Situación de riesgo, parte 2
A la mañana siguiente continuamos nuestra caminata y nos detuvimos para almorzar. El día estaba muy soleado y nos costaría mucho caminar contra el calor así que todas optamos por quedarnos durante el día en ese lugar y salir temprano por la mañana para recuperar la pausa del camino de hoy lo cual a Ho Seok no le pareció mala idea.
Las mujeres y sus hijos se quedaron armando un techo para cubrirse del sol amarrando unas frazadas con cáñamo a unos árboles y se recostaron a dormir bajo la sombra de este. Yo salí a caminar y durante mi momento de exploración encontré una especie de poza en una convergencia que había tras en pequeño cerro natural, era una especie de piscina natural que se llenaba por la desembocadura de un arroyo.
Me quité la ropa quedando en ropa interior y corrí al agua muy feliz. Extrañaba mojarme y aunque el agua estaba helada, era cristalina y hasta me di el lujo de beberla, si moría intoxicada no me importaba, al menos había sido feliz.
—Le molesta la compañía en su piscina privada, Srta. Kang— Ho Seok me miraba a lo lejos apoyándose en un árbol tentado con meterse al agua.
—No, Ho Seok— nadé un poco más al centro y antes de sumergirme por completo vi como se desnudaba a la orilla.
—¡Está helada!— se quejó con la mitad del pecho sobre el agua.
—Lo sé pero es maravilloso— reí y miré el cielo —Estoy agradecida de esto— podía sentir como unas lágrimas de emoción resbalaban por mi rostro.
—Sí, lo es— sonrió y lo miré de más cerca notando que tenía una belleza que no había notado en esta semana que llevábamos caminando juntos.
—¿Me siguió?— nadé a su alrededor acechándolo.
—Debo cuidarla al igual que a todo el grupo— respondió —Si tengo a siete mujeres a mi cargo y tres niños con todos ellos debo llegar al puerto— vi en su rostro preocupación al igual que la mía.
—Y nosotras cuidar que tu llegues con nosotras y luego con tu familia— me quedé mirándolo fijamente viendo como el agua y el reflejo del sol generaban una luz bonita que pegaba a su rostro — Lo vi llorar en la hierba ayer y me molesté con las mujeres del grupo y les grité... es por eso que ellas dijeron ...
—¿Qué gustabas de mí?
—Si, eso— miré a mi alrededor y luego volví mi vista hacia él.
—¿En serio no me reconoces?— dijo con una sonrisa nerviosa —Por un momento creí que eras amable conmigo porque me conocías, ahora veo que no—.
—Lo siento— lo miré —¿Nos habíamos visto antes?
—¿La clase de anatomía? Fuiste al laboratorio con tus compañeros y olvidaste tu mascarilla...
—¿El laboratorio de la facultad de Gwangju?— Hice memoria y recordé haber ido y lo miré a los ojos recordando al fin quien era. —¡Eres quien me dio una mascarilla a las afueras del laboratorio cuando estaba a punto de llorar porque me reprobarían!— sonreí.
—Somos tantos en la seccion de anatomia que quizas jamás me habias visto en clases— se cubrió la boca para cubrir su sonrisa —Y ahora que el mundo está desmoronándose en miles de pedazos y no se si estaremos vivos para mañana quisiera decirte que me pareces linda—.
Me sonrojé ante lo dicho pero no quise ocultarlo, me impresionó que lo dijera de esa forma tan libremente pero tenía razón, no sabía si estaríamos vivos mañana.
—¿Cómo es que no te vi antes?— lo miré buscando reconocer su rostro.
—Seguramente estabas interesada en otras cosas, o personas. Además soy mayor que tú por unos cuantos años—.
—¿Cuántos?—nadé hacia él.
—¿Unos siete años?— miró hacia el cielo —Quizás eso es mucho para ti—.
—No, no lo es— sonreí —Mi omma y appa se llevan por siete años
—No es tan loco entonces fijarse en alguien mayor como yo— susurró.
—No, Ho Seok — lo miré más tímido
—Cuando te vi en el grupo sentí alivio porque había alguien a quien conocía pero descubrí que no me reconocidas y que probablemente no te sabías mi nombre
—Reitero mis disculpas por ello pero ya sé que eres mi compañero y que te gusto— sonreí y miré su cuerpo bajo el agua cristalina —Gracias por decirmelo, creí que moriría sin que alguien me lo dijera—.
—¿Qué me gustas?— se admiró por mi comentario.
—Estuve enamorada de un chico de la clase que probablemente no se fijaria en mi—dije con lastima —Esperaba que él fuera mi primer beso
—Yo no creí que me podría declarar a la chica que me gustaba ¡Y mírame aquí, estoy nadando semidesnudo en medio de la nada con el mundo acabándose a nuestras espaldas!, pero lo hice— parecía satisfecho con lo que había hecho.
Lo miré flotando boca arriba relajado con los ojos cerrados, en silencio y pensé en que este era el momento del cual se hablaba en las películas románticas, el momento perfecto para que te roben un beso. Pero yo no sabía besar.
— ¡Agua!— dijo uno de los niños que se asomaba de la mano con su madre para luego caminar a la orilla y mojarse.
Ho Seok se incorporó de su momento de paz y nadó hacia la salida donde se encontró con la mujer y sus hijos, tomó su ropa y se alejó del grupo que ya se avecinaba con alegría a refrescarse. Yo me quedé en el agua un momento apreciando como esas mujeres y sus hijos tenían un momento feliz entre tanta desgracia.
Caminé bajo el sol para secarme antes de que cayera la noche y esperé con ansias encontrar un momento a solas con Ho Seok a quien no veía por ningún lado en el gran campo que nos rodeaba.
—¿Interrumpimos algo hace un rato en el agua?— se acercó una de las mujeres dándome un golpecito en el hombro mientras algunas pelamos papas para la cena.
—La mujercita aquí estaba en el agua con el sargento— habló ella para todas —A solas en ropa interior— rió y todas me vieron impresionadas.
—Al igual que todas yo tenía calor y entré al agua un rato, él entró después y no haciamos nada— seguí con mi papa algo avergonzada.
—Hablando del sargento...— miró una hacia el norte y vimos silueta acercarse.
—Quizás deberías darle un poco de diversión a ese hombre estresado, al menos para verlo sonreír más— dijo una de ellas y todas rieron al unísono.
Ho Seok traía consigo un poco de leña para comenzar el fuego y mientras dejaba las ramas en el suelo me dió una mirada cautivadora y supuse que debía al menos prestarle mi ayuda moviendo la leña que había recolectado en algún lugar.
—¿Alguna me puede ayudar a traer más leños?— miró a las mujeres del grupo tratando de evitarme.
—Lia acaba de terminar su papa— apuntó quitándome el cuchillo de las manos —. Además es la más fuerte de todas ¿no?
Yo miré al grupo y luego a Ho Seok quien no tuvo tiempo para dar alguna apreciación de la situación y caminó en dirección a los leños que tenía unos metros más allá de donde prepararemos todo.
Me levanté y caminé tras él guardando distancia pero con deseos de hablarle.
—Creen que estábamos haciendo algo en el agua hace un rato— alcé la voz mientras recogíamos los leños.
—Hablábamos— respondí breve —. No les hagas caso Lia, son mujeres que desean un chisme para hablar de algo que no sea quejarse de la situación actual o sus hijos— se levantó con unos leños en sus manos.
—Yo no quiero que malinterpreten lo que vieron— repetí la acción y caminé junto a él.
—No hay nada que interpretar, Lia— me miró de reojo —. Solo hablábamos en el agua
—¿Pero lo que me dijiste era cierto?— me cuestioné la realidad de lo que me había dicho hace unas horas ya que el sol era imperante y podría estar delirando —. Sobre que me encontrabas linda—.
—Sí
Ho Seok dejó caer los leños a la rumba de varillas que había traído para encender el fuego y tomó los que yo traía en mi mano.
—Puedes descansar, yo traigo el resto— miró mis manos rojizas con callos que se asomaban a penas. Y volvió a su cometido.
La noche se hizo presente y las mujeres hablaban junto a la fogata acerca de sus maridos. Ho Seok se mantenía en silenció mirando su reloj recostado sobre su mochila ignorando todo.
—Extraño estar recostada en su pecho en la cama— una de las mujeres dijo entre el silencio que se había formado —. Me pregunto si estará bien
—¡Lo está mujer!— aquella estaba a su lado le dió un golpecito para animarla —Y armate de fuerzas que tendremos que repoblar Corea cuando nos reencontremos con ellos— rió y otras más le siguieron.
—No se si quiera dar a luz de nuevo— se quejó una mirando a su bebé dormido en sus brazos —. Pero no tengo problema en fingir que quiero tener un bebé con tal de tener a mi marido encima haciendo lo suyo— rió picara.
—¿El sargento presente tiene hijos, esposa...?— las mujeres miraron a Ho Seok quien las miró de vuelta muy desinteresado con el tema.
—No, no tengo familia más que mis padres y mi hermana mayor — volvió a ajustar su reloj para luego mirar hacia el cielo nocturno.
—Entonces no tiene razones para salvarse de esta guerra— se animó a decir una de ellas.
—Obvio que tengo razones para salvarme — se sentó mirando el fuego —.Debo llegar a salvo con todas ustedes
Yo lo miré con admiración y me centré en calentar mis manos poniéndolas al fuego escuchando al grupo.
—Y la chica presente— dijo la mujer que está a mi lado — ¿Hay algún muchacho que la espere del otro lado?
Pensé en mi compañero de universidad, Lee MinJo pero no estaba segura de que él estuviera esperándome del otro lado o si sabía de mi existencia en estos momentos así que me resumí en responder.
—No, solo mi familia— miré paciente como las brasas se consumían.
De forma inconsciente miré hacia Ho Seok quien hacía lo mismo desde el otro lado del fuego pero al parecer nadie más lo había notado.
La mujeres se fueron con sus hijos a dormir mientras yo volvía poner al juego una papa, tenía que deshacerme de la sensación del estómago vacío antes de irme a dormir ya que al amanecer nos debíamos ir de camino a una larga caravana. Ho Seok parecía dormido al otro lado del fuego con la cabeza apoyada contra su mochila y sus manos apoyadas en su pecho. Yo era la única en torno a él así que decidí rodear el espacio y colocarse cerca de él y así despertarlo cuando apagara el fuego y así que se cubriera del frío.
Mientras asaba mi papa miraba el cielo abierto en su esplendor y el silencio que estaba lejos de ser aterrador. Me preguntaba si todo ya había terminado o solo estábamos lejos de la catástrofe. Sin radio, teléfonos o señal si quiera no teníamos cómo saber cuál era la situación actual. Solo sabía que estábamos lejos de todo ello.
Tomé mi papa ya lista con un paño y la abrí con una cuchara raspando las orillas para dejar una especie de puré en el centro al cual le coloqué un poco de sal para darle más sabor y comencé a comer de a poco disfrutando el momento.
—Creí que ya te habías ido a dormir— dijo entre un susurro y se incorporó con lentitud hasta quedar sentado a mi lado.
—No podía dejar la fogata encendida— le respondí —. Ademas, tenia un poco de hambre— miré mi papa caliente con sal en mis manos.
—¿Me darías un poco?— se inclinó hacia mí y por acto innato tomé un poco de puré en mi cuchara y se la acerqué.
—Pero tiene mi saliva, la cuchara— miré el contenido de la cuchara de metal y a él quien abría la boca hacia mi. Me miró insistente así que solo la acerqué a su boca sin más.
Ho Seok saboreó el contenido para luego fruncir el ceño y abrir la boca sacudiendo su mano cerca de ella.
—¿Está caliente?— dejé todo de lado con cuidado y sujeté su rostro entre mis manos para mantenerlo quieto soplé sobre su boca abierta para enfriar el puré que lo estaba quemando —.Lo siento tanto
Cuando pudo tragar se relamió los labios, miró la papa nuevamente y luego a mi para quitarla de las manos y soplarla moviendo su interior con la cuchara.
—Así me enseñó a comer mi appa— miré la papa en sus grandes manos —. Solíamos ir campar a solas ya que a mi omma no le gusta
—Ahora comprendo por qué la resistencia— sonrió y sacó un poco de puré en la cuchara para comer él —. Espero que lleguemos pronto al puerto para que puedas verlo
—Yo igual— ví que él me cedía el paño con la papa y la cuchara esta vez para que yo comiera — ¿Es verdad lo que dijiste? Acerca de que no esperabas a nadie del otro lado más que tu familia.
—Sí, es cierto— comí un poco y miré hacia ahora los vestigios de una gran fogata.
— Yo también dije la verdad — mencionó en voz baja —. Aunque hay momentos en los que me desmotivo bastante porque sé que ellos estarán bien si es que no logro cruzar
—¡No digas eso! — lo miré de costado dejando la comida de lado —. Claro que te necesitan
—¿Y después de esto?— miró el cielo —. Mi hermana tiene a su esposo y mis padres son autosuficientes. Y puede sonar muy irónico pero nadie estará del otro lado esperandome con ansias como los esposos de estas mujeres— suspiró como resignado.
—No sabes si alguien te espera...
—No hay nadie, Lia— rió irónico —. No sabes cuantas veces he sido rechazado incluso antes de la militar— se giró a verme con cierta nostalgia —. Al menos me siento satisfecho al decirte que me pareces linda
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Capítulo escrito por: NewHopeland
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