F E L L ! G O T H.

[P r e f a c i o.]

Sentía cómo aquellos monstruos le inmovilizaban completamente, sólo viendo cómo aquel corpulento monstruo, a través de una brutalidad increíble, le golpeaba el rostro.

No sabía que hacer, o qué decir. El miedo y nerviosismo se apoderaban.

Intentaba liberarse, pero no daba un resultado efectivo, a no ser que quisiera recibir tirones de sus extremidades en un fallidos intento de descuartizarle.

Aquel monstruo simplemente se acercó al menor sin buenas intenciones, mientras este sólo lloraba.

Sólo se le vino una persona que podría salvarle en ese instante.

—¡PALETTE!— Gritó a todo pulmón (N/A:Sí, estoy consciente de que ws un esqueleto y no tiene pulmones, pero es una metáfora.) mientras su llanto se intensificaba. —¡A-AYUDA POR FAVOR!—

Quedó mirando el vacío y sentía un ardor en el lado derecho de su rostro.

《 Otro golpe...

Uno tras otro.

¿Por qué nunca sospeché que tú no ibas a ser diferente?

Tu eres igual a esos M O N S T R U O S.

01010000  01100001  01101100  01100101  01110100  01110100  01100101  00101110  00100000  》

Sintió cómo ponían una clase de prenda en su boca, para que dejara de quejarse de una buena vez.

En el momento en el que pensó que recorrerían su cuerpo con aquellas asquerosas manos nuevamente, escuchó un grito de miedo, proveniente de los monstruos que lo sujetaban, o bueno, del  que quedaba aún con vida, ya que los otros dos se habían transformado en polvo. Vio cómo aquel monstruo restante huía despavorido hacia quién sabe dónde, y cayo al suelo.

Su llanto se intensificó y sintió cómo unos brazos le rodeaban.

—Está bien, está bien, ya pasó.— Tranquilizó su mejor amigo, el cual tenía un poco de polvo en la ropa, aunque eso era lo de menos.

—P-P-Pa... Palette... E-Ellos i-iban a... — Habló entrecortado debido a su desesperación.

Sintió cómo su mejor amigo acariciaba su craneo con delicadeza.

Se aferró a el con más fuerza, se sentía seguro, protegido. Cómo si al lado de Palette nadie pudiera hacerle daño.

—Pero no pudieron. Ya pasó, Cupcake— Dijo Palette, poniendo aquel tierno apodo para él, intentando calmarle. —Y te prometo que nadie te hará daño mientras yo esté aquí para protegerte.— Prometió.

—¿M-Me lo prometes?— Interrogó el menor de una manera insegura.

—Te lo prometo, Goth.— Y dicho esto, sonrió, a lo cual, el de capucha negra le devolvió una tímida sonrisa.

—G-Gracias P-Pudding... — Respondió torpemente, y su mejor amigo río un poco, para después darle un corto choquesito de dientes.

—Te amo, cupcake.—

—Y yo a ti, Pudding.—

《Aunque yo tenía entendido que las promesas se cumplían...》

《Heh, que idiota soy, ¿no?》

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[A c t u a l i d a d]

Observaba cómo aquel esqueleto de atuendo militar paseaba por Snowdin con su débil copia, cómo la reciente y hermosa pareja que eran. Esto simplemente hizo que soltara un pesado suspiro y después una risa melancólica.

Ya lo había intentado todo para que Pudding volviera a su lado, pero todo era en vano. Él no le amaba, y no podía obligarle a esto.

—Heh... Yo también te amo, Pudding.— Habló mientras recuerdos venían a su mente, y lagrimas rodaban por sus mejillas. Limpio estas en vano, ya que seguían apareciendo.

Sólo se dio la vuelta, dispuesto a desaparecer de allí, aunque no sin antes desearle lo mejor a Palette y su actual pareja.

Abrió un portal sin siquiera saber dónde llevaba este. Sólo quería irse de allí.

«—Te amo, Cupcake.—» Aquellas palabras habían resonado en su cabeza, lo cual lo hizo sonreír suavemente.

Sin más titubeos, sólo saltó al portal, desapareciendo de Underfell, y de la vida de su Pudding.

Para siempre.