Navidad quíntuple

Este es un One-Shot puro, no tendrá continuación y no es parte de ninguna de mis historias o one-shots anteriores.
Sin más que aclarar, comencemos.

Fuutarou apenas abría los ojos. El día anterior había sido uno muy pesado debido a que era 23 de diciembre. Por lo usual, la pastelería donde el chico trabajaba se llenaba en esas fechas, ya sea por las promociones o porque la gente quería probar las creaciones navideñas.

Al incorporarse, vio que a su lado estaba una carta, en ella estaba escrito: "Para el gruñón".

El chico sonrió ante eso, la había recogido la noche anterior ya que la encontró en el buzón, pero había recibido instrucciones de solo abrirla el 24 de diciembre.

Ese año Raiha e Isanari no iban a pasarlo junto a él, tuvieron oportunidad de ir a Nueva York, junto a otros parientes del rubio, pero Fuutarou insistió en no poder ir.

Claro que al principio ellos se negaron a la idea de ir sin él, pero eventualemente los terminó convenciendo y viajaron.

Al abrirla, notó que estaba bastante decorada, se notaba a leguas que Raiha la había hecho.

Para nuestro gruñón favorito:

¡No te comas mis dulces! Si lo haces ya nunca más cocinaré para ti >:(

En fin, espero que pases una feliz navidad hermano, te extrañamos mucho, pero que conste que fue tu idea que viajáramos, no te quejes.

Papá dice que te dejó un regalo bajo su cama, dice que si es posible, que lo abras hasta la medianoche, tiene más sentimiento el hacerlo así.

Cuando regrese, iremos al arcade nuevamente, no es una pregunta aclaro. Obvio tú lo pagarás jeje.

¡Es broma! Pero en serio, espero que te la pases bien, deseales una feliz navidad a las Nakano de parte de ambos, y si es posible, dale a Itsuki-san un abrazo por mí... ¿puedes? Espero que sí.

Te queremos.
Raiha e Isanari.

-¿Un regalo? Vaya, con tantas deudas que tenemos y se molesta en comprarme algo... rayos Raiha, lamento decirte que eso último no creo poder hacerlo, por esta época nos dieron una semana de descanso y no he podido verlas... o lo he evitado, mejor dicho. Lamento eso, en serio...- dijo.

El peliazul se levantó y se dirigió a buscar el dichoso regalo del viejo, cuando lo encontró, lo tomó y lo puso debajo del árbol que Raiha lo había obligado a montar un mes atrás.

-Y listo... bueno, supongo que ahora debo apresurarme para llegar a tiempo al trabajo... rayos, hoy será agotador...- dijo mientras suspiraba.

El chico se bañó, se cambió y salió de su hogar utilizando la motocicleta de Isanari. Al llegar se estacionó y entró al local, donde estaba su jefe con cara de pocos amigos.

-Diablos, justo tenía que pasarme esto hoy...- decía mientras tenía algo en las manos.

Cuando el chico se acercó notó que eran unas luces, las cuales estaban apagadas.

-Jefe, lamento la tardanza, el tráfico es una pesadilla incluso para un motociclista.- dijo el chico con vergüenza.

-Sin problemas... pero ya que estamos...- dijo mientras esbozaba una sonrisa no muy amigable.

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-¿En serio me está pasando esto a mí?- dijo el chico con molestia.

¿Por qué la molestia? Justo ahora se encontraba haciendo fila en un supermercado. Su jefe se aprovechó de que Fuutarou tenía moto y lo mandó a comprar varios repuestos para las luces que se habían quemado. Cualquiera diría que no era para tanto como para mandarlo, pero a ese hombre le importaba mucho la imagen de su local y quería que iluminara la ciudad de noche, ya que él se iba a quedar trabajando hasta tarde.

La fila avanzaba a una lentitud impresionante, en todos los lugares se pone así cuando es 24 de diciembre.

-Y todo por los irresponsables que quieren comprar un regalo a última hora... me lleva.- dijo el chico con molestia.

Aunque estuviera molesto, no tenía ninguna prisa, para él eso estaba contando como su trabajo y al no estar ni su hermana ni su papá en casa, no había prisa para regresar temprano.

-Va a ser una navidad muy aburrida...- dijo el chico.

Sin embargo, una chica que él conocía muy bien pasaba por ahí, había salido a comprar unos dulces que le habían pedido. La chica lo vio de casualidad y lo reconoció al instante.

-Oh... es Fuutarou...- mencionó con su tranquilo tono de voz, aunque no duró mucho -¡¿Fuu-Fuu-Fuutarou?!- dijo con muchos nervios.

La pelicastaña se sonrojó bastante, su ritmo cardíaco aumentó de golpe y sus manos comenzaron a temblar.

-¿Qué debería hacer? ¿Me acerco...?- pensó la chica.

Mientras ella estaba metida en sus pensamientos, el peliazul escuchó a una persona hablar de manera nerviosa, así que volteó y notó a Miku al parecer perdida en sus pensamientos mientras tenía el rostro como un tomate.

-¿Qué hace aquí Miku? Dios, solo espero que no me haya visto, no estoy de humor para lidiar con tontas ahorita...- dijo mientras movía negativamente la cabeza.

Como si el destino estuviera en su contra, pudo notar cómo ella parecía acercarse directamente a él.

-Tranquilo, parece que no te ha visto... solo actúa natural...- pensó el chico.

-Fuu-Fuutarou...- dijo tímidamente la chica, a lo que el peliazul respondió pensando -¡Mierda!-

-Ho-Hola Miku... ¿qué haces aquí?- preguntó rápidamente, aunque pensó: -Se ve muy bonita... espera... ¿por qué pensé eso?-

-Esto... vine a comprar... unos dulces para Itsuki.- dijo mostrandole una bolsa. -¿Tú que haces aquí?- preguntó ella, aún con timidez en su voz.

-Típico de Itsuki... un día va a amanecer más gorda por tanto que come.- dijo mientras se llevaba su mano al rostro, provocando que la chica riera por lo bajo. -En fin, estoy aquí porque mi jefe me mandó a comprar repuestos para unas luces que se quemaron, le dije que esa marca barata no iba a salir bien, pero no me escuchó... y ahora yo tengo que pagar por los platos rotos.- dijo con ironía.

-Ya veo... sé que es raro que te diga esto... pero es bueno verte, desde el descanso parece que nos has evitado.- dijo la chica

Y es que era verdad, el chico por una razón que ellas desconocían, había cortado toda comunicación con ellas desde que entraron a "vacaciones".

¿Por qué había hecho eso? Su cabeza estaba hecha un desastre. Se sentía muy raro cuando estaba con ellas y el hecho de la confesión de Nino hace un poco de tiempo no lo ayudaba para nada.

-No es eso... es que he estado demasiado ocupado con tanto trabajo y así.- dijo de manera nerviosa el chico.

-Fuutarou, no me mientas. Nino dice que incluso a ella la has estado evitando. Puedes confiar en mí si hay algo mal, tal vez puedo ayudarte.- mencionó la chica con un sonrojo.

-Gracias, pero estoy bien.- respondió, pero volteó a ver que la fila avanzaba. -Oh, al fin está avanzando la fila. Bueno, te veo otro día Miku, felices fiestas.- dijo de manera desinteresada mientras comenzaba a avanzar.

La chica no se quedó tranquila y comenzó a caminar a su lado, ganandose una mirada molesta de Fuutarou.

-Vas a seguirme hasta que te diga algo convincente, ¿verdad?- soltó el chico sin más.

-Así es.- dijo secamente la castaña.

-Que jodes.- dijo el chico mientras rodaba los ojos.

Así se quedaron, uno al lado del otro sin decir ni una sola palabra, Miku quería que él le confesara que había algo raro, no estaba para nada convencida de que estaba bien.

Sin embargo, ninguno dijo nada, a pesar de haber estado alrededor de 30 minutos haciendo cola.

-Esta mierda nunca va a terminar... agh, odio mi vida.- dijo el peliazul mientras miraba que faltaba bastante para poder salir de ahí.

-No seas tan gruñón. ¿Donde está tu espíritu navideño?- dijo la chica al notar la molestia de su amigo.

-Agh... no lo sé, nunca lo he tenido. No disfruto de la navidad, solo me parece una fecha donde los precios de todo se disparan, las "ofertas" hacen que todos los tarados compren a lo tonto... mucho ruido, todo está lleno... en fin, no es algo que disfrute.- dijo el peliazul con indiferencia, provocando que la pelicastaña se sorprendiera.

-Vaya... ¿y qué te parece si... pasas navidad conmigo? Puedo ayudarte a ver el otro lado de la moneda, no todo es malo.- mencionó la chica mientras se sonrojaba.

-No lo sé... no me siento de humor, pero aprecio la...- dijo, pero fue interrumpido por una mirada de súplica de la chica, la cual milagrosamente movió algo en el corazón del chico. -Vale vale... Dios, solo no hagas esa cara.- dijo el chico mientras soltaba un suspiro de resignación, causando que la chica sonrierar levemente.

-Bueno, te buscaré cuando salgas de tu trabajo, ¿a qué hora sales hoy?- preguntó la chica.

-De hecho, solo tengo que ir a dejar esto, el jefe dijo que hoy no era tan necesaria mi presencia, así que mientras hiciera esto, podría irme a descansar... aunque a este paso calculo que terminaré en 2 horas... esta maldita cola no parece moverse y va para largo.- dijo el chico.

-Bueno... te veo en 2 horas en tu trabajo, te enseñaré algunas cosas que seguro alegrarán tu espíritu navideño.- dijo la chica mientras sonreía, cosa que provocó que el corazón del chico comenzara a palpitar rápidamente.

Luego de eso, la chica se fue dejando atrás a un chico bastante confundido respecto a lo que estaba pasando.

El tiempo pasó y el chico finalmente logró salir del supermercado. Se dirigió a toda velocidad a su trabajo y tal como lo había dicho, ahí estaba Miku esperandolo fuera del local, aunque para su sorpresa ella no estaba sola, Nino estaba junto a ella.

-Hola Miku, hola Nino...- dijo el chico algo confundido.

-Hasta que te dignas a aparecer Fuu-kun. Mejor apurémonos, entre antes salgamos de aquí, mejor.- dijo la chica.

(Solo que sin el regalo.)

Por supuesto, el peliazul no podría estar más que confundido. Miku le había pedido que pasara la navidad con ella, no con ambas.

-¿Qué está pasando aquí? Dios... ¿por qué estoy tan nervioso?- pensó el chico.

Efectivamente, el chico estaba temblando ligeramente y comenzaba a sentir calor aunque no lo hubiera. ¿Qué le estaba pasando?

-Si-sí... vamos Fuutarou.- dijo Miku mientras lo tomaba de la mano y comenzaba a jalarlo.

La chica le dio la espalda al peliazul, estaba tan sonrojada por haber hecho eso que no quería ni siquiera verlo a la cara.

Nino ante esto hizo un puchero, pero rápidamente se pegó y tomó al chico del brazo que tenía libre.

-Miku y yo te enseñaremos uno de nuestros lugares favoritos, seguro que hará que veas el lado alegre de estas festividades.- dijo la chica mientras le sonreía.

-¿Podrían soltarme por favor? Hay algo llamado "espacio personal".- dijo el chico de manera irónica, aunque realmente lo hizo porque estaba comenzando a ponerse muy nervioso.

-No. No quiero soltarte. Dijiste que pasarías navidad conmigo y es lo que vas a hacer.- dijo la pelicastaña de manera firme.

-¿Y eso qué tiene que ver?- dijeron Nino y Fuutarou al mismo tiempo, al no entender la relación que tenía lo que había dicho.

-Esto... no lo sé.- dijo de manera tímida la chica.

-Pff, no sé por qué me molesto en decirles las cosas si igual no me van a hacer caso.- dijo el chico.

Ambas hermanas rieron ante eso ya que sabían que el chico no mentía. Luego de eso, ambas llevaron a rastras al chico hacia un hermoso parque. En la primavera se caracterizaba por tener miles de flores por todos lados, pero ahora era un páramo helado que aunque no fuera lo mejor del mundo, mostraba en todo su esplendor lo que era la felicidad.

Niños jugando por todos lados, familias tomando café o chocolate caliente, decoraciones y luces por todos lados, en fin, algo bastante bonito.

-Vaya... no tenía ni idea de todo esto... nunca salía a jugar cuando era pequeño, siempre ignoraba lo que pasaba a mi alrededor y eso debe haber provocado que no me diera cuenta que la gente lo disfruta, a pesar de todo.- dijo el chico.

-No todo es malo Fuu-kun. Mientras se pase al lado de las personas que uno ama... nada es malo.- dijo la chica mientras se le pegaba al peliazul.

-Ya veo...- dijo de manera indiferente, no captando la indirecta de Nino.

Esto provocó que la chica lo soltara e hiciera un tierno puchero, que fue ignorado olímpicamente por el peliazul.

-Sí Fuutarou... navidad es una época en la que pasar tiempo con personas importantes es de lo mejor que puede haber.- dijo la pelicastaña mientras trataba de ocultar su sonrojo.

-Eso... es cierto.- dijo al recordar cuando su hermana y su papá lo obligaban a "celebrar" en esas fechas, aunque en ese entonces no entendía el significado de por qué le insistían tanto, para él solo era una molestia.

Ante esto, el peliazul se dio vuelta y quedó frente a las dos chicas, luego colocó la mano derecha sobre Nino y la izquierda sobre Miku.

-Supongo que tienen razón... podría disfrutar un poco más esto.- dijo mientras acariciaba a ambas.

Las chicas comenzaron a sacar humo por los oídos mientras sus rostros estaban más rojos que nunca.

-¿Se sienten mal? ¿Tienen fiebre?- preguntó estúpidamente el chico, causando que ambas rieran por lo tonto que era.

-No... estoy bien.- dijo Nino.

-¿Y me dices a mí tonta? Revisate en un espejo.- dijo la pelicastaña mientras reía.

Esto causó confusión en el chico, que apartó las manos de las chicas, estaba a punto de pedir explicaciones cuando sintió un golpe un poco fuerte en la espalda.

-¡Agh! ¿Quién fue el idiota?- dijo de manera enojada.

-¿Por qué tanto odio Uesugi-san?- fue lo que respondió la responsable de eso.

El chico se dio vuelta y vio de frente a la causante del golpe con una bola de nieve.

La chica sostenía un regalo mientras reía al ver que el chico, como siempre, estaba enfadado.

-Deberías enojarte menos, vivirás mucho más Uesugi-san.- dijo con una sonrisa la pelinaranja.

-Yotsuba... tú...- dijo de manera molesta el chico, aunque como respuesta recibió otro golpe con una bola de nieve.

-¿Ves esto?- dijo sacudiendo la caja. -Pues será tuyo si consigues darme un golpe con una bola de nieve.- dijo la chica.

-¿Tan fácil lo pones? Bien, esto te va a doler.- dijo el chico mientras mostraba una sonrisa macabra, aunque Nino y Miku lo golpearon también con más bolas de nieve.

-Mis hermanas me ayudaran, no creas que será fácil. Las reglas para este pequeño juego son: 1 golpe para alguna de nosotras es eliminación. Tú como estás solo, entonces tendrás 3 vidas. Sencillo, ¿no?- dijo la pelinaranja mientras sonreía.

-Van a caer.- dijo el chico mientras comenzaba a formar una bola de nieve.

-No será tan fácil, Fuu-kun.- dijo Nino, a lo que Miku respondió asintiendo.

El chico rápidamente lanzó una bola de nieve directamente hacia Yotsuba, aunque ella pudo esquivarla con facilidad.

-¿No te interesa para nada el regalo? Creí que al menos te ibas a esforzar.- dijo la chica para después reír, causando que al chico se le marcara una vena en la frente.

Luego de ese comentario, las chicas salieron corriendo en direcciones distintas. A Fuutarou se le ocurrió primero ir directamente por Miku, sabía que era la que peor condición física tenía de entre todas y por lo tanto sería la que podría atrapar más fácil.

El chico vio como la pelicastaña disminuía poco a poco su velocidad, provocando que él la comenzara a alcanzar. En cierto momento se quedó quieta y parecía que estaba recuperandose, cosa que aprovechó el chico para lanzarle una bola de nieve.

Corrió hacia ella y le lanzó la bola, pero se sorprendió al ver que ella se había dado la vuelta y había hecho lo mismo, todo era una trampa.

El chico ante la sorpresa no pudo frenar a tiempo y resbaló, pasó llevandose de corbata a la chica y ambos cayeron, quedando él en el piso y ella encima de él.

La pelicastaña se le quedó viendo por unos segundos, aún procesando lo que había pasado.
El peliazul por otro lado, se perdió en los ojos de la chica. ¿Desde cuando eran tan lindos?

-Miku...- mencionó el chico de manera nerviosa.

-¿Qué-qué pasa Fuu-Fuutarou?- preguntó aún más nerviosa.

La tensión en el ambiente se comenzó a formar, ninguna sabía bien qué hacer o decir... pero por arte del destino, la pelicastaña tuvo una chispa de valentía la cual le permitió realizar algo que estuvo soñando por mucho tiempo.

Tras unos segundos de shock, el peliazul sintió como los labios de Miku se alejaban de los suyos.
La chica lo vio y le sonrió mientras mantenía un sonrojo enorme.

-Me derrotaste. Suerte en el resto del juego.- dijo para después levantarse y ayudar al chico que aún seguía en shock por lo que acababa de suceder.

El chico intentó decir algo, pero aún estaba sorprendido por lo que acababa de pasar, al ver esto la pelicastaña decidió hablar.

-Hablaremos luego de esto. Lo prometo.- dijo mientras comenzaba a empujarlo para que terminara el juego. -Ve ve, derrota a las demás ahora.-

El chico sin decir nada le hizo caso a la chica.

Resultados del juego:
Aunque Yotsuba haya derrotado a Fuutarou, la verdadera ganadora es Miku.

Luego de que Fuutarou fuera brutalmente derrotado por Yotsuba, ésta última comenzó a guiar al peliazul a cierto lugar.

Mientras era casi que arrastrado por la chica, el peliazul no pudo evitar pensar que todo era un plan que involucraba a todas las chicas... y vaya que no se había equivocado.

Cuando Yotsuba se detuvo, Fuutarou se dio cuenta del lugar donde estaba. Era justo frente a un teatro. El título que brillaba en la cartelera era:

A continuación: "Los Fantasmas de Scrooge".

-¿Los fantasmas de Scrooge? ¿Qué tiene que ver eso con la navidad?- pensó el chico.

-Sí, 4 boletos por favor.- mencionó Yotsuba mientras seguía tomando de la mano al peliazul.

-¡Claro! Hoy por ser un día especial, tenemos un descuento para parejas.- dijo mientras miraba que Yotsuba tenía agarrado a Fuutarou.

-¡¿Eh?!- dijo el peliazul.

-Claro, lo tomaré. Muchas gracias.- dijo Yotsuba con una gran sonrisa, mientras que Nino y Miku tenían una mirada de molestia.

El cuarteto entró al teatro y se sentaron casi hasta el frente, tuvieron suerte de tomar buenos lugares y se sentaron en el siguiente orden: Fuutarou, Yotsuba, Miku y Nino.

Por supuesto que tanto Miku como Nino querían sentarse al lado del chico, pero Yotsuba parecía que no lo soltaría en ningún momento.

-¿Y de qué trata la obra?- preguntó el chico, ganandose una mirada confundida de parte de Yotsuba.

-¿En serio no lo sabes? ¿El gran Uesugi-san no conoce una clásica obra navideña?- dijo la pelinaranja mientras reía ligeramente.

-No, no lo sé. Lamento ser inculto.- dijo el peliazul mientras rodaba los ojos.

-Bueno... en resumidas cuentas... es mejor que la veas con tus propios ojos.- respondió la chica.

-No sé por qué esperaba algo de tu parte.- dijo el chico mientras suspiraba.

En ese momento, las luces se apagaron, indicando que la obra estaba por comenzar... pero de pronto el chico sintió algo extraño, justo en el instante en el que las luces se fueron pasó:

Chuu...


Tras unos segundos, la pelinaranja se separó del chico mientras tenía un sonrojo enorme, pero no se notaba por la oscuridad.
Nadie había notado lo que había pasado por eso mismo.

-Me gustas Uesugi-san.- susurró la chica.

-Yo... yo...- susurró también, pero no sabía qué demonios decirle.

-Bueno, no esperabas nada de mí, así que te demostré que sí tenía algo para ti.- susurró en respuesta.

-¿Qué tanto susurran? Cállense, la obra va a empezar.- dijo Miku con molestia.

Ante esa declaración, ambos chicos se quedaron callados y voltearon hacia el frente.

-¿Qué demonios...? ¿Le gusto a Yotsuba... y a Miku? Paso una navidad solo y todo se desmadra.- pensó el peliazul.

El chico pasó delirando sobre lo que había estado pasando ese día una gran parte de la obra, al menos hasta que escuchó una voz que él conocía muy bien.

-Mi nombre es Belle.- dijo la chica con un tono alegre.

El peliazul al alzar la mirada, pudo notar que la persona que había dicho eso era nada más y nada menos que Ichika.

En ese preciso momento, su atención se enfocó en la obra. Ichika actuaba de manera magistral, al principio como una chica tímida e inocente y cuando llegó el momento donde su personaje se separaba del protagonista fue algo que le conmovió.

-¡No podemos seguir con esto! No me das tiempo, pasas trabajando y adquiriendo riquezas... nada te es suficiente. Disfrutaba más cuando ambos éramos pobres... pero tú has cambiado.- dijo la chica.

-¿Yo he cambiado? Ni hablar, tú siempre quieres que esté contigo y no puedo hacerlo, mi dinero me necesita.- respondió el protagonista.

En ese momento, Ichika pudo divisar entre el público a su amado peliazul, eso la hizo sentirse muy feliz, pero lo disimuló debido a la escena "triste" que estaba realizando.

La pelirrosa se levantó de una silla y le pegó duro a la mesa, para después salir corriendo mientras "lloraba".

-Aunque era actuación... sentí feo cuando Ichika lloró. ¿Por qué?- pensó el chico.

Solo esa escena, hizo que el peliazul estuviera atento el resto de la obra, inconscientemente deseando volver a ver a Ichika actuar, pero lastimosamente eso no llegó a suceder. Todo esto fue notado por Yotsuba, quien únicamente esbozó una leve sonrisa.

-Así que Ichika tenía razón... bueno, esto no está nada mal después de todo.- pensó la pelinaranja.

El tiempo pasó y la obra terminó, dejandole al chico un mensaje muy claro. La navidad es una época para compartir y pasar tiempo con tus seres queridos, no es únicamente "gastos" y problemas.

Al salir del teatro, Fuutarou y las chicas pudieron ver a Ichika esperandolos.

-Hola Fuutarou-kun.- dijo mientras se acercaba peligrosamente al peliazul.

-¡I-Ichika!- mencionó de forma nerviosa Miku.

-Ho-Hola Ichika...- respondió el chico algo aturdido.

-Ven, ahora tenemos que ir a otro lugar antes de que oscurezca.- dijo la chica mientras tomaba de la mano al chico.

El grupo comenzó a caminar al ritmo de Ichika, quien parecía que llevaba algo de prisa.
Las 3 Nakano que iban detrás andaban charlando algo entre ellas, mientras que Fuutarou iba concentrado en Ichika.

-Actuar me ayuda a despejarme, ¿sabes? Pero... esa obra fue especial por algún motivo... creo que sentí así porque tú estabas ahí. Sé que no salí mucho y mi papel no fue tan relevante, pero verte a ti entre tanta gente... que mi vista se haya enfocado justo en ti... debe ser más que una coincidencia.- mencionó la pelirrosa.

-Hoy están todas demasiado raras... ¿qué diablos?- preguntó el peliazul, causando que la chica riera.

-Así que le hicieron caso a mi alocada propuesta... je, esto es divertido.- dijo mientras sonreía.

-¿Qué propuesta? ¿De qué hablas?- preguntó el chico, pero fue callado por el dedo de Ichika que se posó sobre su labio.

-¿Qué te parece la idea de tener un harem?- preguntó sin rodeos la chica.

-¡¿EH?!- gritó el chico, llamando la atención de las demás Nakano.

En ese descuido del chico, Ichika aprovechó para acercarse al peliazul... y darle un dulce beso en la mejilla.

-Todo es una mentira.- dijo luego de separarse.

Los rostros de incredulidad de las demás Nakano eran asombrosos, incluso la siempre animada Yotsuba estaba algo shockeada por eso, ni qué decir del chico.

-Ups... no tenía que hacer eso. Aún falta una parada para animar tu espíritu navideño.- mencionó la pelirrosada, aunque claro las chicas e incluso el mismo peliazul comenzaron a pedirle explicaciones de lo que acababa de suceder.

Sin embargo, ella los ignoró brutalmente y siguió jalando al chico hacia cierto lugar.

Tras varios minutos donde el ambiente se había puesto algo tenso, el grupo llegó a un restaurante bastante caro y famoso de la ciudad.

-¿Qué hacemos aquí?- preguntó el chico.

-JA JA... ¿aún así lo preguntas? Obviamente una manera para elevar el espíritu navideño es con comida navideña.- dijo una voz detrás de los chicos.

Al voltear a ver, Fuutarou se topó con una imagen que enamoraría a cualquiera.

(O al menos al autor de esto lo tiene casi que enamorado.)

-Hola Itsuki...- mencionó el chico de manera tranquila.

-Ue-su-gi-kun. Ven, sígueme.- dijo mientras tomaba la mano del chico y lo arrastraba hacia el restaurante.

-Es-espera Itsuki, apenas tengo dinero para comprar una maldita galleta, no me lleves ahí porque tendría que dejar mi riñón para poder salir luego.- dijo el chico algo nervioso.

-¿Y quién dijo que ibas a pagar? No te preocupes, aquí hay muchísimos platillos que no son comunes en nuestras tierras, solo aparecen en navidad, debes aprovecharlo.- dijo la pelirroja.

El chico volteó a ver al resto de las hermanas, como si estuviera pidiendo ayuda, pero las chicas solo le sonreían mientras se "despedían" de él.

-Caíste en las garras del monstruo hambriento, no vas a escapar.- dijo Nino.

-Por mucho que me pese decir esto, Nino tiene razón.- dijo Miku, aunque se ganó un pellizco de parte de Nino por eso.

-¡Te veremos luego en la parada final Uesugi-san!- dijo de manera alegre Yotsuba.

-Ara-ara... Itsuki está yendo con todo. Je, te deseo suerte mi Fuutarou-kun.- dijo con una sonrisa coqueta la mayor de las Nakano.

-Nota mental: Nunca ayudarlas cuando me pidan ayuda porque me dejaron a mi suerte.- pensó el chico.

La pelirroja llevó al chico hacia una mesa, ambos tomaron asiento e inmediatamente un mesero se acercó a la pelirroja.

-¿Desea que comience a servir?- mencionó el mesero, a lo que Itsuki respondió asintiendo.

El mesero se retiró ante la atónita mirada de Fuutarou.

-¿Ya habías pedido todo? ¿Cuando?- preguntó Fuutarou.

-Te contaré luego, por ahora concéntrate en disfrutar el sabor de la navidad.- dijo ella con una sonrisa.

Al chico le sirvieron ponche, un tamal, pavo, pierna, arroz... y si siguiera describiendo, seguro no acabo.

Cuando el peliazul probó un tamal... se quedó sin palabras. Su exquisito sabor agitó el paladar del chico, nunca había probado algo similar.

-Esto... ¡es buenísimo!- dijo de manera emocionada. -¿Cómo que es que nunca lo había probado?- preguntó.

-Y esto es solo el comienzo. Vas a comer tanto que te vas a sentir satisfecho desde ahorita hasta la otra semana.- dijo la pelirroja mientras reía.

Y no fue broma, el chico comió tanto que sentía que iba a explotar. Nunca en su vida había probado semejantes manjares... ¿de esto se perdía al comer de manera normal en esas épocas? Sin dudas había sido una pérdida muy grande, o eso pensaba él.

Inclusive postres le sirvieron al chico, quien aunque no podía más, no podía decirle que no a unas excelentes galletas navideñas, su cerebro le decía que si no aprovechaba, no las probaría nunca más.

Entre tanto, Itsuki solo miraba la escena con una sonrisa. El chico que tanto odió en el pasado... ahora estaba frente a ella, porque de ella había nacido ayudarlo a no ser un amargado en navidad.

Al notar que estaba siendo observado fijamente, el peliazul se avergonzó ligeramente.

-¿Por qué me miras tanto? ¿Tengo algo en la cara?- preguntó el chico de manera seria.

-No... no es nada.- dijo la pelirroja mientras apartaba la mirada, intentando esconder un leve sonrojo que se estaba formando.

El tiempo pasó y todo oscureció, quedando así ya poco tiempo para la llegada de la medianoche, algo esperado por muchos.

Fuutarou e Itsuki salieron del restaurante y comenzaron a caminar hacia el apartamento de las Nakano, lugar donde sería la última parada de su alocado día.

El ambiente entre ambos era algo tenso, nunca habían pasado tanto tiempo juntos sin siquiera insultarse.

Pero para Itsuki... las acciones valían mucho más que las palabras, así que en un acto de valentía la chica tomó del brazo al peliazul.

(Perdonen la maldita calidad 4k de la foto, pero no la encontré en otro formato... y la necesitaba realmente.)

El peliazul al sentir el contacto de la chica se puso demasiado nervioso, pero por acto reflejo él sonrió ligeramente, mientras un sonrojo se formaba en su rostro.

Itsuki por su parte, estaba sonrojada a más no poder, mientras que sonreía bobamente.

-Sí... la idea de Ichika ya no suena tan mal... si eso basta...- pensó la pelirroja.

Así se quedaron hasta llegar al hogar de las Nakano, donde se separaron para poder entrar.

El peliazul entró y vio que las luces estaban apagadas, solo un árbol iluminaba la oscura sala.
La oscuridad era tal que ni siquiera notó cuando Itsuki se apartó de él.

-Fuutarou Uesugi.- mencionó Ichika, causando que el peliazul se sobresaltara un poco.

-¡BU!- gritó Yotsuba mientras se le tiraba encima al chico, quien realmente se asustó, provocando que ambos terminaran en el piso.

En ese momento, se encendieron las luces y el chico pudo ver que ahí estaban las cinco hermanas.

Cada una de ellas sostenía una caja pequeña, un regalo.

Yotsuba ayudó al peliazul a levantarse mientras reía por haber asustado al chico.

-Bueno... hasta aquí llegó nuestro plan para hacerte ver que no toda la navidad es mala. Es bonito si lo pasas rodeado de personas que quieres, ¿verdad?- dijo Ichika mientras miraba al peliazul.

-Y a pesar de todo, aún creemos que eres un amargado, aunque esperamos que ya no tanto.- dijo Nino.

-Te-tenemos... regalos para ti... por lo que has hecho por nosotras y demás- dijo de manera nerviosa la pelicastaña.

-¡Así es! Dije que no te iba a dar mi regalo si no ganabas, pero como soy buena persona igual te lo daré.- dijo Yotsuba mientras reía.

-Esperamos que haya habido realmente un cambio en ti. Yo honestamente creo que si lo hay.- mencionó Itsuki con una sonrisa.

El peliazul suspiró al ver todo lo que estaba pasandole, era algo simplemente increíble.

Cada una de ellas le entregó su respectivo abrazo y regalo al chico, quien al principio opuso cierta resistencia, pero eventualmente fue cediendo ante el cariño de las Nakano.

-Yo... no sé cómo agradecerlo... yo no tengo nada para ustedes...- dijo el peliazul algo preocupado, aunque eso solo provocó que Ichika riera ligeramente.

-Sabes... de hecho creo que si hay algo que podrías darnos...- mencionó mientras soltaba una sonrisa coqueta.

-¿En-en se-serio le vas a pedir e-eso?- preguntó de manera nerviosa Miku.

-Ya habíamos quedado en algo, no te eches para atrás ahora, cobarde.- respondió Nino mientras miraba fijamente a Miku.

-Ni siquiera sé cómo terminé en todo este lío.- dijo Itsuki.

-Porque sientes lo mismo... y dicen que yo soy la tonta.- mencionó Yotsuba.

-Chicas... me están asustando... ¿qué es lo que quieren decirme?- dijo de manera nerviosa el chico.

Las cinco se vieron entre sí y sonrieron, para después decir:

Feliz navidad... tenemos otro regalo para ti...

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(10 años después, 24 de diciembre.)
4 niñas estaban corriendo de un lado para otro en un apartamento bastante lujoso.

Las pequeñas correteaban de aquí para allá sin ninguna paz, se divertían como nunca.

Sin embargo, la quinta niña estaba sentada en las piernas de su padre, Fuutarou Uesugi.

-Y bueno... de esa manera logré ver las cosas desde un panorama distinto... tu madre y tus tías fueron quienes me ayudaron a ver todo eso. Por eso, esta vez yo haré la diferencia, te enseñaré, mi pequeña, que la navidad es la mejor época del año.- mencionó el peliazul mientras sonreía.

La chica, que era la viva imagen de Miku Nakano, estaba asombrada por lo que le había contado su padre.

-Es que... tengo un amigo que dice a cada rato eso, que es una época de gastos y demás.- dijo la pelicastaña.

Fuutarou puso la mano sobre la cabeza de su hija y sonrió.

-Es un chico que necesita una guianza, como la que yo tuve de parte de tu madre.-

En ese momento, una mujer pelicastaña apareció detrás del peliazul y lo abrazó.

-¿Qué le estás contando a nuestra hija?- mencionó la chica mientras miraba al peliazul.

-Esto... bueno, la navidad de hace 10 años.- dijo el chico.

La pelicastaña se sonrojó al recordar esa navidad, había sido la mejor de su vida.

Luego de ese pequeño momento familiar, las demás Nakano entraron al lugar. Ichika traía unas bolsas, Nino e Itsuki traían comida y Yotsuba llevaba los abrigos de las demás.

-¡Hola Taro-kun! Veo que llegaste antes... ¿cómo te fue hoy?- preguntó la pelirroja menor con una sonrisa.

Ichika por su lado se acercó y le dio un beso en la mejilla a su amado.

-Buenas noches cielo, ¿qué tal tu día?- dijo mientras le sonreía.

-Cielo... ¿donde está...?- intentó decir Nino por otro lado, pero se quedó callada al sentir que una pequeña niña la abrazaba.

-¡Mami!- dijo la pequeña pelirrosada.

-Mi pequeña, ¿cómo has estado?- preguntó la chica.

Yotsuba por otro lado estaba jugando con su hija, ella acaparó toda su atención desde que entró.

Fuutarou simplemente sonrió al ver esa escena, nunca se había imaginado siquiera casado, muchísimo menos con un harem de quintillizas.

-¡Vengan! Hay fuegos artificiales.- dijo de manera animada Yotsuba mientras cargaba a su hija.

Las chicas emocionadas salieron, mientras que Fuutarou se quedó viendo a Miku, que estaba aún dentro, no había seguido a las demás.

-¿Pasa algo Miku?- preguntó el chico.

-No es nada... es solo que este día me trae muchos recuerdos hermosos.- dijo Miku mientras sonreía.

En ese momento, la pelicastaña se acercó y abrazó a su amado, mientras pegaba su rostro al pecho del peliazul.

-Feliz navidad cielo, te amo.- dijo la chica.

-Igual para ti Miku, te amo.- respondió antes de darle un beso.

Sin dudas usteden han sido el mejor regalo de navidad que he recibido.

Una navidad es divertida, pero ¿una navidad quíntuple?
No tiene comparación.

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¡Feliz navidad a todos! Espero que se la pasen de lo mejor con su familia.

Espero que también hayan disfrutado de este one-shot navideño, me esforcé mucho para esto.

Que conste que conmigo aún es nochebuena, así que cumplí con lo que quería, subir esto en nochebuena.

Pásensela bien, que Dios los bendiga banda. Se les quiere a todos.

Fin de la transmisión.

-Writer_Bryan.

(Les dejo una Itsuki navideña porque sí.)

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