LØVER
— el que llegue tarde a los ensayos es bastante irritante, pero esto si ya es muy estupido — se quejo Daniel bastante irritado por las tres horas de retraso que tenía su guitarrista
— ¿Ya intentaron llamarlo? — preguntó smoke dando algunos suaves golpes a su batería para matar el tiempo perdido
— Ya pero no ha respondido una sola — respondió la resbaladilla de piojos
— ¿Deberíamos ir por el? — preguntó angel, mejor conocido como el smoke que no es smoke
— Yo creo que si — respondió Daniel — De todas formas no podemos seguir ensayando si no está.
Los chicos tomaron un Uber y fueron directamente a casa de Diego. Más que la preocupación que sentían por no poder terminar de grabar las canciones a tiempo antes de la fecha que habían acordado, les preocupaba el estado en el que se encontraba su amigo. En vez de que el tiempo lo ayudará a superar, continuar y mejorar, parecía que solo decaia cada vez más en el fondo de su tristeza y dolor. Lo peor es que no era como cualquier musico normal que hacía canciones con situaciones así, solo se hundía en su sufrimiento sin pedir ayuda ni buscar el mismo salir de aquella perdición.
Cuando llegaron llamaron a la puerta varias veces, pero no optenian respuesta alguna. Pasaron 10 minutos de golpear la puerta con insistencia hasta que por fin fue abierta por un Diego decaído, cansado y en pijama.
— ¡¿Sigues en pijama cabron?! — preguntó el cabeza de rodilla claramente molesto
— ¿Desde cuándo usas pijama? — preguntó smoke confundido
— ¿Qué están haciendo aquí? — preguntó Diego sin nada de ganas de verlos
Apenas J comenzó a reclamarle Diego se adentro en su casa directo a la cocina para servirse un cereal siendo perseguido por todo el grupo.
— ¡¿Cómo que qué hacemos aquí?! Hace como cuatro horas que debiste ir al ensayo Diego.
— ¿Quieres cereal? — preguntó el pelinegro mostrándole el tazón que contenía dicho alimento en su mano
— ¡Cereal es lo que vamos a tocar en el concierto dentro de 15 días en puebla! ¡Y tú solo estás olgazaniando aquí por culpa de una mujer! — reclamo J sacudiendo los hombros del guitarrista ocasionando que un poco de la leche de su plato se reclamará
— A ver J ya cállate a la verga — exclamó Daniel haciéndolo aún lado
— Lo importante aquí es que estás en la mierda Diego — dijo smoke preocupado — más que los conciertos, ensayos y todo esto, tu no estás bien.
— Llorar está bien, si. Pero ya te estás estancando en tu sufrimiento. Necesitas superarla y seguir adelante — dijo Angel poniendo su mano en la espalda del chico como señal de apoyo.
— Estoy bien wey, nada más no me levanté con ganas de hacer nada — respondió Diego comenzando a comer de su cereal sabor gansito — Está bien bueno este cereal.
— No estás bien y lo sabes Diego.
Mientras le soltaban un sermón motivacional Diego comenzó a perderse en la navegación de redes sociales.
— ¿Diego me estás escuchando? — preguntó Daniel notando su falta de atención a sus palabras
En un segundo Diego puso su teléfono en la mesa con la pantalla hacia abajo, tomo su cereal y se fue a su habitación con pasos apresurados. Los 5 lo miraron con confusión, no tenían idea del porque de esa acción. Ni siquiera había mostrado expresión de sentimiento alguno.
— ¿Y ahora este que le pasa? — preguntó smoke confundido mientras sacaba una cerveza del refrigerador de Diego
Daniel reviso el teléfono que aún no se había bloqueado y apenas le dio la vuelta y miro la pantalla obtuvo la respuesta.
— Ya vi
Le muestra la pantalla a los demás, en ella estaba T/N abrazando a un chico afroamericano, de cabello negro y rizado en medio de lo que parecía ser una gran fiesta. Al pie de la foto venía escrito "la vida da muchas vueltas y puede ponerte a gente increíble en muchas de ellas"
— Eso debió doler — Dijo el cable viejo a modo de burla
A los segundos se escuchó el sonido de una guitarra eléctrica siendo tocada con euforia y un fuerte grito.
Smoke le arrebato el teléfono al bajista y miro la foto con detenimiento.
— Ella no parece extrañarlo ni un poquito.
— No sabemos eso — respondió Daniel
— Compara este rostro con el estado de Diego — dijo smoke — esto debe terminar
Mientras tanto en un centro comercial de la ciudad.
— Dijiste que las compras por depresión serían la respuesta a mis problemas — me queje desde el probador de una tienda de ropa
— Te aseguro que te hará sentir mejor, tener nueva ropa y tomar un deliciosos café después siempre te alegran el día — exclamó Samantha desde afuera
— O quizás solo empeoran todo — salí del probador con muy mal genio que se notaba claramente en la expresión de mi rostro — ¡Nada me queda! Ya no soy la talla que era antes ¡¿Pues cuántas veces trague por depresión?!
— Recuerda que me dijiste que debíamos ir después a surtir tu despensa nena, ya no tenías comida en tu casa — comento la chica
Obteniendo mi respuesta solo suspiré con pesadez mirando mi aspecto en el espejo
— ¡Te aseguro que sigues siendo hermosa! — dijo tratando de hacerme sentir mejor
— No estoy fea solo por subir de peso, pero no es sano que esté comiendo así sin límites solo por sentirme tan mal. Y lo que bebi anoche tampoco me enorgullece. Me está afectando demasiado mi tristeza — mire al suelo decaída y cruce mis brazos
— Tranquila ya pasará, el dolor no dura por siempre. Anda vamos por ese café.
Con una sonrisa Samantha camino a la salida y yo, dejando la ropa que había tomado para probarme, suspire y le seguí el paso.
Ya había pasado tiempo y yo aún me sentía terrible. No entendía porque no podía soltar la idea de tal vez volver a ver a Diego una vez más aun a pesar de lo que había sucedido. No podía hacer nada para recuperar lo que teníamos.
Puede que me haya dejado llevar de más y ambos teníamos algo de culpa de lo que pasó. Pero aún así el dolor solo me hacía querer gritar todo el tiempo para sacar un poco lo malo que tengo en el corazón. Además estaba segura de que Diego no estaba en la misma situación que yo. Ya hace tiempo que debió haberme olvidado.
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