Capitulo 1
No fue la absurda justificación que avalaba la presencia de algo que no llegaba a comprender.
Tampoco lo desencadenó la forma en que llegó, fría y cobarde, envuelta en un nombre que no correspondía al de él, ni al de nadie.
Ni el terror inscrito en sus ojos, suplicándole unas respuestas que nunca alcanzaría a aprehender.
Fue el más absoluto y traicioneramente inculcado terror el que esa noche acató la primera de las leyes.
- Te la debes poner, Defteros...
Defteros retrocedió como bestia acorralada, hasta que su espalda no pudo hundirse más dentro de una pared que le rechazaba, avanzándole cuál sería su condición a partir del mismo momento que eso cayera sobre él.
¡¿Por qué?!
- Si no lo haces...te matarán - Y no quiero perderte...no puedo perderte...
La máscara, llegada con una dantesca receta que únicamente rezaba "Para el segundo" se estremecía en sus manos, casi tanto como lo hacían los desorbitados ojos de quién estaba comenzando a perder sus últimos segundos de identidad.
Ayúdame, Aspros...tú puedes evitarlo...
Defteros temblaba replegado en un denso ovillo entre el ángulo de la pared y la abrumadora sombra que Aspros incrementaba sobre él a cada paso que ganaba a su maldición.
- Vete...huye...Vive Defteros...
Una idea, un ruego escapó de los labios del mayor a pesar de su propio terror, tanteando una posibilidad que su egoísmo ávido de mitad apenas podía aceptar. Ratificando lo que siempre había temido...su avidez de mitad también era compartida.
¡No puedo! ¡Juramos no separarnos nunca! ¡Si huyo...te matarán a ti!
El menor lloraba, se atragantaba con la falta de respiración que ya empezaba a degustar como antesala a la asfixia que avanzaba hacia su rostro.
Aspros apenas podía controlar el temblor de sus dedos al observar la máscara de cuero, buscando como afianzarla a su destino, tragándose la náusea que le subía por la garganta y que le ahogaba hasta el alma.
Los ojos suplicantes de Defteros evitaban fijarse en éso que se acercaba a él con miedos y repugnancia, focalizándose en la anegada y evadida mirada del mayor.
Los ojos de Aspros evitaban fijarse en las mudas lágrimas que aceptaban castigo sin siquiera haber tenido edad suficiente para haber aprendido a pecar.
El primer impulso fue ladear el rostro apretando la mandíbula con tal fuerza que los dientes temían crujirse entre ellos.
El segundo salió con voluntad propia de su pie, dando de lleno en el estómago del mayor.
El tercero simplemente fue aceptar sumisión aferrándose a las únicas palabras que Aspros pudo pronunciar mientras sus dedos cumplían injusticia, sus ojos decidían no ver y sus labios todavía no habían aprendido a mentir.
- Estaré siempre a tu lado...y te liberaré. Te lo prometo...- Me lo prometo...
Aspros siempre cumplía sus promesas. Siempre.
Esa noche Defteros no sólo le creyó...Esa noche más que nunca, hacerlo fue una vital necesidad
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top