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Dedicado a una de mis lectoras que hoy está de cumpleaños!!
🎂🍸🎈🎁 KimJinDelia
Ten un hermoso día y este capítulo es para ti!!
Espero que te guste 💜
—
Yoongi se limpió las lágrimas y salió de su habitación. Fue hasta la cocina por un vaso de agua y cuando ya lo tuvo en su mano se lo tomó de un sorbo disfrutando de la refrescante sensación en su garganta.
Enjuagó el vaso y lo dejó en el pequeño mueble en donde guardaban los pocos utensilios que usaban para su día a día.
Iba de regreso a su habitación cuando la puerta principal se abrió dejando ver a Jaebum con dos bolsas en sus manos.
—Fui por algo de alcohol ¿Te animas? —el chico dejó las bolsas sobre la isla de la cocina y comenzó a desempacar lo que había comprado.
—¿Que trajiste? —Yoongi se paró a su lado.
—Cerveza y unas golosinas para más tarde. También traje tu helado preferido.
—¿En serio? —el azabache abrió la bolsa que estaba cerca de él y la abrió para sacar el helado.
Jaebum rió y sacó las cervezas para meterlas al mini refrigerador que tenían en el dormitorio.
Yoongi hizo lo propio con el helado y luego se encaminó hasta su habitación para ponerse algo más cómodo.
Cuando salió, a los minutos después, Jaebum tenía todo listo sobre la mesa de centro.
Yoongi se sentó a su lado en la alfombra y aceptó la cerveza con gusto.
Pasaron los minutos y ellos estaban en silencio.
Jae sabía que algo había pasado para que Yoongi estuviera con él tomando cerveza y comiendo golosinas y frituras, en vez de estar con su novio en una vídeo llamada. Quería preguntar, pero no sé atrevió y simplemente se quedó al lado del azabache en silencio.
Yoongi miró su cerveza y tomó otro sorbo largo hasta que la terminó. Jaebum lo miró y Yoongi cuando tuvo la lata abierta también lo miró.
—¿Qué?
—Nada —Jaebum tomó de su cerveza ya sin mirarlo.
—Desde que llegué aquí que no tomaba alcohol.
—Lo sé, pero no tomes tan rápido, te puede hacer mal.
—Aburrido.
Yoongi apoyó su espalda en el sofá que adornaba su pequeña sala y echó su cabeza hacia atrás.
—Solo que no me gusta limpiar vomito Min, te digo que mi antiguo compañero tomaba como si se fuera a acabar el mundo. Llegaba arrastrando los pies día por medio. Otras veces tomaba solo en su habitación y vomitaba todo el lugar.
Yoongi hizo una mueca de asco y luego se rió —¿Cuánto tiempo viviste con él?
—Dos meses. No aguanté y pedí que lo cambiaran a otra habitación.
—Lo siento por eso... Yo no haré eso no te preocupes, solo quiero quitarme la molestia que tengo, simplemente eso.
—Está bien, confío en que conoces tus límites.
Jae abrió un paquete de papas fritas y se metió un puñado a la boca. Yoongi volvió a tomar otro sorbo y dejó la lata sobre la mesa.
—¿Deberíamos poner algo de música? Está todo muy silencioso.
—Ajá. Si, hagamos eso.
Jae tomó su celular que estaba en el piso y lo revisó con el ceño fruncido.
Yoongi lo observó un momento antes de desviar la mirada y centrarse en otra cosa.
La música comenzó y el azabache se rió por la elección de su castaño compañero —¿Radiohead? ¿Es en serio?
El contrario se encogió de hombros —Me gusta, no sé porque todas las personas piensan que sus canciones hacen sentir tristeza cuando la escuchan.
—No es como si no me gustan Jae...
—¿Estuviste llorando Yoongi? —el castaño lo miró y se acercó un poco más.
—No quiero hablar de eso —Yoongi fijó la mirada en su compañero esperando que dejara de acercarse.
Jaebum alzó su mano y lentamente la acercó al rostro del contrario. Con el dorso de esta acarició el suave rostro de Yoongi y se deleitó con la vista frente a él.
Yoongi lejos de alejarlo y mandarlo a la mierda, se acercó a ese gesto y cerró los ojos.
Estoy aquí para ti Yoongi, mírame.
Jae siguió tocando y mordió sus labios reprimiendose de hacer algo más. Apretó en puños su mano libre y humedeció sus labios cuando vio los de Yoongi entre abiertos. Se acercó un poco, solo un poco, pero su celular comenzó a sonar y Yoongi se levantó hacia el baño.
El castaño maldijo su teléfono y lo contestó mientras esperaba que Yoongi volviera a su lado.
En el baño Yoongi se apoyó en el lavamanos y agachó su cabeza con los ojos cerrados.
¿Qué mierda le pasaba?
¿Tan falto de cariño estaba que necesitaba las caricias de otro hombre que no fuera su novio?
Se mojó la cara y se la secó rápidamente.
Seokjin no lo merecía.
Estaba a punto de mandar a la mierda su hermosa relación por... ¿Porqué realmente?
Si ese teléfono no hubiera sonado ¿Que hubiese pasado entre ellos?
Yoongi suspiró.
No. No pasaría nada porque Jae era hetero, él lo sabía.
Y él debía tener el maldito control de sus impulsos, tenía la confianza de Seokjin y su amor, no podía ser esa clase de persona. No.
Él respetaría a su hombre.
Salió del baño y no encontró a Jaebum en la sala, por lo que se acercó hasta la mesa para recoger lo que había consumido para botarlo a la basura. Cuando iba de vuelta a su habitación su compañero salió de la propia vestido completamente de negro.
—Saldré finalmente —Jae lo miró con un brillo especial en los ojos.
—Pero son las doce... —Yoongi se mordió la lengua y aclaró su garganta —Que te vaya bien entonces... No olvides tu llave como la última vez.
—No, aquí la tengo —la mostró y sonrió.
Yoongi asintió sintiéndose muy incómodo después de dejarse tocar por su compañero.
—Entonces nos vemos. Descansa Yoongi.
—Gracias.
Jae lo miró por última vez y salió rápidamente del dormitorio.
Yoongi se pasó una mano por su cabello cuando finalmente quedó solo. Se encaminó hasta su habitación y cerró la puerta con seguro cuando ya estuvo dentro de esta.
★☆★
Seokjin se sentó en el sofá ya tan conocido para él en la casa de los Min. Lo miró y sonrió al recordar todos los besos que se habían dado con Yoongi en el sofá de la abuela Min.
Apoyó su espalda en el respaldo y no alcanzó a ponerse cómodo cuando tocaron el timbre de la casa. Hye gritó desde la cocina que Seokjin abriera la puerta y este obedientemente lo hizo.
Cuando la abrió una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.
Hoseok y su pequeña de casi tres meses estaban parados en la puerta.
—Hola Hobi.
Seokjin se corrió para que entraran ambos y no cerró la puerta esperando a Soyeon, pero ella no se veía por ningún lado.
—Vinimos solos Hyung.
El rubio cerró la puerta y se acercó a ellos. Volvió a sonreír al ver a Hana durmiendo tranquilamente.
—Hyung, ¿Puedes tomarla en brazos mientras voy a buscar sus cosas al auto?
—Claro —el rubio se sentó en el sofá y Hoseok le entregó a su bebé para luego salir por la puerta principal.
—Hola cosita hermosa —el rubio acarició las pequeñas mejillas de la bebé y sintió su pecho cálido mientras la miraba.
Hye salió de la cocina y se sentó junto a Seokjin.
—La princesita está cada días más grande.
—Si. Está preciosa.
—¿Dónde está Hobi? —preguntó Hye levantándose del sofá.
—Fue a buscar las cosas al auto.
—¿Y andan los dos solos?
—Si. Solo ellos.
Seokjin y su suegra se miraron y ambos lamentaron que Hoseok desde que la bebé había nacido siempre estuviera solo. Soyeon rechazaba a la bebé y ni siquiera le daba leche materna, simplemente la chica había continuado su vida como si nada hubiera pasado.
Habían vivido juntos durante el embarazo en casa de los Jeon, pero prontamente Hoseok comenzó a sentir que no era bienvenido en ese lugar y se mudó de vuelta con su hermana.
Actualmente Soyeon iba unos días a la semana a la casa de los Jung.
Ella se había olvidado de su bebé.
—Hoseok no quiere aceptar mi ayuda —dijo Seokjin mientras mecía a la bebé —Sé que es muy pequeña para dejarla en una guardería, pero puedo pagar por alguien que la cuide mientras él está en la universidad, de hecho contacté a una estudiante de último año de enfermería. Mi amigo Jungkook me habló de ella y hasta la entrevisté.
Min Hye sonrió con afecto hacia Seokjin. El chico siempre quería ayudarlos a todos y ella estaba sumamente feliz de que su hijo tuviera a alguien así en su vida.
—Hablaré con él. Siempre me escucha.
—Eso ayudaría a que pueda estudiar más tranquilo, no quiero ni imaginar lo difícil que debe ser estar cuidando a una personita tan pequeña y tener miles de responsabilidades más.
—Es muy díficil hijo, por eso hay que aceptar una mano cuando alguien te la ofrece.
—Jiwoo me dijo que él no está durmiendo en las noches, que la bebé despierta cada dos horas para comer.
Hye suspiró y se movió hacia la puerta para dejar entrar a Hoseok.
Este entró con un enorme coche para que Hana pudiera dormir, su bolso en donde tenía muchos cambios de ropa, pañales, leche y muchas cosas más.
—Ahora si —Hoseok se acercó a Seokjin y estrechó su mano, luego saludo a Hye con un abrazo —Gracias por invitarnos a almorzar, no tenía ganas de cocinar hoy.
—No te preocupes hijo, mientras tenga mi día libre puedes venir a comer cuando quieras
—Lo agradezco —Hoseok miró a su bebé que aún estaba en brazos de Seokjin y dejó el bolso sobre el sofá.
Abrió el coche y luego tomó a Hana en brazos para acostarla.
—Solo falta que llegue Dahyun y Mingyu y nos sentaremos a comer. Tengo todo listo.
Hoseok tapó a su bebé y se sentó en el sofá para poder mirarla. Hana solía dormir bien, pero de todas formas debía estar pendiente.
Hye volvió a la cocina y Seokjin miró a Hoseok —¿Cómo han ido las cosas últimamente?
—Cansadas —rió —pero creo que lo estoy haciendo bien —Hoseok mordió su labio, tenía grandes ojeras bajo sus ojos y estaba más delgado que la última vez que el rubio lo había visto —necesito un abogado. Quiero la custodia completa de Hana.
Seokjin asintió —¿Pensaste en mi propuesta?
—Hyung yo...
—Piensa en los beneficios de ambos, la bebé necesita que tu tengas energía para ella, que estés con todos tus sentidos. Sé que lo estás haciendo bien y ni te imaginas lo orgulloso que me siento por ti Hobi... Pero estas sobrepasado y aceptar eso no es malo, yo te puedo ayudar, lo sabes.
—Lo sé. Pero ya no quiero abusar, estás ayudando a Jiwoo en sus estudios y... Dios, haces tanto por todos Hyung.
—Estamos hablando de ti y Hana. Puedo conseguir un abogado y la cuidadora de Hana. La cuenta que abrí hace un par de meses atrás está ahí para que la uses... Déjame ayudarte Hoseok.
El menor se rascó la cabeza pensando en mil cosas a la vez, realmente estaba cansado, no estaba siendo muy bueno en sus clases y la mayoría del tiempo se estaba durmiendo de pie. Cada vez que tenía que alimentar a su bebé se quedaba dormido en posiciones muy peligrosas para ella.
No estaba dando lo mejor de sí en ninguna de sus responsabilidades.
—Bien Hyung, acepto la ayuda.
—Muy bien... Sabía que eras un chico inteligente.
Hoseok rió —Pero voy a devolver todo la ayuda.
—Oh dios —Seokjin alzó los ojos divertido.
—Gracias Hyung, en serio... Después de la muerte de mis padres toda ha sido muy díficil para Noona y para mí. Pero gracias a ti hemos podido avanzar y nunca podremos devolverte todo lo que has hecho por nosotros... Tú confiaste en mí y en mi hermana...
—Y lo haría de nuevo, puedo ayudarlos y lo seguiré haciendo mientras ustedes quieran. No me imagino lo difícil que tiene que haber sido perder a tus padres tan joven y Jiwoo hizo un espectacular trabajo ayudando en tu crianza, ustedes solo necesitaban un empujón. Estoy seguro que Jiwoo será una excelente periodista y tú un bailarín de renombre... —miró a la bebé un momento y luego volvió a mirar al menor que tenía los ojos brillantes —Y el mejor padre que Hana pudo haber tenido.
Hoseok lo abrazó tímidamente mientras limpiaba disimuladamente una lágrima de su mejilla.
Tocaron la puerta y Seokjin se levantó a abrir.
Dahyun y Mingyu entraron de la mano y luego de saludar al mayor se acercaron hasta donde Hoseok que estaba aún sentado en el sofá.
Dahyun lo saludó y luego de fue directo a ver a la bebé que seguía durmiendo tranquilamente en su coche.
Min Hye llamó desde la cocina y prontamente estaban todos reunidos en el comedor.
—Podriamos llamar a Yoon... ¿Que hora es allá?
Jin miró su reloj —Debe estar durmiendo, allá son las doce de la noche.
Hye asintió y aunque extrañaba a su hijo en su mesa estaba contenta por las personas que ese día la estaban acompañando.
En pocos años su pequeña familia de dos se había transformado en una mucho más grande y ella estaba satisfecha de que así fuera. Por años tuvo miedo del futuro, miedo de que Yoongi no pudiera formar lazos seguros con otras personas...
Pero ahora todos sus miedos habían quedado atrás.
Miró la mesa nuevamente y una sonrisa amorosa se dibujo.
Cada persona era importante en ese lugar y sabía que su hijo debía estar tan contento como ella de tenerlos en sus vidas a todos ellos.
🖤🖤
Yo no pensaba publicar hasta la próxima semana, pero una de mis bellas lectoras está de cumpleaños hoy y esa es razón suficiente para escribir ❣️.
Ahora sí que tengan un lindo fin de semana 💖
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