[...]

Una vez más... Ocurría lo mismo.

De un sobresalto se despertó de su sueño.

Se encontraba agitado, sus nervios y un creciente pánico escalaban por su espalda de manera alarmante.

Tal vez un terror nocturno, o algo más allá de compresión del joven.

Sin poder soportar más esa sensación, se levantó de la cama para salir de aquella habitación en busca de aire y descanso para su mente.

Se hallaba perdido, su cabeza daba vueltas, como también su cuerpo presentaba aún signos de no estar bien con pequeños temblores.

No sabía con certeza si era la primera o la última vez que ocurría... Pero de a poco eso era de menos.

Luego de caminar un poco por ese largo pasillo, detuvo su andar para dirigir su vista hacia el exterior.

Su mente a modo de desvío, se concentró en admirar el panorama que tenía en frente.

Por un gran ventanal, se podía observar el basto jardín que se extendía a lo largo de los terrenos L Mathers.

Un cristalino cielo azul, se extendía hasta la lejanía, al igual que el rocío diurno que cubría las plantas del lugar.

La escena lo hacía sonreír.

Y sin notarlo, también había logrado calmarlo.

Suspiró en respuesta, aún se encontraba adaptándose a su nuevo he irregular estilo de vida.

Fijándose más en el jardín, vio a lo lejos aquella medio elfo por la que se había estado ganado más moretones de lo usual.

Emilia

Se sentía muy agradecido, gracias a su... casual encuentro

Pudo descansar para vivir y contarla un día más...

Luego de despejar su mente, decidió regresar a la habitación para así poder cambiar sus ropas.

Mientras iba de regreso se fijó en una de las puertas del pasillo, que al igual que las otras repetía el mismo patrón rustico y ornamentado.

A pesar de lo bonitas que eran, no tenían nada especial, pero esta... Algo dentro de el le decía que esa puerta protegía algo.

Sintió un poco de vergüenza y felicidad al pensar en ello, a su vez que una fugaz imagen pasó por su cabeza dejando un ligero dolor...

Hoy definitivamente no era su día...

...

Para ser un mundo de fantasía... Vaya que el día había sido todo menos fantástico.

Izuku había estado deambulando por toda la mansión haciendo uno que otro trabajo menor para el marqués... Sin nada completamente destacable .

Oh eso quería pensar.

En toda su estancia en ese lugar. había estado sintiendo incomodidad y recelo de parte de un miembro de aquella casa.

Un miembro... Que se veía disgustada por su presencia.

Rem

La gemela sirvienta de cabellos azules, era alguien inaccesible a su punto de vista.

Sentía su mirada recorrer cada centímetro de su cuerpo en cada descuido o distracción.

Le gustaría saber porqué pasaba eso... Saber que tenía la joven en contra de él.

Mientras pensaba todo eso, se dirigía a la cocina a buscar algo que pudiese saciar su hambre.

Pero al llegar a la puerta de la cocina, notó  que alguien ya se encontraba dentro..

Tsk—

El chasquear de sus dientes resonaba dentro de la solitaria cocina.

Aquello le generaba aún más duda y curiosidad, así que sabiendo que hacer, en silencio deslizó la puerta, solo para encontrarse con la imagen completa.

A escasos metros y de espaldas, se encontraba aquella figura femenina de cortos cabellos azules, cortando una manzana.

Anteriormente, su hermana Ram, le había comentado que era una de las tareas mejor hechas por la joven.

Pero el caso aquí era completamente distinto.

Notaba cómo tenía múltiples cortes en sus manos, seguramente producto del cuchillo que usaba para pelar y cortar la fruta carmesí.

Izuku solo veía en silencio... Cómo aquellos dulces rasgos faciales se contraían en una mueca de disgusto.

Que más allá de ser por no poder cumplir su labor con eficacia, o por el estirar de sus heridas... Sabía era por algo más.

Mismo algo que lo impulsó a acercase a ella de forma silenciosa.

Se detuvo justo a unos pasos detrás de ella..

—A ese paso te vas a..!!

Sus palabras se detuvieron inmediatamente de un corte que llegó a su mejilla.

El silencio reinó por unos duraderos segundos, donde una ligera calidez escurría de la mejilla del joven.

Aquella calidez recorría su rostro hasta caer al suelo... Sangre.

Sangre salía para su mala sorpresa, y "sorpresa" de la joven que en su mirada solo había una leve impresión al ver quien la estaba espiando.

¿Tan distraída estaba?
Tal parece...

Con suma rapidez, sacó un pañuelo y lo extendió al rostro del joven que aún la veía sin decir nada.

—Mil disculpas señor Midoriya, fue una grave descuido mío el atacarlo de ese modo...— Con un deje de preocupación, la chica hablaba mientas trataba de detener el sangrado.

Izuku solo la veía... tapando la herida con aquellas palabras.

Con aquella disculpa que realmente, no significaba nada.

—¿Porque te disculpas?— soltó con simpleza llamando la atención de la joven.

Ella lo miró, sus intenciones de volver a decir algo fueron frustradas tras el rápido comentar del pecoso.

—No tienes que decir algo que realmente no sientes... Tu y yo sabemos que realmente sabías que era yo quien se encontraba detrás de ti.— Seriamente dijo eso, y de sus sospechas ser ciertas, pudo morir a manos de la ella.

Con cada palabra, ella se tensaba más.

Su único soporte de calma, era el cuchillo que poco a poco sostenía con mayor fuerza.

Acaso... el.

»No sé que tengas en mi contra, pero realmente es peligro este tipo de cosas.— ¿Acaso la estaba sermoneando?

Y con eso, su paciencia se terminó de agotar.

—...¿Peligro dices?— su voz no era de agrado.— No hables de ese tipo de cosas como si supieras o conocieras lo que es el peligro.- Se sentía furiosa.

La posible razón o conexión a su pasado, se estaba burlando de ella.

—Eres u..-

TAP TAP

Antes de poder alzar su mano, su cabeza fue golpeada ligeramente por la mano del chico.

—Sí... No fue la mejor idea hablar de algo que no conozco del todo, perdón si fui imprudente o algo así... Aunque.— Hizo una pausa en su hablar.

 »Sería un peligro cargar con los problemas tu sola.. Rem-San.

Al escucharlo, sus palabras le hicieron abrir los ojos por completo.

"Sería un peligro cargar con los problemas tu sola.. Rem-San"

Un vivaz recuerdo, conectó con su mente... una sonrisa cálida aparecía al igual que la del chico frente a ella.

Significados distintos... Para un mismo sentimiento.

Felicidad manchada de tristeza.

Sin saber porque ahora... Soltó una lágrima.

Acompañada de otra.. y otra... Y otra más

Hasta que fue un llanto completo.

La chica se cayó a pedazos al recordar todo así.

Terminando de cerrar su distancia, se acercó al chico aferrándose a su ropa... Sin fuerza alguna.

—Eres un Idiota...— susurraba en un tono amargo, pequeñas lágrimas se formaban bajo sus ojos.

El en silencio dejaba que ella se desahogara, a pesar del momento anterior, ya no la sentía cómo una amenaza.

Tener esa cercanía con una chica como ella... Era algo que lo ponía nervioso.

Pero, sabía que ese era un acto de frustración.

Su experiencia se lo decía, cuántas noches no grito en su almohada deseando morir... y vivir algo mejor.

Irónico, si se ponía a evaluar su situación actual.

Así que... Sin pensarlo más.

Solo la abrazó.

cerró la distancia entre ellos por completo.

Ella trataba de oponer resistencia, no confiaba para nada en el.

Y lo que más quería era mantenerlo lejos... Pero.

—No podré saber las cosas que te aquejan, y sinceramente juzgarte por tus acciones y prejuicios sería cometer un acto de estupidez... A veces podemos ver a los demás de manera inentendible pero... Se que haces esto por algo importante para ti.— Se detuvo un momento a pensar lo siguiente que diría.

»Tal vez no seré un allegado a ti, o alguien de tu agrado... Pero.

Las personas que sufren en silencio, son aquellas a las que más entiendo.

Y si tú necesitas ayuda... Yo te ayudaré a ti.

A fin de cuentas, es mejor reír feliz del presente, que llorar sufriendo por el pasado.

Hablemos ahora... Es mejor que callar para siempre.

Luego de decir eso... Las lágrimas de la joven fluyeron con total libertad.

Aunque no lo dijera, cada palabra había tocado lo más profundo de su ser... y tenía razón.

De un momento a otro, se sentía protegida. en brazos desconocidos.

Que peligrosos o no... Estaban lleno de calidez que desde hace tiempo necesitaba.

La chica se aferró fuertemente al joven de pecas.

Lloraba... cada lágrima dejaba escapar todo su pesar, todo lo que había estado guardando desde hace mucho tiempo.

Dando a entender... Que aquella cadena había sido liberada.

No sabía que pasaría... Pero, aceptaría.

...G-gracias Midoriya-San.—como pudo, le dedicó una sonrisa.

Una que le gustó al peliverde.

Los dos, estaban abrazados en aquella cocina, bañada por los últimos rayos del sol de la tarde.

Ella solo se dejaba atrapar por lo desconocido.

Y el trazaba el camino... A un nuevo destino.

Desde ese día... Una nueva relación nació

Y una que con el tiempo se haría, cada vez más genuina.

—Lo prometo... Podrás sonreír feliz de tu presente, Rem.

..Promesas del Invitado..

𝙵𝚒𝚗..

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Y con esto... El Two-Shot llega a su fin

Vaya que me gustó escribirlo, y más colaborar con GottoCatch

- ¿Les gustó?

- Nah, zzz

Si les gustó, voten y vayan a seguir al gran escritor de arriba, sus historias son una cosa de la que no se van a arrepentir.

Y dicho eso y feliz de poder hacer está obra

Wlad se despide
¡Hasta entonces!

Gottocatch: ¡Hasta otra!