Lo hecho esta
Los siguientes dos meses fueron un proceso muy complicado para el guitarrista. Pero con algo de terapia y ayuda de sus amigos pudo lograr superar ese gran dolor que tanto lo torturaba, o al menos hacer que fuera menos poco a poco.
Así como las cosas mejoraron para él, también para la banda y su música. Incluso consiguieron una colaboración con apocalíptica como tanto habían querido y ese álbum logro llevarse un premio a mejor álbum, lo que los tenía sumamente felices y emocionados.
Debido a aquel logro, la discográfica organizo un evento en grande con la banda y los involucrados del álbum, además de uno que otro invitado más, quizás varios más. Todo en un salón de eventos muy grande conseguido por el manager de la banda.
Mientras todos festejaban muy alegres entre besos, copas y otras cosas. J y Diego estaban arrinconados disfrutando de una charla agradable
— Por eso digo que el queso Oaxaca si debería llamarse queso Oaxaca también en Oaxaca — explico J haciendo algunos movimientos con sus manos que ayudarán a su explicación
Cuando el piojos fríos volteo a ver a su amigo, noto que este no me estaba prestando mucha atención. Se veía perdido en sus pensamientos mirando hacia nada en particular.
— Diego — trato de llamarlo para que lo volteara a ver.
El mencionado volvió a la realidad y miro a su descabellado amigo.
— ¿Eh?
— ¿Estás bien? Te vi muy perdido. No estarás pensando en...
— ¿Qué? No, solo estaba pensando en algunas ideas para nuevas canciones.
— Ah ok, por un momento creí que ya estabas ebrio o algo así. Viajado no creo — miro a su al rededor — no veo que haya algo aquí con eso.
— Nah, solo me concentre tanto que se me fue la realidad pero todo bien. Además ya estoy un poco cansado. Casi no he dormido, tu sabes, por proteger la ciudad y todo eso.
— Ok caballero de la noche, quizás tú deberías irte a dormir a tu casa — sugirió el cable viejo poniendo una mano sobre el hombro del pelinegro
— Nah, así estoy bien.
— Oye, me alegra que ya hayas salido de ese profundo agujero de tristeza y decepción. Te ves mucho mejor ahora — felicito J sonriéndole
— Bueno ¿Qué puedo decir? Ya lo hecho, hecho está, y no hay nada que pueda hacer para cambiar las cosas. Solo puedo seguir adelante y dejar de lado lo que me lastima. Mejor ve a divertirte tu, yo me quedaré un rato aquí.
— Pues como quieras — con una sonrisa J se unió a los demás en el grupo bailando con varias personas.
Diego siguió bebiendo un poco observando su entorno. Bebía sorbos pequeños por miedo a volver enloquecer y buscaba instante algo que pudiera entretenerlo durante la noche para no parecer grosero con los productores. Pero, después de un rato se rindió y acepto que era mejor escuchar a su amigo e irse a casa a descansar.
De regreso a la Baticueva, apenas entrar, lanzo las llaves de su motocicleta a algún mueble del recibidor y, luego de cerrar la puerta tras de él, camino a su habitación dispuesto a tomar un baño y dormir, aunque lo de tomar un baño se lo pensaba demasiado, estaba analizando el nivel de flojera que poseia su cuerpo a esas horas de la noche (2am).
Finalmente se dio un baño y ya limpio y recostado quizo revisar un poco su teléfono antes de irse a dormir. Entonces se topa con una ventana en la pantalla que le señalaba que tenía muy poco almacenamiento. Quejándose malhumorado entro a la galería de fotos y busco que podría borrar.
Se decidió por algunos videos de smoke haciendo el ridículo. Ya lo veía todos los días así, tenerlo en fotos ya era avaricia. Luego, continuo con algunas selfies que no lo convencían del todo y creía que no valían la pena conservarlas. Así continuo por un rato hasta que se topo con la carpeta privada de la galería. Se puso a pensar unos segundos que pudo haber guardado ahí, ya hace tiempo que había sido que ya ni siquiera recordaba de que podría tratar.
Luego de pensarlo, y no recordar nada, abrió el archivo y entonces se topo con algunas fotografías de hace un poco de tiempo. Fotografías un tanto, inadecuadas para algunos, donde su ex novia era la protagonista. No eran muchas, pero no haberlas visto hace ya tiempo lo hacía sentir extraño.
Negándose a seguir con eso cerro la carpeta y, creyendo que ya había borrado lo suficiente, fue a la aplicación de instagram, lo cual fue un error.
Apenas entrar y bajar solo un poco se topo con una sesión de fotografías promocionales de una marca de ropa y la categoría de ese anuncio era, precisamente, ropa interior femenina. Lo peor era el rostro de la modelo.
Mientras tanto, en casa de T/n. La chica se encontraba plácidamente dormida con toda tranquilidad y absoluto silencio hasta que su tono de llamada la interrumpió. Quejándose un poco despertó y colgó la llamada para poder volver a dormir. Lo cual fue inútil porque de inmediato volvió a sonar. Volviéndose a quejar finalmente opto por responder la llamada con mal humor.
— ¿Qué? — preguntó levemente irritada
— hola T/n... — saludo el pelinegro con una voz suave
— ¿Diego? — confundida mira el reloj digital a lado de su cama y luego vuelve a la llamada — son las 2:30 de la mañana ¿Paso algo?
— ¿Te desperté?
— No claro que no, estaba casando mariposas — se quejo con sarcasmo tallando un poco sus ojos con sus dedos por el cansancio
— Oye... ¿Crees que podríamos vernos...? No quiero causarte problemas, es solo que... Quisiera hablar contigo...
— ¿A esta hora Diego? — preguntó aún levemente molesta
— Por favor — suplico
— Agh, ok.
— Bien ¿Me abres la puerta?
La chica, claramente confundida, se apresuró a ir hasta la puerta y abrirla. Frente a ella estaba Diego con la mirada sería y cansada de siempre.
— Estás completamente desquiciado
Cuando Diego entra la chica cierra la puerta y se cruza de brazos para verlo.
— De hecho si, un poco. Mira, se que lo que diré suena completamente loco.
— Pues ya estás aquí, sea lo que sea voy a tener que escucharlo.
Diego dudo unos segundos si decir cómo se sentía directamente iniciar el tema de alguna manera
— Yo... te necesito.
— ¿Cómo?
En ese momento Diego tomo a T/n de la cintura con ambas manos para traerlo hacia el y la beso con intensidad. Ella puso ambas manos en el torso de Diego cuando sintió que lo atraía hacia el y el beso la tomo por completo por sorpresa y no tenía idea de que hacer. Cuando reaccionó luego de unos segundos tomo la cabeza de Diego para separarlo un poco de sus labios y ambos se miraron fijamente.
Ninguno dijo una sola palabra, pero el silencio y las miradas perdidas de ambos lo dijeron todo. A pesar de que el amor, aparentemente, ya no existía en ambos, parecía ser que aún así el sentimiento del deseo y enloquecimiento seguía ahí.
Esa noche decidieron darle tienda suelta a lo prohibido.
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