Aprendiendo a amar
Diego despertó en su casa, al principio estaba obviamente desorientado y confundido. Ni siquiera sabía cómo es que había regresado a su casa. Mirando a su al rededor noto todo muy tranquilo y silencioso. La fiesta había sido en otra parte por lo que se sentía aliviado de que no tuviera que encargarse de ningún desastre. Aunque el verdadero desastre estaba en otra parte.
Dispuesto a dormir otro rato por el dolor punzante en su cabeza miro primero su teléfono. En cuanto lo encendió el bombardeo de mensajes, correos, publicaciones de fans y otras noticias lo sorprendieron. Su teléfono era el de los mejores de última generación y aún así sentía que en cualquier momento podría explotar.
Luego de desbloquearlo noto que hasta llamadas perdidas tenía. Era todo un caos. Revisando los mensajes todos le rogaban con ver sus redes sociales, pues un post importante estaba en todas partes volviendo loco a los fans.
Confundido comenzó por revisar X (Twitter) y lo que vio no lo tenía contento para nada. No tenía memoria de haber vivido ese momento por lo que sabía perfectamente que su estado en esa fotografía era completamente inconsciente de sus acciones.
Aquella fotografía era de un beso compartido entre el y una completa desconocida de espaldas a la cual no recuerda ni siquiera haber visto. Lanzando el teléfono a la mesa más cercana salió corriendo de su casa para evitar lo inevitable.
Conducía su motocicleta de forma enloquecido. Algunos claxon incluso le llamaron la atención pero no les prestó el más mínimo atención, el solo quería llegar a casa de su novia de inmediato.
Apenas llegó bajo de su moto con prisa dejando que incluso callera al suelo y corrió hacia la puerta tocándola con impaciencia.
— ¡_! ¡Soy yo! — escuchando solo un absoluto silencio volvió a insistir — ábreme por favor, necesitamos hablar.
Al no recibir respuesta volvió a tocar la puerta impaciente hasta que se abrió dejando ver a la chica dándole una mirada seria y firme.
— __, que bueno que estás aquí. Necesitamos hablar urgentemente por favor — suplico el pelinegro entrando a la casa sin siquiera pedir permiso
Cuando entro se dio cuenta que todo estaba repleto de cajas de cartón y maletas repletas de cosas.
— ¿Qué es todo esto? — preguntó confundido
— creo que es evidente Diego — respondió la chica con frialdad cerrando la puerta y volviendo a empacar
— ¿Te vas a mudar? ¿A dónde?
— No te interesa.
— __ por favor, no puedes creer lo que está en internet.
— La foto de subió por todas partes y por diferentes personas en diferentes perspectivas. Además de también el como Jota metio su cabeza a una pecera para mostrarle su tatuaje a los peces, Daniel hasta el pito de drogado hablándole a la pared envergado y smoke dándole un puñetazo a una ventana. Así que no me vengas con el maldito cuento de que son falsas — dándose cuenta de que con cada palabra se alteraba más respiro profundo para calmarse y continuo con lo suyo — Diego, este tipo de cosas crea polémicas y yo no quiero comenzar a ser acosada y recibir agresión de los que te defienden por el simple hecho de ser famoso.
— ¿Qué? ¿De que hablas?
— El maldito beso ya me tiene sin cuidado, tu sabes porque haces las cosas y ya desde hace tiempo comenzaste a distanciarte así que la estúpida fuí yo por no suponer que algo así podría pasar.
— Me distancie porque estaba ahogado de trabajo ¡Pero eso no significa que no te quiera!
— Si una relación entre los dos solo es más peso para ti y solo causará problemas con tu carrera entonces lo dejamos hasta aquí. Puedo superarlo, pero lo que no quiero son problemas con tus fans, usaré el dinero que estaba ahorrando para vivir contigo en una nueva casa. Iré a Guadalajara a vivir yo sola, tú vive tu vida a tu manera y como te plazca.
— Pero... — algo entristecido trata de aguantar el llanto presionando los labios — no quiero que te vayas... ¿Y si volvemos a intentarlo?
— Diego — frustrada lleva las manos a su rostro y lleva un poco su cabello hacia atrás — simplemente esto no estaba funcionando y no es bueno seguir calandole a algo que no. Solo no.
— ¡Es que no puedes simplemente dejarme así! ¡Por favor! — insistió alterandose
— ¡¿Y por qué no?! ¡Simplemente estoy buscando una solución para los dos Diego! — exclamó igual comenzando a alterarse
— ¡¿Una solución?! Pero yo solo...
— ¡Mira mejor vete! No quiero discutir contigo Diego, quiero que las cosas acaben bien así que lo mejor es que te vayas.
Diego por supuesto se negó a irse aunque si salió de la casa. Presencio como llego el camión de mudanza y como se llevaban caja por caja hasta que la casa quedó vacía. Al final salió ella con dos maletas subiendo las al auto de su amiga quien se ofreció a ayudarla.
Subiendo la última maleta volteo a ver a Diego, sin decir nada el chico se despidió con un gesto de mano y ella haciendo lo mismo subió al auto y este avanzo junto con el camión de mudanza.
Casi una hora después Diego estaba en casa del resto del grupo buscando consuelo.
— Es que estoy decepcionado de mi mismo wey, no se cómo pude hacer tremenda estupidez. Y ahora tengo que asimilar que ella se acaba de ir — se lamento Diego sentado en una silla y llevándose las manos al cabello
— En si todos hicimos estupideces ayer — comento smoke mostrando su mano vendada
— ¡!o se trata de eso ahorita pendejo! — lo regaño jota dándole un zape en la cabeza
— ¡Au! Ya perdón. Pues ni modo, ni que hacerle Diego.
— Se que te duele y un chingo — dijo Daniel sentado frente a él — pero estoy seguro de que ya saldrás de esta. Cometiste un error y eso te costó, ahora solo puedes aprender de tu error, asegurarte de que no vuelva a suceder en el futuro y seguir con la vida.
— ¡Es que no es tan fácil! — grito Diego
— Oye cálmate no te alteres, ya hasta estás enloqueciendo. Mira, mejor ve a tu casa, te das un baño, descansas y posponemos el ensayo de mañana para la siguiente semana ¿Te parece? — preguntó jota dándole unas palmadas al hombro como apoyo
Diego solo pudo asentir, levantarse para ponerse su chamarra de vuelta e irse sin decir nada.
Luego de varios días los dos vivieron con un vacío inmenso lleno del dolor de la soledad. Algo que estaba lleno de amor y luz ahora sentía que ahogaba la garganta y rompía el alma en pedazos. La sensación era peor por la noche cuando la mente se encarga de sobrepensar y lamentar.
Mientras que la chica creía que pudo haber resuelto las cosas de mejor manera y quizás salvar la relación, Diego por su parte se lamentaba una y otra vez, no solo por la locura de la noche si no por lo mucho que había descuidado las atenciones dándole prioridad a su trabajo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top