12| La Carta
Daphne estaba en su habitación lista para dormir, peinaba su cabello mientras esperaba que su amado ingresara, cuando escuchó pasos apresurados en el pasillo. Al abrir la puerta, vio a Lily Snape-Prince salir del estudio de Harry con lágrimas en los ojos.
Decidida a averiguar lo ocurrido, Daphne se colocó la bata y se dirigió al estudio de Harry. Al entrar, lo encontró sentado en su escritorio, con la mirada fija en los documentos frente a él, pero claramente distraído.
-amor, ¿Estás bien? -preguntó Daphne, acercándose a él con preocupación.
Harry levantó la vista, su expresión aún dura, pero suavizándose ligeramente al ver a Daphne.-Mi madre... La vizcondesa, vino a pedirme apoyo financiero. Quería que aceptara ser el duque Potter antes de tiempo. Le dije que no.
Daphne se sentó a su lado, tomando su mano. No sabía que decir exactamente, no quería tomar partido.
Él suspiró, su voz llena de amargura.-Le recordé cómo traicionó a mi padre y a la familia Potter. Le dije que no la consideraba mi madre y que no le daría nada.
Daphne sintió una punzada de tristeza. Sabía cuánto le dolía a él hablar de su madre y cómo la traición de la vizcondesa había marcado su vida.-amor, lo siento mucho. Debe haber sido muy difícil para ti.
Harry asintió, apretando suavemente la mano femenina -Lo fue, pero tenía que hacerlo. No puedo permitir que alguien que traicionó a mi familia se aproveche de nuestro legado. Tengo que pensar como el futuro duque Potter. Si le doy la mano ahora hasta sus hijos han de pedirme dinero siempre.
Ella lo miró con ternura, admirando su fortaleza y determinación.-Entiendo, Harry. Pero también sé que, a pesar de todo, esto te duele. Estoy aquí para ti, siempre.
Harry la miró, sus ojos reflejando una mezcla de gratitud y dolor.-Gracias, amor mío. No sé qué haría sin ti.
Ella se inclinó y lo abrazó, ofreciendo consuelo y apoyo.-No estás solo, Harry. Juntos podemos enfrentar cualquier cosa.
Harry la abrazó de vuelta, sintiendo un poco de alivio en su corazón. Sabía que, con ella a su lado, podría superar cualquier desafío, incluso los más dolorosos.
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Días después, cerca a la media mañana, al castillo llegó correspondencia, Kreacher vio que era para la duquesa tomó la carta y la llevó a Hermione. Tras entregarla se marchó para continuar con sus deberes en el castillo, habían llegado nuevas criadas y debía instruirlas.
Hermione observó el sobre, se sentía el aroma de su hermana antes de leer el remitente sabía de quien se trataba. Al abrirla, leyó:
"Querida hermana,
Me enteré de tu situación recientemente. Debido a que huí con Percy tuviste que casarte con mi ex prometido. Me preocupa que te veas atrapada en un matrimonio horrible y sin amor. Pasado el invierno, iré a verte para hablar y dar remedio a esa farsa ya que no has consumado para que puedas casarte con Frederick o el hombre que sea de tu agrado. Por favor espera mi llegada, te quiero mucho.
Con cariño, Lady Astoria Weasley"
Hermione sintió una oleada de preocupación. La idea de que su hermana acudiendo al castillo y quizás intentar recuperar a Draco la llenó de ansiedad. La posibilidad de que Draco pudiera enamorarse de Astoria nuevamente la atormentaba. El posible intento de separarla de su esposo le hacia temblar. La preocupación fue tan intensa que se desmayó en el pasillo.
Dobby, que pasaba por allí llevando unas canastas de patatas, la encontró y rápidamente llamó a las criadas para que la ayudaran a llevarla a sus aposentos. Mientras tanto, Draco estaba entrenando con su hermano Armand cuando fue informado de la situación de su esposa. Sin perder un segundo, corrió a verla.
Al llegar a la habitación, Draco encontró a los gemelos Simon y James husmeando en los cajones de sus gavetas, mientras la vizcondeza hacia el ademán de atender a su esposa. Alarmado por la situación alzó la voz.
-¡Fuera de aquí! -exclamó Draco, su voz llena de preocupación y autoridad-. Solo los criados de confianza pueden quedarse.
Lily se levantó, sorprendida por la reacción de Draco, pero entendiendo su preocupación.-Su excelencia, Solo quería ayudar, la duquesa necesita muchos cuidados y soy una dama que ha criado tres hijos, puedo cuidar bien de ella.
Draco asintió, pero su expresión seguía siendo tensa.-Lo sé, pero prefiero que sean los criados de mi castillo quienes la atiendan. Mi esposa los educó para actuar correctamente en estas situaciones. Gracias por su ayuda, vizcondesa, pero ahora necesito estar con mi esposa, pueden retirarse.
Los gemelos y Lily salieron de la habitación, dejando a Draco solo con Hermione y los criados. Él se acercó a la cama, tomando la mano de Hermione con suavidad.
-Mi dulce deseo, estoy aquí -dijo con voz suave-. Todo estará bien. Deben ser tus días lunares.
Hermione abrió los ojos lentamente, encontrando consuelo en la presencia de Draco.-esposo mío, tengo miedo.
Draco la miró con ternura, acariciando su mejilla.-estoy aquí para ti.
Hermione asintió, sintiendo un poco de alivio en sus palabras.-Gracias. Solo necesito saber que siempre estarás a mi lado.
Draco la abrazó, ofreciendo todo el consuelo y apoyo que podía.-Siempre, amada mía.
La habitación se llenó de un silencio reconfortante, mientras Draco y Hermione se aferraban al amor y la fortaleza que compartían, listos para enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara. Las criadas solo suspiraban por tales palabras, el amor se respiraba en el ambiente.
Una vez fuera de la habitación, Lily se volvió hacia sus hijos con una mirada inquisitiva.-¿Encontraron algo de valor entre las pertenencias? -preguntó en voz baja.
Simon asintió, sacando un crucifijo adornado con esmeraldas y rubíes.-Encontré esto, madre.
Lily sonrió, complacida.-Bien hecho, Simon. Es un objeto valioso.
A lo lejos, Daphne escuchó la conversación y sintió una oleada de preocupación. No sabía si debía contarle a Harry o al Duque, o si debía acusarlos directamente. Mientras debatía qué hacer, Severus apareció de repente y sorprendió a su familia.
-¿Qué están haciendo? -preguntó Severus con severidad, su voz resonando en el pasillo.
Lily y los gemelos se sobresaltaron, y Simon rápidamente escondió el crucifijo detrás de su espalda.
-Nada, esposo mío -respondió Lily, tratando de mantener la compostura.
Severus frunció el ceño, claramente molesto.-¿Robando a nuestros anfitriones? ¡Esto es inaceptable! Devuelvan inmediatamente lo que han tomado.
Simon, avergonzado, sacó el crucifijo y se lo entregó a Severus. Lily bajó la mirada, sintiendo la reprimenda de su esposo.
-No puedo creer que hayan hecho esto -continuó Severus-. Estamos aquí como invitados, es más, gracias a ti Lily, los obligamos a recibirnos cuando desde el primer día tu hijo ha querido echarnos de un puntapié. esto es una traición a la hospitalidad que nos han ofrecido susexcelencias los duques. ¿Acaso deseas que les corten las manos a nuestros hijos por cometer estos actos?
Los gemelos se asustaron por las palabras de sus padre, seguramente de regreso a casa recibirían un par de azotes para reflexionar por sus actos.
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Daphne, que había estado observando desde la distancia, sintió un alivio momentáneo al ver que Severus había intervenido. Sin embargo, aún estaba preocupada por la situación y decidió que debía hablar con Harry.
Más tarde, cuando encontró a Harry en la biblioteca, se acercó a él con cautela.-Harry, necesito hablar contigo sobre algo que vi y escuché.
Harry levantó la vista de su libro, notando la preocupación en el rostro de Daphne.-¿Qué pasa, Daphne?
Daphne le explicó lo que había presenciado y cómo Severus había intervenido para detener a Lily y los gemelos.
Harry frunció el ceño, claramente molesto.-Gracias por decírmelo, Hablaré con Draco sobre esto. No podemos permitir que algo así ocurra en nuestro hogar.
Daphne asintió, sintiéndose aliviada de haber compartido la información.-Sé que es difícil, pero estoy segura de que juntos podremos manejar esta situación.
Harry la abrazó, agradecido por su apoyo.-Gracias, me mantienes cuerdo, no comprendo que pasa por la cabeza de la vizcondesa.
Juntos, se dirigieron a encontrar a Draco, listos para enfrentar la situación y asegurarse de que la paz y la justicia prevalecieran en su hogar.
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En una de las habitaciones más apartadas del castillo, Severus y Lily se encontraban a solas. La tensión en el aire era palpable, y Severus no podía ocultar su descontento.
-Lily, ¿qué estabas pensando? -preguntó Severus, su voz baja pero llena de reproche-. Robar a nuestros anfitriones es inaceptable.
Lily bajó la mirada, sintiendo la culpa y la vergüenza.-Severus, solo quería asegurarme de que tuviéramos algo de valor. No tenemos muchos recursos y pensé que...
Severus la interrumpió, su expresión severa.-No importa lo que pensaste. Esto no es la manera de resolver nuestros problemas. Ya veré la manera de subir el dinero. Estamos aquí como invitados, y debemos comportarnos con honor y respeto.
Lily asintió, sus ojos llenos de arrepentimiento.-Lo sé, Severus. Fue un error. Pero estoy desesperada. Harry nos odia y no me dará nada de dinero, y no hay cómo arreglar las cosas con él. A sus ojos solo soy una traidora.
Severus suspiró, suavizando un poco su tono.-Entiendo tu desesperación, pero debimos encontrar una manera de ganarnos su confianza, no de traicionarla aún más. Harry tiene razones para estar enojado, yo me metí en tu matrimonio con James, te seduje y procreamos... James pudo repudiarte y mandarte a quemar por infieles.
Lily se acercó a Severus, buscando consuelo en su presencia.- Eso es pasado. Yo estaba aburrida de James. Olvida eso y pensemos ¿Qué podemos hacer, entonces? ¿Cómo podemos reparar el daño que hemos causado?
Severus la abrazó, tratando de ofrecerle algo de consuelo.-Primero, debemos devolver lo que hemos tomado y disculparnos sinceramente. Luego, debemos demostrar con nuestras acciones que estamos aquí para apoyar a Harry, no para aprovechar su hospitalidad.
Lily asintió, sintiendo un poco de esperanza en las palabras de Severus.-Tienes razón. Haré lo que sea necesario para enmendar mis errores. Quiero que Harry sepa que, a pesar de todo, siempre he querido lo mejor para él. Además estoy aceptando su relación con la criada, la convertirá en su duquesa.
Severus la miró con incredulidad, acariciando suavemente su mejilla.-Lo lograremos, Lily. Pero debemos ser pacientes y constantes. Solo así podremos empezar a sanar las heridas del pasado.
Lily asintió, decidida a seguir el consejo de Severus. Sabía que el camino hacia la reconciliación sería largo y difícil.
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Dobby, que había estado observando discretamente, se apresuró a encontrar a Draco mientras este cuidaba de Hermione. Al entrar en la habitación, Dobby se inclinó respetuosamente y habló con urgencia.
-Su excelencia, Draco, Dobby tiene algo importante que contarle -dijo, su voz temblorosa por la preocupación.
Draco, que estaba sentado al lado de Hermione, levantó la vista.-¿Qué pasa, Dobby?
-Dobby vio a la familia de la vizcondesa Lily que tras estar husmeando en los cajones y escuchó que habían robado un objeto. Pero el señor Severus los detuvo y les regañó -explicó Dobby rápidamente.
Draco frunció el ceño, claramente molesto por la noticia.-Gracias por decírmelo, Dobby. Aprecio tu lealtad y vigilancia.
Hermione, que estaba algo despierta, escuchó la conversación y se sintió aún más preocupada. Con voz débil, llamó a Draco.-Draco, hay algo más que necesito decirte.
Draco se inclinó hacia ella, tomando su mano con suavidad.-¿Qué pasa, mi dulce deseo?
Hermione tragó saliva, sus ojos llenos de preocupación.-Recibí una carta de mi hermana, Astoria. Dice que vendrá a verme después del invierno. Temo que venga a intentar recuperarte y tú... No quiero perderte, Draco.
Draco la miró con ternura -Hermione, no tienes nada de qué preocuparte. Te amo a ti, y nada ni nadie cambiará eso. Astoria no tiene poder sobre mí, solo tú.
Hermione asintió, aunque la preocupación seguía presente en sus ojos. -Solo necesito saber que estarás a mi lado.
Draco la abrazó, ofreciendo todo el consuelo y apoyo que podía.-Siempre, No dejaré que nada ni nadie nos separe.
Dobby, viendo la escena, se sintió aliviado de haber cumplido con su deber. Sabía que Draco y Hermione enfrentarían cualquier desafío juntos, y estaba decidido a ayudarlos en todo lo que pudiera.
La habitación se llenó de un silencio reconfortante, mientras Draco y Hermione se aferraban al amor y la fortaleza que compartían, listos para enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara.
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Tras haber cortado la leña y haberla llevado a la cocina, mientras comenzaba a nevar, Dobby decidió que era el momento de confrontar a la vizcondesa Lily sobre lo que había escuchado y presenciado, ni siquiera se atrevieron a salir a almorzar al comedor y dar la cara, los duques se quedaron en su habitación, nadie los puso en su lugar. Con determinación, se dirigió hacia la habitación donde sabía que la vizcondesa se encontraba.
Al llegar, tocó suavemente la puerta y, al no recibir respuesta, entró con cautela. Lily estaba sentada junto a la ventana, mirando pensativa hacia el exterior. Al ver a Dobby, levantó una ceja, sorprendida por su presencia.
-¿Qué haces aquí, niño? -preguntó Lily, su tono frío y distante.
Dobby se inclinó respetuosamente, pero su voz era firme.-Dobby tiene algo importante que decirle, Lady Snape-Prince. Dobby sabe lo que usted y sus hijos hicieron. No es correcto robar a los anfitriones.
Lily frunció el ceño, claramente molesta.-No es asunto tuyo. Vete de aquí.
Dobby, sin inmutarse, continuó.-Dobby no puede ignorar lo que vio. Su excelencia Draco y Lady Hermione son buenos conmigo, no permitiré que les hagan daño.
Lily se levantó, su expresión endurecida.-¿Y qué piensas hacer? ¿Acusarme ante Draco y Harry? Para mí son solo niños que deben conocer su lugar. Yo soy la Duquesa Potter.
Dobby la miró con determinación.-he hablado con su excelencia Draco. solo quiero que la señora Lily entienda que lo que hizo está mal. Es mejor que se disculpe y devuelva lo que tomó.
Lily se quedó en silencio por un momento, sorprendida por la valentía del muchacho,. Finalmente, suspiró y su expresión se suavizó ligeramente.-No esperaba que un chiquillo tuviera tanto valor. Pero tienes razón. Lo que hice estuvo mal. Mi esposo se encargará de regresar ese objeto. Lo haré durante la cena. Me disculparé y devolveré lo que tomé. Gracias por recordarme lo que es correcto.
Dobby sonrió, satisfecho con la respuesta-Gracias, señora Lily.
Con eso, Dobby se inclinó una vez más y salió de la habitación, dejando a Lily sola con sus pensamientos. Sabía que había hecho lo correcto y esperaba que su intervención ayudara a sanar las tensiones en el castillo, se quedó con la duda de porque la vizcondesa se presentó como duquesa Potter. Pero no tuvo tiempo de pensar porque frente a él se encontraba el vizconde Severus, parecía tener una expresión de dolor, como si una espada le hubiera atravesado el corazón. Hizo una reverencia y decidió salir de ahí antes de presenciar u oír las lamentaciones sobre el amor.
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Draco se encontraba en el solárium, Se escabullo de su habitación tras dejar a Hermione durmiendo profundamente, rodeado de libros contables y pergaminos con solicitudes de artistas, músicos y escritores que buscaban su mecenazgo. La luz de las velas iluminaba suavemente la habitación,ócreando un ambiente tranquilo y propicio para la lectura.
Mientras revisaba los registros de impuestos de sus súbditos, Harry entró en la habitación con una expresión seria. Draco levantó la vista, notando la preocupación en el rostro de su amigo.
-Harry, ¿qué te trae por aquí a estas horas? -preguntó Draco, dejando a un lado los documentos.
Harry se acercó y se sentó frente a él.-Draco, necesito hablar contigo sobre algo importante. Daphne me comentó que a vizcondesa y sus hijos robaron el crucifijo de tu madre.
Draco frunció el ceño, claramente molesto.-Dobby me lo dijo. Esto es inaceptable. Te delego esa situación a ti, sé que sabrás como actuar con ellos.
Harry asintió, pero su expresión cambió al ver un pergamino en la mesa.-¿Qué es eso? -preguntó, señalando la carta de Astoria.
Draco tomó la carta y se la extendió a Harry.-Es de Astoria. Dice que vendrá a ver a mi esposa después del invierno. Hermione está muy preocupada, por ello se desmayó.
Harry leyó la carta rápidamente y levantó una ceja.-Parece que Frederick está interesado en tu esposa, y Astoria está dispuesta a participar en la unión.
Draco se puso de pie de un salto, su rostro enrojecido de ira.-¡Sobre mi cadáver! No permitiré que nadie se interponga entre Hermione y yo.
Harry, intentando aliviar la tensión, decidió bromear.-Bueno, con lo enamorado que parece Frederick, tal vez espere a que Hermione sea viuda para llevársela.
Draco se enfureció aún más, sus ojos brillando con furia.-¿Qué clase de amigo eres, Harry? En lugar de ayudarme, solo estás provocando una furia incontrolable en mi ser.
Harry se echó a reír, levantando las manos en señal de rendición.-Eso, mi querido Draco, se llama celos. Y parece que los tienes en abundancia por tu amada esposa, me río porque meses atrás te negabas a siquiera casarte con ella y ver sus virtudes. ¿Cómo se siente pasar de no sentir nada a sentir todo por ella?
Draco resopló, pero no pudo evitar una pequeña sonrisa ante la risa de Harry.-Tal vez tengas razón, siento celos. Pero no puedo evitar preocuparme. Hermione es todo para mí y ya me he imaginado una vida con ella. Si se va me dejaría morir.
Harry se sentía muy feliz sus planes habían dado resultado -Lo sé, amigo. Y estoy aquí para ayudarte. incluso si me lo permites echaré a Astoria y Frederick cuando traten de llevarse a tu esposa.
Draco asintió, sintiéndose un poco más tranquilo.-Gracias, Harry. Aprecio tu apoyo, incluso si tus bromas me sacan de quicio.
Harry sonrió, dándole una palmada en la espalda.-Para eso están los amigos, ¿no? Ahora, volvamos a esos libros contables. Parece que tienes mucho trabajo por delante.
Draco se rió, volviendo a sentarse y tomando uno de los libros.-Sí, y con tu ayuda, tal vez termine antes del amanecer. Así podré mimar a mi esposa como se debe.
Los dos amigos continuaron trabajando juntos, la tensión aliviada por la camaradería y el apoyo mutuo.
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