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Yoongi se apoyó en el marco de la puerta mientras observaba a su novio. Seokjin estaba leyendo un libro sentado en la cama con sus gafas puestas.
—Esta es una imagen que quisiera ver por siempre, no te muevas.
El menor entró en la habitación y fue hasta donde había dejado su cámara temprano ese día y se paró donde mismo había estado antes. Seokjin lo miró mientras este se movía por todo el lugar.
Seokjin todavía tenía el libro en sus manos, su cabello rubio estaba abierto en su frente y unas gafas redondas adornaban su bonito rostro.
Yoongi tomó tres fotografías y sonrió cuando las revisó. Eran simplemente perfectas.
Se acercó hasta la cama y besó a su novio como si no lo hubiese visto en años.
Jin jadeó y llevó su mano hasta el cuello del menor para que no se alejara. Yoongi apoyó su mano en el firme pecho del rubio. El beso acabó cuando Holly entró corriendo a la habitación y comenzó a mordisquear el pantalón del azabache.
—¡Hola bebé! —lo tomó en brazos y le dio muchos besitos es su cabecita —¿Me extrañaste?
—Si.
Yoongi miró a Seokjin y ambos se rieron.
—Estoy respondiendo por él —el rubio se encogió de hombros mientras seguía con la mirada a su novio que se movía con el perro en sus brazos por la habitación.
—¿Has visto mi pasaporte?
—¿Cuál?
El menor se rió mientras dejaba al perro sobre la cama.
—El pasaporte real, no el falso.
Seokjin asintió —El real está en la isla de la cocina.
Yoongi salió de la habitación y cuando volvió tomó su cámara de nuevo para sacar la última foto de la noche. Esta vez su lente enfocó a su cachorro junto al amor de su vida. Ambos sentados en la cama mientras Seokjin lo acariciaba.
—¿Te faltan muchas fotos?
—Ya terminé aguafiestas.
Seokjin se quitó sus gafas y las dejó sobre su mesita auxiliar.
—¿Cómo estuvo la cena?
—Bien.
—¿Solo bien? ¿No tienes nada para contar?
—Si, algunas cosas pero primero me daré una ducha y luego hablamos ¿Si? —se sentó en la cama y dejó un beso en sus esponjosos labios —no te duermas aún.
—No lo haré. Te espero.
Holly ladró hacia la ventana haciendo saltar a Seokjin del susto.
—Por dios Holly ¿Me quieres matar de un infarto?
—Eres tan miedoso amor —Yoongi se quitó la chaqueta para luego entrar en el cuarto que Seokjin ocupaba como armario y que era tan grande como su propia habitación.
—Eso no es verdad —se defendió.
—Tienes suerte, Holly va a cuidar muy bien de ti.
Yoongi volvió a acercarse y dejó un besito en su boca.
—Nos cuidaremos.
—Lo sé, va a estar muy bien contigo. Eres un excelente papá.
—Por supuesto. No podrías haber elegido mejor padre para Holly.
Yoongi le sonrió y levantó su mano para acariciar una de sus mejillas. —Siempre serás mi mejor elección amor.
El rubio se quedó mirándolo con su boca entreabierta y con millones de cosas que decir. Pero Yoongi un poco avergonzado se levantó y se metió en el baño sin decir una palabra más.
Seokjin miró a Holly que estaba echando en medio de la cama y suspiró.
Ya podía sentir de a poco el vacío que Yoongi dejaría en su vida.
Pero queriendo quitar esos pensamientos se levantó y tomó al perrito en sus brazos para llevarlo hasta su cojín gigante que tenía en la sala. Solo cuando Holly se quedó en ese lugar y aunque sus ojos brillaban Seokjin se dio la vuelta y volvió a la habitación, odiando la sensación de sacar al cachorro de su cama.
Cerro la puerta y se metió dentro de las sábanas de nuevo.
Mientras luchaba por no cerrar los ojos escuchaba el agua de la ducha deseando poder estar ahí frotando la espalda de su novio.
Cerró los ojos una vez, solamente para dejarlos descansar. El día había sido un poco agotador recibiendo tantas llamadas y mensajes.
Ni siquiera se dio cuenta cuando el sueño lo venció y no supo más de él.
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Yoongi se acostó al lado de Seokjin mientras lo observaba dormir. Él había planeado dentro de la ducha lo que sería la despedida definitiva entre medio de las sábanas con besos calientes y húmedos.
Pero ahora no podía dejar de pensar en lo malditamente afortunado que era. Ver dormir a Seokjin era sin duda una de sus cosas favoritas en el mundo.
Apagó su lámpara ya que era la única que estaba encendida y se acurrucó muy cerca de su novio. Este pareció despertar levemente, se dio vuelta y lo abrazó por la cintura haciendo estremecer todo el cuerpo del menor. Yoongi humedeció sus labios al sentir todo el cuerpo de su novio detrás de él.
Seokjin restregó su nariz en la nuca del menor mientras que con sus brazos lo atraía más a su cuerpo.
—¿Amor? —Yoongi murmuró.
Seokjin no respondió y solo se dedicó a dejar pequeños besos por toda su nuca.
El menor trataba de no moverse pero lo único que quería era frotarse contra el pene de su novio que ya lo sentía duro.
De besitos Seokjin pasó a chupar literalmente su cuello y ya en ese momento Yoongi entendió que su novio no estaba tan somnoliento como parecía.
Gimió cuando la mano que antes estaba en su cintura ahora masajeaba firmemente su erección.
—Siempre estás listo bebé, te amo tanto.
Yoongi se restregó un poco más en la dureza detrás de él y escuchó un gruñido. Sonrió con satisfacción mientras su cuello era devorado a besos.
Seokjin quitó las sábanas y se arrodilló frente a él.
Yoongi se humedeció los labios por la maravillosa despedida que iba a tener por segunda noche consecutiva.
El rubio buscó el lubricante y un condón y lo dejó cerca de él. Tomó los tobillos de Yoongi y lo tiró hacia su cuerpo, este rió echando su cabeza hacia atrás y Seokjin aprovechó de lamer el interior de sus muslos.
Yoongi cerró los ojos al sentir la cálida humedad en su entrada, ese acto ya familiar a esas alturas de la relación.
Se aferró a las sábanas mientras Seokjin introducía un dedo completamente lubricado. Sintió los suaves labios de su novio por toda su pierna mientras otro dígito entraba en él.
Se aferró más fuerte a las sábanas. Seokjin lo estaba abriendo y preparando deliciosamente.
El mayor se movió hacia arriba hasta sus labios y lo besó con ansiedad. Era su última noche juntos y las emociones se estaban mezclando con el deseo. Yoongi gimió y Seokjin quitó sus dedos para ponerse el condón y posteriormente lubricar su pene. Volvió a ponerse sobre él y alineó su polla para entrar lentamente. Pero Yoongi lo quería rudo, quería resentir su encuentro al otro día por lo que tiró sus caderas hacia abajo para que fuera completamente llenado.
Seokjin gimió y mordió su labio. Le robó un beso feroz a su novio mientras comenzaba a mover sus caderas.
El azabache arqueó su espalda y en cada movimiento que hacía el mayor, él lo encontraba a mitad de camino, por lo que prontamente ambos estaban cubiertos de sudor y lo único que salían de sus bocas eran gemidos y palabras entrecortadas.
Yoongi tomó su erección y comenzó a trabajarla rápidamente, necesitaba una liberación. Quería correrse fuertemente mientras Seokjin lo follara como si quisiera partirlo por la mitad.
Seokjin comenzó a hacer movimientos cortos y rápidos, que tuvo a Yoongi con los ojos en blanco por el placer que estaba sintiendo.
—Bebé...
Yoongi trató de enfocar su mirada borrosa hacia Seokjin. Este seguía embistiendolo sin parar y él sabía que pronto llegaría a su orgasmo y que lo haría ruidosamente.
—Bebé, te amo... Te amo tanto —Seokjin lo besó y gritó en su boca su liberación.
Yoongi cerró los ojos mientras también se corría por todo su abdomen y el del rubio.
—Dios —Yoongi no podía respirar —eres por lejos lo mejor que me ha pasado en la puta vida. Te amo más que a mi vida Kim Seokjin.
El rubio se rió y comenzó a dejar besos por toda su rostro.
—No puedo respirar amor.
—Te jodes, esta es mi última noche y la vamos a aprovechar.
Yoongi se rió mientras tocaba su trasero.
—Mmm, tienes razón, ahora se me está ocurriendo una manera de pasar la noche.
El rubio le lamió los labios y prontamente ambos estuvieron listos para cambiar de posiciones.
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Seokjin se ajustó su cubre boca antes de bajarse de su automóvil.
El aeropuerto estaba lleno de personas que iban para todos lados. Yoongi quien iba a su lado tan tapado como él se veía distraído y decaído.
Esa mañana habrían desayunado casi en silencio si no fuera porque Seokjin en todo momento no dejó de hablar y jugar con Holly mientras Yoongi los miraba con ojos tristes. Cuando llegó la hora de salir Yoongi lo había besado con tanto dolor y tristeza que Seokjin estuvo a nada de meterlo dentro de su habitación y no dejarlo salir nunca más de ella.
Yoongi apretó la mochila en su hombro y caminó hasta la zona vip en donde Seokjin había reservado un lugar para que pudieran tener algo de intimidad antes de su viaje.
Entraron al reservado y ahí estaban todos esperando para despedirse de Yoongi, este estaba más que sorprendido y su corazón se hinchó de felicidad al ver a su familia junto a la familia de Seokjin todos ahí reunidos por él.
Aceptó todos los abrazos de sus amistades y la familia de Jin. Conversaron un rato largo antes de que el rubio le hiciera señas para que se alejaran un poco.
Seokjin tenía sus manos en los bolsillos de su jeans negro, parecía tranquilo pero eso no era lo que estaba sucediendo en su interior.
Quería ser egoísta y llevarse a Yoongi lejos de ese lugar, quería estar con él y no dejarlo ir nunca más. Pero estaba bastante claro que eso no pasaría, esa beca era una enorme oportunidad para Yoongi, para perfeccionar lo que tan bien sabía hacer.
Él no podía cortar sus alas.
No.
Él tenía que apoyarlo. Siempre.
—¿Amor? —el menor lo miró con preocupación —¿Estás bien?
—Si, lo siento... Solo estaba pensando.
Yoongi mordió su labio y cerró los ojos —Lo siento por ponernos en esta situación.
—No digas eso... Esto es algo bueno, nosotros vamos a sobrevivir a esto bebé ¿Recuerdas nuestra promesa?
—Si —Yoongi lo abrazó por la cintura mientras ocultaba su nariz en el cuello del mayor.
—Haremos que resulte ¿Si? Mientras respetemos nuestra relación nada malo va a pasar.
—Lo sé. Te amo Jinnie —Yoongi se puso en puntillas de pies y besó sus labios tiernamente.
Seokjin no quería llorar, no quería que el último recuerdo de ellos dos juntos sea el de estar demasiado triste para no aprovechar los últimos momentos junto al menor.
—Eres lo mejor que le ha pasado a mí vida. El hombre que voy a amar hasta que me muera... Tanto así te amo Jinnie.
El rubio tragó pesadamente y cerró los ojos cuando Yoongi volvió a juntar sus labios. Las lágrimas comenzaron a deslizarse una a una lentamente y sin parar.
Prontamente Seokjin estaba sollozando en sus brazos y ahora era él quien escondía su nariz en el cuello del menor. No podía dejar de llorar porque sentía que una gran parte de su vida se iba en ese viaje junto a Yoongi.
El azabache lo abrazó más fuerte y sus lágrimas tampoco se hicieron esperar.
—Estaremos bien Jinnie... Y cuando vuelva ya nada nos va a separar ¿Si?
Seokjin asintió repetidas veces mientras sus cuerpos sufría los espasmos propios de un llanto desconsolado.
Yoongi acarició su espalda y a lo lejos pudo observar a Mingyu que los miraba con preocupación.
Yoongi hizo un movimiento con su cabeza y su cuñado se levantó del sofá en donde había estado desde que llegaron al reservado.
Seokjin siguió llorando y todas las demás personas en el lugar lo notaron.
El azabache sintió su corazón doler al verlo así. Estaba tan vulnerable y él era el gran culpable.
Mingyu llegó donde ellos y tomó a su hermano de los hombros —Vamos a tomar un poco de aire Hyung.
Yoongi lo soltó y los dos Kim salieron hacía uno de los pasillos para que Seokjin pudiera calmarse.
Yoongi apretó los puños sintiéndose la peor basura del mundo por hacer sufrir de esa manera a su novio.
—Va a estar bien amigo...
Yoongi asintió para Hoseok sin decir nada.
—Él había estado muy calmado, es bueno que haya pasado ahora ¿No?
—No lo sé... Me siento como una mierda.
—No digas eso... Esto es algo que ya sabían que iba a pasar.
—Pero eso no lo hace menos doloroso.
Hoseok suspiró y pasó un brazo por el hombro de su mejor amigo, de su hermano.
—Vas a ver como va a pasar rápido el tiempo y van a poder estar juntos de nuevo.
Yoongi se dejó abrazar por su amigo.
—Te voy a echar de menos hermano.
—Yo también idiota... No vayas a cagarla por favor.
—Me duele tu poca confianza —Hoseok rió y luego sonrió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Las limpió rápidamente. Odiaba que las personas lo vieran frágil y emocional.
—Cuídate ¿Si?
—Lo haré.
Se abrazaron un largo rato. Para luego darse unas palmadas en sus espaldas dolorosamente a modo de juego. Terminaron riendo y abrazándose por última vez.
Lo mismo pasó con los padres de Seokjin, Jiwoo y Jisoo.
Con Dahyun se había despedido el día anterior por lo que ella ese día no estaba en el aeropuerto.
Yoongi respiró tomando su mochila. Abrió la puerta e inmediatamente se encontró con el rostro de su novio.
—Creo que ya es hora.
Seokjin le sonrió, ya no habían lágrimas en sus ojos, estos solo estaban rojos producto del llanto.
Min Hye salió detrás de los dos hombres. En su mano apretaba un pañuelo para limpiar sus lágrimas una vez que Yoongi finalmente pasara por el control de equipaje de mano y definitivamente se vaya.
Mingyu que en ese momento también estaba junto a ellos se acercó para despedirse. También se emocionó y le deseó la mejor de las suertes, así como también prometió no perder contacto mientras Yoongi estuviera fuera.
Seokjin besó una vez más a su novio antes de dejarlo para que su madre se despidiera de él.
Hye lloró abrazada a su hijo mientras los altavoces del aeropuerto llamaban a los pasajeros a abordar el avión.
— Cuídate cariño, llámame cada vez que necesites la palabra de tu madre yo siempre estaré para ti no importa la hora ¿Si?
—Lo sé mamá —Yoongi la apretó aún más fuerte en sus brazos. Esta sería la primera vez que se separarían. Su madre había cumplido los dos roles desde la muerte de su padre y él estaba orgulloso de ella, por como los sacó adelante a los dos sin mucha ayuda —Estaré bien ¿Si? No te preocupes.
—No le puedes pedir eso a una madre Min Yoongi —dijo con lágrimas en los ojos.
El menor hizo humedeció sus labios y se separaron luego de un momento.
—Vendré apenas pueda. Te llamaré todos los días. No estés triste... No llores más por favor —su voz se quebró.
Otro llamado en el altavoz y finalmente Hye soltó a su hijo. Hoseok se acercó para consolarla y Yoongi miró a todas las personas que lo fueron a despedir y levantó su mano para darle finalmente darse la media vuelta.
Cuando iba a pasar al primer control se metió la mano al bolsillo y ahí encontró el anillo con el que Seokjin le había pedido matrimonio. Yoongi se lo puso y volvió hacia donde estaba su novio.
Seokjin arrugó su ceño mientras veía a Yoongi caminar hacia él.
—¿Bebé?
—Jinnie —Yoongi tomó sus manos y le puso el anillo que la noche anterior había tomado a escondidas desde la caja que descansaba en el escritorio del mayor.
—Yonnie... ¿Qué estás...?
—Si me quiero casar contigo... Yo fui tonto al decir que no aquella vez... Yo quiero todo contigo amor, todo.
Seokjin tragó mirando sus manos con los anillos puestos.
—Bebé... No es necesario... Yo puedo esperar por ti... Puedo hacerlo, yo...
—No esperes más Jinnie... ¿Quieres casarte conmigo?
—Claro que quiero —Seokjin se maldijo porque otra vez estaba llorando.
—Entonces lo haremos. Te amo... Gracias por estar en mi vida y amarme tal como soy.
Yoongi limpió sus lágrimas. Seokjin tomó suavemente su rostro y depositó el último beso antes de separarse para que Yoongi pudiera subirse a ese avión que lo llevaría lejos de todo.
Lejos de él.
Seokjin miró su mano y levantó la mirada en el momento que Yoongi pasaba el segundo control y lo perdió de vista.
Su pecho dolió, pero se obligó a ser fuerte y no llorar más.
Ahora tenía más esperanzas de que lo de ellos era más real que nunca.
Y quizás en un futuro cercano llegar al altar de la mano del hombre más maravilloso e increíble que había conocido alguna vez en su vida.
🖤🖤
Estoy triste... ¿Porque soy asi? 💔
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