♧ x8
《Mi océano :3
Era tan sensacional el poder sonreír apenas abría los ojos. Ni siquiera había tocado la merienda que Baba le había dejado en la mesilla junto a una nota que le informaba que el día de hoy estaría fuera junto al padre de Rodrigo, dejando al chico como su responsable.
《Hola, Melody, ¿cómo estás? :)
《No soy Melody, para ti soy Honguito. Y bueno, estoy cool :3 Todo día es hermoso siempre y cuando hable contigo. Me encantan los sábados :3
La chica no tenía ni idea de lo tan dichoso que le hacían sentir sus palabras. A tal punto que a veces olvidaba su condición.
《Pero, ¿no tienes que estudiar? Me habías comentado anteriormente que no sabías hacer las ecuaciones.
《u.u No estropees la conversación, mi océano. Por mí las ecuaciones bien podrían dejar de existir. Mejor cuéntame de tus días.
《Pues no hay mucho que contar. No existen grandes cambios en mi rutina.
《¿Tienes muchas amigas?
*Amigos.
¿Sería malo que le dijera que apenas tenía uno? ¿No sería esa una razón para burlarse de él?
《Tengo varios, pero apenas un mejor amigo.
De ese modo sintió que no le estaba mintiendo tanto, de eso se autoconvenció viendo el número de contactos que tenía en Facebook.
《Me imagino que debes ser el rey de las pibas en el bachillerato e.e Apuesto a que has dado muchos besitos.
¿Sería penoso decirle que a su edad nunca había besado a nadie? Sus pulgares se movieron por el teclado dactilar en el proceso de una nueva mentira, donde él decía haber dado alguno, pero se detuvo antes de darle al enviar.
《No, no he besado ha ninguna chica.
《O.o No te creo.
Ante esa respuesta se lamentó y pensó que en definitiva habría sido mejor mentir.
《Espera, has dicho que no has besado a ninguna chica, entonces, ¿te va ese carril? O.o
《¿Qué?
Dalai frunció el ceño, releyendo el mensaje de Honguito, no llegando a ninguna conclusión. ¿Carril? Sabía que ese era el nombre que le daban a la carretera de los trenes, pero no comprendía qué tenía que ver aquello con el tema de los besos.
《:0 ¿Realmente eres tan inocente o te haces?
《No entendí. ¿Podrías decirme a qué te referías? ¿Por qué hablaste de un carril?
《:oooooo
*me encorazona*
《¿Eh?
Dalai se hallaba cada vez confuso y ansioso a la vez. Un sexto sentido suyo le decía que eso del carril era algo malo, pero no quería dar tregua a su subconsciente.
《Bueno, te decía que si a ti quienes te gustan son los chicos. Que si eres gay.
Dalai era un ser de poco mundo, pero era curioso, y dicha curiosidad le había llevado a descubrir el significado de dicha palabra, una definición que de inmediato hizo que se sintiera ofendido.
《u.u No soy de ese "carril". No he besado a ningún chico ni soy gay. No soy homosexual. Soy heterosexual.
Esperaba que su explicación fuera totalmente clara y que no diera margen a nuevas dudas en lo respetaba su decisión sexual.
《¡Pues qué alegría me das! :3 por un momento pensé que no tenía oportunidad.
《¿Eh? ¿Oportunidad?
《Sip, de conquistar tu lindo corazón, océano >.<
¿Conquistar su...?
Su rostro sufrió una convulsión. Se llevó la mano al pecho, sintiéndose arder. Aquella chica estaba hablando de... ¿amor? ¿Por qué hablaba de eso? No lo conocía, siquiera sabía si le iba a gustar cuando lo viera...
Verle...
En sus ojos vio reflejada su larga cola, aquella parte nada humana que no podía pasar desapercibida de nadie. La parte más visible en él. La razón por la que tuviera aquella pesadilla en la que Honguito...
Negó. Aquellas palabras no podían ir dirigidas a él. Dicho sentimiento no era posible entre ellos, porque eso implicaría decirle la verdad, delatar su imagen ante ella, y eso... Era algo que nunca debía de acontencer.
《Melody, ¿segura no tienes cosas que hacer?
Por un instante pensó en rechazarla directamente, decirle que lo suyo era imposible, que no le gustaba. Así era, aunque fuera humano aquella seguiría siendo una realidad. Honguito no le gustaba en el sentido romántico. Para él era algo así como una adorable hermanita, pero sintió que decirle de sus sentimientos sería rechazarla, y eso implicaría herirla, por lo que creyó mejor cambiar de tema.
Una nueva campanita le alertó de un nuevo mensaje, sin embargo, al ver el chat no vio ninguna nueva letra, sino una extraña barra con un triángulo ladeado, el que reconoció como el botón del "play".
-¡No evadas mi confesión!
Escuchó la voz de Honguito. Su puchero. Era ella, la había reconocido. Le había enviado un mensaje de voz...
Volvió a escucharla. Parecía molesta, pero no le había gritado, era eso, apenas un puchero.
《¿Confesión?
《Sip, no era ninguna broma e.e En verdad quiero conquistar el centro de tu océano, Dalai.
Sabía que era un error que su cuerpo estremeciera ante sus palabras, que era incorrecto que sus mejillas se encendieran, que lo peor de todo era sentirse feliz por ello, pero no podía evitarlo, porque aún no siendo humano él poseía un corazón; una descontrolada manzana que se clavaba en su pecho.
《Ok.
《Océano se puso rojito >.<
《No me sonrojé.
《¿Te gustó mi confesión? :3
¡Demasiado instantáneas eran sus respuestas! Apenas podía procesar sus mensajes. Se hallaba en el olimpo del nerviosismo. Existía temor en sus dedos, en sí sería incorrecta su próxima respuesta, en sí debería rechazarla sin rodeos o seguir tratando de hacerla entender que estaba equivocada, que sus sentimientos no eran reales, pero, ¿qué podía decir él de sentimientos?
《No me lo esperaba. No sé qué decir. Me parece apresurado, por ese tema de no conocernos.
《Entiendo ^.^ sip, me apresuré un poco, pero es que quería decírtelo, porque en esto del amor hay que ser rápido y más tratándose de un chico hermoso como tú. Anda mucha lagarta suelta e.e
Su rostro ya no tenía espacio para la rojez. Sentía incluso que la cabeza le pesaba de tanta sangre acumulada.
《Ok.
《^.^
En esta ocasión Dalai casi sufrió una crisis nerviosa al escuchar el toque de llamada del messenger. Honguito y sus intentos de videollamada...
《Te dije que no me llames.
《Tranqui, ya apenas lo hago para molestar e.e Eso de que nos veamos en persona me parece una idea más hermosa ♡
Dalai recibió un nuevo mensaje de voz.
-Ya entiendo la razón de que no quieras videollamada. Tú lo que no quieres es que vea tu carita rojita hehe
《Yo no me sonrojo.
Por primera vez en su vida sintió la absoluta necesidad de mentir. Aquello era para proteger su orgullo. Ponerse rojo a todo momento no le parecía un asunto de machos. No se imaginaba a su amigo rojito apenas por comentarios de las chicas, más bien las imaginaba a ellas de ese modo.
《Que lo niegues te hace más adorable e.e Mi océano rojito.
Honguito disfrutaba inexorablemente de aquella sencilla pero que muy atesoradora conversación. Se sentía poderosa al hacerle enrojecer a Dalai. Ya quería verlo en persona, se había propuesto que lo primero que haría era avergonzarlo. Le urgía verle de ese modo.
-Este chico no puede ser de este mundo -Se dijo a sí misma, recordando los desvergonzados de su escuela, nada que ver con su lindo Dalai.
Se llevó la mano al pecho. Dalai podía repetirle mil una veces aquello de que su sentimiento era extraño, que no debía darse por un desconocido, pero no tenía asomos de duda, era real, tanto como la felicidad que le proporcionaban sus pláticas. Llegó a cuestionarse de sí no se estaba equivocando al respecto, de que quizás se sentía así por estar sola, por su mala vibra familiar. Pero no, no era eso, en verdad era amor e iba a luchar por él. En verdad quería cosquistar aquel corazón. Lo quería apenas para ella.
《¿Me envías un mensaje de voz?
Se le ocurrió escribirle.
Evidentemente no pensó que le fuera a hacer caso, su océano era un tipo muy reservado, muy protector de sí mismo.
Cuando eso en verdad ocurrió casi se le cae la quijada. En verdad le había enviado el dichoso mensaje de voz. Claro que no se esperó escuchar realmente su voz, sino un eterno silencio.
-¿Para qué quieres el mensaje?
Hundió su rostro en la almohada y lanzó un grito de leona. ¡omaiga! Era en serio, ¡le había enviado un mensaje de voz!
《O.ooooooooo
¡OMG! No eres tan reservado cuanto pensé.
《No me importa hablar por voz. Sólo detesto las videollamadas.
Error. Fue un gravísimo error el decirle aquello. Pronto fue bombardeado por un nuevo intento de llamada.
《Te dije que no quiero.
《¡No es una videollamada! ¡Es apenas por voz! e.e
La verdad es que no se había dado cuenta, estaba tan acostumbrado a colgarle que ni se dio al trabajo de leer.
《Ok. Llama de nuevo.
Y así ocurrió. Sus respiraciones fueron audibles para cada uno. Nerviosismo, fue el principio de aquella llamada. Melody era siempre la espontánea, la chispa de todo, pero cuando la situación se presentó fue incapaz de soltar palabra. Había enmudecido de pronto. Su corazón estaba tan loco...
-¿Melody?
Su manzana se encogió al escuchar su tierna voz, apretujada por los nervios, acompañada de su saturada respiración.
En sus labios se trazó una sonrisa. Aún presa de sus nervios se sintió capaz. Ahora ya era capaz.
-Hola, Dalai, ¿cómo estás?
Se sintió un tanto tonta al preguntarle eso, pues ya se lo había preguntado antes, es que... Su cabeza era apenas niebla en ese instante.
-Ah, bien, supongo. La verdad es que no sé qué decir... Esto es algo extraño por llamada.
-¿Por qué? -Fue capaz de decir.
-Pues... No sé, la verdad es que creí que iba a ser distinto.
-¿Distinto?
Cierto ardor comenzó a roer sus extrañas, haciéndole daño. Temía que Dalai se hubiera decepcionado por alguna razón.
-Pensé que me hablarías como de costumbre, con esa facilidad tuya, pero al parecer apenas eres así por el chat, ahora te siento tan cortada... Parece que hemos cambiado de papeles.
Escuchó su risa filtrándose en su oído derecho, haciéndola estremecer. Era tan hermosa su voz... Era como si estuviera en constante canto.
-¡Quise dejarte el privilegio! - Soltó, alzando la voz de un modo exagerado, la verdad es que no quería parecer débil frente a él, ni que la tachara de niña - ¿Acaso no te sientes como todo un rey? Quería que supieras cómo se sentía.
Quería parecer toda una orgullosa, la reina que siempre parecía ser, la que dominaba el chat, pero la verdad es que su temblorosa voz no se parecía en nada a la de una lider segura, sino más bien parecía el nuevo recluta oculto tras sus compañeros, tiritando, aferrado a su arma.
-Te siento muy nerviosa -Rio suavemente- Pensé que esto de la llamada sería más difícil, pero veo que es más sencillo que el chat. Me gusta.
Quiso bromearle añadiendo un "s" a su última palabra, mas no pudo, la pena le enajenaba.
-¿No dices nada? Me siento solo. Vamos, Honguito, di algo.
-¿Qué quieres que te diga? - Cuestionó abochornada.
Tonta, tonta, se riñó en sus adentros, sintiéndose tan pequeña. Odiaba su tartamudez, se sentía tan estúpida, ¿Dónde había quedado la Melody fuerte que se burlaba de él constantemente?
-No sé, siempre acostumbras a decir mucho. Creí que eras bastante lanzada. Yo por mi parte me siento tan relajado que hasta podría ponerme a cantar.
-Entonces canta.
Se percibió cierta emoción en su voz. Se moría por escucharle cantar.
-¿Eh? Era apenas un decir.
Pensó haber logrado que se avergonzara, pero su voz le dijo todo lo contrario. Realmente habían cambiado de papeles.
-Pero yo quiero escucharte.
-Bueno, está bien, aunque no sé cómo pongo una canción estando en llamada.
-Tampoco yo, pero puedo poner la melodía que gustes en mi computadora.
-Ok, en ese caso pon la de Photograph, esa me la sé de memoria.
Ningún tartamudeo. En verdad estaba totalmente relajado. Le hablaba como si la conociera de siempre, ojalá ella pudiera hablarle de ese modo, pero por primera vez se sentía muy apenada. Ella no era una chica tímida, de hecho era bastante directa, pero ahora con Dalai resultaba distinto.
-Espera un momento - Le dijo al tiempo que se dirigía a su vieja computadora -Unos diez minutos en que se encienda esta cosa.
Se rio nerviosamente, mientras sentía su mano fría y húmeda sujetando el aparato.
-Ok, no hay prisa. Después de que yo cante, ¿lo haces tú?
-Nah, yo canto horrible. Soy la tan conocida rompe cristales - Tecleó la contraseña y aguardó que el windows xp se iniciara.
Odiaba aquel trasto, el que tenía que usar muchas veces para varios trabajos escolares, salvo por ello no lo tocaba nunca.
-Ya se abrió, ahora a esperar que se cargue el YouTube.
-¿Qué tan vieja es esa cosa? -Cuestionó Dalai bastante impresionado -Vaya que es lento.
-Sí... Mucho.
Cuando finalmente la página se cargó pudo digitar "Photograph karaoke".
-Listo.
-Ok.
La melodía inició suavemente, apenas melodía, hasta que la voz que procedía del otro lado de la línea se fundió con ésta, causando un instantáneo golpe en el corazón de la muchacha. Tal y como había imaginado, la voz de Dalai era sumamente hermosa, el perfecto complemento para su bello rostro.
Cerró los ojos, apreciando con mayor detalle de aquel hermoso instante, uno que le supo a poco.
-Bueno, ya está -Dijo Dalai detonando cansancio -¿Y qué tal?
-Ah... -Melody todavía estaba en éxtasis -Ha sido increíble. Sin duda fue maravilloso...
Aquel joven era sin duda muy impresionante, tenía tantas razones para enamorar a cualquier chica que se le hacía difícil imaginar que nunca antes sus labios hubieran sido tocados.
-Gracias, la verdad es que me gusta mi voz -Dalai se sentía ciertamente emocionado, ya anteriormente había cantado. Baba y Rodrigo le habían escuchado, pero no se había sentido de semejante modo, las palabras de Melody producían en él un efecto totalmente distinto -Me encanta cantar en inglés, aunque no suelo hacerlo muy seguido.
-¿Qué no lo haces muy seguido? ¿Por qué? -Ella estaba ciertamente perpleja por semejante confesión -Ya deberías tener incluso un canal de YouTube, y no me vengas con que no te gusta exponerte, podrías compartir tu talento sin necesidad de mostrar tu rostro.
Finalmente sus palabras salían con soltura, con normalidad, la ambrosía del instante le había devuelto a ser ella misma.
¿Mostrar una parte de sí al mundo? No, se negó Dalai. No sería capaz. No existir implicaba el que nadie, absolutamente nadie, supiera de su existencia, ya estaba rompiendo la promesa al hablarle a Melody, pero con ella no sentía que estuviera haciendo nada malo...
-Eso de la fama y demás tampoco es lo mío, prefiero estar tranquilo - Dijo, preguntándose si dicho mundo le gustaría si fuera humano.
No, dio por sí negando dicha idea. No le gustaba el ruido, y ser famoso implicaba estar rodeado de ruidos constantes. Lo único que amaba de aquella prisión era la tranquilidad que se inspiraba. En definitiva no había nacido para pararse sobre un escenario escuchando gritos y aplausos.
-Entiendo, sí, la verdad es que da algo de rollo - Terminó dándole la razón.
Tampoco le gustaría que Dalai fuera el centro de atención de muchas mujeres. La sola idea de imaginarlo rodeado de varias féminas le molestó.
-Así es. Prefiero cantar para mí y para mis conocidos.
-Hablando de cantar, ¿no podrías cantarme otra canción? -Dijo en una especie de ruego.
-¿Otra? Uhmmm, vale. ¿Alguna sugerencia?
-¿Conoces la de Give you the world de Kyle?
-Sí, me encanta esa canción. También me conozco su letra.
-Perfecto, ahora te pongo el karaoke.
Una nueva odisea. Un concierto donde ella era la única espectadora, la única privilegiada.
Cerró los ojos e imaginó a Dalai frente a sí, sentado en una silla, cantando aquella hermosa canción con los ojos cerrados. Estiró la mano en su dirección, pero por mucho que se esforzó en tocarle, nunca llegaba a rozarle. Allí seguía él, inmóvil, distraído con la canción y... Muy lejos de su alcance.
Su corazón se oprimió. ¿Realmente era necesario conocerse más? ¿Es que acaso él no había sentido aquella conexión tan especial? El tiempo parecía para ella una mera excusa. Sugirió aquella canción por su mensaje, imaginando que él se la dedicaba, para sentirse amada, pero al final terminó sintiéndose melancólica.
-Gracias... -Dijo al final, cuando éste finalmente guardó silencio -Realmente eres un gran cantante...
-Muchas gracias, me alegra que te haya gustado.
Podía sentir a través de su voz una gran sonrisa, una cálida sensación de alegría, una verdad que de algún modo calmó su agónico corazón.
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