¿Qué somos?, parte 3

El corazón me comenzó a ir más rápido. Tanto que pensé que me daría algo. Era tan fácil borrar el chat y hacer como que nada había pasado, pero mi curiosidad era mayor

A esa altura, mi orgullo ya estaba totalmente pisoteado en el suelo. Sentía que no podía perder nada más.

"Si te digo quien soy... Siento que hay una probabilidad muy grande de que no me recuerdes".

Me atreví a responderle de esa forma, rogando por la posibilidad de que mi respuesta no fuera de su agrado y la conversación no siguiera. Pero me equivoqué rotundamente.

"No lo creo. Tengo una memoria muy buena".

"¿Recuerdas el apodo "Li"?

Mis manos estaban temblando. Sus respuestas eran más rápidas de lo que tenía planeado. Sentí que había vuelto a ese momento en que Jungkook había estado pegado a su celular esperando por mi llamado.

"Ah... La que vivía con la señora Jung".

Entre todo el nerviosismo, se me escapó una risa. ¿Qué había sido eso? No conocía a ninguna señora Jung.

"No, no esa Li".

"Uf, no lo sé. Está difícil".

Dejé de escribir por un momento, pensando en qué podía decirle. Estaba leyendo muy rápido, que me demorara unos segundos más en responder de seguro me daba tiempo para que no lo leyera enseguida.

"Para completar el nombre después venía una a".

"Lia".

Mi corazón se detuvo. Era estúpido, cualquiera podría hacer una asociación tan fácil y obvia. Tan solo bastaba con leer lo anterior para hacer la conexión, pero la ilusión de que me recordara fue en aumento. Mucho más rápido que sus respuestas y los latidos de mi corazón.

Ni siquiera estando borracha había ido tan lejos haciendo una estupidez. Tenía que ser muy tonta para prolongar el dolor por voluntad propia. ¿Era alguna especie de masoquismo? Al parecer me gustaba sufrir gratis.

"Acertaste. Ese es mi nombre".

"¿Y... De dónde nos conocemos?".

"De un juego".

"¿Un juego?".

Los nervios me estaban carcomiendo desde el interior. Solo a mí se me ocurría humillarme una y otra vez con la misma persona. O bueno, no tenía toda la certeza de que se trataba de él, pero tenía una corazonada. ¿Quién le seguía la charla a un extraño?

"Sí. Se supone que tú me hablaste cuando unos chicos me molestaban... Ya pasó mucho tiempo desde eso".

"No recuerdo haberle hablado a alguien en un juego, mucho menos a una chica. Lamento mucho no ser la persona que buscas".

La ilusión que había crecido a una gran velocidad, desapareció de un de repente a otro. Todas las ideas que habían invadido mi cabeza, se esfumaron como si se hubiera tratado del viento que arrastra las nubes y deja el cielo despejado.

"Sí, supongo que me equivoqué de persona"

Su respuesta afirmando aquello no se hizo esperar.

Era hora de soltar a Jungkook. No podía seguir aferrándome. No merecía seguir sufriendo, tenía que permitir que mi corazón pudiera descansar un poco tras tantos años detrás de un amor imposible.

"¿Cuál es tu nombre? Si puedo saber quién está detrás de este número ahora. Y lamento haberte molestado con estos mensajes, tiene que ser raro tener que responderle a una extraña".

"Me llamo Jaeshin. Y no te preocupes, está todo bien, cualquiera se equivoca".

"Sí... Yo solo quería saber si la persona con la que hablé en el pasado todavía estaba por ahí, pero ya veo y tú mismo ves que me equivoqué".

Estaba por cerrar el chat, pero entonces me llegó otro mensaje de su parte.

"¿Cómo se llamaba? Solo por curiosidad".

"Jungkook".

Después de ello, su respuesta tardó en llegar, incluso pensé en que de seguro ya no respondería, pero el sonido de una notificación eliminó mi idea.

"Ya veo... Bueno, que estés bien, Lia, y ojalá algún día puedas dar con él. A veces los caminos se topan de nuevo".

Una sensación amarga se instaló en mi pecho.

"Lo veo difícil, pero gracias. Esta era la última vez que lo intentaba y resultó de esta forma... Agradezco que me hayas brindado un poco de tu tiempo".

Mensaje leído se volvió a leer. Pero esta vez no hubo respuesta rápida ni una respuesta en general. Me había bloqueado y lo comprobé cuando un último mensaje diciendo "espero que él esté bien" no llegó a nadie más y quedó sin ser leído.

Ya tan solo quedaba un chat con una charla sin terminar, tal vez como una triste muestra de que las cosas finalmente habían acabado ahí. No había más vueltas que darle al asunto, tampoco alguien a quien contactar.

¿Qué había entre Jungkook y yo? Antes no había podido responder a esa pregunta, pero la respuesta ya estaba más que clara. No había nada. Éramos dos extraños que en algún momento tan solo habían cruzado sus caminos. Un día hablábamos por un juego y diez años después ni siquiera sabíamos sobre el otro.

***

—¡Jungkook!

La puerta de la habitación fue abierta tan solo segundos después, y por ahí apareció la figura que había llamado. En su rostro había una tonta sonrisa mientras sostenía su celular..

—¿Qué pasó?

—Eres un maldito. ¿Por qué te gusta hacer guiones tan tristes para los juegos de rol escritos? ¿Alguna vez van a poder amarse de forma sana y como corresponde? Solo pasan desgracias. Nuestros mundos paralelos son una mierda.

Me senté en la cama viendo como él copiaba mi acción para ponerse a mi lado, o bueno, así fue hasta que me puso entre sus piernas y un beso en mi cuello me hizo olvidar el repentino enfado.

Tomó mi teléfono para dejarlo a un lado junto con el propio, y tomó mis manos para dejarlas con las de él sobre mis muslos. Su piel era cálida y quedar entre sus piernas era como estar en un reconfortante fuerte, uno que daba besitos, abrazos y mucho más.

—El drama es divertido. Me gusta que las historias sean así. En la vida real ya tengo mucho amor tranquilo, un poquito de drama ficticio no afecta a nadie.

—Para la próxima hagamos uno más feliz, ¿si? Y mejora un poco más tu redacción, esta vez me costó entender algunas cosas.

Su risa en mi nuca me dio cosquillas. ¿Cómo podía ser tan tierno y a la vez ponerme la piel de gallina? Su dualidad era algo que me tenía encantada. Mi novio era el chico que cualquiera podía desear, pero para mi suerte, lo tenía todito para mí. Absolutamente todo mío.

—Está bien para la próxima ocuparé la frase que te diré ahora.

—¿Cómo?

—Empezaré diciendo: Sé que el mundo es grande, pero nunca conocí a alguien como tú. Quiero decir... A alguien tan comprensiva, tierna y cuidadosa.

—¿Y eso solo es para un personaje o es que también lo piensas de mí?

Sus manos tibias dejaron libres las mías con tal de tener la libertad suficiente para poder deslizar su tacto por mis muslos. Jungkook era un pillo, pero me gustaba que fuera así. Entre juego y juego, las cosas se ponían más divertidas. Tan solo empezando por unas caricias todo podía terminar en asombrosos fuegos artificiales.

—Uy, si te lo digo ahora va a ser un spoiler... Pero lo que sí te puedo decir, es que Kang Lia, la real y que es mi novia, es la mujer más bella del mundo. Y no importa cómo sea el personaje que haga, al final en todos los mundos me enamoraré igual. Mi corazón es tuyo aquí en todos los mundos que existieron, existen y existirán.

Me eché hacia atrás, apoyando todo mi cuerpo contra su pecho y su abdomen. A comparación de nuestros personajes, nosotros sí teníamos un lugar solo lleno de amor. Podíamos mimarnos en cualquier parte y cada vez que quisiéramos. No había nada que nos pudiera detener.

—¿Por qué tan romántico?

—Te extrañé mucho mientras estaba en la otra habitación. Sabes que me gusta estar así de juntitos y, en una de esas, podemos seguir con otro juego de rol.

Su voz, esa dulce y amorosa pasó a ser una voz que podía sacar de un tirón la ropa interior.

—¿Otro? —me giré intentando buscar su rostro— Ya no quiero otra historia, Kook .—lo molesté—. Fue mucho por hoy, nos pasamos toda la tarde escribiendo y escribiendo. Sobre todo tú.

—Pero no es cualquier juego de rol, amor —su mano derecha viajó de mi muslo a mi abdomen, y de mi abdomen a mi mentón. Me sostuvo el rostro para que nuestras miradas no se apartaran—. Te propongo un juego de rol más sexy, nada escrito... Solo un simple juegüito donde participas tú, la cama y yo —su mirada me atrapó. Esos ojos brillantes eran lo mejor que podía existir—. Te dejaré elegir qué somos. Vamos, di que sí.

—Podrías darme algún incentivo —mis ojos bajaron a sus labios.

Estaban húmedos y esponjosos. Y cuando sacó su lengua de forma juguetona hacia una de sus comisuras, supe que me estaba tentando para que cayera incluso antes de que él hiciera algún movimiento más osado.

Y funcionó.

Antes de que él pudiera hacer algo, ya estaba estirando mis labios en su dirección con la intención de poder robarle un beso. No fue muy difícil que aceptara, sus labios presionaron los míos produciendo un leve sonido cuando se alejó. Él era mi debilidad y yo la suya, ni siquiera había que decirlo en voz alta.

—¿Ya tienes en mente algún rol?

—Puede que otro beso me ayude a pensar mejor. Todavía no lo tengo muy claro.

Soltó una pequeña risa antes de tomar la iniciativa para que nuestros labios se tocaran de nuevo. Sé inclinó tomándome del cuello, la sonrisa en sus labios era demasiado tierna en comparación a su acción tan dominante.

Puede que en el juego de rol no fuéramos absolutamente nada. Pero en la vida real éramos las personas más felices estando junto al otro. Por lo mismo le seguí su juego de rol que nada tenía que ver con escribir o siquiera pensar. Al final de todo, en verdad solo terminamos siendo él, la cama y yo.

Y así finaliza el último capítulo de esta historia tan cargada de sentimientos. Que opinan?

Recuerda dejar tu voto y comentarios, significa mucho para nosotras 🩷

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top