Infección

Me he dado cuenta de que sus episodios, a pesar de ser aleatorios, ya no pierde por completo la razón como antes.

—Lo siento. Esto es más fuerte que yo. Te he vuelto a poner en una situación muy incómoda delante de tu papá.

—Tranquila. No tienes que sentirte mal con esto. Créeme que él entenderá lo que está pasando. Quedémonos así de juntos por un tiempo, ¿de acuerdo?

—Deberías ir con tu papá. Se veía muy mal.

—No sé qué le sucedió tan de repente. Su comportamiento fue extraño. No pensemos en eso ahora. No voy a dejarte sola de nuevo. ¿Tienes sed?

—No.

—¿Es solo calor?

—Sí.

—Tu olor hoy es mucho más fuerte que en otras ocasiones. 

—¿A qué te refieres?

—No tienes idea de lo difícil que se me está haciendo controlarme en este momento. Tu olor me trae loco. No sabes cuántas ganas tengo de hacértelo aquí mismo, pero hay cámaras por todas partes y no quiero que nadie te vea desnuda. Pero esto no se va a quedar así. Tan pronto lleguemos al Hotel, te haré mía.

—¿Al Hotel?

—Sí. No vamos a poner un pie en la casa hasta no asegurarme de que sea seguro. Quiero que hagan una limpieza a profundidad. Ese pesticida es muy fuerte, el olor estaba regado por toda la casa y es peligroso.

—Dereck, te necesito —sus brazos rodearon mi cuerpo, y besó ligeramente mis labios.

—Mierda, es tan difícil combatir contigo cuando estás así. Me llevas arrastrado también, preciosa.

Abrieron la puerta de repente y vi entrar a mi papá de nuevo, pero con una máscara de gas puesta. Parecía un subnormal, no voy a mentir. Eso sí, todavía se veía pálido.

—¿Qué estás haciendo, papá? ¿Por qué tienes eso puesto? ¿Ya estás mejor? ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Por qué saliste corriendo de esa manera?

—¿Desde cuándo ella está presentando estos síntomas? — dijo alterado.

¿Cómo demonios se dio cuenta?

—Desde hace unos meses.

—Hay que examinarla. No puedo creer que se hayan fundido de esta manera.

—¿De qué estás hablando, papá?

—¿No entiendes lo que está sucediendo? Está atravesando la época perfecta para reproducirse.

—Sí, ya sé que está en celo. No es difícil notarlo. Pero ¿eso qué tiene que ver?

—¿Ustedes han estado copulando?

—Sí.

—¿Con cuánta frecuencia?

—Estás haciendo preguntas muy incómodas para Zaira.

—Es importante. Respóndeme.

—Bastante frecuente.

—¿De cuánto estamos hablando?

—Unas tres veces por día — Zaira respondió por mí.

—¿Has tenido tu periodo?

—Sí. Regularmente.

—¿Se están protegiendo?

—No — respondí.

—¿Están locos? ¿Cómo pudieron hacer eso? ¿Tienes una idea del peligro que corren? Tenemos que descartar la posibilidad de que se reproduzcan, por lo que aconsejo que se protejan de ahora en adelante.

—Tú dijiste que soy infértil.

—Has olvidado un detalle muy importante. Ella está infectada como tú, su sistema está comprometido y jamás podría compararse con el de una mujer común y corriente. No sé si se han dado cuenta, pero estoy casi seguro que se han imprimado ustedes dos.

—¿Qué huevadas estás diciendo? Eso ni siquiera existe.

—Ponte a pensar. Hay muchas cosas que comprueban mi teoría. Primero que todo, me dijiste que ella presenta náuseas cada vez que tu hermano se le acerca.

—Sí. ¿Eso lo presentan los murciélagos o qué?

—No, pero existen algunas hembras que son monógamas. 

—Eso ya lo había leído, pero ¿qué tiene que ver eso con mi hermano?

—Las hembras eligen con quién aparearse por medio del olfato; lo utilizan para encontrar la pareja que garantice la mayor diversidad genética con total éxito. Por el olor que desprenden, ellas miden la calidad del macho.

—Pero ¿qué tiene que ver eso con mi hermano?

—Que ella te eligió a ti, por lo que puede significar que, tal vez con ella sí puedas reproducirte. Me comentaste también que tus emociones cambian dependiendo de cómo se sienta ella, y que no es la primera vez que logras “predecir o sentir” que algo malo le sucede o está por ocurrir. ¿Cierto?

—Sí.

—Hablemos del incidente de hace unas horas. ¿Cómo supiste que se la estaban llevando, si estábamos bastante distantes como para que hubieses podido captar en tu radar cualquier sonido? Es probable que no se hayan dado cuenta, pero se están comunicando entre ustedes.

—No entiendo nada, papá.

—Ella no reaccionó a mí...

—¿A ti? ¿De qué hablas? ¿En qué sentido?

—No hubiera querido decirte esto, hijo. Pero dado el caso que es necesario, no me queda remedio. Yo también estoy infectado, es solo que no había presentado ningún síntoma hasta hoy.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top