Aveces las promesas no pueden cumplirse.
Hola uwu, aquí la floja reportandose con un pequeño Oneshot para celebrar los +80 seguidores (yay los amo a todos).
Y pos preparen los pañuelos (?) Okno *nosirvepahacercosassad*
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Un día nevado y tranquilo cómo cualquiera se encontraban dos pequeños erizos sentados en el cesped de una alta montaña mirando el paisaje.
— Oye Shads —habló un pequeño erizo cobalto acabando con el tranquilo silencio del lugar.
— ¿Hmm? —miró de reojo al azulado.
— Tú... ¿crees en las promesas? —volteó a ver al azabache.
— ¿Porqué preguntas eso? —miró extrañado al oji-esmeralda.
— Sólo curiosidad —sonrió inocente.
— Si creo tonto —picó la nariz del contrario haciendo que este soltara una pequeña risita.
— ¿Qué te parece hacer una? —felíz el cobalto miro con ilusión a su amigo.
— ¿De qué? —preguntó mirando el brillo que tenían los ojos del ceruleo.
— ¡Estar siempre juntos! —soltó entusiasmado esperando la respuesta de su amigo.
El veteado suspiró pesadamente, ¿cómo decirle "NO" a esa tierna carita?
— Está bien —musitó derrotado, el cobalto chilló felíz y le tendió el dedo meñique.
— ¡Entonces es una promesa! —su rostro mantenía una sonrisa que apenas le cabía en la cara, el veteado se quedó mirando por unos momentos ese dedo.
— Promesa —entrelazó su meñique con el del contrario.
¡Estaremos siempre juntos!
Y así una joven e inocente promesa se hizo presente, uniendo a estos dos erizos en un fuerte lazo de amistad.
— Te quiero Shads.
— Yo también...infantil.
— ¡Oye!
— Hehehe...
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Estaban en la misma montaña acostados en el césped mirando las millones de nubes.
— Mira ésa —apuntó al cielo a una nube en específico.
— Parece un Chillidog —extendió sus brazos al cielo.
— Para ti todo te parece un Chillidog —habló con ironía el azabache.
— Es que tengo hambre —acarició su pancita, el veteado sólo suspiró con pesadez.
— Siempre tienes hambre —miró de reojo al azulado que "agonizaba".
El cobalto se levantó de un salto y le extendió la mano al erizo que aún se mantenía acostado.
— Ven te brindo algo —sonrió y movió su mano levemente— mamá me dió mi mesada~ —canturreó divertido sacándole una sonrisa al azabache.
El oji-carmín rió levemente y tomó la mano del cobalto para levantarse.
— Con tal de que sea algo dulce está bien para mí —comenzaron a caminar alejandose del lugar.
— ¿Y no quieres un Chillidog? —le miró de reojo.
— No —hizo una mueca— esas cosas son muy picantes —sacó su lengua.
— Hahah...niña —rió divertido obteniendo un ligero empujón del otro.
— Calla infantil...
— Deja de decirme así —hizo un puchero— malo...
— Heheh...siempre.
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— Me pregunto si esto le gustará —pensó el joven oji-verde mirando la cajita de regalo que tenía entre sus manos.
Seguía caminando por la acera hasta llegar a la casa de su mejor amigo.
— A él nunca le han gustado estas cosas...—se paró en frente de la puerta— sólo espero que almenos lo acepte...—suspiró decidido y tocó levemente esperando a que le abrieran.
Leves pasos se escucharon dentro de la casa, al escuchar cómo esta abría rápidamente escondió el regalo detrás suyo.
— Oh, eres tú —miró al azulado que se encontraba de cierta forma nervioso— ¿vas a pasar?
— S-si —asintió de forma rápida, el azabache abrió más la puerta dejando pasar al otro erizo.
Este miró de reojo la casa, se sentía de cierta forma triste, su casa se veía igual que siempre, oscura y apagada pero ya estaba acostumbrado a eso.
— ¿Qué tienes atrás? —el veteado le sacó de sus pensamientos, este de una giró a verle.
— Ahm...nada, nada —sonrió de forma nerviosa.
— No sabes mentir —se cruzó de brazos y caminó más hasta el azulado.
— Ahhm...y-yo...—miró a los lados buscando una excusa pero al parecer ya se encontraba perdido, suspiró derrotado bajó la mirada y le tendió la cajita al otro.
Éste extrañado la tomó y la miró detalladamente.
— Felíz cumpleaños —susurró bajando sus brazos— e-espero te guste...
Sorprendido por el gesto del azulado no dijo nada y con cuidado abrió la caja encontrandose con un bonito brazalete.
— Lo hice yo mismo —le miró de reojo, éste todavía se mantenía callado.
Agarró el brazalete y se lo colocó en su mano izquierda, sonrió de forma inconsciente y volvió a mirar a su apenado amigo.
— Yo también tengo algo para ti —musitó suavemente, se llevó las manos detrás de su nuca, con cuidado se quitó su cadena "favorita" y se la puso al cobalto— listo —sonrió mirando cómo este se asombraba— felíz cumpleaños infantil —rió un poco.
— N-no me llames así —hizo un puchero, acarició con sus dedos el dije de la cadena— ¿e-enserio me la das? —levantó su cabeza y le miró incrédulo.
— Si te la estoy colocando es por algo ¿no? —sonrió burlonamente.
— Gracias...—sonrió más que emocionado y se abalanzó a abrazarle— ¡gracias Shads!
— Okey, okey —trató de safarse del abrazo de oso— sólo no me asfixies —éste se separó levemente y le miró a los ojos.
— ¿Quieres ir a mi casa? —sonrió— tengo chocolates~ —rió internamente al ver el brillo en los ojos de su amigo.
— Sólo porqué hay chocolate de por medio —hizo un pequeño morrito y se separó del azulado.
Éste rió divertido y siguió al otro fuera de la casa.
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Era de noche y el azabache estaba encerrado en su cuarto terminando de hacer su tarea y estudiando para el examen del día siguiente, estaba muy ensimismado en sus cosas hasta que de pronto un ruido le desconcentró.
— ¿Huh? —giró su cabeza hasta la ventana del cuarto, al ver que no había nada se encogió de hombros y siguió escribiendo.
En otra parte...
El azulado se encontraba fuera de la casa de Shadow tirando piedritas a la ventana del cuarto para llamar la atención pero no funcionaba.
— Ptss...Shadow —medio gritó para que le oyera.
Cómo no resultaba tomó una piedra un poco más grande y la arrojó de nuevo a la ventana.
— Joder...¿que estará haciendo ese erizo? —bufó ya molesto de que no le escuchara.
Miró de reojo un gran árbol, sonrió un poco y decidió treparlo, éste llegaba a la ventana. Al ya estar arriba tocó levemente el vidrio.
— ¿Pero que? —el azabache dejó el lápiz a un lado y se levantó de la silla para caminar hasta la ventana, al correr la cortina se sobresaltó un poco al ver al cobalto sonriendole y haciendo señas para que le abriera— ¿porqué...? —cortó su habla, suspiró pesadamente y le abrió la ventana a su irritante amigo.
— Que onda Shads —saludó entrando en la habitación.
— ¿Se puede saber porqué estás molestandome a estas horas de la noche? —se cruzó de brazos y miró serio al cobalto.
— Bueeeno —colocó sus brazos detrás de su cabeza— estaba aburrido y me pregunté....¿qué estará haciendo mi mejor amigo? —musitó divertido haciendo que el moreno bufara irritado— así que aquí estoy —miró de reojo el cuarto— ¿qué haces? —caminó hasta la cama y se sentó en el orillo de esta.
El veteado cerró la ventana y volvió a sentarse en la silla de su escritorio.
— Tarea —tomó el lápiz y siguió escribiendo.
— Pff...que aburrido —se acostó en la cama y giró su cabeza para ver al moreno.
— Me imagino que ya deberias de haber estudiado para el examen —miró de reojo al azulado ganandose un jadeo de asombro— je...cómo lo esperaba.
¿¡Hay examen mañana!? —se levantó de golpe.
— Eso te pasa por no prestar atención a la clase —sonrió del lado y siguió escribiendo.
— Oh Chaos —musitó preocupado, se acercó al azabache y le tomó de los hombros— Shady... —canturreó algo meloso.
— Ni lo sueñes —cortó el contrario.
— Owww vamos —suplicó haciendo ojitos de perrito abandonado— no me dejes morir —hizo morritos con sus labios— por favor Shady.
«¿Porqué siempre tengo que caer con esto?» Pensó derrotado al mirar el morrito"tierno" que hacía su amigo.
— Está bien —suspiró profundamente.
— ¡Yay! —le abrazó por la espalda y frotó su mejilla con la del azabache— ¡gracias!
— Okey, okey suelta pegoste —trató de quitarselo de encima— espero que esta vez me prestes atención y no te duermas —habló severo.
— Entendido —sonrió haciendo una pose militar, buscó otra silla y se sentó al lado del azabache para que le explicara.
Así pasaron varias horas hasta que por fín el cobalto logró "aprender".
— Bien hice lo que pude —cerró el cuaderno— sólo no repruebes mañana —jaló la oreja del azulado.
— No lo haré, ya verás —rió levemente— gracias Shads.
— Ni lo menciones —sonrió levemente, miró de reojo el reloj.
12:30AM.
— Vaya que es tarde —miró al cobalto.
— ¿Puedo dormir aquí está noche? —hizo otro de sus "tiernos" morritos.
— Ahg...de acuerdo, pero por favor ya deja de hacer esas caras —desvió la mirada.
— ¡Si!~ —canturreó victorioso, se levantó de la silla y se fue a acostar en la cama.
El veteado suspiró agotado.
— ¿Que hice yo para merecer esto? —susurró y caminó hasta el otro lado de la cama para acostarse.
— Buenas noches Shads —le miró con una suave sonrisa.
— Buenas noches erizo irritante —picó la nariz del contrario, el cobalto rió divertido y comenzó a cerrar sus ojos gracias al cansancio.
— Te quiero Shads —musitó adormilado.
— Yo también...infantil —susurro suavemente.
Se acercó más al azulado y le abrazó para así quedarse dormido también.
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— ¡Hey Shads! — tocó levemente el hombro de su amigo.
— ¿Qué quieres ahora? —tenía la mirada en un libro.
— Pos...quería saber si quieres ir hoy conmigo a una fiesta —se sentó a un lado de él sonriendole.
— No —cortó el veteado mientras pasaba la página.
— Oww vamos Shads —rogó el azulado— no seas así, por fiiis~ —insistió al moreno, éste sólo seguía mirando el libro.
Al no escuchar respuesta hizo un puchero y de golpe le arrebató el libro para levantarse rápidamente.
— ¡Oye! —se levantó igual— devuelveme ése libro Hedgehog —instó severo.
— No hasta que aceptes venir conmigo —escondió el libro detrás de él.
— Nada de lo que digas me va a hacer cambiar de opinión, así que dame ese libro ya —extendió la mano hasta el cobalto esperando el libro, éste le miraba serio.
(...)
— ¿Cómo es que llegué a parar aquí? —musitó irritado el azabache sentado en un sillón y cruzado de brazos mirando a los demás alumnos que bailaban al son de la música alta.
— No seas un gruñón Shady —se sentó a un lado y le rodeo los hombros con un brazo.
— Ya me basta con soportarte a ti y ahora tengo que soportar esto —gruñó enojado mirando de reojo al cobalto.
— Aww vamos, intenta divertirte almenos —se levantó y le tomó de la mano para llevarlo a la pista de baile— ven vamos a bailar.
— ¿¡Q-Qué!?, ¡no!, ¡suelta! —trató de safarse del agarre del cobalto pero éste le tomaba fuerte y la gente que "chocaba" entre sí no ayudaba en nada— Sonic enserio, yo no sé bailar —susurró algo apenado.
— Bah, es fácil —le regaló una de sus muchas sonrisas y le tomó del otro brazo— sólo tienes que dejarte llevar por la música —los dos se adentraron en la pista y el azulado comenzó a mover su cuerpo.
Algunos veían fijamente al veteado, éste se sentía incómodo por tantas miradas pero al ver al cobalto sonreirle sintió cómo sus nervios se esfumaban de la nada, le sonrió de vuelta y empezó a "bailar". El oji-esmeralda al ver cómo el azabache bailaba se alegró aún más.
— Vez —le gritó un poco alto para que le escuchara— te dije que no es difícil.
— Pff, nada es difícil para mí —habló arrogante y se echó a reír haciendo reír también a su amigo.
(...)
— ¿Cómo es posible que con dos simples cervezas te hayas vuelto nada? —miró de reojo al cobalto que caminaba algo tambaleante y "tarareaba" una tonada.
— Es...que io n-no h-he bebido nunca —hipó mientras arrastraba las palabras.
— Vaya que no aguantas nada —negó levemente.
Con algo de dificultad abrió la puerta de su casa y entró junto al cobalto, este literalmente se iba callendo.
— Chaos...que haré contigo —suspiró pesadamente, cerró la puerta y cargó al azulado al estilo nupcial.
— Ohh~ —miró pícaro a su amigo— vaya príncipe me he encontrado —este comentario hizo sonrojar full al negri-rojo.
— ¿Pero de que hablas? —subió las escaleras para ir a su cuarto sentía sus mejillar arder por la vergüenza.
— No lo niegues Shady —canturreó— yop sé muy bien que te gusto~.
Esto casi hacía que el moreno dejara caer al erizo ebrio.
— Deja de hablar bobadas, estás ebrio... —abrió la puerta con su pié y dejó al cobalto en la cama.
— Puede ser... —le miró coqueto— pero es enserio lo que he dicho —rió divertido— además tú también me gustas muucho~.
Sentía cómo su corazón latía a millón al haber escuchado eso de su mejor amigo, pero no debía de fiarse, sabía que él estaba borracho...aunque hay quienes dicen que cuándo están bajo el efecto del alcohol no mienten. ¿acaso estará diciendo la verdad?
Negó rápidamente, no podía ser, ellos sólo eran amigos y nada más que éso, su corazón dolió y mucho...
— Date un baño —se cruzó de brazos mirando cómo el otro giraba cuál remolino en la cama.
— Nooo~ no quiero —hizo un puchero.
— Deja de ser un crío y haz caso —apretó los puños, aveces llegaba a irritarlo de verdad.
— Me baño si tú también me acompañas —se sentó en el orillo de la cama mirando fijamente a su amigo, éste abrió los ojos cómo platos y se sonrojó peor que antes.
— Enserio estás loco —titubeó un poco.
— Sii~ —se levantó y a paso torpe se acercó al azabache que estaba cómo piedra— anda Shady, igual los dos tenemos lo mismo —le susurró en su orejita y se encogió de hombros caminando al baño.
— Erizo hijo de.... —tapó su rostro más que avergonzado, abrió un pequeño espacio en sus dedos y pudo ver cómo el azulado se quitaba la ropa sin ninguna importancia— ay Chaos....
Tomó una gran bocanada de aire y siguió al ebrio al baño, cómo pudo desvió la mirada de su desnudo amigo y comenzó a llenar la tina con agua fría.
El azulado tocó con un dedo el agua y chilló algo agudo.
— Oye —miró de reojo al veteado— esa agua está "congelada" —tiritó un poco.
— Es para que se te quite la ebriedad —sus mejillas estaban prendidas, evitaba a toda costa mirar a su amigo.
— Pero no me bañare si tú no lo haces conmigo —hizo un puchero y se cruzó de brazos.
Se enrojecio ferozmente «nada de pensamientos morbosos, nada de pervertismo, calma tus hormonas» se decía mentalmente. Cerró la llave y se enderesó dándole la espalda al otro.
— Métete —habló demandante señalando la bañera.
— No quiero.
— Que te metas dije —ya empezaba a perder la paciencia.
— Te dije que NO.
Al final la poca paciencia que le quedaba se borró de su sistema, tomó algo brusco al cobalto y lo metió de lleno en la tina.
— ¡Kyaaaa está fría! —chilló el erizo pataleando en el agua mojando al roji-negro en el proceso.
— ¡Joder deja de ser un crío! —le detuvo y lo calmó tirandole más agua encima con un potecito.
— ¡Hmph! —se cruzó de brazos y se puso de espalda al azabache, éste suspiró pesadamente.
— Enserio que eres un verdadero crío —musitó suavemente tomando el shampoo y echándole un poco en la cabeza para comenzar a tallarla.
— Pero así me quieres Shady —ronroneó gustoso y cerró sus ojos.
(...)
— Shads...—los dos yacían en la cama algo acurrucados.
— ¿Ahora qué quieres? —abrió uno de sus ojos, ya era cómo la tercera vez que le llamaba.
— ¿Tú me quieres? —preguntó con inocencia, aún seguía algo "ebrio".
— Pero claro que te quiero tonto —le picó la nariz haciendo que éste la arrugara un poco— ahora ya a dormir que tengo sueño —volvió a cerrar su ojo.
— Yo también te quiero mucho Shads —sonrió dulcemente cerrando sus ojos y acurrucandose más junto al azabache.
Pasaron unos minutos y el veteado abrió levemente sus ojos para ver al cobalto que por fín había caído rendido.
— Te quiero como no te lo imaginas erizo infantil —acarició con cariño su cabeza ganandose un leve ronroneo de éste, sonrió y besó su frente para así volver a cerrar los ojos y caer en los brazos de Morfeo que le esperaban.
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— ¡Vamos rápido!
Los dos erizos corrían para poder refugiarse de la lluvia tremenda que caía.
— ¡En ese lugar de allá! —apuntó a una tienda cerrada que tenía un toldo algo grande.
El azabache tomó más fuerte de la mano al azulado y aceleró más el paso. Ya abajo del toldo los dos se recostaron en la pared al mismo tiempo para poder tomar aire.
— Uff...v-vaya —jadeaba algo acelerado— que día nos ha tocado —miró de reojo al veteado.
— Y pensar que el clima estaba soleado —miró las calles "inundadas"— si que la Madre Naturaleza nos juega sucio...
— Aww yo quería ver esa peli —se abrazó a sí mismo y comenzó a tiritar por culpa del frío.
Al ver cómo éste temblaba se acercó más a él y le rodeo con sus brazos para apegarle a su cuerpo.
— ¿Qué haces? —tenía sus manos apoyadas en el pecho del azabache.
— Te abrazo, ¿acaso no es obvio? —le miró con ironía— es para mantener el calor y así evitar que te dé una hipotermia.
No dijo nada sólo se mantuvo callado y se acurruco más en él sintiendo el poco calor que había entre ellos, la lluvia parecía no parar y ya comenzaba a hacerse tarde.
— Shadow... —le miró de reojo— enserio debemos irnos, ya estamos empapados no importa mojarnos más —éste sólo asintió y se separó tomando fuerte de su mano.
— Correre algo rápido, no te sueltes.
— Entendido —se prepararon y salieron disparados de ahí para poder irse a la casa del cobalto cuál era la que estaba más cerca.
(...)
— ¡Achu! —sorbió su nariz— no es justo...—hizo un puchero— ¿cómo es que yo si me resfrie y tú no?
— Porqué yo soy inmune a éso —sonrió divertido, tomó una de las toallas y secó la cabeza del engripado.
— ¡Jum! —volvió a estornudar— tontas bacterias —sorbió de nuevo su nariz, escuchó una leve risita de parte del otro— ¿y tú de que te ríes? —le miró con cierta molestia.
— Nada nada —siguió riendo— es sólo que tu voz suena chistosa ahora —mordió su labio inferior para acallar una carcajada.
— ¡Malo! —le tiró la toalla en la cara.
— Ahahaha —no aguantó más y se carcajeó tomando de su estomago.
— Te odio —"lloriqueó" golpeandole sin fuerza en su pecho.
— Yo también te quiero infantil —limpió una lágrima falsa.
— ¡Qué no me digas así!
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— ¿Qué? —sorprendido miró al azabache— p-pero...pero pensé que habíamos quedado en la misma Universidad —musitó tristemente.
— Lo siento Sonic —hizo una leve mueca— mira...puedo viajar a esa Universidad y hacer un "cambio" para quedar juntos en la misma...¿qué te parece? —acarició la cabeza del contrario.
— ¿Te tardarás mucho? —hizo uno de sus muchos morritos.
— Pues la verdad no tengo idea —colocó una mano en su mentón— puede que tarde varios días ese proceso.
— Aww, es mucho tiempo.
— Tranquilo, ni que algo malo me fuera a pasar —sonrió del lado— además, si tienes "miedo" simplemente dile a Tails que viva contigo temporalmente —le miró burlón.
— ¡Y-yo no tengo miedo! —hizo un puchero cruzando sus brazos.
— Okey, okey —rió divertido.
(...)
Los pasajeros del siguiente vuelo a Westopolis por favor de subir al avión.
— Bueno, ya tengo que irme —miró algo triste a su amigo.
— Enserio no quiero que te vayas...
— Tranquilo Sonic, volveré cuándo menos te lo esperes —sonrió y acarició su cabeza.
Última llamada a los pasajeros del vuelo a Westopolis.
— Okey, ya debo irme —antes de irse sintió un agarre en su mano, se giró a ver lo que era y miró al erizo azul que se encontraba cabizbajo— ¿qué pasa?
«Tengo que decirselo, debo hacerlo es ahora o nunca, hazlo hazlo» se decía mentalmente.
— Q-Que tengas buen viaje y cuida del brazalete —levantó la cabeza y le sonrió triste.
— Gracias Sonic y lo haré no te preocupes —besó la frente del azulado y se fué rápido del lugar para poder abordar el avión.
— Adiós...Shady...
Observó cómo poco a poco los demás pasajeros iban subiendo al avión y cómo éste despegaba lentamente para después irse.
Una semana después...
— Vamos amigo —animó el zorrito— ya verás que nada malo le ha pasado —odiaba ver a su amigo así de triste.
— Pero...pero no ha contestado mis mensajes desde hace tres días y no responde a mis llamadas —miraba fijamente el celular.
— Puede que esté ocupado, esas cosas de la Universidad toman tiempo enserio —acarició la cabeza del cobalto— anda, levanta esos ánimos —le miró con una sonrisa— ¿qué te parece si vamos hoy a la casa de Knuckles y pasamos la noche jugando videojuegos?, cómo antes —pudo ver cómo al cobalto se le hacía una pequeña sonrisa.
— Está bien —se levantó de la silla y le despeinó la cabeza a su pequeño amigo— aún sigues bajito —sonrió burlón.
— Calla pitufo andante —hizo un puchero y caminó hasta el perchero para tomar su sueter.
— Hahah ok ok —soltó una leve risita— yo conduzco.
— Tú siempre lo haces —miró con ironía al azulado que se encogia de hombros.
— Seh...siempre lo hago —tomó su teléfono y llaves para así irse los dos en el auto hasta la casa de su amigo rojizo.
(...)
— Listo —sonrió satisfecho el azabache— por fin término esto.
Pensaba en cómo estaría su erizo infantil, la verdad es que le hacía mucha falta aunque irritante le pareciera aveces. No pudo contestar sus llamadas o mensajes debido a cosas que tuvo que hacer.
Tomó el celular entre sus manos y buscó el número del cobalto para poder llamarle.
Lo sentimos pero este número no se encuentra disponible por los momentos.
— ¿Cómo que no? —frunció un poco el ceño— quizá sea la cobertura —suspiró pesadamente— le enviaré un mensaje.
(...)
El oji-esmeralda se encontraba manejando, el paisaje se veía nublado y pareciera que en cualquier momento caería un semerendo chaparrón.
— Esos tipos del clima se equivocan bien feo —hice un puchero al ver que una gota caía en el vidrio del auto.
— Nunca hay que confiar en el pronóstico —se cruzó de brazos— ¿no crees que debamos parar? —miró algo preocupado al que conducía.
— Neeh no te preocupes Tails, una pequeña lluvia no va a detenerme —encendió las luces delanteras del auto debido a que ya se hacía de noche.
Tails se removió incómodo en el asiento, tenía un mal presentimiento debía hacer que su amigo parara el auto ya, esas gotas comenzaban a volverse más "feroces" a cada segundo.
— Enserio Sonic... —le miró asustado— hay que parar...
— Tranquilo Tails, nada malo va a pasas confía en mí —le miró de reojo y le regaló una sonrisa.
Volvió su vista al frente, la lluvia cada vez se volvía peor y empezaba a oscurecer más. Estaba concentrado en el camino ya que por culpa de la neblina no le dejaba ver bien, un sonido le desconcentró era el tono de su celular lo tomó y de reojo vió que era un mensaje de Shadow.
— Oh Chaos es un mensaje de Shadow —sonrió emocionado.
— ¡SONIC LA VISTA! —al escuchar el grito del amarillo desvió la mirada al frente y notó que otro auto se acercaba a millón.
Tiró el celular y tomó el volante algo fuerte para poder desviar el auto, por desgracia la carretera estaba demasiado resbalosa por culpa de la lluvia y al tratar de "esquivar" el otro carro derrapó haciendo que este diera múltiples vueltas. En acto rápido abrazó a Tails y cerró los ojos esperando el impacto.
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¡Auxilio!
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¡Ayuda!
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¡Alguien por favor!
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Ayuda.
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Unidades reportandose en la carretera Emerald Hill, hubo un choque dejando a dos personas heridas y a una en estado crítico.
(...)
Biiip....
Biiip....
Biiip....
Biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiip.......
— ¡Lo perdemos!
— ¡El desfibrilador! —una de las enfermeras se lo tendió al doctor y éste lo preparó para pegarlo al pecho del joven— ¡Despejen! —gritó al momento de dar una descarga eléctrica al cuerpo inerte— ¡Despejen! —volvió a gritar— una más —volvió a pegar el aparato al pecho del chico— ¡Despejen!
La máquina aún seguía emitiendo ese sonido agudo y "aterrador", los doctores dejaron en paz el pobre cuerpo, una de las enfermeras lo tapó con una sabana blanca y bajó la mirada.
— ¿Sabe algo de su familia? —habló una equidna naranja mirando al doctor.
— Sólo el joven que estaba junto a él en el incidente —se quitó los guantes.
— ¿Él si se encuentra bien?
— Si, no obtuvo muchos daños gracias a este joven... —miró la camilla— los oficiales dicen que los encontraron abrazados dentro del auto.
— Es una pena...—dijo con tristeza.
·~·~·~·~·~·~·~·~·
Un erizo azabache bajaba del avión con una mirada preocupada.
— No entiendo... —hablaba para él mismo, caminaba rápidamente para salir del aeropuerto e ir a la casa que compartía con el azulado— ¿por qué no ha contestado mis llamadas o mensajes?
Paró un taxi y se subió en éste de forma rápida.
— ¿A dónde le llevo? —el conductor miró de reojo al veteado.
— Calle Blue Gem —sacó dinero y se lo tendió al chofer, éste lo tomó y arrancó el auto rumbo al lugar indicado.
No pasó mucho tiempo sólo algunos minutos y ya estaban en la casa, el azabache se bajó dándole las gracias al conductor y caminó hasta la casa para entrar y saludar a su erizo.
— ¡Sonic ya llegué! —gritó abriendo la puerta pero la respuesta nunca llegó— ¿Sonic? —cerró la puerta y comenzó a caminar por la casa, nada ni rastro de él, el lugar estaba limpio...cómo si nadie viviera ahí— debe de estar en casa de Tails...—se excusó algo nerviso, nunca se había sentido así, almenos el cobalto le dejaba una notita o la casa "destrozada"...pero nada.
Dejó la maleta a un lado y volvió a salir de la casa para ir a la del zorro.
(...)
Tocó la puerta algo desesperado, sentía su respiración agitada y tenía un "nudo" en el estómago. Escuchó leves pasos acercarse a la puerta y cómo ésta rechinaba al abrirse.
— ¿Si? —miró de reojo al erizo— S-Shadow —se sorprendió y abrió del todo la puerta.
— Tails, por fín —suspiró aliviado— ¿está Sonic contigo?, no me ha contestado los mensajes ni las llamadas —notó cómo el zorro paledecia de golpe— ¿pasó algo?
— Ahm...b-bueno...e-esto... —titubeó a más no poder, haciendo que el roji-negro se preocupara peor.
— ¿¡Le ocurrió algo malo!? —tomó algo brusco de los hombros, éste chilló de dolor— l-lo siento —le soltó.
— E-él.... —se le dificultaba hablar, sentía cómo sus ojos se aguaban de nuevo— So-Sonic....é-él...él murió —rompió a llorar.
— E-Eso no es gracioso Miles —miraba cómo el amarillo lloraba a mares, sintió un oprimiento horrible en su pecho y automáticamente se llevó una mano ahí— d-dime...dime q-que es una m-muy mala b-broma —se acercó un poco al zorro éste negó repetidamente y levantó su mirada para ver al erizo.
— N-No es una broma...no es una broma...
El azabache se dejó caer en el suelo y comenzó a llorar cómo nunca en su vida lo había hecho.
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— ¿Recuerdas...cuándo pasaste el examen? ése día tenías una de tus muchas hermosas sonrisas —rió un poco— o...o cuándo te caiste por culpa de una rama mal colocada y yo tuve que llevarte a caballito por todo él lugar, recuerdo que me gritabas "arre mi fiel corcel" —limpió una lágrima que amenazaba con salir— escuchar tus embriagantes risas no tenían precio alguno... —suspiró profundamente y acarició la lápida de su amigo— cómo quisiera que estuvieras a mi lado... —bajó la cabeza— cómo quisiera haberte dicho lo que realmente siento por ti....c-cómo quisiera nunca haberme ido de tu lado —comenzó a sollozar— l-lo siento, lo siento mucho —aumentó su llanto— n-no cumplí nu-nuestra pro-promesa, pe-perdóname —apretó la tierra— perdóname....
Comenzó a jadear y tomó de su pecho fuertemente, sentía una gran decepción en sí mismo, sentía un gran vacío en su interior.
— Q-Quiero e-escucharte d-decirme Sh-Shady, quiero q-que me molestes con tus t-tonterías, q-quiero volver a abrazarte de nuevo....q-quiero e-estar siempre j-junto a ti.... —miró de reojo el brazalete de su mano izquierda.
Se enderezo de nuevo, se quitó el brazalete y lo miró detalladamente pudo notar que tenía algo escrito.
"Para mi Shady, con amor de su erizo infantil."
Sonrió tristemente y abrazó el brazalete.
— Siempre eres y serás mi pequeño erizo infantil...
Se levantó del suelo y dejó una rosa azul en la lápida de su amado.
— Volveré a visitarte...sin falta.
Acarició la rosa y se dio la espalda para irse de la montaña, esa montaña en dónde sellaron su promesa, en dónde un verdadero lazo de amistad se forjó....pero que lamentablemente tuvo que romperse.
·~·~·~·~·~·
— Oye Shads —miró al azabache.
— ¿Qué pasa ahora? —se giró para ver a su irritante amigo.
— Cuándo seamos grandes...¿quisieras ser mi novio? —jugó con sus dedos mirando apenado al veteado.
— ¿Qué te parece si lo somos ahora? —sonrió y tomó de las manos al contrario.
— ¿Enserio? —preguntó felíz.
— Sip, pero nada de besos —hizo una mueca.
— Ehg no —sacó la lengua en forma de desagrado.
Los dos se miraron y se echaron a reír al unísono.
— Te quiero mucho Shady.
— Yo te quiero más infantil.
— ¡Que no me digas así!
— Lo digo porqué quiero.
— ¡Eres muy malo!
— Ya lo sé heheh...
Aveces las promesas no pueden llegar a cumplirse...pero siempre existen los buenos recuerdos que perduraran para siempre en nuestro corazón...
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*con un escudo en la mano*
Tirenme todas la zapatillas que quieran io tengo un escudo (?)
uwu....quise hacer un Oneshot *sad* aunque creo que no me quedó xddd pero así se quedará -derp-
Espero les haya gustado y sacado alguna que otra risita o lágrima uvu (nomematensiquedofeo)
Esta loca de aquí se despide uwu, Good Bye beautiful people! ♡♥♡♥♡♥♡♥.
*se va corriedo gay mente*
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