♧ x28
Jamás creyó que alguna vez correría como si su vida dependiera de ello. Bajo su húmeda camisa, agotada hasta la médula, la jovencita pasó el dorso de su mano por debajo de su barbilla, librándose del manto de sudor que cargaba.
-Lo logré... -Suspiró con profunda satisfacción.
-No, técnicamente te tardaste seis minutos y treinta y seis segundos en llegar. No has cumplido -Le informó Dalai del otro lado de la línea, rompiendo la boba sonrisa que colgaba de los labios de la muchacha.
-¿Qué? -Torció los labios, nada, pero que nada satisfecha con dicha sentencia - ¡Apenas fue un minuto! -Se quejó.
-Y treinta y seis segundos -Añadió Dalai, siendo ciertamente irritante para ella.
-Treinta segundos no son nada -Bufó, exasperada.
-Treinta y seis -Volvió a repetir como todo un metódico -Y en ese tiempo pueden ocurrir muchas cosas. Pudieron darse tantas situaciones en ese minuto y treinta y seis segundos...
-Ya, Dalai - Le riñó. Por primera vez en su vida tenía ganas de golpearle -Apenas fue un minuto y poco más. Merezco mi recompensa por lo tanto que me esforcé.
-No creo que sea correcto. Digo, imagina que todos los estudiantes le ruegan al profesor que les suban uno o dos puntos para lograr un aprobado. No creo que fuera justo.
-¡Dalai! -Lloriqueó -¡En serio he corrido como si mi vida dependiera de ello! ¡Quiero mi regalo!
Dalai torció los labios, pensativo, causando que un silencio se colara en su conversación.
-Mientras te lo piensas yo sigo en la calle -Canturreó ella, con la intención de molestarle tal y como él había hecho.
-Honguito... -Rogó él, verdaderamente preocupado.
-Nada de Honguito, no vas a convencerme usando mi apodo, sólo entraré al edificio si prometes enviarme ese vídeo -Melody comenzó a juguetear con el manojo de llaves, provocando, adrede, un sonido que Dalai era capaz de escuchar con absoluta claridad y el que asemejó al que se producía cuando su amigo sacaba las llaves de su bolsillo.
-Sí, te lo prometo, ¡pero entra en casa, por favor!
Melody tejió una sonrisa en sus labios y procedió a introducir la llave en la cerradura de la puerta principal de su edificio.
-Ya entré, ya no tienes que preocuparte por mí. Y dime -Canturreó, dichosa de haber vencido -¿Cuándo me enviarás el vídeo?
Pulsó el botón del ascensor y permaneció a la espera, ojeándose sus malogradas uñas.
-Pues, no sé, quizás mañana.
Total, salvo hablar con Melody, no tenía nada que hacer.
-¡Genial!
-Melody, eres mala conmigo -Se quejó él infantil, aun con el corazón en las manos por el mal rato que había pasado.
Su mente no había dejado de procesar cantidad insana de horribles acontecimientos que pudieron bien visitar a Melody aquella noche.
Si la perdía a ella... ¿Qué ocurriría con él? ¿Podría volver a aquel pasado en el que apenas era un ser que había prometido no existir?
-Tú empezaste al negarme el vídeo -Abordó el ascensor y pulsó el número tres de los siete números que disponía -Así que aquí el verdadero malo eres tú.
-Pero, yo había dicho que disponías de cinco...
-¡No de nuevo! -Negó, tocándose su ceño arrugado mientras se veía en el cristal en el que podía visualizar hasta su cadera -Además, ¿cómo sabes tú el tiempo exacto que me demoré en llegar?
-Pues, porque puse el cronómetro tras advertirte del tiempo del que disponías -Le informó él, volviendo a revisar el cronómetro de su celular, el que aun guardaba dicha información.
-¿Ah sí? ¿Y cómo sé yo que no te lo has inventado? -Insistió ella, mientras cambiaba de pose frente al espejo, observando con detalle su rostro.
-Si quieres te envío la captura de pantalla al messenger.
-Nada me garantiza que lo hayas puesto en marcha incluso antes de advertirme del tiempo que disponía.
Melody sonrió al escuchar el suspiro que se colaba por la conexión telefónica.
-Melody, eres un hueso duro de roer -Dijo Dalai, sintiéndose derrotado.
-¡Lo sé! -Se rió.
Entonces las puertas se abrieron y Melody engullió en seco su risa, sintiéndose menos feliz. Regresar a casa representaba siempre una pesadilla.
-Bueno, Dalai, ya voy a entrar en mi casa.
Con pereza salió del trasto y se apoyó de espaldas contra una pared. Vio de reojo la puerta que quedaba a la izquierda (3C) y suspiró. De nuevo aquella sensación hostil se posaba en su pecho.
-Ah, claro, entonces, hablamos mañana y... Ah, no, que no quiero que te quedes en la calle hasta...
-Dalai, no dejaré de hablarte, así que no me pidas eso -Le interrumpió, nada satisfecha con lo que el chico le proponía.
No le importaba correr riesgos si con ello lograba hablar con Dalai, aquel tranquilo océano que tanto calmaba su afligida alma, eliminando toda la oscuridad que se hallaba viviendo en su corazón.
-Pero... Melody, en serio que yo...
-Te quiero, Dalai -Le susurró con dulzura, causando que enrojeciera tras la línea.
-Ah... Ok. Pero... Melody.
-Nada de peros, mi Océano -Le negó -No vas a hacerme cambiar de opinión. Necesito hablarte todos los días. Porque tu voz me da vitalidad, me propociona oxígeno, calienta mi corazón...
Dalai permaneció en silencio, impactado, perdido en aquellas hermosas palabras que tanto provocaron en su corazón.
-Hasta mañana, Dalai, te quiero.
Él abrió los labios, pero nada salió. Se llevó la mano a la garganta, avergonzado por semejante acontecimiento. Sintiéndose tonto por enmudecer.
Melody sonrió divertida, fantaseando con su rostro actual, el que fácilmente era capaz de adivinar.
-Dalai, mi niño rojito -Canturreó, dando golpecitos en el celular -Vamos, apenas te tienes que despedir. Baba estaría decepcionada por tu falta de respeto.
-Ah... Sí -Dijo con suma dificultad, formando un atropello de palabras con necesidad de un espacio en blanco para ser capaz de ser comprendido -Hasta... Mañana... Melody.
-Sip. Hasta mañana, mi rojito.
Pulsó el botón de colgar. Después, permaneció con los ojos puestos en aquella imagen que buscó de inmediato. La hermosa imagen de Dalai, un ser tan perfecto ante sus ojos que era casi imposible imaginar que fuera de su mismo mundo, que fuera humano, que... La hubiera elegido a ella.
-Te quiero.
Depositó sus labios en la pantalla, acto que causó que sus mejillas se bañaran de aquella agradable calidez, incómodo ante los ojos de los demás, ante los atentos orbes de Dalai.
Procedió a esconder su móvil en su mochila, y finalmente, nada motivada a hacerlo, entró en casa, topándose de inmediato con un desorden de juguetes que barrió con la puerta.
-¡Chicos! -Gritó.
Apenas era el principio de su infierno diario y ya se sentía agotada.
Se aventuró por la casa, hallando desorden por cualquier esquina, encontrando al final a sus tres hermanos dormidos frente a la televisión todavía encendida. Estaban tirados por el sofá, torcidos, con las piernas sobre los otros, con algún brazo caído del mueble, babeando.
-Ay... Para... -Se quejó Marlene dormida, pateando a su hermano mayor en el costado -No quiero más...
Melody apagó la tele y procedió a tomar a los niños y llevarlos a sus respectivas camas, allí les vistió el pijama a cada uno y después fue a la habitación donde su abuela se hallaba, siempre tan inmóvil, tan muerta...
-Buenas noches, abuela -Le susurró al oído, dejando en su mejilla arrugada un amoroso beso -Perdona por haberte dejado desatendida, pero es que... Tendrías que conocer a Dalai, es tan maravilloso... -Una lágrima descendió por su mejilla y se la secó rápidamente -Abuela, perdóname por a veces pensar que eres una molestia... Tú no tienes la culpa de estar así ni de que yo sea tan infeliz cuando entro en esta casa.
Comenzó a asear a la mujer con un paño que iba mojando en un balde de plástico que ella había traído. Era con cariño y paciencia que ella limpiaba a la señora, recordando un pasado ya tan distante, en donde se podía ver a una niña paseando de la mano de su abuela, disfrutando de la brisa del mar, de su cálido recibir en verano, de su frialdad en invierno. Memorias que morían años después, cuando la niña tenía diez años. Seguían ambas de manos unidas, pero ya la mujer no le brindaba de su fuerza, pues ya no podía, ya nunca más...
-Te quiero, abuela -Le dio un beso en su frente al terminar -En verdad te quiero -La abrazó con fuerza, dejando que sin querer, varias lágrimas escaparan, tejiéndose en el pecho de la mujer, mojando su prenda -Te quiero...
Tuvo desorden para rato; uno que se prolongó hasta dos horas. Sólo entonces pudo meterse en la ducha y cuidar de sí misma, aprovechando que su padre no estaba y no podría molestarla.
Ningún adulto estaba allí, cuidando de la seguridad de los niños, de su incapacitada abuela... No era la primera ni la última vez en que su padre dejaba a sus hijos solos para salir por ahí con una posible cita.
No sabría cuánto se podría tardar, por lo que no pudo relajarse ni perder el tiempo bajo el chorro de la ducha. Se demoró apenas seis minutos en asearse por completo, se secó el cabello y corrió hasta su habitación, metiéndose inmediatamente en la cama.
《Dalai ^.^
¿Ya se habrá ido a dormir? Se preguntó Melody viendo la hora (00:47).
《¿Sí?
Se llevó la mano a los labios, contenta por haber recibido una respuesta que no esperó recibir tan pronto.
《Estás despierto ^.^
《Sí, no podía dormir. Estaba viendo el cielo.
《¿Y en qué pensabas? ^.^
En mí, en mí. Demandó en su mente, mientras arrugaba los dedos de sus pies desnudos bajo la sabana.
《En lo preocupado que me dejaste hoy >.>
Melody sintió como un balde de agua fría le caía en la cabeza. No era lo que esperaba leer.
《Ya estoy en casa. No te preocupes ^.^
《Pero mañana volverás a irte tarde a casa >.>
《Sip, porque quiero hablar contigo ^.^ Así que no insistas con lo mismo.
《Pero, podríamos hablar a esta hora, tal y como estamos haciendo ahora.
《Pero de este modo no puedo escuchar tu voz u.u Tengo a mis hermanos durmiendo a mi lado, y si hablara les despertaría. :ccc
《Pero, Melody, de este modo estás segura, así que podríamos conversar un poco por chat.
《¡Noooooo! u.u
《Aunque en verdad es tarde y mañana tienes que despertar temprano. ¿No sería mejor que fueras a dormir?
《u.u
-Tonto -Murmuró Melody, apretando su índice contra la pantalla, verdaderamente molesta con las respuestas que Dalai le daba.
《Melody, no quiero que te molestes. Entiende que sólo estoy preocupado. No quiero que nada de malo te pase. :/ No lo soportaría.
Melody apretó varias veces los párpados antes de regresar su mirada a la pantalla, verificando que en verdad él le había enviado dicho mensaje. Ya su corazón podía sobresaltarse, no había sido una falsa alarma.
《¿En serio? :3
《Sí.
《^.^ Eres lindo.
《Ok...
《Yo también me siento de ese modo. Es por eso que no quiero dejar de hablarte, ¿entiendes?
《Sí, pero eso no descarta el hecho de que me preocupo.
《Bueno, te prometo que no iré más por lugares oscuros. Tendré mucho más cuidado :3 Incluso si quieres llevo a mano el cúter que tengo en el estuche xD
Evidentemente lo último era una broma.
《Sí, hazlo.
《O.o ¿Sabes que era una broma?
-Estás loco -Qué difícil era el no poder reírse.
《Yo no lo dije en broma. Quiero que lleves el cúter en mano.
《O.o No pensé que me dirías eso. Vamos, creí que dirías algo por el estilo: Herir a las personas está mal.
《Lo que realmente está mal es el pensamiento de ciertas personas y su intención de dañar a otros.
《Tienes razón.
Melody asintió. Ella sabía bien a lo que se refería. Cierto era que nunca nadie la había dañado, pero sí había sido víctima de alguna perversa mirada, llegando al punto de sentirse intimidada, de desear ser un chico para no ser víctima de aquellas horribles miradas.
《Tengo miedo de no volver a verte nunca más.
《:0
Su corazón había perdido la cordura. No podía sostenerlo más. Aquel sentimiento ya era tan intenso, tan pesado, que era difícil de sobrellevar. ¿Cuánto más iba a crecer? ¿Cómo podía aliviar su elevado ritmo cardíaco? ¿Dónde hallaba cura para semejante estado de opresión?
《Sigue diciéndome esas cosas y voy mañana mismo a verte ^.^
《¿Eh? O.o Mañana no puede ser. Rodrigo estará ocupado y Baba no puede saber que salgo.
《Espera, ¿Baba no sabe que sales de casa? :0
《No, y no puede saberlo. Se preocuparía mucho y ella ya tiene su edad y me preocupa :/
《Vaya... En ese caso, ¿tampoco sabe de mí?
《No. No sabe nada de lo que he estado haciendo últimamente. Ella está fuera con un amigo y es por eso que puedo salir sin que ella sepa.
《Pero, ¿y cuándo ella vuelva? :(
《No sé :/ la verdad es que no lo había pensado.
《¡Yo no quiero dejar de verte, Dalai! :'c
Melody sintió sus ojos arder ante la sola idea de imaginarse que eso ocurría, que nunca más podría ver a Dalai. ¡Eso no podía ocurrir!
《Supongo que le tendré que decir sobre que he salido y sobre ti...
《Pero, no entiendo, ¿ella no quiere que salgas?
Dalai meció de la cabeza. Sólo ahora caía cuenta de que había metido la pata una vez más. Hablarle de aquello no había sido para nada una buena idea.
《No es así exactamente. Digamos que... Está acostumbrada a verme en casa y por ello se siente segura. No creo que le gustara saber que he estado saliendo sin decirle nada. Me preocupa más que regañe a Rodrigo de lo que me pueda decir a mí :/
《¡Ella debería de sentirse feliz por ti! ¡No puedo entenderlo!
Melody se sobresaltó al escuchar el ruido que provocó la puerta de la entrada al cerrarse. Rápidamente apagó la luminosa pantalla, la única luz que existía en aquella habitación, y fingió estar dormida.
Escuchó varios ruidos, tropezones, respiraciones agitadas, gemidos... Y entre estos una voz fémina que pronunció entre jadeos el nombre de su progenitor. Todo aquel trote se silenció tras el golpe que produjo la puerta continúa a la suya, donde se ubicaba la habitación de su padre.
-Asqueroso... -Murmuró entre dientes, asqueada con la situación.
Detestaba a su padre en todos los sentidos. Era un absoluto bueno para nada.
Regresó finalmente al chat. En él pudo ver la respuesta de Dalai.
《No la culpes. Ella, al igual que yo, estábamos acostumbrados al hecho de que estuviera en casa. No le des importancia. No te preocupes, no sé cómo, pero lograré que Baba entienda.
Estaba dispuesto a hacerla entender. A lograr que abriera los ojos y viera en él algo más que un tritón, algo más que un ser que debía de esconder ante los ojos de la humanidad. Quería hacerla entender que no todo era peligro allí afuera, que había alguien más que podía cuidar de él, una persona a la que podría revelar...
Dalai abrió los ojos atónito. ¿Revelarle su secreto?
Miró su cola. Negó de inmediato. Era imposible. Definitivamente ella no podía saber.
《¿En serio? :ccc
《Sí, no te preocupes. No dejaré de verte, Melody.
《^.^ Gracias. Ahora ya me siento más tranquila.
《Melody, no quiero molestarte, pero ya es tarde y sería mejor que fueras a dormir.
《Sip, tienes razón ^.^ Me iré a dormir. Descansa tú también, mi Océano. Buenas noches ^.^
《Sí. Buenas noches, Honguito. Dulces sueños ^.^
《Mi carita e.e
《Me gusta tu carita ^.^
《Me has convencido. Puedes usarla ^.^
《Gracias ^.^
《No te olvides del vídeo >.<
《No, tranquila. En cuanto lo tenga listo te lo envío.
《Oks. ^.^
《Descansa, Honguito ^.^
《Tú también ^.^
《^.^
《^.^
《Melody, ve a dormir.
《Eres tú el que no deja de enviarme mensajes xD
《Ok. Ya no enviaré ninguno más.
《Lo acababas de hacer xD
Visto.
《¿Me dejas en visto? :cccc
《Melody...
《xD me siento tan troll. Oks, ya, deja tu visto, duerme bien, mi Océano ^.^
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