Gavin Hicks 🔪

Ficha del sospechoso

Nombre: Gavin Hicks

Edad: 53 años

Relación con la víctima: Director de la preparatoria

Motivo del crimen: Humillación, problemas de autoridad

Actividad extracurricular: Desconocida

El charco de sangre en el que se encontraba la mujer que esa mañana había sido degollada, se había extendido alrededor de la sala. La televisión continuaba encendida en el mismo canal, solo que ahora pasaban un programa matutino dedicado a la farándula local.

Al pie de la escalera se encontraba un bello gato persa de pelaje completamente blanco, con sus ojos amarillos observaba a su dueña que yacía sobre el sillón, inmóvil y sin vida. Cada tanto soltaba un maullido, como esperando que la mujer le respondiera y lo llamara por su nombre como siempre lo hacía. Pero eso ya no iba a ser posible. Al ver que no tenía respuesta se puso de pie y comenzó a subir las escaleras, haciendo sonar el cascabel que llevaba alrededor de su cuello.

Siguió su camino hasta la habitación principal y entró, el lugar estaba en completa calma. La cama había sido hecha y todo estaba en su lugar. Avanzó un poco más hacia el fondo y se escabulló dentro del cuarto de baño, la puerta había quedado entre abierta, lo suficiente para que el gato pudiera meterse sin problema.

Ahí en el baño, yacía el cuerpo de un hombre sin vida que estaría al final de sus cuarentas o inicio de sus cincuentas. El espejo que se encontraba sobre el lavabo estaba estrellado y la marca encajaba perfecto con una herida que tenía la víctima en la frente de donde había salido algo de sangre, pero esa no había sido la causa de muerte. No. El hombre había sido asfixiado con la corbata que llevaba para partir al trabajo.

El gato se acercó al rostro del hombre y se sentó junto a él, observándolo. Maulló un par de veces, pero al igual que con la mujer, tampoco obtuvo una respuesta.

🔪🔪🔪

El director Hicks había asistido a la institución tal y como lo habría hecho un día cualquiera, portando un impecable traje. La luz del sol que se colaba por el ventanal detrás de él, rebotaba en la calva del director. Ya había tomado asiento en el lugar que le correspondía, a su vez los agentes se sentaron en las sillas al frente del escritorio.

—Director Hicks, gracias por haber esperado a que termináramos de los interrogatorios anteriores. —La posición que mantenía Popkins era muy relajada.

—Claro, lo que sea necesario para limpiar cualquier sospecha que pudiese haber caído sobre mí en el caso del asesinato de Daphne Rino. —Ajustó sus gafas sobre el puente de la nariz.

—Sabemos que usted, junto con la señorita Reynolds, fueron los encargados de la supervisión de que todo fluyera con normalidad durante el baile de graduación celebrado la noche del sábado.

—Es correcto. Había solicitado a otros dos profesores que fueran ellos los que acudieran, pero tenían otros compromisos que les impedían asistir, así que en su lugar lo hice yo.

—Por favor, necesitamos saber cuándo fue la última vez que vio a Daphne y si notó que sucedía algo extraño durante esa noche.

El director se recargó en su asiento y dirigió su mirada a los cuadros que estaban en la pared frente a él.

—Sabe, en los veinte años que llevo como director de este plantel educativo, jamás había sucedido nada alarmante. Nada. Y ahora nos encontramos en el foco del país porque en todos los noticieros resuena la noticia de que una chica fue asesinada la noche del baile. —Soltó un suspiro —. Mi plan era retirarme invicto, en siete años estaría dejando mi cargo de director y habría podido decir con orgullo, que nunca sucedió nada malo. Al contrario, solo cosas buenas.

Se levantó de su asiento y se paró frente a los cuadros que había estado mirando tan solo unos segundos atrás. Tomó entre sus dedos uno en especial, en él, se podía apreciar al director en su versión más joven, incluso tenía cabello en ese entonces, junto a una muchacha pelirroja muy bonita que sonreía para la cámara.

—De esta institución se han graduado estudiantes excepcionales que han llegado a tomar un rol importante dentro y fuera del país. —Apuntó a una foto donde salían él y otro joven —. Él por ejemplo, Enrique Torres. Brillante joven que obtuvo una beca para estudiar un verano en la NASA, y años después consiguió un empleo ahí mismo.

Miró una vez más la foto que tenía en sus manos y se la mostró a los agentes frente a él.

—O como ella, Willow Sirok. Una chica extremadamente talentosa para la actuación desde que era muy pequeña. Llegó a ser una actriz juvenil muy importante. Una verdadera pena, que su vida haya terminado tan trágicamente hace ocho años. —Volvió a colocar la foto en su lugar —. Pero esa historia usted la sabe mejor que nadie, detective Popkins.

Esa no era la primera vez que David Popkins y Gavin Hicks se encontraban frente a frente en un interrogatorio. La diferencia era, que ocho años atrás, Popkins solo era un oficial de policía que se encargaba de acordonar áreas, patrullar algunas calles y detener delitos menores, pero eso no lo detuvo en la búsqueda por resolver el misterio en la muerte de la prometedora actriz Willow Sirok.

—Cualquier situación mala que pudiese haberle ocurrido a alguno de los ex alumnos, siempre fue cuando ya habían terminado sus estudios. Esta es la primera vez que sucede algo así, en la institución. —Tomó nuevamente asiento en su silla.

—Siempre hay una primera vez —comentó Tyra.

—Les diré todo lo que sé de esa noche. Todo transcurrió de manera tranquila y normal, como cualquiera otra graduación en la que me ha tocado estar supervisando. Nada fuera de lo común. Se hizo la coronación de rey y reina, yo mismo le coloqué la corona a Daphne. Después de eso, el baile y la fiesta continuaron. Poco después nos enteramos de la tragedia que había sucedido.

—La señorita Reynolds, nos comentó hace un momento que cuando Audrey Wanner ingresó al gimnasio dando la lamentable noticia, usted no se encontraba ahí, de hecho, entró por el mismo lugar del que venía la chica. ¿Dónde estaba? ¿No se supone que debería estar vigilando que todo estuviera en orden? —Inquirió el detective.

—La entrenadora Reynolds pudo haberse confundido. Yo estuve todo el tiempo dentro del gimnasio.

—¿Está seguro? Es su palabra contra la de ella y si es necesario podríamos interrogar a algunos alumnos para que nos confirmaran si lo que dijo la entrenadora es cierto.

Hicks apretó los labios, no le serviría de nada negarlo si en cualquier momento interrogaban a cualquier otro alumno que pudiera confirmar lo que la mujer había declarado. Abrió el último cajón de su escritorio y de él sacó una botella de agua. La abrió y le dio un trago largo, unas gotitas de agua cayeron en su barba de candado. Popkins por su parte, sacó la caja de tic tac e introdujo en su boca la última que le quedaba. Saliendo de ahí tendría que pasar a la tienda a comprar más.

—Bien, bien. Sí, salí un momento del gimnasio. Pero solo fue un momento.

—¿A dónde salió? ¿Por qué razón? —Cuestionó esta vez Tyra.

—Salí detrás del gimnasio, ¿ok? —La mirada que le dirigieron ambos agentes lo urgían a que respondiera la segunda pregunta también, pero el director parecía no querer dar razones.

—¿Sabe que el no responder el motivo de su salida, lo incrimina directamente? —Habló esta vez el detective.

—Pueden tener por seguro, que yo no asesiné a una estudiante. Por favor, es verdaderamente estúpido. —Volvió a dar otro trago a su botella de agua —. Miren, he tenido muchos problemas con alumnos que son bastante problemáticos y créanme que ninguno ha llegado a sacarme de mis casillas como para terminar asesinándolo. ¿Por qué habría querido asesinar a esta chica?

—Quizás porque durante el tiempo que estuvo saliendo con la madre de Daphne, la adolescente le hizo varias jugarretas para hacer que se separaran.

Bien, claramente el mayor no contaba con que supieran de la relación que mantuvo con la madre de la víctima. Mucho menos habría esperado que supiera que durante ese tiempo llegó a tener varios problemas con la joven. Estos derivados de que a la rubia no le gustaba la idea de su madre saliendo con otro hombre, mucho menos el director de su preparatoria. Ella seguía sintiendo un cariño muy grande por su padre, pero se había divorciado de su madre un par de años atrás y ahora el hombre se encontraba viviendo en algún país de Europa.

—Su madre me platicó ayer, que constantemente ella hacía comentarios hirientes hacia su persona y cada salida que tenían en familia, ella se las arruinaba. Además, que no le tenía el más mínimo respeto.

—Daphne Rino era una niña caprichosa, mimada, hija de papi, inmadura e incapaz de ver a su madre re hacer su vida junto a otro hombre que no fuera su padre. —Enumeró con molestia —. Pero insisto, no es motivo para haberla querido matar. Además, la relación con su madre terminó hace tiempo. Es cosa del pasado.

—¿Qué tipo de comentarios hirientes son los que le hacía, director Hicks? —Tyra re leía las notas que había tomado de los interrogatorios anteriores.

—Uno muy claro —señaló su calva cabeza —, además decía que yo me veía mucho mayor que su madre. Pero tan solo le llevo cinco años, como si fuera la gran cosa.

—Por favor responda, ¿por qué salió del gimnasio?

—Está bien, si tanto insisten en saberlo se los diré —hizo una ligera pausa —, soy claustrofóbico, ¿ok? Sentía que me faltaba el aire en ese momento y decidí salir del lugar para tomar un respiro. El gimnasio es amplio, pero había mucha gente y ya llevaba varias horassin salir de ahí. ¿Contentos?

Intercambio una mirada rápida con la psicóloga y en ella pudo comprobar que el hombre se avergonzaba de su confesión. Como si tener claustrofobia fuera motivo de vergüenza.

—Supongamos que le creemos director, pero sigue siendo muy mala coincidencia que lo haya hecho justo en el momento en que en el otro extremo de las instalaciones estaban asesinando a una estudiante. ¿Habrá alguien que pueda confirmar su coartada? —El detective no dejaba de lanzar preguntas.

—No había nadie conmigo, estaba yo solo.

—Pues que mala coincidencia de tiempos, ¿no cree?

El director no respondió, Tyra por su parte comenzó a enlistar el nombre de los sospechosos para que el hombre diera sus comentarios al respecto. Hicks nuevamente ajustó sus gafas.

—No tengo mucho que decir, Jannik es nuestro atleta estrella. Obtuvo una beca en el equipo de football americano en una prestigiosa universidad. Blue Wo es una chica que siempre se ha mantenido al margen de todo, nunca ha causado problemas y la he visto en algunas de las obras escolares. Matt Hansen también es buen estudiante, quizás estuvo en detención una o dos veces, pero nada grave. Joss Flanagan, era más que nada conocida por ser mejor amiga de Daphne. Iban a todos lados juntas, eran inseparables y compartían todo. Gregory Martin, bueno, él sí que es un caso aparte del resto. Un chico bastante problemático, visitaba detención por lo menos una o dos veces a la semana. Se intentó hablar con él en diferentes ocasiones, pero nunca se llegaba a nada. No lo culpo, ¿saben? Ha tenido una vida complicada. Audrey Wanner, es la chica más lista de su clase. Siempre ha tenido las mejores notas y tengo la certeza que en un par de años su foto podría estar colgada en esa pared, junto al resto. —Señaló la pared con los cuadros y fotos —. La entrenadora Kendra, la conozco desde que fue estudiante de esta preparatoria. Una mujer increíble y que ha decir verdad, incluso podría decir que con varias similitudes a las de Daphne.

—Si usted es inocente, como dice serlo. ¿Quién de ellos cree que pudo haber asesinado a la reina del baile? —Popkins rascó su nuca.

—No lo sé, no veo a ninguno de ellos como un asesino. —Terminó de beber la botella de agua y la tiró al cesto de basura que tenía bajo el escritorio —. Aunque bien dicen que por lo menos una vez en la vida hemos caminado junto a un asesino sin siquiera imaginarlo.

🔪🔪🔪

Finalmente habían terminado los interrogatorios en la preparatoria. Ya solo quedaba la última sospechosa y quien podría tener información importante. Ya eran las cuatro de la tarde, ambos agentes estaban famélicos, pero tenían claro que primero era el trabajo. Ya después habría tiempo de comer como se debía.

Una vez que llegaron al McDonald's del centro, bajaron de sus respectivos autos y entraron al lugar. Afortunadamente por la hora no había muchos comensales en ese momento. Pudieron divisar a la joven que se encontraba al fondo, preparando algunas hamburguesas. Ambos agentes se sentaron en una mesa vacía que estaba cerca del área de juegos infantiles.

—Espero que no falte mucho para que tome su descanso y podamos hablar con Audrey, estar aquí y oler comida, no es bueno para controlar el hambre que siento en este momento.

—Tranquilo, se te olvidará que tienes hambre una vez que comencemos a hablar con la chica.

Pasaron alrededor de unos quince minutos cuando la joven finalmente tuvo su descanso. Tomó una bocanada de aire profunda y se dirigió a donde se encontraban los agentes, esperando por ella.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top