Gregory Martin 🔪

Ficha del sospechoso

Nombre: Gregory Martin

Edad: 17 años

Relación con la víctima: Novio de la mejor amiga

Motivo del crimen: Diferencias con la víctima

Actividad extracurricular: Desconocida


Gregory Martin, si juzgas por las apariencias, podrías decir que es el tipo de joven que ya pasó por la correccional para menores. Tenía un aire misterioso combinado con el de chico problemático. Su cabello café oscuro peinado en punta, un expansor en su oreja derecha, un piercing de aro en su labio inferior. Algunos tatuajes se asomaban por encima de la sudadera negra que llevaba ese día, además de las uñas de sus manos pintadas en color negro.

David iba y venía por todo el laboratorio de química, intentando encontrar las palabras adecuadas.

—Entonces Gregory, la noche del baile, ¿qué puedes decirnos al respecto? —Se sentó en la mesa contigua a la que estaba sentado el chico.

—No gran cosa, me parecen estúpidos los bailes escolares. Una verdadera pérdida de tiempo. —Dirigió su mirada a la mujer frente a él —. Si asistí fue solo para acompañar a Joss.

—Joss nos contó que la víctima no era precisamente alguien de tu agrado. ¿Por qué? —continuó el detective.

—Todos aquí hablaban de lo perfecta y maravillosa que era esa rubiecita —soltó con desprecio —, pero por favor, no era lo que todos creían. Solo un dolor en el culo.

—Cuida tu lenguaje muchacho, hay una dama presente —refiriéndose a su colega.

—No creo que a la dama le molesten un par de palabras inapropiadas. —Su vista no se despegaba de Tyra. Comenzaba a ser algo incómodo para ella.

—Joss también dijo que, en ocasiones, tus comentarios hacían que ella sintiera envidia de su mejor amiga. ¿Qué tipo de comentarios hacías?

—Joss no sabe mantener la boca cerrada —murmuró —, seguro fueron los nervios que le hicieron decir cosas que no son ciertas.

—¿Alguna vez discutiste con Daphne?

—Antes de que saliera con Joss, no habíamos hablado nunca. Las pocas veces que coincidimos, manteníamos nuestra distancia. Yo no le agradaba y ella tampoco a mí.

—Disculpa si suena algo repetitivo, pero quiero que todo quede claro. Ya sabes, para evitar que haya algún malentendido en el futuro. —El tono de voz que utilizaba David intentaba ser uno de calma, que inspirara confianza —. Durante el baile, ¿viste algo raro?, ¿notaste a alguien actuando de forma extraña?

—Ya le dije que esos estúpidos bailes no son de mi interés, todo el tiempo estuve con Joss. No sabría decirle si había alguien actuando raro o no.

El ambiente se sentía tenso, por un lado, la mujer se sentía incómoda con la mirada tan penetrante del joven y por el otro, el detective sentía que no estaban llegando a nada con el interrogatorio de ese chico.

—¿Es todo? ¿Puedo retirarme? —Ya se estaba levantando de su asiento mientras generaba la pregunta.

David intercambió una mirada rápida con Tyra, no podían dejarlo ir sin obtener alguna respuesta. No aún.

—Espera —dijo la mujer —, vimos en tu expediente que actualmente vives con una familia que da hogar de acogida, la cuarta en estos últimos meses. ¿Eso a qué se debe?

El chico volvió a tomar asiento y se removió incómodo, bajó la mirada y cuando volvió a dirigirla a Tyra, era como si le apuntara con miles de dagas. Claramente esa pregunta le molestó.

—Si revisó mi expediente y si hizo bien su trabajo, entonces sabe el por qué. —Se cruzó de brazos.

—Cuidado con el tono muchacho, aquí no funciona ser mordaz —recriminó David.

—En efecto, en el expediente —lo tomó de entre los papeles que tenían sobre el escritorio—, se mencionaba que no habían llegado a adaptarse ambas partes y que por eso habías cambiado de hogar de acogida hasta terminar con la familia Dawson ¿cierto?

—Cierto.

—¿Qué fue de tus padres? ¿Por qué terminaste en esta situación? —David se posicionó junto a la mujer.

—Mi padre era un drogadicto que nos dejó a mi madre y a mi cuando yo apenas tenía un año. Años después le retiraron la custodia a mi madre porque no podía hacerse cargo de mí. Terminé en un orfanato y este último año me mandaron a un hogar de acogida. Fin de la historia.

Gregory sacó su celular del bolsillo de su pantalón y observó la hora. Ya pasaba de mediodía.

—Si ya terminaron, quisiera irme. Tengo que hacer mis maletas.

—¿Maletas? ¿A dónde vas? —cuestionó David.

—Los señores Dawson me regalaron un viaje, como obsequio por terminar mis estudios de preparatoria. —El joven se mantenía cruzado de brazos en su asiento.

—Eso es muy generoso de su parte, ¿cuál es el destino?

—Perú. Mi vuelo sale en la madrugada así que debo tener listas las maletas lo antes posible. —Nuevamente se levantó de su asiento, pero Tyra lo detuvo parándose frente a él.

—¿Qué carrera elegiste para la universidad?

La mirada que le dirigió el chico, no era diferente de las que le había dado durante toda la mañana. El muchacho desprendía un aroma a loción combinada con cigarrillo.

—No he elegido ninguna. Y antes de que me pregunte el por qué, es porque en un mes cumpliré 18, lo que quiere decir que ya no tendré que estar con los señores Dawson y podré ir por la vida por mi propia cuenta. También significa que ya nadie pagará por mis gastos y yo no tengo un empleo, así que no puedo pagar la universidad. Por lo menos no en un futuro cercano. ¿Satisfecha?

Gregory se había acercado un poco más a la mujer, era un joven alto pero delgaducho.

—Gracias por tu cooperación, puedes ir a hacer tus maletas. No queremos que por nuestra culpa pierdas tu viaje. —Mencionó David.

El chico les dio una última mirada y salió del lugar.

🔪🔪🔪

En cuanto se fue, Tyra soltó el aire que había estado reteniendo. Estar tan cerca de él le había puesto los nervios de punta.

—Bastante extraño y con un pasado complicado. ¿Qué opinas de él?

—Lo mismo que tú, pero no nos aportó nada útil para resolver el caso.

La psicóloga se aproximó a sacar de su bolso el paquete de pañuelos que horas antes le había compartido a Joss, tomó uno y procedió a limpiarse las gotas de sudor que habían aparecido en su frente. En ese instante el celular de Popkins sonó.

—Es Martínez, veamos si pudo conseguir algo.

Respondió el teléfono y lo puso en alta voz para que Tyra también pudiera escuchar.

—Martínez, por favor dime que encontraste algo. La situación por aquí está algo complicada y requerimos alguna clase de señal que nos guíe a resolver este caso.

Estuve revisando el cuerpo de la víctima, la causa de muerte efectivamente fueron las puñaladas que recibió. Se desangró hasta morir. Por la profundidad de las heridas, puedo decirte que fue una muerte rápida, pero dolorosa.

—¿Algo más? Necesitas darnos algo más específico.

En sus uñas, dentro de una de sus uñas había pequeños restos de piel humana. Muy probablemente sea del atacante.

—¡Eso es genial! Seguramente durante el ataque, ella intentó defenderse y debió haber rasguñado a su agresor, consiguiendo llevarse un pedazo de su piel.

Eso parece, pero para saber a quién pertenece es necesario que obtengan una orden judicial para poder hacer pruebas de ADN de los sospechosos que tienen y así identificar al culpable.

—Bien, Tyra ya está llamando a uno de los agentes de investigación para que nos ayude a solicitar la orden. ¿Qué más?

Tyra salió del laboratorio con su teléfono en mano para solicitar la orden.

También le hice un examen para verificar que no hubiera sido abusada sexualmente. Negativo.

—Al menos no buscamos a un violador y asesino. —Resopló.

Hay algo que quizás les pueda ser de utilidad. —Martínez hizo una pausa que pareció eterna —. El ángulo en el que fueron hechas las puñaladas. Todo indica que la persona es zurda, así que, si tienen entre sus sospechosos a alguien que su mano izquierda sea la dominante, muy probablemente tengan al culpable.

—Zurdo, siendo honestos no les hemos pedido que nos escriban nada. Así que no sabría decirte si entre quienes hemos interrogado, hay alguien con esas características. —Se pasó la mano por el cabello, clara señal de que la situación ya lo estaba cansando.

También estuve intentando obtener alguna huella del cuchillo con el que la asesinaron, pero estaba limpio de huellas. El pañuelo tampoco tenía nada.

—Es una persona inteligente si tuvo la audacia de borrar cualquier prueba que pudiera incriminarle.

Así es, pareciera que todo hubiera sido planeado muy bien.

—Estamos frente a un experto en estos temas, si no fuera porque más de la mitad de nuestros sospechosos son adolescentes, hasta diría que fue un adulto quien cometió el crimen. —Esto lo dijo más para él mismo que para su colega.

Quiero realizar una última prueba, pero me va a llevar algo de tiempo.

—¿Ah sí? ¿Qué prueba?

Prefiero decírselos cuando tenga los resultados. Los estaré llamando más tarde.

Ambos hombres se despidieron. Popkins se sentía frustrado, a sus treinta y ocho años había estado al frente de muchos homicidios, considerando que inició su carrera en el cuerpo de policía cuando tenía apenas veintitrés años. Ocho años atrás había sido promovido a detective debido a su buen desempeño resolviendo este tipo de misterios.

Algunos de los casos en los que trabajó eran más complejos que otros. Siempre prefería los que eran fáciles, esos en los que desde el inicio tenían claro quién era el culpable y tenían las pruebas suficientes para asegurar que, en el juicio, terminara en la cárcel.

Los casos que eran un poco más complejos, eran aquellos en los que tenían al culpable, pero no las pruebas necesarias. Tomaba un poco de tiempo conseguirlas o hacer que el acusado confesara. Pero al final siempre lo lograban.

Y luego estaba un caso como este que superaba a los complejos, donde la víctima fue asesinada en medio de la noche de graduación. Misma a la que habían asistido poco más de cien personas. No se había encontrado nada en la escena del crimen, o casi nada más bien. La verdad era, que la única pista que pudieron obtener del baño, donde habían asesinado a la reina del baile, era la huella de un zapato que había quedado marcada sobre el charco de sangre que se había formado alrededor de Daphne.

Esa huella de zapato debía pertenecer al atacante. Respecto a tomar huellas dactilares sería inútil, considerando que era un baño y que tendría cientos de huellas diferentes por todo el lugar.

Lo único que habían logrado hasta ese momento era: reducir la lista de posibles sospechosos de poco más de cien a tan solo ocho. Una huella de zapato. Encontrar el arma con la que se cometió el crimen. Restos de piel – del posible atacante – en las uñas de la víctima. Y la teoría de que era una persona zurda. Era todo hasta el momento.

Tyra ingresó al aula nuevamente unos momentos después.

—Ya está, ya solicité apoyo para que nos ayuden con la orden. No deben tardar mucho en tenerla, cuestión de horas quizás. —Dejó su celular nuevamente dentro de la bolsa —. ¿Martínez encontró algo?

—Pudiéramos tener algo, sí. En el cuchillo y el pañuelo que encontramos esta mañana, nos dice que no hay ninguna huella ni nada que nos ayude, pero... —hizo una pausa que a Tyra se le hizo eterna.

—Pero, ¿qué? Habla —le urgió.

—Dice que por la forma en la que fueron realizadas las heridas, debió haber sido una persona zurda.

En cuanto ella escuchó esa última palabra, de inmediato vino a su mente la imagen de la pelinegra de ojos rasgados. El momento exacto en que tomó su libreta y pluma para escribirle un autógrafo. Blue Wo era zurda.

—Blue. —La mirada de Tyra estaba totalmente perdida en sus recuerdos.

—¿Blue? ¿Qué pasa con ella? —David la miró extrañado.

—Blue. —Repitió la mujer.

—No sé si me estás dando una clase de colores o si te refieres a la chica que interrogaste ayer.

—Blue Wo es zurda —Tyra pareció volver en sí y miró a David.

—¡Ajá! —Sonrió con emoción David —. Entonces esa chiquilla, la que en su mayoría acusan de ser la asesina, realmente lo es.

—Espera, espera...

—No hay tiempo que perder, debemos solicitar una orden de aprehensión para llevarla al departamento de homicidios y obligarla a confesar.

La euforia no cabía en el detective, por fin sentía que habían llegado al meollo del asunto. El misterio finalmente se estaba esclareciendo.

—No podemos precipitarnos aún, David.

—No es precipitarse —el hombre ya estaba guardando todo en su maletín —, solo piensa un momento. Tú misma me contaste que ella está como obsesionada con los asesinos. Tenía un motivo de peso para haberla asesinado, además que es zurda, igual que el asesino. Es ella.

—Todavía tenemos tres sospechosos más por interrogar —Tyra lo tomó de las manos para que se detuviera —, y una de esas sospechosas es la chica que reportó el crimen al 911. Ella puede darnos información contundente.

—Yo mismo la interrogué cuando llegué a la preparatoria esa noche.

—Sí, pero solo le hiciste un par de preguntas, mismas que apenas y podía responder con coherencia. Mencionaste que estaba en estado de shock.

David finalmente dejó de guardar las cosas y miró a la mujer delante de él. Odiaba que Tyra siempre fuera la que pensara con la cabeza fría en ese tipo de situaciones. Él generalmente solía precipitarse en algunas ocasiones, pero cuando lo hacía era porque tenía una fuerte corazonada, y hasta ahora no le habían fallado.

—Por favor, solo, esperemos un poco antes de ir detrás de esa pobre chica y acusarla de homicidio en primer grado.

El detective cerró los ojos y dio un suspiro de resignación.

—Está bien, terminaremos de interrogar a los que faltan. Pero vamos a ir solicitando la orden de aprehensión contra Blue Wo. Una vez que terminemos con Audrey, iremos a por la chica. ¿Ok?

—Ok, ya mismo llamo para solicitar la orden. 

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