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ANTONIETA VIX:
Conozco muy bien a Maxine para saber que la está pasando mal con todo esto.
Admito que, aunque me tiene verde con todo el tema de Axen, la quiero ayudar a superarlo. Axen no le presta atención y, ¿para qué insistirle a alguien que no te quiere? Es una pérdida de tiempo, la verdad. He pasado por esto mil veces y quiero que ella tenga dignidad y se haga respetar. No como yo, que me dejaba usar y luego la pasaba mal.
Me estoy vistiendo para ir al partido de fútbol de hoy. La verdad es que no quiero ir, pero el hermano de Max va a estar ahí y... Bueno... digamos que me gusta. Claro que me han gustado varios chicos a lo largo de mi adolescencia, pero con él es diferente. Tenemos una conexión desde que nos conocimos. Jugábamos siempre cuando éramos niños y a veces dejábamos atrás a Maxine. Lo he visto con mil chicas pero creo que sentimos lo mismo por la forma en que nos miramos y me da cosa decirle a Maxine por miedo de que me deje.
Mi outfit es un short negro y una camisa blanca acompañado por un collar con una A. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras de mi casa. Leo y Anna están peleando por el control del televisor como siempre y mi mamá está tratando de calmarlos. Lo que es imposible, porque parece que están sordos o algo así. Les quito el control de las manos y lo pongo encima de la nevera en la cocina y mi mamá me regala una sonrisa de agradecimiento.
-Dejen de pelar, por favor. Me vuelven loca -les digo y salgo de la casa con mi carterita blanca.
Abro el auto con la llave y me monto. Tengo que ir a buscar a Nella y a Susana ya que sus padres no las quieren dejar salir. Se van a escapar. Y no los culpo, a veces podemos llegar a ser inventoras. Mi urbanización queda muy cerca de la casa de Nella y Susana está en su casa, ya que, según ellas, iban a hacer una pijamada. Eso se lo dijeron a sus padres. El plan macabro para escaparse.
Me adentro a la urbanización y giro a la derecha para llegar a la casa de Nella. Está al final de la calle. A lo que llego, me bajo del auto sin apagarlo y toco la ventana del cuarto de Nella. La casa es de una sola planta. Ella abre la ventana y sale con cuidado y le sigue Susana que está toda diva para solo un partido. Como me vuelven loca a veces...
-Hola, Antonieta -me saluda Susana con su tono sifrino que usa para molestarme y empieza a saludarme mil veces luego.
-Hola. Súbanse -indico secamente y lo hacen.
El silencio en el auto no es incómodo. Llegamos a un semáforo y aprovecho para mirar hacia atrás. Nella y Susana miran sus celulares.
-Hola, Antonieta -me saluda Susana como siempre lo hace para molestarme.
-Aaaaaayyyy, ya vas a empezar -me quejo y se ríe entre dientes.
El semáforo da en verde y arranco. Para pasar el rato, antes de que empiece el partido, vamos a Starbucks, donde se encuentra Maxine y sus dos hermanos.
Hay cierto rumor que a veces no me deja prestarle atención a las chicas cuando estamos todos juntos con sus hermanos: creo, si no me equívoco, que a Nella le gusta Zayd. Bueno, es normal es muy apuesto. Es un rubio con los ojos azul claro y tiene un cuerpo que cualquiera se muere. Lo malo de todo es que tiene novia y no creo que la quiera. Es como un bloque de cemento el chico, literalmente.
Llegamos a Starbucks y puedo ver por el vidrio que Max, Zayd y mi amor platónico, Andrew. Están sentados conversando. Nos bajamos del auto y abrimos la puerta de vidrio deslizándola hacia adelante. Max voltea y nos sonríe. Ella le dice algo a sus hermanos y se cambia de mesa. Ellos se quedan ahí y nosotras nos vamos a la mesa donde se sentó ella. Carga puesto una camisa negra holgada de Timberland y una licra morada pastel que le llega arriba de las rodillas. Su cabello está planchado y carga poco maquillaje. Nos abrazamos y nos sentamos.
-¿Qué onda? le saludo-. Estás preparada para ver a tu novio jugar?
-Ja, ja, ja, qué graciosa. No es mi novio y nunca lo será, ¿quedó claro?
Todas asentimos dudando. Es obvio que quiere que sea su novio pero no lo demuestra.
Normal en ella.
-¡Maxine! -exclama Susana-, no nos engañas; sabemos que lo quieres -le habla sifrino cuándo quiere molestar.
-Sí, ajá -rueda los ojos -. A mí no me gusta y punto.
-Claaaro. Te babeas por él desde el quinto grado. Y no entiendo qué le vez; es horrible.
-¡Claro que no! -se excusa.
-Ajá, te caché. Sí te sigue gustando -se pone roja al instante -. En serio, ¿qué le vez? Ni cuerpo tiene.
-Claro que sí. Practica fútbol y pone estados en Instagram haciendo ejercicio sin camisa y es como estar en el cielo... -suspira.
Nella está callada. Y lo que es raro, porque en este tipo de conversaciones es muy activa. Está embobada mirando a Zayd. A veces siento pena por ella ya que dudo que él le preste atención. Literalmente está babeando. No quiero que sufra como Maxine. Yo miro a Andrew, que mira con mucha atención a la camarera que se mueve de aquí para allá trayendo los smoothies y los dulces. Desearía que me mirara así. A veces lo veo mirándome, pero aún no estoy muy segura.
-Ey, ustedes dos -Maxine chasquea los dedos en la cara mía y la de Nella -. Agh, lo que me faltaba. A ustedes dos les gusta mis hermanos y luego dicen que yo tengo malos gustos -rueda los ojos.
-Es que tus hermanos están buenos. Mejores que Axen -dice Susana y nos reímos.
Un chico con un delantal negro con tatuajes nos viene a atender. Es muy guapo. Tiene los ojos verdes, musculos muy definidos, un piercing en la oreja y el cabello negro. MUY guapo.
-Bienvenidas a Starbucks, ¿qué desean ordenar? -el chico mira a Maxine con atención. Ella mira su celular; creo que no se ha dado cuenta que ha está aquí. Seguro está viendo los estados de Axen. El chico se llama Edén, lo dice en su placa que tiene en la camisa negra con el logo de Starbucks.
-Hola -Susana lo mira, apoyando su codo en la mesa y sosteniendo su quijada con la mano. Se ve que le gustó -. Qué te tienes de bueno aparte de ti?
El chico se sonroja y suelta una risa ronca.
-Tenemos brownie con helado, cheescake de fresa y limón, un café bombón que tiene abajo una torta pequeña y chocolate por dentro.
-¿Y en ese brownie con helado estás incluido tú? -le dice. Vaya forma de ligar...
Todas ya sabemos pedimos, solo falta Maxine, quien no para de mirar su celular.
-Eh... Señorita, ¿qué va a pedir usted? -le pregunta Edén a Max. Ella le quita sus ojos al celular.
-Nada, no tengo hambre. Gracias -le responde de mala gana.
¡Ja! Quien sabe qué habrá visto.
Después de pasar el rato hablando y Maxine con cara de perro molesto, todos nos estamos yendo al partido. Maxine se vino con nosotras y dejó a sus hermanos solos. Aún sigue molesta y está muy callada. Me preocupa, no quiero que esto le afecte y que sea mi culpa; solo trato de ayudar y no sé si la ayudo o solamente la estoy empeorando. Quiero que sea feliz con alguien que la quiera y la valore. Que la ame hasta el fin de los tiempos.
Llegamos justo a tiempo al partido y ella se baja sin ganas. Tiene cara de que se quiere tirar de un barranco. Normal en ella cuando se trata de amor.
Entramos al campo que está lleno de gente y los del salón. Veo que Elizabeth entra con una corneta en la mano y está sonando Daddy Yankee. Ella está con su cara de siempre y parece que no quería venir. Bueno, literalmente nosotras la obligamos pero a veces se deja llevar. Nos montamos en las gradas. Alaska está en la segunda grada con su grupito de amigas. Los chicos entran y luego entran los del otro instituto. Axen está de los más relajado y choca los puños con Sebastián. El entrenador les habla sobre algo a nuestro equipo. Luego el árbitro sopla el silbato y empiezan a jugar.
Axen lleva la delantera. Se la pasa a Sebastián y él da una vuelta con la pelota entre las piernas. Axen corre y le hace señas para que se la pase a él. Sebastián falla y sin querer se la pasa a un chico del equipo contrario. Axen corre y se la logra quitar. Él se la pasa a Sebastián, luego a Juan y luego Juan a Axen ya que él está cerca de la arquería. Él hace un gol y luego se levanta la camisa. Abajo tiene una blanca que dice Alaska con marcador.
Le dedicó el gol.
Todos los del salón se quedaron callados y miran a Maxine esperando una reacción. Axen se sale de la cancha y se dirige hacia donde está Alaska. Él se arrodilla y ella se tapa la boca con la mano.
-Siria ¿quisieras ser mi novia?
A Axen le brillan los ojos. Ella no dice nada. No espero que le diga que sí, porque ella tiene novio y lo ama demasiado.
-Ehhh... -musita.
Veo que a Maxine se le cristalizan los ojos y se baja corriendo, llorando y dejando sus cosas. Todos tienen la boca abierta por lo que acaba de suceder. Las chicas me miran esperando que corra hacia ella. No quiero ni imaginar como la está pasando. Debe ser horrible. Todas nos bajamos y vamos detrás de ella.
Solo espero que no se haya ido muy lejos...
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Pero te gusta más ella que yo
Desearía ser Heather...
Qué espectáculo para los ojos doloridos
Más brillante que el cielo azul
Ella te tiene hipnotizado mientras muero
Heather-Conan Gray.
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