- 22 -


Seokjin apretó sus piernas con sus brazos y escondió su rostro ahí. Ya no estaba llorando, había logrado calmarse usando la respiración y recordando los consejos de su psicóloga.

Se sentía solo, tan solo y vacío. Pero tenía que luchar contra eso, no podía caer en la tentación de tomar nuevamente. Eso solo lo haría retroceder en todos sus pequeños avances, que eran mínimos pero significativos.

Respiró nuevamente y sintió alivio cuando escuchó el citófono, Jiwoo tenía la manía de hacer que el conserje anuncie su visita, a pesar de tener una llave.

Descolgó el aparato y sin escuchar mucho accedió a la visita. Se quedó esperando por su amiga y cuando la puerta fue golpeada la abrió enseguida.

Su boca se abrió y no supo que decir cuando Yoongi, sí, su ex novio, el hombre que amaba a pesar de todo entró a su departamento sin siquiera titubear.

—Noona no podía venir y me envió a mi —Yoongi lo miró unos segundos y luego desvió la mirada. No podía soportar los ojos llenos de ira del mayor.

—Sal de aquí, yo no te invité.

—Lo sé, ya te dije Noona...

—No me importa —lo interrumpió —no quiero verte, por favor sal de mi departamento.

Yoongi arrugó su ceño —No, no me iré. Puedes ignorar que estoy aquí, no te dejaré solo.

El azabache rió —¿Qué es esto? Una especie de lástima o ¿quizás el arrepentimiento hablando por ti?

—Hyung...

—¡No me digas así! —Seokjin tragó —aléjate de mi, por favor —sus piernas temblaron, el llanto era inminente, se iba a quebrar nuevamente.

—No. Ya te dije, no me iré y puedes gritar o patalear pero yo no me iré. No te voy a dejar solo. No de nuevo.

Seokjin negó con su cabeza y las lágrimas volvieron a salir de sus pequeños y cansados ojos —No hagas esto... ¿No te das cuenta que me duele que estés aquí? Me duele... Mierda, vete ¿si? Voy a estar bien.

Yoongi negó y se acercó lentamente, el azabache se tensó cuando quedaron frente a frente.

—No estás bien y quiero acompañarte. Puedes... —tragó nervioso al tenerlo tan cerca, podía sentir su calor, su respiración en su rostro, pero debía enfocarse en ayudarlo, en que confiara nuevamente en él —puedes odiarme todo lo que quieras y odiar el hecho de que este aquí, pero no me iré.

Seokjin paseó sus ojos por todo el hermoso rostro de Yoongi, miró sus cejas, su bonita nariz y sus labios tan bonitos y apetecibles.

Pero y aunque anhelara el poder tenerlo entre sus brazos de nuevo, él no se podía engañar a sí mismo. Seokjin se conocía y sabía que era un hombre rencoroso, él no era de los que perdonaba tan fácil, estaba mal lo sabía, pero tenía rabia contra Yoongi. Todavía estaba enojado.

—Haz lo que quieras —Seokjin se alejó por la sala y se metió en su habitación.

Yoongi suspiró y llegó hasta la cocina. Miró las botellas de vino vacías y su corazón se apretó en su pecho. Le dolía tanto pensar en Seokjin borracho y solo.

Tomó una a una todas las botellas y las metió en una bolsa. Se acercó al lavaplatos y arrugó su ceño al ver parte del vino tirado ahí, acumulado.

Abrió la llave y dejó que todo el licor se drenara. Luego puso la tetera a hervir y comenzó a preparar un desayuno rápido.

Cuando quince minutos después tenía todo listo lamió sus labios nervioso, pero se armó de valor y con manos temblorosas levantó la bandeja y caminó hasta la habitación que tantas veces habían compartido.

Tantos recuerdos en un solo lugar.

La puerta estaba abierta por lo que fácilmente se metió dentro de esta. Observó la habitación, la decoración era la misma de hace un año, pero ya no estaba el geranio que él le había regalado cuando le pidió ser novios, tampoco estaba su fotografía de cuando tenía cuatro años y que se la había regalado cuando terminaron la primera vez.

¿Cuánto más podrían rescatar de su historia de amor?

Dejó la bandeja en la mesa auxiliar y lentamente acercó su mano hasta el hombro del azabache que estaba de espaldas a él.

—Te traje algo de comer.

Escuchó un suspiro y luego observó como Seokjin se removió debajo de las sábanas y se sentó en la cama.

—No es necesario que hagas esto por mi, yo puedo ir a hasta la cocina y preparar algo.

—Lo sé.

Seokjin cerró los ojos dos segundos y cuando los abrió se dejó envolver por el cariño que veía en los ojos de Yoongi. La preocupación era tan visible en ellos que de pronto quiso dejar que volviera a entrar a su vida, fácil y rápido, de la misma manera que lo había hecho cuando lo conoció en la universidad.

—Gracias —fue todo lo que dijo antes de comenzar a comer.

Yoongi tomó su taza de café también y mordió despacio una de las tostadas con huevo que había hecho.

Comieron en silencio, de vez en cuando Jin miraba a Yoongi, pero eran solo segundos fugaces que para el menor eran una pequeñísima esperanza. Una pequeña puerta que Seokjin le estaba abriendo para ganarse su corazón nuevamente.

—Boté la basura —dijo de pronto Yoongi, su voz ronca y más baja que lo habitual.

—Gracias, no tenías que hacerlo.

—¿Tomaste?

—No voy a responder eso, menos a ti.

Yoongi mordió su labio pero asintió moviendo su cabeza. La actitud indiferente y dura del mayor era algo completamente nuevo para él y lamentablemente no sabía como manejarlo.

—Iré a lavar esto.

—No, déjalo ahí, yo lo haré cuando te vayas.

—No me iré.

Seokjin endureció sus facciones y se levantó molesto de la cama. Estaba en pijama, una camiseta holgada y un pantalón corto que Yoongi se obligó a no mirar.

—No es como si puedieras estar aquí si yo te echo.

Yoongi también dejó la cama —¿Me vas a echar?

Jin tragó —Me iré a duchar.

Yoongi quería tirarse sobre él, besarlo y decirle que se ducharan juntos. Pero obviamente no dijo nada para no desatar la ira del mayor. Era muy luego para hacer bromas o insinuaciones. Tenía que ser más cauteloso si quería que Seokjin siquiera pensara en darle una nueva oportunidad a su tan gastada historia de amor.

Vio al mayor meterse al baño y luego de varios minutos salir con una pequeña toalla atada a su cadera. Tragó saliva mientras lo veía deambular cerca de él buscando su ropa tranquilamente con esa toalla que parecía que se caería en cualquier momento.

—Me quiero vestir ¿Quieres salir? —Seokjin se paró frente a él —¿O quieres ver?

Yoongi iba a responder cuando el azabache se quitó la toalla quedando completamente desnudo. Seokjin lo miró y se acercó un poco más.

—¿Cómo es él? —sus ojos estaban furiosos —¿La tiene más larga? O quizás... ¿Más gruesa?

—¿Qué?

—¿Besa mejor que yo? —Seokjin se acercó un poco más —Dime... ¿Que hizo para que mandaras a la mierda lo que teníamos? ¿Que tiene él que te hizo romper nuestra promesa?

Los ojos del rubio se llenaron de lágrimas, eso no era lo que había pasado, quería decirle que nadie se comparaba a él, que lo que había pasado esa maldita noche había sido un error, que no pensó más allá. Quería decir tanto.

—¿No vas a decir nada? —Seokjin lo tomó de la mandíbula, no fuerte, solo un poco para que sus ojos se miraran.

—Yo... —tragó saliva, no podía estar excitandose de esa manera por tener a Seokjin en ese modo salvaje. —Él no es nada de lo que dijiste... Yo solo cometí un error, me dejé llevar por la soledad, me dejé tentar —una pequeña lágrima cayó por su mejilla pero no la limpió, no quería ni mover un dedo.

—Tentación... Que buena palabra elegiste Yoongi —su voz sonaba tan sarcástica —¿Sabes cuántas veces me pidieron mi número? Te digo hombre, que cuando me declare abiertamente homosexual me llovieron los hombres pero ¿Sabes qué? Jamás le di mi número a nadie, jamás dejé que un hombre se acercara a mi... ¿Porqué querría tener algún acercamiento con otro si te tenía a ti? A la distancia pero te tenía ¡Maldición Yoonie! ¡Nos teníamos! —Seokjin se alejó y tomó su pantalón, se vistió y Yoongi vio sus ojos tristes. —Te di mi vida entera, te pedí matrimonio Yoongi y tú me fallaste —su voz finalmente se quebró y se permitió llorar —cuando te decía que eras el hombre más importante para mi yo no estaba mintiendo. Nunca mentí en mis sentimientos hacia ti.

El rubio comenzó a llorar silenciosamente mientras lo escuchaba, se había equivocado y lo sabía. Yoongi no pensó y se acercó hasta Seokjin y lo abrazó por la cintura fuerte. El azabache rechazó el abrazo pero el menor lo apretó un poco más —Lo siento Hyung, lo siento tanto, te amo, te amaré por toda mi vida, te lo juro —sollozó —fui un imbécil y te perdí... Por favor Jinnie —lloró en su pecho. Seokjin ya no lo estaba alejando —incluso si me odiarías yo seguiría amándote Hyung.

Jin sorbió su nariz y pasó una mano por el cuello de Yoongi y acarició sus cabellos —Ese es el problema más grande Yoongi, yo no te odio... Nunca te he odiado ¿Cómo podría odiar al hombre que sigo amando?

El rubio alzó su cabeza y se miraron por largos minutos sin decir nada, solo mirándose, debatiendo diferentes cosas en sus cabezas. Yoongi se debatía si besarlo o no, y Seokjin se debatía si una tercera parte en su historia se podría realizar.

Seokjin bajó la mirada mientras su otro brazo se colaba detrás de la nuca del menor. Suspiró derrotado ante el hermoso hombre que tenía frente a él.

¿Porqué se sentía tan débil ante Yoongi?

—Yoongi yo...

El rubio lo hizo callar con un tímido beso. Sus labios tocaron los ajenos suavemente, se separaron inmediatamente después de eso y Yoongi apreció que ya no había furia, ni enojo en los ojos de Seokjin.

—No creo estar listo para más Yoongi... Lo siento.

—No digas nada Hyung, por mientras está bien para mi —le sonrió mostrando sus pequeños dientes —yo te voy a conquistar de nuevo, voy a luchar por ti.

Seokjin sintió su pecho cálido ante la idea de Yoongi jugando todas sus fichas por él. Se dejaría reconquistar, porque lo amaba y no le importaba lo que dijeran los demás.

Se quedaron abrazados en medio de la habitación y solo finalizaron su abrazo cuando Holly entró en el dormitorio.

Yoongi lo tomó en brazos y Holly pareció reconocerlo porque comenzó a mover su cola y lamió su rostro varias veces.

Seokjin sonrió.

Yoongi le dio una tímida mirada, para luego dejar al perrito en el piso.

—Parece que te reconoció —dijo el mayor mientras veía a su perro buscar uno de sus juguetes que estaba tirado cerca de la puerta del baño.

—Si...

Seokjin suspiró y caminó por su habitación hasta llegar a su escritorio. Cuando volvió lo hizo con su billetera y unas llaves.

—Entonces... ¿Quieres ir a caminar? Me haría bien tomar un poco de aire.

—Si, eso estaría bien.

El mayor asintió y salió de su habitación siendo seguido por el rubio. Este dejó comida y agua para Holly. Se puso su chaqueta y salieron finalmente.

No sabían que iba a pasar mientras salían del ascensor rumbo a la calle.

Pero una cosa era bastante clara...

Ambos se amaban y si existían segundas y terceras oportunidades... Ellos lucharían por obtenerlas.

La vida se encargaría de poner sus sentimientos en orden.

Ellos ya habían dado el primer paso.


≪ °❈° ≫

Recomienden una canción para este capítulo xd.

Muchos cariños a mis lectoras ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top