[2T] Capítulo 41: Un Rey.
Seguí escuchando detrás de la puerta, las palabras dichas anteriormente por Shizune me habían hecho preocupar.
¿Cómo es posible que hayan atrapado a Shikamaru?
—Si seguimos esperando no sabremos que es lo que sucederá. —decía Shizune con preocupación. —¿No piensa hacer nada?
—No podemos hacer nada, tan solo debemos esperar a que Shikamaru envíe el mensaje.
—Pero...
Por más que Shizune insistía en que debían hacer algo, Kakashi-san solo estaba tranquilo.
—¡Kakashi-san! —exclamé con seriedad mientras abría la gran puerta. Pude notar las caras sorprendidas de ellos dos al verme. —¡Necesito que me diga inmediatamente donde es que envió a Shikamaru!
—No puedo revelarte esa información. —suspiró. —Tal como le dije a Shizune, debemos...
—¡No! —interrumpí su oración. Me acerqué amenazadoramente a Kakashi-san y cuando estuve frente a frente a él, lo miré fijamente a los ojos. —Me dirá donde se encuentra Shikamaru ahora mismo o si no le cortaré la cabeza.
—¡__-___-chan! —exclamó Shizune. —¡No puedes hablarle así al Hokage!
Kakashi-sana comenzó a reír a carcajadas, lo miré confundida ya que no esperaba que él riera. Él extendió un papel, la cual contenía toda la información de donde se encontraba Shikamaru.
—Asegúrate de que no te atrapen.
—No pienso dejar que eso sucede. —digo tomando aquel papel que se encontraba en sus manos. —Y sobre lo de cortarle la cabeza. Hablaba en serio.
—Me lo suponía.
Comencé a salir de su oficina con el papel en mano. Según lo que decía aquel papel, Shikamaru se encuentra en un pueblo donde había un gran castillo que está a unos 30 minutos de aquí.
¿Cómo es posible que ese idiota se deje atrapar?
Sabía muy bien que lo que estaba haciendo era arriesgado, pero debía de ayudarlo y bueno asumiré las consecuencias una vez volvamos.
Me espera una gran regañada.
.
.
.
30 minutos.
Eso fue lo que tardé en llegar hasta el castillo, me encontraba a una distancia de aquel castillo enorme y bien vigilado.
No podría pasar a menos que tenga alguna carta, ya que eso es lo que averigüe en un bar donde pasé a tomar algo de agua. Aquel que tenga una carta podrá ver al Rey y pedirle lo que desea.
Vaya tontería.
Si lo que quiero es entrar, debo de conseguir una carta o simplemente deshacerme de los que vigilan la puerta.
La segunda opción es tentadora, pero el hacer eso solo atraería la atención de los demás y traerían más guardias.
Mientras pensaba en que hacer, pude escuchar unos pasos detrás de mí. Me escondí detrás de unos arbustos que estaban a mi lado, bastante incómodo.
La persona que venía estaba con una capucha y noté que en sus manos poseía una de esas cartas. Cuando pasó frente a mí, concentré chakra en mi mano izquierda y entonces aparecí detrás de él dándole un golpe en su cuello, dejándolo desmayado.
—Quizá también deba de llevarme su capucha. —digo mientras le quito su capucha algo antigua y me la coloco, me quedaba algo grande. —Oh, la carta.
Por poco se me olvida la carta, tomé la carta que se encontraba en sus manos y comencé a dirigirme a la entrada del castillo.
—Su carta. —habló con seriedad aquel guardia. Yo me mantuve firme. —Si no trae una carta no podrá...—interrumpí su oración mostrándole aquella carta que había tomado prestada. —Bien, puede pasar.
Escuché como esa gran puerta se abría y comencé a caminar para adentrarme al castillo. El lugar se veía bien cuidado, habían casas a sus alrededores, pero me extrañaba el que no hubiera gente por los alrededores.
Mientras más me adentraba al lugar, más me daba curiosidad de saber el porqué no había gente en los alrededores.
Luego noté a un anciano dirigiéndose a un extraño callejón, comencé a seguirlo por mera curiosidad y cuando salí de aquel callejón vi a mucha gente.
Frente a ellos se encontraba un hombre, las personas lo alababan e incluso hacían reverencias ante a él.
—Bienvenidos mis queridos aldeanos. —decía con una gran sonrisa. —El día de hoy les he traído una gran sorpresa. Al parecer tuvimos varios intrusos en este lugar, pero no se alarmen que mis queridos guardias han logrado atraparlos.
—¿Sai...? —murmuré sorprendida al verlo al lado de aquella persona, pero me sorprendí más al ver quienes estaban a su lado. —Shikamaru...
—Estás personas han querido robarse lo más preciado que tiene este castillo. —decía con una mano en su mentón. —¿Qué deberíamos hacer? ¡Los lanzaremos a los leones!
La gente comenzó a gritar de entusiasmos, mientras otros solo murmuraban un "pobres chiquillos".
Presioné mis puños con furia al ver como aquella persona comenzaba a llevarse a Shikamaru, Sai y sus compañeros.
Si no hago algo ahora, terminaran todos muertos.
—¿Se encuentra bien? —me preguntaba una ancianita a mi lado.
Yo simplemente asentí y entonces la ancianita siguió en lo suyo. Comencé a salir de aquella muchedumbre para adentrarme al castillo, la única manera de ver al Rey es por medio de esa carta y para salvar a mis compañeros deberé de verlo frente a frente.
Una vez dentro de aquel castillo comencé a caminar por ese largo pasillo, los guardias que se encontraban en todas esas puertas me veían con seriedad. Debía de mantenerme firme y segura para no levantar sospechas.
—¿Esta persona tiene una de esas cartas? —preguntó el Rey cuando yo entré al gran cuarto donde se encontraba. —Vaya aspecto tiene, bueno supongo que se lo que pedirá. Las personas como esta siempre piden lo mismo, anda dime tu deseo.
Mientras analizaba el lugar pude ver aquel pergamino que necesitábamos, se encontraba bajo un cristal. Un cristal que no me costará romper.
—¡El rey te esta hablando! —exclamó enfadado uno de sus guardias mientras me empujaba hacia adelante.
—No trates a nuestros invitados así, pero bueno al parecer se lo merece.
Sonreí con orgullo.
Se me había ocurrido un plan.
—Puede que me lo merezca, puede que no. Quien sabe. —digo mientras comienzo a hacer unos sellos. —Sabe mi deseo es que usted termine muerto.
—¿Qué...?
—¡Kuchiyose no jutsu! —exclamé. Entonces de una bola de humo apareció Enma impidiendo todos los ataques que me venían. —¿Listo para pelear?
—¿A quién debemos atrapar?
—Un tonto que se cree Rey.
Di un salto cuando sentí como uno de sus guardias me iba a atacar por la espalda, en el aíre tomé mis cuchillas de chakra para así evitar sus Kunais. Enma peleaba contra tres guardias a la vez, mientras a mi me venían dos.
Si que son problemáticos.
—¡Acaben con ella! —exclamaba el Rey mientras se acercaba al pergamino con rapidez. No dejaré que se lo lleve. —¡¿Qué hacen ineptos?!
—Sabes, no deberías tratar así a tus guardias. —digo mientras corro hacía él, ya me había deshecho de los dos incompetentes de sus guardias. —Ese pergamino será mío.
—¡Atrás!
Tuve que dar un salto hacía atrás ya que el iba a clavarme un Kunai en mi estómago, si no tuviera a Shikadai en mi vientre podría atacar sin problemas. Es más incluso se me agota la resistencia.
Maldigo a Shikamaru.
—¡Enma! —bufé al ver que se demoraba bastante con esos guardias. —¡Apresúrate! ¡Mono idiota!
—¡No me trates así!
—¡Se nos escapa el Rey tonto! —grité al ver que este comenzaba a correr con el pergamino en manos. —¡No dejaré que escapes!
Tiré mis cuchillas de chakra y entonces una de ellas dio en su espalda. Este comenzó a quejarse de dolor mientras trataba de quitarse mi cuchilla, comencé a acercarme para quitarle el pergamino y así acabar con todo esto.
—¡N-No me hagas daño! ¡Te daré todo lo que quieras!
—En serio eres un Rey tonto. —bufé. —Me darás este pergamino y soltarás a mis compañeros que tienes encerrados.
—¡No! ¡Mi pergamino no!
—¡Oh! Entonces tendré que asesinarte. —digo con un puchero.
—¡N-No! ¡Ten!
Él me entregó el pergamino y entonces me dijo en donde se encontraban mis compañeros. Enma se quedó cuidando a ese Rey, mientras yo me dirigía al lugar donde se encontraban encerrados.
El trayecto hasta ese lugar se volvía cada vez más oscuro y frío. Logré ver una luz al final del pasillo y mientras más me acercaba podía oír voces.
—Simplemente sigan el plan.
—¿Estás seguro de esto, Shikamaru?
—Les digo que destruiremos aquellas barras que se encuentras oxidadas y...
—¿No es más fácil abrir y salir? —pregunto con burla interrumpiendo su oración mientras abro su celda. Ellos me miraban entre sorprendidos y confundido. —¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?
Simplemente seguían sorprendidos.
🌟¡Wouu! Me he emocionado bastante asdfgh
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