió amablemente con una sonrisa.
- Oh, si claro.
El asistente acató a las órdenes y fue al salón para buscar lo que se le había pedido, mientras Solidad se dirigió hacia donde esa extraña chica había ido.
El vómito de la pelimiel aún no salía y al parecer tampoco quería salir. Estuvo esperando unos cuantos segundos que parecían horas, las náuseas se hacían más presentes en su visión, y estar en una posición tan incómoda no la ayudaba.
Aumentó todo a tal punto que ya no se podía mantener en pie, sus ojos cada vez daban más vueltas y se dejó caer al suelo… O eso creía, pues antes de impactar en el suelo, cierta mujer fue en su auxilio, tomándola por sorpresa totalmente.
- ¿E-eh?- Fue lo poco que pudo decir débilmente al ver que Solidad la había tomado.
Ella le ayudo a mantenerse de pie y le acomodó el cabello.
- No me prestes atención.- Le dijo amablemente la entrenadora de cabello rojizo.- Vomita, sé que es horrible, pero te sentirás mejor.
No entendía nada. Lo único que hizo fue agradecerle con la mirada y proceder a hacer el asunto que tenía pendiente.
…
Luego de varios minutos, Serena y la amable mujer se encontraban en unos asientos que estaban cerca del estacionamiento.
Serena bebía un poco de agua y se secaba el sudor con una toalla, mientras poco a poco volvía en sí.
- ¿Ya te sientes mejor?- Preguntó aquella de cabello rojizo.
- Sí… Creo que ya estoy bien.- Respondió apenada la pelimiel.
- Genial.- Sonrió.- Que bueno que es una fiesta privada, alguien podría haber tomado una foto y arruinado tu reputación.
El comentario hizo que a la coordinadora de Kalos le diera más vergüenza aún.
- Esa no fue mi mejor decisión… Soy una tonta, ni siquiera me gustan estas cosas.- Se culpó un poco alterada y secándose su frente con la toalla.
- Al menos fue acá y pude ayudarte a tiempo, pero debo admitir que esperaba conocerte de otra forma, Serena.
- … ¿Qué? ¿Cómo sabes mi nombre?- Se sorprendió y la vio directamente.
- Eres la coordinadora de moda, todos hablan de ti. Eres toda una celebridad.
- Oh, vaya…
- También me hacía mucha ilusión conocerte, sé que haces performances y por eso tus presentaciones destacan muchísimo.
A Serena se le hacía muy loco que las personas en el mundo de los concursos investigaran tantísimo de sus rivales. Tenía sentido por sus estilos de combate, aunque ella prefería centrarse en sí misma y quizás por eso no tenía tanta información.
- De verdad es un honor para mí que me conozcas.- Dijo un poco incómoda, pero alagada.- Y tú eres Solidad ¿O me equivoco?
- Si, así es. Es emocionante al fin poder hablar contigo. En serio me gustan tus presentaciones, tienes una gran capacidad para mostrar elegancia y fuerza al mismo tiempo.
Eran bastantes los sentimientos encontrados en ese momento, empezando con que una de las personas más importantes del mundo de los concursos te dice que te admira, pero al mismo tiempo te vio en un momento terrible y extremadamente vergonzoso.
Estaba tan impactada por eso que por un momento olvidó lo que sucedió con ella y May.
- Y dime Serena, me dijiste que no te gustaban "estas cosas". Así que ¿Qué sucedió?- Preguntó la experimentada mientras sacaba un dulce de su bolso y se lo llevaba a su boca.
La realidad es que ni ella misma lo entendía. Era ridículo, una cosa de niños, la presión social que pudo acabar con ella desmayada y a merced de cualquier ladrón o degenerado.
- Es que me… Retaron... Fue una decisión muy estúpida, lo sé.- Se sinceró.
- No te preocupes, eres joven y una que otra tontería de vez en cuando es bastante normal.- Le guiñó el ojo con una sonrisa.
- Pero es que yo no soy así.- Se secaba con la toalla aún más.- Me gustan las fiestas y divertirme con amigos, pero no entiendo cómo alguien puede divertirse si al siguiente día no va a recordar nada. Ahora incluso me duele la cabeza.
- ¿Quisieras recostarte? Puedes hacerlo en mi coche si deseas.
- Muchas gracias, pero estoy bien.- Agradeció sonriendo.- Soy una tonta.
- Al menos ahora sabes que no es de tu agrado, pero quizás si hubieras preferido estar con la duda te habrías arrepentido.
- Supongo. La próxima vez tendré que decirle a Dawn la verdad, aunque es posible que no me entienda ni una palabra si su estado es como el de ahora.- Soltó una pequeña risa.
Solidad correspondió a la risa. Y al igual que con Kenny, Serena no entendía cuál era el problema con la mujer. Era muy amable y agradable ¿Qué es lo que pudo haber pasado para que solamente nombrarla le hiciera tanto ruido a May?
Allí recordó lo que habían hablado con Kenny, cuando Dawn se puso algo grosera. Así que decidió investigar.
- Disculpe, señorita Solidad…
- Solo Solidad para ti.- Le dijo con una sonrisa.
- Oh, está bien Solidad.- Reía un poco nerviosa.- Usted… ¿Participará en el gran festival?
La pregunta intrigó un poco a la mujer quien se quedó en silencio unos segundos, poniendo más nerviosa a Serena. Los mismos nervios le hicieron pensar que quizás la pregunta la había ofendido.
Pero al final, volvió a sonreír nuevamente.
- ¡Claro que sí! Por eso vine a Hoenn.- Respondió alegre y dándole una sensación extraña de miedo a la pelimiel.
- Wow… Eso quiere decir que seremos rivales…
- Precisamente, Serena. Cuando nuevas promesas nacen, también nacen nuevas formas de ver el arte de los concursos. Es algo realmente fascinante, y sería un honor para mí poder enfrentarme a ti en el gran festival.
- ¿Qué? ¿Te quieres enfrentar a mí?… Un momento… ¿Me está usted diciendo que está aquí por…?
- Así es, quiero poder aprender de ti en el campo de batalla.- Le dijo segura de sí misma viéndola a los ojos.- Y también sé que hay varios coordinadores muy talentosos que van a estar, viejos amigos como Harley, Drew y…
- May… May ¿Verdad?- Interrumpió la pelimiel.
La cara de Solidad cambio cuando escuchó el nombre de May. Vio a la pelimiel con una cara más seria, y esta inmediatamente pensó que la había cagado, pero ya no se podía echa para atrás y se mantuvo firme ante ella.
Sin embargo, Solidad no parecía enojada, sino más bien intrigada con la afirmación.
- Es verdad, eres amiga de May ¿No?- Dijo recordando y meneando el dedo.
La pelimiel estaba asustada por dar una respuesta, que sabía que sería inútil negar. Pero de todas formas, mentir no estaba en sus planes desde un principio.
- Ella me ha enseñado todo lo que sé… Fue quien me habló sobre usted.
- Eso tiene sentido.- Mencionó aún seria y reflexionando.- Yo a May la admiraba y respetaba mucho como coordinadora. Era una chica fantástica… ¿Te ha dicho cosas malas de mí?
- No realmente, ella prefiere no hablar de usted.
Todo se quedó en silencio unos momentos, mientras la pelirroja tomaba un pequeño respiro y se estiraba con una mueca de decepción.
- No sé si me estás mintiendo o no. De todas formas, debes saber que me decepcionó mucho la actitud que tomó May aquella vez. Hoy día ni siquiera me dirige la palabra, supongo que debe ser por vergüenza.- Miró fijamente a la chica.- No tuve la culpa de nada de lo que pasó.
Serena se levantó rápidamente olvidando su jaqueca.
- ¡Le juro que no miento! No sé nada de lo que pasó… May no me ha dicho nada al respecto.
- Está bien Serena, estaba dudando, pero eres muy audaz y eso me da confianza.- Sonrió nuevamente calmando la situación.- Lo mejor es que May te cuente lo que sucedió. Al fin y al cabo tu amiga es ella.
- Oh… Sí, tienes razón.
- Y cuando la veas, dile que no le guardo rencor y que nos veremos otra vez en el gran festival de Hoenn.
La pelimiel asintió y agradeció la ayuda que le brindó Solidad durante tanto rato, ahora con una información muy importante que le tenía que llevar a May, que podría ser completamente decisivo para su futuro. Volvió adentro ya mejor que antes, pero aún con dolor de cabeza y un poco atontada.
…
Mientras tanto, en la mesa de antes se había quedado sola una chica que no podía ni ponerse en pie.
- Serena… Tengo que encontrar…- Decía Dawn apoyando su cara en la mesa e intentando mínimo encontrarle sentido a las cosas.
Había bebido mucho y los chicos que estaban con ella se fueron a quien sabe donde. Su mundo giraba, y lo único que sabía es que tenía que ir a buscar a Serena, que había desaparecido.
En plena agonía sintió que alguien se le acercó y estaba sentado junto a ella.
- ¿Qué pasó Didi? ¿Acaso no aguantaste?- Apareció Kenny en un estado parecido la de Dawn, pero este al menos si podía mantenerse en pie.
- Pudrete, Kenny.- Le respondió tratando de articular correctamente cada palabra.
- Sabes, no entiendo por qué eres tan mala conmigo si siempre hemos Sido amigos.- Trató de abrazarla.
- ¿Por qué debería respetar a un idiota mujeriego como tú?
- Ya supéralo, lo nuestro fue hace ya mucho tiempo, no tienes que enfadarte conmigo.
- Eres asqueroso en serio.- Se quitó su brazo con las pocas fuerzas que tenía.
- Solo quería ayudar, sé que no has estado bien.
- ¿Qué te hace creer eso?- Le levantó la ceja.
- Te conozco.
- Pffff si claro.- volvió a tirar su cabeza contra la mesa.- Si en serio quieres ayudar, ve y busca a Serena por mí. Se me perdió.
- ¿Serena se perdió? ¿Cómo?
- Búscala, y nada de sobrepasarse o te mataré.- Fue lo último que le dijo en ese momento.
El pelirrojo vio que no podría hacer nada y se preocupó por el posible estado en el que podría estar la pelimiel al lado de la peliazul, e inmediatamente se fue a buscarla, dejando sola a la pobre y borracha Dawn.
…
En otro lado, dos jóvenes estaban apartados, hablando y pasándola bien después de bailar y reír casi toda la noche.
May y Drew jamás iban a olvidar ese día, el día de ambos en el que por primera vez fuero algo más que solamente rivales y que compartieron algo más que simplemente una compañía.
- Lo lamento mucho May… Me dejé llevar de verdad.
- No, no, yo lo siento.
Compartieron el sonrojo que obviamente querían evitar que se viera, pero al mismo tiempo se les hacía muy tierno ver el del otro. Como dos niños jugando, pero con los sentimientos de dos viejos, se habían unido con beso que drenó cuál cañería, un cúmulo de sentimientos atascados.
Continuará...
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