Rompecabezas 🔪

La lluvia seguía cayendo fuertemente, desde la ventana de la oficina de la psicóloga, podía verse como el cielo se iluminaba cada que caía un relámpago.

Tyra ya había cambiado varias veces las pistas que tenía en el pizarrón de corcho. No terminaba de estar convencida de la culpabilidad de la asiática. Dentro de su oficina no hacía calor, pero ella se sentía acalorada. Tomando la liga que llevaba en su muñeca amarró su cabello en una coleta alta.

—Vamos Tyra, ¿qué se te escapa? —murmuró para sí misma.

Observó al detalle cada una de las fotos de los seis sospechosos que aún tenía en la pizarra.

Jannik: el novio que omitió ser en verdad el ex novio. La última vez que se le vio con la víctima fue tomándose algunas fotos dentro de la cabina fotográfica. Después de eso cada uno tomó un camino separado. Su coartada, era haber estado conviviendo con sus amigos del equipo de football cuando la tragedia sucedió.

¿Podía ser él el culpable? Sí, si sus amigos lo encubrían confirmando la coartada que tuvo. A esa edad, el código de amigos podía ser muy fuerte, tanto como para encubrir un asesinato, sobre todo porque Jannik era el mariscal de campo, capitán del equipo y uno de los chicos más populares, por no decir que el más popular de todos.

Blue: bueno, ¿qué se podía decir de esa chica? La mayoría de las pruebas la acusaban a ella. Sabría Dios que estuviera hablando en ese momento con Popkins.

Matt: mejor amigo de Jannik y que resultó estar enamorado de Daphne. No había ninguna prueba que apuntara a que él hubiera confesado su amor y ella lo hubiera rechazado, pero a veces no era necesario un rechazo para caer en la locura y terminar cometiendo un crimen en nombre del amor. Su coartada coincidía con la de Jannik, ambos habían estado con su grupo de amigos planeando el after que se llevaría a cabo al terminar la fiesta. ¿Podía ser él el asesino? O quizás, ¿podría estar encubriendo a Jannik? Peor aún, ¿juntos habrían armado un plan para asesinarla?

Joss: la mejor amiga de Daphne. Se habían vuelto inseparables desde que se conocieron, ella fue la última persona que estuvo con la recién coronada reina antes de que desapareciera y lo siguiente que supieran es que había sido asesinada. Mencionó que la víctima recibió un sospechoso mensaje en su celular, pero no sabía quién lo envió ni lo que decía, acaso ¿podría estar mintiendo? La sospechosa era muy fácil de manipular, eso lo había podido comprobar con las declaraciones que había dado en el interrogatorio.

Gregory: el chico malo y novio de Joss. Según el testimonio de Joss y del mismo sospechoso, el chico se llevaba muy mal con la víctima. ¿Por qué? Ambos eran muy diferentes. Él tenía un pasado sumamente problemático, prácticamente no tenía una familia. En cambio ella, a pesar de que sus padres eran divorciados, tenía una madre amorosa y un padre que le proveía de cuanto capricho quería. Eran como agua y aceite, ella la pink prom queen y él el dark badboy.

El joven no le daba buena espina a la afroamericana. Tenía la coartada de haber pasado todo el baile junto a su novia, pero, de ser así, ¿por qué no se le veía en los videos que había tomado Joss para su cuenta de Instagram? Tal vez porque él no era mucho de usar redes sociales.

Gavin Hicks: director de la preparatoria y último sospechoso. Ahora ocupaba el último lugar en la lista, por lo menos para Tyra. Sí, el hombre había tenido algunos roces con la víctima debido a la relación que mantuvo con la madre de esta. Pero él mismo había dicho que llegó a tener problemas mucho más graves con otros alumnos y no por eso los mató. Sí, quizás no fue muy oportuno que tuviera un ataque de claustrofobia y tuviera que salir del gimnasio, justo en el momento en que una de sus alumnas estaba siendo asesinada en el otro extremo de la preparatoria.

Esta no sería la primera vez que el hombre fuera marcado como sospechoso en un crimen que no cometió. ¿Podría ser esta vez diferente?

Tyra abrió los ojos en sorpresa al sentir una vibración proveniente de su celular, lo sacó de su bolsillo, miró la pantalla y vio que era una notificación que anunciaba le había llegado un correo electrónico. El título del mismo rezaba videos de seguridad McDonald's. Rápidamente se giró en su lugar y abrió su laptop. Encendió el aparato y fue directo a su bandeja de correo. Abrió el correo que acababa de llegar:


Buenas noches:

Adjuntamos el video de seguridad de la mañana del sábado en la sucursal de McDonald's ubicada en el centro de la ciudad. Esto por motivo de la petición que hizo la agente del departamento de homicidios de la ciudad de Belmont, Tyra Winkler, al gerente en turno Roger K.

Saludos cordiales


No perdió más tiempo y dio click sobre el video para reproducirlo. Comenzaba con la llegada de los empleados que se encargaban de abrir la sucursal y atender a los clientes en el turno matutino. Aceleró la velocidad del video para no desperdiciar ni un minuto y cuando detectó que Daphne había ingresado al lugar, volvió a ponerlo en velocidad normal.

La chica había llegado unos minutos antes de la hora que había acordado, tomó asiento en la mesa que le había indicado Roger esa misma tarde. Se podía observar a la rubia pasando el tiempo en su celular en lo que llegaba su cita.

Algunos minutos más tarde, llegó. La persona en cuestión vestía tenis, un pantalón negro ancho y una sudadera negra, las mangas le cubrían las manos. Llevaba puesta la gorra de la sudadera por lo que no era posible ver su rostro o cabello. A juzgar por la complexión, podía decirse que era una persona delgada, alta, pero difícil saber si era un hombre o mujer. Sobre todo, porque la ropa que llevaba era muy unisex, incluso el tipo de pantalones anchos estaba de moda entre las chicas actualmente.

En el video podía observarse que estuvieron manteniendo una conversación de unos diez minutos a lo mucho, era difícil saber de qué hablaban, pero a Daphne se le veía molesta. Hacía ademanes con sus manos cada tanto y de su bolso sacó una hoja blanca que le enseño a su acompañante.

Tyra seguía atenta a lo que sucedía, esperando ver el rostro de quien estaba con Daphne. Nuevamente sintió la vibración de su celular, miró la pantalla, era una llamada entrante de Martínez.

—Diga.

Tyra, que bueno que contestas, he estado llamando a Popkins pero nada que toma el teléfono.

—Está ocupado interrogando a la posible asesina de Daphne. ¿Qué sucede?

Tengo los resultados de la última prueba que quise realizarle a Daphne.

—Ok, ¿qué prueba y qué resultados? —ahora tenía por completo su atención.

No sé si lo sospecharon en algún momento, pero, Daphne estaba embarazada.

—¿Qué? —la mujer abrió los ojos al escuchar lo que decía el forense.

Daphne estaba embarazada —repitió —. Tendría poco más de un mes, fue tardado hacer el análisis debido a que tres de las puñaladas las recibió justo en el área del abdomen. Es como si su atacante lo supiera.

Tyra se sentía en shock, si Daphne estaba embarazada y su asesino lo sabía, eso cambiaba mucho de lo que hasta el momento sabían.

—¿Estás completamente seguro de lo que me estás diciendo? —seguía asombrada.

Por supuesto que estoy seguro, por eso quise esperar esta tarde que los llamé.

Cuando volvió a dirigir su mirada al video, notó que ya no estaba ninguno de los dos en el lugar, debieron haber salido.

—Gracias, ya mismo le aviso a Popkins.

Colgó el celular y rebobinó un poco el video hasta donde todavía estaban Daphne y su acompañante en el restaurante. Observó con atención y vio que la primera en levantarse de su asiento y marcharse fue precisamente la víctima, su acompañante se quedó ahí unos segundos más, con las manos sobre la cabeza.

No tardó mucho en levantarse y seguir el mismo camino que la joven. Caminaba con la cabeza gacha pero justo antes de llegar a la puerta, levantó la cabeza y miró en dirección a la cámara, fue solo un instante y volvió a agacharla. Tyra una vez más rebobinó el video unos segundos, justo al momento donde la persona miraba a la cámara de seguridad y puso pausa.

Esa era la pieza del rompecabezas que le faltaba.

🔪🔪🔪

—¿Por qué no ha llegado mi abogado? ¿O mis padres? —Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había hecho esas preguntas.

—Ya te lo dije, están atascados en el tráfico debido a la fuerte tormenta que hay afuera —el hombre apuntó con su mano hacia la puerta.

—No le creo, ¿quién me asegura que en verdad se comunicaron con ellos y que vienen en camino?

El detective gruñó en frustración. La acusada había pasado de no decir una palabra a de pronto tener la lengua suelta y no dejar de pedir que llegara un abogado o sus padres. Además, que comenzó a evadir cualquier pregunta que le hacía el hombre, la joven tenía un buen conocimiento en temas policiales, lo que le hacía preguntarse: ¿ya había estado en una situación similar antes o cómo es que sabía tanto?

—Créeme, no deben demorar en llegar.

—Tengo derecho a una llamada, quiero hacer mi llamada ahora —demandó.

—No es necesario que hagas ninguna llamada —pasó su mano por el rostro a modo de frustración.

—Conozco mis derechos, que no le haga pensar ni por un momento que solo por tener familia extranjera no sepa cómo son las leyes en este país.

—No he dicho nada al respecto, ahora por favor, confiesa de una buena vez que asesinaste a tu compañera y terminemos con esto. No nos hagas perder más el tiempo.

—Yo no la asesiné y es todo lo que le diré.

—Si no la asesinaste, ¿por qué te entregaste tan fácilmente? No pusiste resistencia, no tuvimos que forzar la entrada. Nos lo hiciste muy fácil.

Blue había decidido que le daría una tregua al pobre hombre que se veía desesperado por conseguir la confesión que le haría darle carpetazo al caso.

—Me entregué porque no quería que entraran a la fuerza a mi casa. Mi abuelo se encuentra delicado de salud y de haber armado un escándalo más grande del que hicieron llevando a todos esos reporteros, seguro hacían que terminara con un infarto fulminante —reprochó.

—Supongamos que te creo. Te entregaste por la salud de tu abuelo, pero si eres tan inocente como dices, nadie en su sano juicio lo haría. Tienes mucho que perder, pero eso ya lo sabes.

Sí, eso ella lo sabía bien. Pero para ella su familia siempre había estado primero. Cuando la señorita Winkler fue a hablar con ella a su casa, estuvo muy tentada de decir más de lo que realmente había dicho. Pero prefirió callar. No llegó a imaginar que terminaría arrestada por un crimen que no cometió.

—Me entregué sin poner resistencia porque, además de matar a mi abuelo con un infarto, seguro que terminarían yendo tras mis padres —había terminado de derrumbar la muralla defensiva que había construido a su alrededor los últimos minutos.

—Explícate.

El detective volteó la silla y se sentó de piernas abiertas, recargando sus brazos sobre el respaldo y poniendo atención a la chica que finalmente parecía iba a comenzar a cooperar.

—Mi abuelo y mis padres llegaron de forma ilegal a este país antes de que yo naciera. Nunca arreglaron su situación.

—Sí, algo nos comentó Matt al respecto. ¿Qué con eso?

—Temía que, si oponía resistencia terminarían investigando su situación legal y deportándolos de regreso a China. De ser así ya no los volvería a ver.

—¿Y creíste que tener una hija en la cárcel sería mejor para ellos?

—Por supuesto que no, no sea estúpido —el insulto salió de sus labios sin darse cuenta, cuando reparó en lo que dijo cubrió su boca con sus manos. —Lo si-siento —dijo bajito.

Popkins giró sus ojos en respuesta, se lo dejaría pasar por esta vez.

—¿Entonces?

—Entonces, nada. Solo me entregué para que dejen a mi familia en paz. Confío en que tendré un buen abogado que podrá limpiar mi nombre y hacerles ver que yo no tuve nada que ver con la muerte de Daphne.

Blue sonaba muy segura de todo lo que decía, tanto que hacía dudar al hombre. Pero tampoco podía olvidar el hecho de que la chica estaba en el club de teatro y era buena actriz. Pudo constatarlo al ver cómo pasó de ser la acusada callada y lucir atemorizada a convertirse en la chica con agallas que no temía exigir sus derechos y defender su postura.

—Solo respóndeme esta última pregunta.

—¿Y con eso va a creerme?

—Depende de la respuesta que me des. ¿Por qué Audrey te vio huyendo del baño?

Bueno, más vale que respondiera con la verdad si quería terminar con eso de una buena vez.

—Recibí un mensaje en mi celular —era ahora o nunca —, el mensaje provenía del número de Daphne.

—¿Daphne te envió un mensaje? —la chica asintió —. ¿Qué decía ese mensaje?

Baño principal. Ahora.

—¿Solo eso? —la chica volvió a asentir —. ¿Cuánto tardaste en llegar al baño después de recibir el mensaje?

—Oiga no lo sé, no es como si fuera con un cronómetro en mano midiendo cuánto tiempo me toma llegar de un punto a otro —nuevamente se puso a la defensiva —. Me pareció bastante extraño haber recibido un mensaje de ella, hacía tiempo que no hablábamos. La curiosidad me ganó, así que fui hasta allá. Los pasillos estaban en completa oscuridad, era como estar en una película de terror esperando a que alguien saliera de la nada a asustarte. Al llegar y entrar lo que vi me dejó sin palabras. Ahí estaba quien alguna vez fue mi mejor amiga, muriendo.

—¿Muriendo? —la sorpresa no se iba de su rostro —. Cuando entraste al baño, ¿todavía estaba viva? —eso lo dejó totalmente desconcertado.

—Sí —susurró bajito y en su mirada se podía notar la tristeza de recordarlo —. Yo vi cómo dio su último aliento, vi cómo perdía el brillo en sus ojos, cómo su mano caía al costado de su cuerpo, sin vida.

—¡¿Por qué no pediste ayuda? ¿Por qué no intentaste salvarla?! —le reprochó.

—¡No me culpe como si hubiese sido yo la responsable de que muriera! —gritó con lágrimas en sus ojos —. Ya no había nada qué hacer. Pero sabía que quien quiera que la hubiese asesinado debía estar cerca, así que salí en su búsqueda pero cuando di el primer paso noté que una parte de mi pie había estado sobre el charco de sangre. Así que tomé papel para secar manos y limpié la suela de mi zapato, así no dejaría un camino de huellas de sangre.

—Entonces sí era tu huella.

—Sí.

—¿Y pudiste dar con el verdadero culpable?

—Salí del edificio hacia la entrada principal pero no se veía a nadie por ahí.

—Muy conveniente, por un segundo casi te creo —se levantó de su asiento.

—¡Le estoy diciendo la verdad! —nuevamente se había enojado.

—El celular de Daphne no se encontró en la escena del crimen, ¿dónde lo escondiste?

Ya iban a comenzar una nueva discusión, pero fueron interrumpidos por Tyra que había abierto la puerta sin llamar. Se le veía agitada.

—Tyra, ¿qué sucede?, ¿por qué entras así?

—Vamos, debemos irnos ya mismo. —La mujer trataba de recuperar la respiración.

—¿Irnos? ¿A dónde? Tyra, la chica ya está comenzando a confesar, es lo que nec...

—¡Por un demonio, David! —había conseguido exasperarla —, Blue no es la asesina.

—¿Qué estás diciendo? Si no es ella ¿entonces quién? —puso ambas manos en su cintura.

Tyra sabía que cada segundo era de vital importancia en ese momento, se adentró a la sala de interrogatorios y tomó al detective del brazo, jalándolo en dirección a la salida. El hombre apenas tuvo tiempo de tomar el saco que se había quitado.

—Espera, ¿vas a decírmelo o me tendrás con la duda? —se zafó de su agarre y se detuvo.

—En el camino te explico. Pide refuerzos, los vamos a necesitar.


Sin decir más, ambos salieron del lugar, dejando sola a la chica. 

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