10: Yo nunca nunca

Ha pasado casi un mes desde que Ash y Serena chatearon por primera vez.

Se mantuvieron constantemente hablándose, casi todos los días, pero sin tocar temas amorosos, solo estando pendiente el uno del otro y contándose sus actividades y anécdotas.

Las cosas iban bien, aunque a la pelimiel le preocupaba un poco que no hayan hablado nada de lo que sucedido en el aeropuerto de Ciudad Lumiose. No era mentira que por el momento lo mejor era mantener una relación normal de amistad, pero al menos quería saber si le había importado un poco, el beso y lo que le dijo antes de eso.

Por su parte, el azabache y Pikachu se dirigían al campamento que habían organizado en clase. Habían caminado bastante rato por la naturaleza, todos con grandes mochilas y aspirando aire fresco.

El profesor iba hablando un poco de clases pasadas y las comparaba con los pokémon que estaban viendo en ese momento, como Pikipeks volando por el cielo o los Grubbins escarbando en la tierra. Ash estaba emocionado al encontrarle el sentido a esos libros tan complicados que le hacían sacar canas verdes, y Pikachu se sentía más relajado al estar en un ambiente algo más saludable.

Todos estaban disfrutando mucho de la expedición y la clase, incluso Lillie, quien al principio se mostraba incómoda por no estar familiarizada con estos lugares, aunque trataba de no mostrarlo para no pasarle esa incomodidad a sus amigos, pero a medida que iban avanzando, se iba divirtiendo mucho más.

Al llegar al sitio en donde acamparían, rápidamente acomodaron las carpas, los sacos de dormir y el lugar donde iban a hacer la fogata.

Los pokémon se pusieron a jugar entre ellos. Togedemaru perseguía a Pikachu y todos subían a la espalda de Turtonator para colgarse de sus espinas. Rowlet dormía plácidamente en el bolso de Ash, hasta que una pequeña provocación de Rockruff hizo que se uniera también al juego.

Para todos fue un día inolvidable, en donde estuvieron mucho más cerca del aprendizaje de manera tangible, y las risas no faltaron.

Cuando se hizo de noche, los estudiantes estaban abrigados alrededor de la fogata junto con Kukui y sus pokémon

- ¡Fue asombroso! La escuela es lo máximo.- Decía Ash emocionado.

- ¡Pikachu!- También se emocionaba la ratita amarilla en los brazos del azabache.

- Me alegro de que se hayan divertido. Es una buena forma de aprender.- Sonreía Kukui a sus estudiantes.

- Sí que lo es. Deberíamos hacerlo más a menudo.- Sugirió Kiawe.

- ¡Sería increíble!- Volvía a hablar Ash.

Kukui felizmente se levantó, para poder hablarles mejor a todos.

- Pueden realizar el recorrido insular y así, además de mejorar como entrenadores, también descubrirán muchas experiencias nuevas. Sé que varios de aquí estarían más que encantados.

- ¿Y eso no interrumpirá nuestras clases profesor?- Preguntaba Lillie.

- En realidad es más un apoyo a las clases. Al mantener un balance entre ambas cosas, estoy seguro de que tendremos un método de estudio en el que todos estén contentos. No todos tienen que pelear, no se preocupen.

En la fogata todos asintieron al entender de lo que se trataba, pues no era la primera vez que lo mencionaba, y no cabía dudas de que era el reto perfecto para el entrenador de Kanto, quien era el que menos podía ocultar su emoción.

- ¡Eso suena genial!- Decía Mallow.

- Deberemos practicar bastante para estar a la altura.- Hablaba Sophocles ahora.

- ¡Toge! ¡To!- Respondía Togedemaru a su entrenador.

Todos levantaron el puño en señal de "reto aceptado", preparados para todas la aventuras que tendrían de ahora en adelante.

- Bueno, chicos, no se queden hasta muy tarde. Voy a ir a descansar, ¿si?- Bostezaba el profesor, yendo a su carpa, pues había estado preparando las cosas del campamento desde muy temprano.

Así los chicos se quedaron allí charlando un poco, y haciendo bromas. Los pokémon también escuchaban, aunque algunos como el pequeño Vulpix de Lillie se quedaban dormidos cerca de sus entrenadores.

- Oigan, ¿Saben lo que se hace en los campamentos?- Preguntaba pícaramente Mallow a sus amigos.

- ¡Oh, oh! ¡Yo sé, yo sé!- Respondía Lana mientras encendía una linterna hacia su cara.- ¡Contar historias de terror!- Decía de forma terrorífica asustando un poco a varios de sus amigos.

- Eh... Bueno... También. Pero yo me refería a... ¡Jugar Yo Nunca Nunca!- Al decirlo inmediatamente sacó una botella de alcohol de la nada.

- Uh.- Lana apagó la linterna.- Bueno, eso también.

- Mallow guarda eso, nos meteremos en problemas.- Regañaba Lillie a su compañera.

- Solo será un rato, y si alguien se siente muy mal solo basta con recostarse en su carpa.- Trataba de calmar la peliverde mientras iba sirviendo un vaso a cada chico.

- Mallow, hablo en serio. Si el profesor nos descubre, les llamará a nuestros representantes.

- Lillie, Lillie. Siempre andas estudiando mucho, querida. ¡Anímate! Un rato de diversión nunca ha matado a nadie. No va a pasar nada y el profesor tiene el sueño pesado.

Ash y Pikachu estaban bastante confundidos por la situación, pues nunca habían jugado ese juego, y el azabache jamás había bebido alcohol en su vida.

-¿Qué hay que hacer?

- Cada quien hace una pregunta, y si tu respuesta es que no lo has hecho, entonces no dices nada, pero si la respuesta es que si lo has hecho, entonces bebes un trago.- Le respondió Kiawe.

- Demonios, odio este juego. Siempre me recuerda que nunca he hecho nada.- Se lamentaba Sophocles.

El azabache aún no entendía cuál era la necesidad de las bebidas en la ecuación, pero le pareció divertido intentarlo. Mientras, Pikachu decidió alejarse un poco con los otros pokémon, al darse cuenta de que quizás no encajaba con ese juego humano.

- Bien, pero solo una ronda. Y si alguien empieza a sentirse mal, paramos al instante.- Exclamó Lillie con autoridad, pero bastante nerviosa.

- ¡Fantástico! Yo empiezo. ¡A mí nunca nunca me gustaría una persona de acá!.- Era Mallow quien disparaba fuerte primero.

Entonces de forma nerviosa tomaron un trago Kiawe, Lana y Lillie que se sonrojó un poco.

- ¡Ja! Lo sabía.- Celebraba la peliverde.

Entonces vio que la peliazul le daba una mirada de enojo y la señaló, lo cual no entendió hasta que le hizo una seña con los ojos.

- Oh, es verdad.- Procedía a tomar un trago Mallow también.

- ¡¿Qué?! ¿Acaso a todos les gusta alguien de aquí, chicos?- Se sorprendía Sophocles.

Ash aún no le divertía demasiado el juego, aunque si le daba curiosidad probar la bebida que le había servido su amiga peliverde. Tampoco entendía mucho del amor, pero sabía que no sentía nada especial por nadie de allí, además de una linda amistad.

- ¡Tu turno Kiawe!

- Ok. Yo nunca nunca he hecho algo ilegal.

- Pues que un grupo de chicos de los que varios aún no tenemos dieciocho años beban alcohol en un campamento, no me parece demasiado legal.- Respondió Sophocles.

- Buen punto, ¡Beban todos!

- Joder, al fin.

Todos bebieron, y cuando Ash al fin probó la bebida le supo horrible, al punto que estuvo a punto de escupirla, pero finalmente la trago. Su ceño se frunció, la cabeza le dolió un poco, y seguía sin entender la dinámica, o el motivo por el cual a alguien le gustara algo tan asqueroso como esa cosa que tuvo que ingerir.

- Bien Ash, te toca.

- En realidad... No lo sé chicos, creo que no se me ocurre nada.- Se sinceró el azabache un poco atontado por el trago anterior.

- No es tan difícil, solo piensa en algo.

Aunque el juego no le entusiasmara, no quiso ser un aguafiestas con sus amigos. Así que estuvo reflexionando un rato la pregunta, haciendo que Mallow se desesperara un poco, hasta que por fin se le ocurrió.

- ¡Ya sé! Yo nunca nunca he tenido una batalla pokémon.

Al escucharlo, todos a su alrededor lo abuchearon y se rieron de la ingenuidad del azabache, el cual también reía nerviosamente, pues era lo único que se le llegó a la mente.

- Eres pésimo jugando a este juego amigo.- Se burlaba el chico moreno.

- Aunque técnicamente no está tan mal, ya que todos deberíamos beber menos Lillie.- Dijo Lana.

- ¡Oh es verdad! ¡Gracias Ash!- Agradecía la rubia.

El azabache se rascó la nariz nerviosamente, y así todos menos Lillie bebieron un trago que para el entrenador de Kanto seguía siendo asqueroso.

- Bueno, Lana, es tu turno.

La peliazul ya tenía la pregunta pensada desde hace rato y se sonrojó bastante antes de decirla.

- Bien... Yo nunca nunca, he besado a alguien.

Fue entonces cuando todos en la fogata quedaron petrificados al oír la frase de Lana. Se vieron entre ellos a ver si alguien bebía.

- Mallow, ¿En serio tú nunca has besado a nadie?- Preguntaba la peliazul.

- Pues... Nunca me ha llegado la oportunidad.- Se rascó el brazo la peliverde.

- A mí tampoco... ¿Y tú Lillie?

- ¿Yo?... No es algo que quiera ahora mismo, los chicos son tontos.- Dijo cruzando los brazos con orgullo.

- Y ¿Ustedes?- Preguntaba la peliverde a los chicos.

- Oh, yo pues... La verdad es que... Pues... No.- Balbuceaba Kiawe también con vergüenza

- Pues ya estoy viendo a alguien que si lo ha hecho.- Sophocles señalaba a cierto azabache, haciendo que todos voltearan a verlo.

Ash estaba tomando de su bebida, la cual poco a poco ya no le sabía tan feo. Nadie se creía lo que estaban viendo. ¿Ash besó a alguien? ¿Ash?

- ¡¿Qué?! ¡¿Tú, Ash?!- Se impresionaba Mallow.

- Ash, no puedes beber si no lo has hecho. Son las reglas.- Le apuntaba Kiawe.

El azabache dejó de beber su sorbo y se limpió la boca con su manga, con una expresión de que esperaba pacientemente que esta agonía terminara ya.

- Pero ya he besado a alguien, chicos.

- ¡¿Qué?!- Los demás amigos decían al unísono.

- ¿Acaso jugué mal? Perdón, supongo que aún no capto las reglas del todo.- Se disculpó.

La curiosidad hizo que los cinco se acercaran torpemente a Ash para saber cómo había sucedido tal cosa. Cada uno con una pregunta distinta.

- ¿Cómo fue? ¿Eh?- Mallow.

- ¿Tu novia es linda, amigo?- Kiawe.

- ¿No te dio una infección por besarle?- Lillie.

- Tiene sentido, Ash ha viajado por múltiples regiones. De seguro ha estado con muchas chicas.- Sophocles.

- ¿Ustedes tuvieron?...- Preguntaba Lana juntando sus dedos índices.

Ash se sintió sofocado al tener a todos haciéndole tantas preguntas.

- ¡Cálmense!

Entonces los chicos de Alola se calmaron, y dejaron que el entrenador diera respuesta. Este solo suspiró y procedió.

- Fue en el aeropuerto de Ciudad Lumiose, hace varios meses. No entiendo muy bien el motivo, pero mi amiga Serena me dijo algo como que yo era su objetivo y luego me beso...- Respondió sinceramente.- ¿Ustedes saben qué significa?

A veces no sabían si Ash era un genio incomprendido o un verdadero bobo con experiencia, porque cuando hace algo digno de elogios luego dice una tontería digna de burlas.

Todos se veían entre sí rascándose la cabeza, algo atontados por el alcohol. Así Mallow se sentó al lado del azabache.

- Verás Ash, cuando una chica le dice eso a un chico, quiere decir que... Le gustas.

- O sea, ¿Cómo?

La peliverde se pegó la palma de la mano con la cara, y a los demás amigos les dio un pequeño tic en el ojo.

- Es decir, que está enamorada y van a hacer...

- ¡Lana, por favor!- Se sonrojaba Lillie al pensarlo.

El cerebro de Ash estaba bastante fundido por tanta información que aún no procesaba.

Kiawe se sentó a su otro lado.

- Ash, esa chica Serena te considera atractivo y por eso que estar contigo.

- ¿Qué? Pero si yo siempre quiero pasar tiempo con mis amigos y mis pokémon.

- Mira...- Kiawe suspiró frustrado y se tomó la cabeza.- Lillie, tú explícale.

- ¿Eh? ¿Yo?- Se sorprendía la chica rubia.

- ¡Adelante Lillie! Además, yo me quedé sin ideas.- Animaba la peliverde.

Lillie entonces aceptó el reto y se puso en cuclillas para ver de frente a Ash y darle un poco su perspectiva de lo que es el amor.

- Bueno Ash... ¿No te ha pasado que tienes un vínculo especial con una persona?

- Pues si, Pikachu y yo hemos estado juntos durante años. Y tuve un Greninja que...

- ¡No, no, no! No hablo de eso.

- ¿Uh? ¿Entonces?

Lillie suspiró y pensó que estaba hablando con un niño pequeño, pero trató de ser clara para que lo entendiera bien.

- Me refiero a un vínculo que va más allá de la amistad. Un deseo de querer la felicidad de esa persona, pero además anhelar su cariño y su calor... No es tan sencillo de explicar, es algo que solamente se siente... ¿No te ha sucedido, Ash?

De una forma bastante cursi, Lillie logró dar en la tecla para que Ash comprendiera lo que sucedía.

Ahora todo tenía sentido. El beso, la frase antes de irse, los pensamientos extraños, la necesidad de escribirle siempre y darle cumplidos, el hecho de que no dejaba de extrañarla. Ahora todo estaba claro para él.

Sin embargo, mientras más bebían alcohol, todo era más confuso, al punto de que todo se volvió una gran laguna mental que derivó en Ash despertando en la casa del Profesor Kukui, con Pikachu tratando de llamarlo.

- ¡Pika pikachu!- Se emocionó el pequeño pokémon al ver que su entrenador despertaba.

Tenía una jaqueca increíble, y más allá del juego no recordaba nada de lo que sucedió después. Tenía unos pequeños flashes en los que decían cosas como "fondo, fondo", y estaba seguro de que dos de allí habían dado su primer beso, aunque no recordaba quienes eran.

- Pikachu, ¿Qué sucedió?- Dijo Ash buscando su pokegear para ver la hora.- ¡¿Qué?! ¡¿Las cinco de la tarde?!

Entonces Kukui se acercó a la cama del azabache con una taza de té.

- Ash ¿Cómo te sientes?- Preguntaba el profesor dándole la taza al joven entrenador.

- ¿Eh? Profesor ¿qué?... Yo no…

- Tranquilo Ash, ya sé lo que sucedió. Sophocles y Lillie me contaron todo.

- ¿De verdad? ¿Y no está enfadado?

- No fue culpa de ustedes Ash, debí haberles dicho que fueran a dormir.- Se lamentaba el profesor.- Pero no pensaba que una manada de Morelull y Shiinotics iban a usar sus esporas en ustedes.

- Si en realidad... Espere, ¿Qué?- Se sorprendía Ash.

- Pero no te preocupes, no es nada grave, solo estuvieron algo adormecidos por las esporas cuando veníamos de camino. Estarás bien en un rato, solamente tómate tu té.- Le sonreía alegremente Kukui volviendo a la cocina.

No entendía bien el porqué Lillie y Sophocles le habían mentido al Profesor, pero a juzgar por los efectos de esa bebida y todos los comentarios de anoche, suponía que querían ocultarlo, ya que no estaba bien beberlo.

Ash tomó poco a poco el té mientras Pikachu se acurrucaba junto a él. Fue el campamento más extraño al que había asistido, y suponía que es porque era parte de crecer. Quería saber cómo estaban sus amigos después de lo de anoche y decidió escribirles.

- ¿Uh? ¿Qué es esto?- El azabache vio que en la noche le había escrito varias cosas a Serena.- ¡No! ¡¿Qué hice?!

- ¿Pika?

En el chat había un montón de letras al azar sin sentido. Y notó que Serena aún no lo había visto, más sin embargo, tampoco podía eliminar el mensaje.

La vergüenza fue tan grande para él, que tiró su pokegear hacia un lado y se tapó la cara con su almohada, pensando que probablemente arruinaría su relación con la pelimiel por esa maldita bebida.

Pikachu lo veía preocupado, al notarlo enfermo y angustiado.

- Oye amigo... Creo que estoy enamorado de Serena.- Dijo aún con la cabeza tapada.

- ¡¿Pika!?

Continuará...

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