Capítulo 22: ¿Nubes?

Nos encontrábamos en el funeral de tercer Hokage...

Veía a ____, ella se encontraba mirando al frente con la mirada perdida.

Había comenzado a llover.

—El funeral del Tercer Hokage, que perdió su vida en esta batalla...—comenzó hablando uno de los viejos. —Al igual que otras víctimas que dieron sus vidas, va a comenzar.

Algunos ya comenzaban a dejar las flores.

_____.

Ah...no sé qué hacer...

Debería de llorar, pero no puedo...

Je, como me hubiera gustado decirte padre en vez de viejo.

La lluvia se había detenido.

Padre, ¿esta es tu forma de decirnos que no estemos tristes?

—___-____ nee-chan. —decía con la voz quebrada Konohamaru a mi lado. —El...El abuelito no volverá más.

—Konohamaru. —me agaché a su altura y lo abracé. —No te preocupes, aunque no lo veamos...él siempre, siempre, estará aquí. —me separé y coloqué uno de mis dedos en su corazón, Konohamaru me miró sorprendido.

—___ nee-chan...también estas llorando.

—¿Eh?

No me había dado ni cuenta que había comenzado a llorar...

Sentí como alguien colocaba una mano en mi cabeza, era mi hermano. Él se agachó a nuestra altura y nos abrazó.

.

.

.

Había pasado una semana desde la muerte de mi padre, hoy fui al campo de entrenamiento que siempre uso.

Comencé a hacer unos jutsus.

—¡Oh! Así que has progresado bastante en este tiempo.

Cuando oí esa voz me quedé sorprendida, miré hasta la dirección de aquella persona y me encontré con mi antiguo niñero.

—Enma. —sonreí. —¿Vienes de niñero?

—Ya no, ya no. —colocó una mano en detrás de su cabeza y comenzó a reír. —Yo...Yo vine por tu padre.

Aquello lo había dicho con tristeza.

—¿Qué quieres decir? —pregunté mientras lanzaba shuriken a un tronco.

—Él antes de morir me dijo...que lamentaba no haber cumplido su promesa. —dijo con tristeza. Yo solo hice una mueca. —También que cuidara de ti.

—¿Eh?

—Es por eso que cuidaré de ti. —sacó el pergamino que tenía en su espalda y lo abrió. Yo me acerqué con curiosidad. —Necesito que coloques tu nombre en aquella parte vacía con tu sangre.

—¡¿AH?! —exclamé muy confundida.

—¡Oh! —exclamó una voz a mi espalda con sorpresa. —¡Enma!

Me giré para ver de quien se trataba, frente a mí se encontraba un hombre de cabellos blanco. Comenzó a mirarme de arriba hacia abajo, como analizando algo.

—¿Quién eres? —pregunté entrecerrando los ojos. No lo había visto nunca.

—Mi nombre es Jiraiya. —respondió con una gran sonrisa. —He venido para conocer a la hija de mi maestro.

—¡Jiraiya-sama! ¡Cuánto tiempo! —exclamó con felicidad Enma.

—Ah, eres el otro tipo que mi padre entrenó. —dije mientras daba unos pasos hacia atrás, él me miró confundido. —¿Eres como aquella serpiente?

—Así que ya conociste a Orochimaru. —suspiró. —Descuida, no estoy loco como él.

Enma soltó una carcajada, como si le hubieran contado el mejor chiste.

—Ah. —suspiré. —No entiendo nada, ¿qué hacen aquí?

—Yo ya te expliqué que hacía aquí. —respondió Enma con una sonrisa. —Ahora firma.

—Yo solo vine a ver a la hija de mi maestro, debo de ir por Naruto.

—¿Naruto? —pregunté confundida ignorando a Enma. —¿Qué sucede con Naruto?

—Nos iremos de viaje. —dijo con una sonrisa. —En busca del quinto Hokage.

—Ah...

—¡Jiraiya! —le reprendió Enma.

—Lo siento, lo siento. —decía Jiraiya apenado. —No quería hacerte sentir mal.

—En serio eres tonto. —suspiró Enma. —____-chan, firma aquí.

—Lo siento, ya debo irme. —colocó una mano en mi cabeza. —Nos vemos, ____-chan.

Jiraiya se fue y Enma siguió insistiendo en que colocara mi nombre en aquel pergamino.

—No entiendo nada. —murmuré y mordí mi dedo, escribí mi nombre en aquella parte vacía. —¿Ahora qué?

—¡Ahora podrás invocarme! —exclamó Enma con felicidad. —Vendré cuantas veces quieras.

Coloqué una mano en mi mentón y entrecerré los ojos mirando fijamente a Enma.

—Eh, no gracias.

—¡¿Qué?!

—No me gustan los monos. —dije burlona, noté como Enma se deprimió. —Era broma, broma. ¡Claro que me gustan los monos!

—Ah, me habías asustado. —decía aliviado. —Bien, comenzaremos con el entrenamiento.

—¿Entrenamiento?

—Te entrenaré muy bien.

La sonrisa de Enma no me daba buena espina, de seguro me hará entrenar hasta que ya no pueda más.

Ah, padre me has dejado a un mono maniático.

Viejo tonto.

Shikamaru.

Me encontraba con Chouji e Ino comiendo carne, desde lo que sucedió con la muerte del Hokage no hemos visto a _____.

—Shikamaru, pareces aburrido. —dijo Ino con un trozo de carne en sus palillos, el cual fue quitado por Chouji. —¡Hey! ¡Chouji!

—Ese pequeño trozo de carne quería ser comido por mí. —dijo saboreando su comida. —Además, Shikamaru siempre esta aburrido.

—Para mí que aparte de aburrido también hay otra cosa. —dijo burlona.

—¿A qué te refieres? —pregunté mirándola de reojo.

—A que extrañas a alguien~

—¿Quién? ¿____? —cuando dije eso automáticamente tapé mi boca. Ino reía a carcajadas al sacarme la información. —Tks, no extraño a esa niña problemática.

—Oh, vamos. —me dio un leve golpe en mi hombro. —Sabemos muy bien que la extrañas.

—____-chan aun no me prepara mi comida~

—Ah, que problemático. —suspiré y me levanté. —Caminaré por ahí.

—Claro, caminar. —dijo con burla mientras movía sus cejas de arriba hacia abajo.

—No me sigan.

—Hai, Hai, saluda a ____-chan~

Dejé a mis dos compañeros ahí y comencé a caminar.

Miraba el cielo y noté las nubes extrañas.

¿Qué está sucediendo?

_____.

Terminé de entrenar con Enma, me sentía exhausta. Él no me dejó descansar ningún minuto, ah tonto mono.

Cuando era pequeña Enma me cuidaba, pero era un mal niñero.

—¿De qué te ríes? —preguntaba Enma mientras estaba sentado en un tronco.

—De ti.

—¡¿Eh?! —exclamó confundido.

—Del mal niñero que eras. —reí. —Ah, Enma aún recuerdo cuando tratabas de quitarme aquellos Kunais de las manos.

—Eras todo un problema. —suspiró. —Incluso trataste de asesinarme.

Aquello lo dijo deprimido.

—Je, es que no me querías dar mis Kunais.

—¡Eran de tu padre! ¡No podía dejar a una niña de 5 años usar Kunais!

—Pero mira el lado bueno, ahora puedo lanzar Kunais muy bien. —dije con una gran sonrisa y entonces saqué cinco Kunais. —¿Quieres probar que tan buena soy?

Enma palideció y se escondió detrás de un árbol.

—¡Lo siento! ¡Debo irme!

Enma desapareció asustado.

—Ah, mono cobarde.

Comencé a mirar el cielo y noté algo extraño.

Hoy no había rastros de nubes. 

🌟Por no haber subido capítulo hace unos días, en la noche subiré otro <3 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top