Hoy ya no

Un día más de sufrimiento, un día más de agotamiento y con el ánimo inexistente. El pelinegro despertó, tan tarde como de costumbre, y lo primero que hizo fue revisar su celular.

Llevaba días enviando varios mensajes a la chica en cuestión y solo esperaba el momento en que recibiera aunque sea una respuesta corta. Pero, tristemente, ni siquiera habían sido leídos por ella.

Diego ya no sabía que hacer, ese dolor lo estaba afectando de una manera terrible y ya no podía tolerarlo más. Pero también cada intento que hacía por dejarlo aún lado y seguir adelante era completamente inútil. Al final del día volvía a recordar cómo algo tan bello cayó al barranco por culpa de un error. Error que pudo ser enmendado si los dos hubieran hablado al respecto antes de decidir tomar caminos separados, pero no se podía volver al pasado.

Más de una vez pensó en llamarla directamente, pero antes de humillarse de esa manera practicaba en el espejo que decir para sonar bien y a la vez darle a entender que la necesitaba. Y como suponía, nunca encontraba las palabras adecuadas para eso. Y el plan de agarrar valor tomando un poco de tequila y llevar una bocina hacia su casa para tocar "noviembre sin ti" se Chayanne siendo mojado por smoke con una manguera para simular una lluvia que reflejará sus tristezas tampoco parecía ser un buen plan.

Lo que si es que a la banda le iba de maravilla pero a costa de las mil canciones sobre un corazón roto que escribió Diego dedicado a un amor que pudo ser para siempre pero se rompió antes de que así fuera. Cada lágrima de Diego era una fortuna para el grupo. Algo que solo tenía feliz a los representantes pero no tanto a los miembros, ellos se preocupaban por su amigo pero sentían que no podían darle más ayuda que el dejarlo gritar su dolor a través de sus tocadas de guitarra en los conciertos y grabaciones.

Todos los días se preguntaba si T/N había escuchado al menos una de todas esas canciones.

En casa de los wiplash. En pleno desayuno todos pensaban en la situación de Diego. Si bien poco a poco parecía recuperarse un poco y lograr levantarse de la cama para ensayar y demás, aún así seguía viéndose muy mal.

De repente Daniel recibió una llamada suya y confundido le respondió.

— ¿Bueno?

Los demás lo miraron atentos para saber que sucedía.

— ¿Un que? Diego no... Escúchame wey, no vas a tatuarte por puro despecho, no seas pendejo.

— No mames... — susurro smoke sorprendido

— No Diego, aver, mira mejor ven con nosotros y platicamos un rato y así te alivianas un poco. Pero no vas arreglar nada haciéndote un tatuaje. Ya te dije, ven y aquí platicamos. Tu necesitas hacerte mierdas Diego, tu necesitas sacar lo que traes en el corazón con palabras (...) Ey, no te tardes — colgó la llamada y miro a los demás — ¿Cómo ven a este cabron?

— No sé por qué le está pegando tan fuerte esto. Ya pasó mucho tiempo ¿No? — preguntó smoke confundido

— Ay smoke... Uno nunca sabe cuánto tardará un corazón en sanar un dolor tan grande como lo fue alguna vez su amor — respondió J

Casi media hora después Diego llegó a la Wiplash Hause y los cuatro se reunieron a hablar en la habitación de J (ya que era el lugar más ordenado de la casa en el momento)

— Es que como pude ser tan imbecil... Yo me equivoqué y la cagué.

— No fue tu culpa lo que sucedió pero si lo fue el que no hablarán las cosas y acabarán todo así como así nada más. Y fue culpa de los dos — respondió Daniel 

— ¿Ya intentaste llamarla? — preguntó smoke

— Quise hacerlo... Varias veces... No tengo idea de como hablar con ella. Ni siquiera sabría que decirle.

— Puedes empezar con... Oye me siento de la verga ¿Podemos hablar? Así el amor no vuelva hay que arreglar las cosas — propuso J

— No creo que quiera verme, y mucho menos solo para hablar.

— Bueno entonces, las lágrimas con risa se van. Vamos a divertirnos ¿Si? Podemos ir a comer algo a algún lado — propuso smoke

— Smoke no mames, acabamos de desayunar hace media hora más o menos.

— ¿Y quién dice que no podemos ir por alitas y algunas cervezas?

— Smoke tiene razón — concordó Diego dando pequeños golpes a la pierna del baterista — necesito despejarme, ya me cansé de sentirme así.

— ¡Eso! — exclamó smoke sacudiendo los hombros de Diego con emoción

— Bueno está bien, iremos — acepto J

— Si pero primero — dijo Diego — ponte pinches pantalones

En el Bar - restaurante los cuatro estaban un poco más animados en una mesa con alitas, boneles, costilla y algunas bebidas sobre la mesa.

Si bien Diego ya no estaba tan deprimido, su rostro seguía mostrándose vacío e inexpresivo. Al menos ya era una ligera mejora.

O al menos así era hasta que T/N entro al lugar acompañada del mismo chico con el cual días antes había subido fotos tan alegres. Diego los miro estupefacto y estaba a nada de levantarse de la mesa pero su cuerpo se quedo helado y no movió ni un músculo.

Los miro tomar asiento en una mesa apenas un poco alejada y su ser se sintió pesado, un peso enorme, una gran carga de sentimientos, sentimientos como la culpa y la tristeza y algo de irá volvían a manifestarse. Aún así se mantuvo neutral sin actuar de manera explosiva e irracional. Dio un trago a su bebida y sus ojos se desviaron hacia la ventana del lugar para intentar distraer su mente. Pero a los cinco segundos su mirada volvió hacia ella topandose con que la mujer también lo estaba mirando. Cuando sus ojos se cruzaron los dos se quedaron mirándose fijamente, nadie dijo nada, nadie hizo nada, solo dos estatuas entre miles de personas moviéndose y actuando en su mundo al mismo tiempo que ellos están en el suyo.

Diego quizo hacer algo, lo que sea, levantarse y hablar con ella o simplemente saludarla pero su mente comenzó a hablar primero. Si le dirigía la palabra corría el riesgo de que el dolor volviera a crecer y aún así no lograría que las cosas se arreglaran, no iba a recuperar el amor de la chica así se pusiera de rodillas frente la mesa pidiéndole perdón.

Dispuesto a sentirse mejor de una vez por todas actuó indiferente y como si su brazo le doliera ni un saludo cordial le dedico. Solo volvió a mirar a su mesa y trato de prestarle la mínima atención posible.

Ella quedó dolida al ver qué Diego ni siquiera la saludo, pero sabía que era algo obvio que ocurriera así que trato de que no le afectará y mantuvo una charla amigable con su acompañante.

¿Entonces quedaría así? ¿Simplemente lo enterarían todo y actuarían como si nada hubiera pasado y como si los dos jamás se hubieran conocido?

Bueno, ese era su plan inicial. Pero, la vida es muy curiosa.

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