13: Tutora

Más de dos semanas han pasado desde que los estudiantes de la escuela de entrenadores realizaron la expedición, que tuvo un final inesperado para muchos.

Ash ha estado tratando de entender mucho mejor los sentimientos que se dio cuenta de que tenía por cierta pelimiel que ahora se encuentra en Hoenn, teniendo la ayuda de sus amigos, sobre todo de Lillie y Pikachu.

No ha sido fácil para el azabache a quien muchas veces le han visto perdido en sus pensamientos y con un humor decaído e impropio de él. Cuando las cosas se ponen emocionantes es cuando olvida por un momento el vacío que siente al recordar que Serena no está a su lado, y también en el momento que tiene la oportunidad de hablar con ella por chat o videollamada, que ahora suelen hacer más a menudo.

A pesar de la expedición, las notas del entrenador de Kanto dejaban mucho que desear, lo cual ha preocupado bastante al profesor Kukui y motivo por el que le pidió a Lillie que fuera su tutora por un tiempo.

Cuando todos se fueron del aula de clases, los pokémon de Ash y el pequeño Niveo jugaban felizmente mientras sus entrenadores se encontraban estudiando en una mesa.

- La mayoría de pokémon de tipo acero suelen vivir entre cavernas, rocas y tienen la gran ventaja de no sufrir ante tormentas de arena ni envenenamientos.- Leía un libro de biología la chica rubia mientras tenía a su lado un cuaderno en donde anotaba las cosas importantes.

El azabache seguía sin concentrarse, teniendo su pokegear bajo la mesa en el cual esperaba la respuesta de un mensaje de la pelimiel.

Lillie se dio cuenta de que no estaba prestando atención y se molestó ante la indiferencia.

- Ash, si no vas a escuchar nada de lo que te digo, entonces no me hubieras pedido ser tu tutora en primer lugar.

- Sí, es muy interesante Lillie.- Respondió el azabache sin levantar la mirada.

- Hablo en serio, Ash.- Se molestó mucho más.

Pikachu notó que su entrenador estaba siendo grosero, por lo que para ayudar a la rubia, uso un moderado ataque rápido directamente a la cara de azabache, lo cual hizo que cayera junto con la silla en la que se encontraba sentado.

- ¡Pika pikachu!- Lo regaño por andar de listo.

- ¿Pero qué?...- Se tomó la cabeza el entrenador por el dolor de la caída.

- Gracias Pikachu. Es bueno saber que al menos alguien me escucha.

El chico se levantó junto con las cosas que cayeron con él, todavía adolorido por el golpe. Vio a su amiga que lo miraba con enojo, a lo que rápidamente cayó en la realidad.

- Lo lamento Lillie en serio, ¿En qué estábamos?- Se disculpó riendo nerviosamente.

- Pues al parecer en ningún lado. No creo que pueda seguir siendo tu tutora, si no lo tomas en serio.

- ¡Lo tomaré en serio! Es que Serena va a entrar en el concurso y quería saber que...

- Serena no va a ayudarte con los pokémon de tipo acero.- Lo interrumpió poniendo el libro en su cara.

El azabache no se sentía bien estudiando, pues quizás era el momento menos indicado para hacer algo así con todo lo que sentía y pensaba.

- Lo sé... En serio lo lamento.- Pegó su cabeza con la mesa haciendo quejidos.- Todo esto me tiene bastante mal.

La rubia suspiró, y aunque se sentía ofendida, decidió tratar de ayudar a Ash para que se le hiciera más sencillo estudiar después. Puso los libros a un lado y lo miró.

- Tenemos examen en una semana, y si quieres empezar a recuperarte es importante que lo hagas bien.- Decía con seriedad.- Sé lo importante que es Serena para ti, pero ¿No te importa ni un poco tus calificaciones?

- Si me importa. Es que... No lo sé, creo que esto no es para mí.

- Eso lo dices porque ni siquiera lo intentas.

- Tal vez tienes razón... Es que me he puesto a pensar, y la escuela no es algo que necesite... Es decir, soy un buen entrenador, y lo he sido sin la escuela.- Explicó algo confuso.

Lillie notó que Ash no tenía una motivación real para estar allí. En cuerpo estaba acá, pero su corazón estaba en otro sitio, y así era imposible progresar.

- Y si no la necesitas, entonces ¿Por qué sigues haciendo esto?

- No estoy seguro... Tal vez espero que algo suceda, o no sé exactamente que debo hacer.

La chica rubia suspiró nuevamente, ya más tranquila.

- Entiendo lo que sientes. Pero si quieres estar en el recorrido insular, debes esmerarte al menos un poco en los exámenes.

- El recorrido insular... Pero no estoy seguro de que algo cambie al hacerlo.

- Mira Ash.- Lo miró fija y firmemente.- Si no quieres seguir, pues solamente toma tus cosas y vete. No estás obligado a quedarte a "esperar que algo ocurra" mágicamente. Porque ¿Sabes algo? Las cosas no ocurren por arte de magia, ocurren cuando haces algo de verdad.

Se sintió algo culpable y egoísta al escuchar el regaño de su amiga, que en realidad era más un consejo.

- Es verdad que puedes ser entrenador sin hacer el recorrido, pero ahora estás acá y es una oportunidad que no deberías dejar pasar. Grandes entrenadores han salido beneficiados de acá, como el Kahuna Kaudan, Alder e incluso el Profesor Oak.

- ¿En serio el Profesor Oak?- Se impresionó.

- ¡Si! Y no muchos tienen la oportunidad de conseguir los cristales z ¿Y sabes otra cosa? Quizás no los merezcas.- Decepcionada se levantó de la mesa, tomando sus libros.

- ¡Lillie, espera!

El azabache freno a la rubia sosteniéndola de su mano y tomándola por sorpresa, haciendo que se ruborizara y los pokémon se sorprendieran también.

- Yo lo siento mucho... De verdad... No sé que me sucede. Es que, quiero seguir, pero siento que no me sale nada... Es complicado.- Se disculpó bajando la cabeza y soltó suavemente al su amiga.- Sé que no lo merezco, pero necesito tu ayuda.

Desde hace varias semanas, Ash la ha ayudado con su trauma con los pokémon, a lo que esta le ha agradecido inmensamente y por lo cual creía tenerle una deuda especial que ahora le podría pagar.

...

En los tejados de la escuela, ambos chicos decidieron sentarse a ver el atardecer, hablar y descansar después del extraño día. Pikachu y Niveo estaban a su lado comiendo bayas.

- Estuve muy cerca de ganarla, pero al final el Charizard fue más fuerte.- Recordaba Ash mientras mordía una baya.

- Es impresionante, nunca había oído que un Greninja pudiera hacer algo así.- Dijo Lillie.

- Sí, jamás he estado tan cerca de ganar una liga. Aún tengo mucho por hacer.

- Has pasado por muchas cosas Ash. Es sorprendente que algo como el recorrido insular te dé problemas.- La rubia también mordió una baya.

- Es verdad. Quizás porque antes no tenía tanto en que pensar, te digo que de verdad jamás me había sucedido.

- Lo sé, lo había notado.

- Gracias por todo Lillie. Y lamento haberte causado tantos inconvenientes.

- Ya no te disculpes. Yo soy quien debe agradecerte por ayudarme. Si no fuera por ti, jamás hubiera podido estar cerca de Niveo o de algún pokémon.- Le sonrió feliz.

- Es curioso que tengas ese trauma. ¿Tu familia no te ha dicho algo por esto?

No fue la mejor elección de palabras que pudo tomar Ash, debido a que la familia rubia se encontraba completamente distanciada y eso afectaba bastante a la chica.  Sin embargo, lo vio como una pequeña oportunidad para desahogarse un poco.

- Ahora estamos separados. Mi mamá siempre ha estado muy ocupada en su trabajo y Gladion... Bueno, ya sabes como es.- Suspiró

En el pasado, Ash y Gladion se habían encontrado y tuvieron un combate amistoso que acabó en victoria del chico rubio. A pesar de su actitud algo fría, no sé veía como un mal tipo, pero tal vez no se estaba involucrando con la gente correcta.

- Si es un chico complicado. Pero se ve que se preocupa por ti.

- Es mi hermano. Sé que me quiere, aunque no me lo diga, pero de verdad deseo que regrese conmigo... Lo extraño.

El azabache tomó a la rubia del hombro. Y la miró con una leve sonrisa.

- Él volverá pronto, solo está pasando por una etapa difícil. No te preocupes, ¿si?

La situación se prestaba para un evento romántico entre ambos, con la charla personal y la puesta de sol parecía que todo estaba perfecto. Lillie, desde hace un tiempo, le gustaba su amigo azabache, y le hubiera complacido que él sintiera lo mismo sobre todo en ese preciso momento que estaban viéndose el uno al otro.

Pero, la realidad se hacía presente y la rubia era consciente de ello. Ash no se encontraba bien por otra chica, que era mucho más importante de lo que seguramente ella podría aspirar a ser. Pero no era su culpa, quizás solamente llegó tarde, y una persona como Ash merecía tener todas las cosas buenas de este mundo.

- Ash, ¿Tú amas a Serena, verdad?

- ¿Uh? ¿Amarla?- Tartamudeo un poco el azabache.

- Pikachu.- Apoyo el pokémon amarillo.

Aunque sabía que le gustaba, el término "amar" era todavía más ambiguo para entrenador de Kanto. Él sabía que había algo especial con Serena, que no había por otra persona, y probablemente era eso a lo que se refieran con amar. Pero ¿Cómo saberlo? Había tantas preguntas que aún no tenían respuestas claras, y que habían generado esas distracciones que no le permitían concentrarse en sus clases.

- Eso dijiste mientras estabas ebrio en la expedición. Aunque ahora que lo pienso, de seguro no te acuerdas.- Se rascó la cara Lillie.

¿Eso había dicho? Entonces pudo recordar que si, incluso, había tenido la intención de escribírselo. Ahora que lo reflexionaba, el extraño mensaje podría cobrar sentido. "jolssrrrnayeamp" si cambias algunas letras por algunas que están cercanas podrías leer algo como "Hola Serena, te amo" lo que causo que de verdad le explotará el cerebro.

Y ¿Por qué lo dijo? ¿Era en serio o tal vez fue una forma de no trabar los sentimientos que tenía acumulados? Lo cierto es que lo que le sucedía no era normal, y la necesidad de tener cerca a Serena era cada vez mayor.

- La verdad... Creo que sí la amo, no estoy seguro. ¿Tú qué crees?

- Según un dicho que dicen por allí, "Los borrachos nunca mienten", aunque eso no tiene que ser cierto. Lo que en realidad tiene valor es lo que este en tu corazón.

Desde que Serena apareció nuevamente en su vida, pasó de tener un rol terciario a ser totalmente vital en cada cosa o decisión que tomaba Ash. Era algo que con el tiempo se volvió costumbre, y lejos de incomodarle, estaba feliz de tenerla hoy y siempre, a pesar de que ahora estaba sufriendo. El azabache no entendía muchas cosas, pero ya podía diferenciar lo que es un capricho de algo más serio y así lo vio.

- Si Lillie. Amo a Serena.

Continuará...

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