AXEN PHILLIPS:

El ruido de la pistola no me inmuta. Mato a un ciervo y dejo la pistola en un tronco de madera. Me quito los lentes y los auriculares de protección. Entro a la cabaña de mi abuelo que está sentado con las piernas estiradas viendo una novela en el televisor pequeño y cuadrado que tiene.

Desde pequeño he venido aquí. Mi familia es alemana, y por ende, yo también. Nací en Alemania, pero luego nos trasladamos a Estados Unidos. Cuando tenía unos cinco años, mi papá y mi abuelo me enseñaron a disparar.

Agarro mi bolso de la mesa redonda de madera y me despido de mi abuelo diciéndole que dejé la pistola en el tronco de madera de siempre. Este lugar es como un bosque, pero la verdad es que es una granja muy grande en el que animales entran y practicamos lo de siempre. Entro a mi camioneta que está estacionada al lado de la casa y la enciendo. La calle es de tierra y hay muy poca grama en éste sector. Lo que no es malo porque hay protección por si te aparece una serpiente. O cualquier cosa pequeña.

Prendo la radio y conecto el Bluethooth y pongo Lo siento bb de Bad Bunny. Después de llegar a casa, mis padres están sentados en el mueble comiendo palomitas y viendo una serie de HBO. Euphoria, esa serie que odio con todo mi ser. Entro a mi habitación que ya la arregló la señora de servicio. Hay trofeos de fútbol en los estantes y diplomas por el mejor estudiante. Soy bueno, pero no lo presumo tanto.

Mi celular suena y veo quién está llamando. Siria.

-¡Hola! -exclama-. ¿Qué haces, lindo?

-Hola. Nada, ¿y tú?

-Igual. ¿Quieres salir a tomar algo? Te podemos buscar -propone.

Me lo pienso... Joder, tener que ver a Siria con su novio, abrazándose y besándose me da muchos celos...y envidia. ¿Qué tiene él que no tenga yo? Incluso soy más atractivo que él y no sé si ella lo pensará. Estoy muy desesperado... Desearía que él hiciera algo malo para que ella lo deje y venga a mis brazos.

Sin pensar tanto, le contesto:

-Sí, de acuerdo. Tranquila, voy en mi auto.

Salgo de mi habitación sin despedirme de mis padres y cojo las llaves de mi camioneta que estaban en el comedor. Salgo de la casa sin hacer ruido y el vecino de al frente, Sergio, me saluda con la mano y yo le devuelvo el gesto. Entro a la camioneta, la enciendo y me voy...

Llego a la pizzería y Siria está muy cariñosa con Peter. La verdad es muy incómodo. Pero no puedo hacer nada. Es mi amiga después de todo.

Me siento y ni me miran.

-Lo siento, Axen. No sabíamos que habías llegado.

-Ni te disculpes, tengo problema.
De repente entra Maxine, la chica del papel. La verdad me dio mucha gracia. ¿Por qué no me dijo nada antes? Fue muy estúpido.

Digamos que me llama la atención. No tanto como Siria, pero algo es algo. A veces puede ser tímida o al menos conmigo, pero casi siempre la veo bailando en educación física mientras ellas juegan kickingball y nosotros fútbol. Se ve radiante y carga un top sin tiras marrón y unos jeans. Su cabello castaño está planchado. Su cabello, cuando lo tiene suelto, es enrollado pero a veces se lo plancha. Yo opino que le queda mejor el cabello rizado, pero

-Peter, ¿viste eso? -Alaska señala el gran televisor que está guindado en la pared. Están mostrando un paisaje, o más bien, un lugar de vacaciones -Ahí me deberías llevar en vacaciones. Ya me imagino...-suspira.

Qué puto asco.
Máxime y sus amigos se sientan en la mesa de al frente. El camarero les trae la carta y ellos la leen, viendo que pedir.

Esto sonará muy loco, pero aunque me guste Siria, ella hace que despierte una curiosidad muy grande. De un día para otro no sucedió, pero creo que fue cuando me dijo que le gustaba por el papel. Antes nos hablábamos de cosas triviales y disfrutábamos de la charla. Solo lo hacía para que me ayudara a estudiar pero la pasaba bien. Ella es bastante agradable y sonríe mucho. Antonieta le susurra algo al oído y ella asiente. Se dirigen a los baños a hablar en privado. Después de dos minutos, salen y ella mira hacia acá sin querer. Se pone roja al instante pero luego me ignora. ¿Te gusto pero me ignoras? Quién la entiende...

La pizza vegetariana llega y no puedo parar de mirar hacia ella. Siempre mira a los demás y evita el contacto visual conmigo. El camarero le trae una pizza igual a la de nosotros y empiezan a comer. Nella, otra de sus amigas que también es mía, le dice algo y ella sonríe. Cuando come hace muchos gestos en la cara y siempre, siempre se limpia con la servilleta para no dañarse el maquillaje. Después de que terminan de comer, el camarero retira la bandeja y otro le trae un pastel mediano de Shawn Mendes. Sé muy bien que a ella le encanta ese cantante porque cuando hablábamos, lo mencionaba. Aparte de ese, uno con un libro abierto más pequeña. Ella le pasa el dedo a esa y su amiga le toma una foto mientras ella se chupa el dedo lleno de crema. Se ve linda y confiada. No cuando está cerca de mí que parece que se va a desmayar en cualquier momento.

-Ey -Alaska chasquea los dedos en mi cara y la miro-. No has tocado tu pizza. ¿Sucede algo?

Niego con la cabeza y como para disimular.

A lo que terminamos de comer y pagar, nos vamos. Llego a mi casa y me tumbo en mi cama. Me llega un mensaje de Nella.

Nella:

¿Estas listo para mañana? ¿Estudiaste?

Yo:

Se dice hola. Y sí, lo estoy. ¿Por qué?

Nella:

Porque el examen de matemáticas de mañana es en pareja y el profesor las va a elegir.

Yo:

Ah. ¿Y? No importa.

Nella:

Claro que sí. Adiós, señor amargado.

Yo:

Adiós, Nella. Graaaaacias por tu preocupación.
🙄

Me pongo a mirar las historias de Instagram y uno de Nella me sorprende: Están en un bar celebrando el cumpleaños de Maxine. Ella está bailando y tiene un vaso en la mano con un líquido rojo. Ah, ¿con que sí...?

Me levanto de mi cama y reviso mi armario a ver que me puedo poner. A lo que estoy listo, salgo de mi casa y me voy. Llego al bar que está colmado de gente y la veo a ella bailando con sus amigas y su hermano y el rubio sentados en unas mesas.

Aquí vamos...