Cosas caninas, parte 3

Caminé por la calles de Daegu hasta llegar al centro comercial con mi linda Yeobo jalando el arnés. Le había dado un baño ayer por la tarde con su shampoo olor a chicle de fresa, portaba un pequeño moño rosa en el centro de sus orejas y la cepillé al punto de que luciera pomposa y bella.

Yo no me quedaba atrás, al fin había encontrado el momento ideal para usar una blusa color lila que estaba en mi closet con unos vaqueros de jeans claros y los típicos tenis blanco clásicos. En mi bolso había bolsas para las deposiciones de Yeobo, un cepillo para el pelo, premios y agua, además del dinero y mi teléfono.

TaeHyung había enviado una foto de Yeontan en el parque con una pelota de hule azul, habían encontrado un lugar con sombra perfecta. Lo que más me emocionaba de todo era que había sido responsable con la hora de la junta y que me había mantenido informada acerca de dónde estarían.

El parque parecia estar despejado a pesar de que era fin de semana y las 4pm. No se veían más cachorros a la vista y eso hacia que la ansiedad de Yeobo y la mia disminuyera demasiado ante cualquier altercado con otro cachorro. Yeobo tenia un temperamento muy territorial, a veces pienso que ella me cuida más que mi madre.

—¡Lia!— Alzó la voz haciendo que me detuviera y mirará hacia el costado cerca del lago que decoraba el centro del area verde. Tae agitaba su mano haciendo señales para que me acercara mientras Yeontan se acercaba a él con su pelota azul de hule.

El chico de sonrisa perfecta tenia una manta comoda y unos pocillos con tapa en ella, al parecer era fruta o quizas cosas de Yeontan pero esto daba vibras de cita romantica de verano, el estomago se me revolvía al mirarlo levantarse de su lugar para saludarme.

—Hola Tae— Jalé del arnes al ver que Yeobo queria oler los pocillos y la tomé en mis brazos.

—Genial que esten aquí— Miró a Yeobo dejando que lo oliera a la distancia, poco a poco acercó su mano hasta que ella decidió dejar que la acariciara con cierto recelo por el olor al su cachorro. —Yeontan está más cansado, lo mantuve jugando para que no fuera tan invasivo al ver a esta hermosura— Le acarició la barbilla haciendo que ella deseara bajarse de mis brazos.

Le quité el arnés y la dejé en el piso, ella muy tímida se quedó sentada en la manta esperando un poco de agua fresca en su plato rosa sobre el pasto hasta que lentamente Yeontan se acercó  a beber de su agua a un metro de Yeobo.

—Yeobo puede ser muy quisquillosa con otros perros por eso la miro tanto— Me senté con cuidado contra la manta suave en tono caramelo y miré el pocillo de frescas.

—La traje para nosotros. También tengo para los cachorros—Mostró otro pocillo más trozado —También puedo ir por café helado si quieres— apuntando la cafetería al otro lado del lago artificial donde había patos y otro tipo de aves.

—No hace falta, al menos no por ahora— Sonreí sacando una fresa aliviando mi estómago vacío por los nervios de la mañana.

—Te traje algo— Sacó de su bolso negro de cuero una caja y un papel— Le dije a la Doctora Lee que te veria hoy y decidió entregarme tus anticonceptivos nuevos y la receta— Los tomé rapidamente guardandolos en mi bolso con las mejillas sonrojadas.

—Gracias, no debiste.

—Creí que sería mejor que fueras de nuevo a la consulta con tu agenda apretada en la veterinaria— Amablemente me ofreció uvas y dentro del hambre que tenía me llevé dos a la boca.

—Se me había olvidado lo lindo que es este parque. Solía venir con mi mamá a tomar helado luego de la escuela en la cafetería de allí— Apuntó el lugar —. Podriamos ir un dia por la tarde aprovechando que se oscurece mas tarde y las tardes estan más calurosas.

Alcé mis cejas mientras tragaba la pulpa de la fruta y le sonreí asintiendo agradecida de la oferta. Yo no era del tipo de chica coqueta que va por lo que quiere, ese papel es de Minah, yo solo de las que asienten y sonríen manteniendo su rol de chica encantadora.

Yeobo miró a Yeontan mordisqueando su pelota y se acercó de a poco arrastrando su barriguita peluda quedando frente a él. Yeontan con ánimos de hacer amigos dejó la pelota y con su nariz negra se la acercó como si se la ofreciera para jugar, a lo que Yeobo solo la miró y la ignoró.

—Yeobo es una chica difícil— Argumenté ante su desdén con Yeontan.

—Quizás podamos impresionarla con algún truco.

TaeHyung se levantó de la manta llamando a Yeontan frente a nosotras. Yeobo alzó las orejas y tomó asiento viendo en dirección a ellos. Desde atrás miraba como su colita se mecía de un lago al otro encantada con lo que veía.

Tae hacía que su cachorro saltara para atrapar su pelota y luego se colocara de espaldas y rodará dejando su panza hacia arriba para que lo acariciara. Era un tierno par haciendo cosas adorables.

—¿Crees que quiera jugar conmigo?— Tae jugó con sus manos atrayendo la atención de Yeobo quien miró hacia mí como si me pidiera permiso. Yo asentí y ella corrió hacia él mirándolo atenta a lo que esperara que ella hiciera.

—Tratala con delicadeza— le advertí ya que los juegos bruscos la ponían de mal humor.

Yeontan al ver como su dueño jugaba con la cachorra de cabello miel se acercó a mí en busca de comida probando con ansias las fresas troceadas en dos que Tae le había traido. El chico de cabello oscuro se había ganado la confianza de Yeobo logrando que se quedara tranquila entre sus brazos y le diera besitos en la mejilla.

—Huele delicioso— se acercó a mí y tomó asiento en la manta dejando que Yeobo huntara el hocico en las fresas y tomará más de una.

—Es su shampoo de chicle— sonreí tomando una uva haciendo que nuestras manos se rozaran —Ups.

—Tu primero— Quitó su mano dejando que tomara unas uvas y nos miramos por al menos unos segundos antes de ver como Yeobo ahuyentaba a Yeontan de las fresas que había sacado para ella.

Le acaricié el lomo calmandola sintiendo algo de tensión ante la mirada permanente de TaeHyung sobre mi.

—Te ruborizas cuando te miro— Su voz grave parecía hacer que la frase dicha tuviera más efecto en mi.

—No lo sé.

—Sí, lo haces mucho. Es tierno— Sonrió liberando una risita que hizo que mis ojos se posaran en sus mejillas que ahora tomaban color.

—Supongo que somos dos.

—Sí, yo no mentiré al respecto— tomó un poco de agua de su botella —. Desconozco si fue el momento en el que tomaste a Yeontan en la veterinaria o cuando me llamaste por error aquella vez pero no he dejado de pensar en ti desde ese día.

Lo miré creyendo que podría ser una mentira barata para sacar un tema de conversación pero su cara de timidez sin poder lograr la fijada en mí me decía que había algo real en ello.

—No soy bueno coqueteando con las chicas pero por fortuna tú sí— rió mirando a los cachorros.

—¡No! No pienses que usé  a Yeobo para salir contigo, lo de tener crías de ella es real— ¡Qué mentira! me dije a mi misma luego de terminar la frase —. Pero admito que también te considero bastante lindo—.

—Bastante es un "Saldría contigo otra vez"— sus ojos de marrón intenso me miraron fijamente esta vez y yo no me perdería esta conexión por nada en el mundo.

—Bastante es un "Acepto si me invitas"— me cubrí la boca para ocultar mi sonrisa nerviosa.

Luego de esa tarde con Tae nos estuvimos frecuentando lo suficiente como para llamarlo "salir juntos" sin embargo no oficializamos por el hecho de llevar vidas atareadas y con poco tiempo de sobra para lo nuestro. TaeHyung siendo muy maduro no era del tipo de chico que se da por vencido y el tomar la decisión de vernos cada vez que existía la posibilidad había sido su idea. La necesidad de encontrarnos durante la semana y sacar a pasear a Yeobo y Yeontan para afianzar la relación hasta la epoca de apareamiento era el punto clave, aunque sintieramos que entre los dos teniamos mas quimica que ellos.

—Estuve pensando y pienso que Yeontan y Yeobo deberían tener su momento íntimo en mi apartamento—Dijo él mientras caminábamos ambos sosteniendo los arneses de nuestros cachorros —Así que aprovechas de conocerlo también.

—Tampoco esperaba dejar que se aparearan al aire libre— miré a Yeobo como iba al trote con Yeontan a la delantera.

—Y te puedes quedar si lo deseas— se acercó a darme un beso en la mejilla —Vemos una película, pedimos para comer y al dia siguiente te hago unos panqueques con plátano que me quedan maravillosos—Hizo un cómico chef kiss exagerando con sus pomposos labios.

—Suena bien— apoyé mi cabeza en su hombro apenas unos segundos hasta que vimos que Yeontan olía con necesidad bajo la cola de Yeobo y esta jadeaba al sentirlo tan cerca.

—Creo que deberíamos quedarnos juntos esta noche— TaeHyung se volvió hacia mí sin dejar de mirar en dirección a los cachorros que ahora se lamían los hocicos.

Para nuestra fortuna el nuevo apartamento donde vivia a solas TaeHyung era pet friendly por lo que entrer con los dos cachorros no era ningun problema. Yo no me hice de rogar cuando me invitó a quedarme, de todas formas no necesitaba más que mis anticonceptivos que siempre llevaba en mi cartera.

De camino al lugar nos fuimos decidiendo por la cena y concluimos unos fideos de batata con vegetales y una carne a la parrilla de mesa que tenía él en casa, por fortuna solo debimos comprar un vino para beber ya que había ido de compras hace unos días atrás como el hombre organizado que era.

—Ponte cómoda, traeré unos bocadillos para ver la película— Tae dejó su bolso en el sillón y colgó el arnes de Yeontan en la entrada. Imité su acción colgando el arnés de Yeobo a quien dejé libre y corrió tras el cachorro hacia la esquina donde tenía muchos juguetes en una cesta y su cama.

Me senté junto al bolso del sillón y tomé el control para encender el televisor de la sala. El lugar era un apartamento no tan grande con cocina y living de un solo ambiente, los ventanales daban directo al sol así que ahora que se estaba atardeciendo el color naranja rebotara en las paredes pintandolas de ese color.

—Podemos ver algo en Netflix si quieres— Dejó a mano unas viandas con frutas y una de papas fritas de camote untadas en esa salsa agridulce con semillas tostadas, olía delicioso. Sirvió vino en unas copas y bajó las persianas para ver mejor la televisión.

—Me gusta tu apartamento.

—Es lo más cómodo y al alcance de mi bolsillo que encontré. Me importaba más que me aceptaran con Yeontan— Acarició mi mano y se recostó contra mi hombro —. No hay cosa más cómoda que demostrar cariño en privado.

La mano que tenía sobre la mía viajó hacia mi vientre y me ayudó a recostarme contra el sillón uniendonos en un beso que parecía intensificarse a medida que su cuerpo coleccionaba con el mio.

—Llevaba días pensando en besarte así— Susurró contra mis labios una vez que el beso fue suficiente como para faltarnos el aire haciendo que nos apartaramos. —Estuve pensando en que no podemos seguir mintiéndonos de la forma en la que lo hacemos.

—¿A qué te refieres?— Mis manos apartaron el cabello que caía seductoramente donde su frente.

—A que llevamos un mes saliendo y la excusa de la falta de tiempo se me queda pequeña ahora que te tengo aquí— se acercó a mi rostro para llenarme de besos haciéndome cosquillas —. Quiero que te quedes y tengamos una noche juntos

—¿Acaso ese no era el plan?

—Sí, pero me refiero a algo más y como soy caballero quisiera oficializar contigo— Sonrió quitándose él, esta vez, el cabello del rostro —. ¿Quieres ser mi novia Kang Lia?

Ni siquiera había bebido un poco de vino y mi mente daba vueltas, mi estómago tenía una fiesta dentro y el olor embriagante de la piel de Tae junto a su perfume delicioso me alteraban las hormonas revolucionada totalmente. Mis mejillas habían comenzado a tomar calor y mis labios esbozaron una sonrisa boba, no era nada nuevo si se trataba de tener a TaeHyung frente a mi.

—Sí, Kim TaeHyung, seré tu novia.

Sus manos me acariciaban los muslos mientras seguía repasandome con sus labios mi cuello. Estaba en el cielo con la piel erizada por las sensaciones placenteras entre abrazos y fricciones algo eroticas con nuestra ropa aún puesta.

—Deberíamos darle comida a los chicos— Interrumpí el momento sacándole un suspiro de resignación a él quien parecía decidido a derretir con su calor el sillón —. Y de paso comemos algo nosotros.

—Lo siento, tu boca es mi comida favorita— se levantó con dificultad sobre mi cuerpo y caminó hacia la esquina donde los dos cachorros mordisqueaban unos juguetes de hule de Yeontan.

Él se dedicó a alimentar a los pequeños mientras yo acomodaba todo en su pulcra cocina para la cena, colocando los fideos a hidratar en agua caliente y las verduras para limpiarlas antes de cortar todo.

TaeHyung se sumó a la cena colocando un poco de música y un mandil para evitar ensuciarse. Lucía tan atractivo en su "modo hogareño" y esos besitos y abrazos que me daba mientras estaba concentrada me sacaban del mio.

—Lia— Dijo en susurro, había desaparecido unos segundos para colocar la mesa pero se acercó a paso lento para mostrarme algo —Yeontan y Yeobo— Agitó su mano para que lo siguiera sin hacer ruido.

En la habitación conjunta, el cuarto de Tae Yeontan olfateaba a Yeobo bajo su colita, la rodeaba y dejaba que ella lo oliera también. Ambos comenzaron a jadear y la cola de Yeobo se elevó lo más posible, ella estaba invitando a que la montara y eso me hizo sonreír.

Yeontan no perdió su tiempo e hicieron lo suyo por menos de un minuto quedando enganchados finalmente.

TaeHyung se apoyó contra la pared del pasillo peinándose el cabello hacia atrás liberando una respiración profunda de impresión.

—Que— Lo miré con una sonrisa de felicidad —Tu bebé y mi bebé hicieron cositas— con mis dedos comencé a pinchar el abdomen en forma de cosquilla.

—Nunca lo había visto así— Impresionado me miró en comprender lo que había visto —Dios.

—No se si sea suficiente como para embarazarse pero ya tuvieron su primera interacción— caminé feliz hacia la cocina jalandolo conmigo hasta el lugar para comer dándole privacidad a los caninos.

La cena deliciosa estaba para chuparse los dedos y más, no sabía lo bien que cocinabamos juntos hasta que probé esa comida. Para ser sincera no sabía que Tae me hacía tan bien hasta que compartí con él más que un café, una caminata por el parque o un beso en el ascensor hacia mi apartamento. Él era toda una experiencia física y sensorial, calzamos tan bien que me desconocía a mí misma cuando se trataba de enamorarme.

—Te prestaré una camiseta para que duermas— sentada en la cama lo miraba mientras revisaba su ropa.

—Me parece muy bien.

—¿Te gusta esta?— una camiseta blanca con un elmo en el centro, parecía algo decolorado pero perfecta para una noche de verano.

—Sabes de qué me acordé con esto— tomé la camiseta en mis manos para verla de más cerca —De esa llamada que hice esa vez y me mostraste tus boxers del come galletas.

—Yo creí ahí que yo si te gustaba— hizo un puchero y se comenzó a quitar los botones de la camisa que lucía hoy.

—Estaba besando tu foto de perfil cuando apreté el botón de llamada por error.

—Qué labios más torpes ¿no?— Se acercó a mí dejando su camisa entreabierta luciendo unos abdominales de ensueño en esa piel similar al café con leche, deliciosa.

—Tu piel es muy suave— Lo acaricié por el centro de su pecho hasta su ombligo

—Me dió envidia ese par hace un rato— Sus labios se acercaron a mi oído — Oliendo, lamiendo y luego...

Había tensión en el ambiente, una exquisita situación ante la cual me sentía preparada. No necesitaba que él me dijera lo que quería hacer, porque si deseaba que pasara de una vez por todas.

—Sí me escapé esa vez en la consulta de la Doctora Lee fue porque no queria que me vieras desnuda en ese momento— comencé a desabotonar mi blusa dejando entrever mi brasier negro de encaje —Esperaba un momento como este.

TaeHyung deslizó la prenda por mis brazos dejándola en algún lugar del suelo e hizo lo mismo con su camisa, quedando a torso desnudo, a la merced de sus caricias y mis besos. Por mi mente pasaron todos los deseos que alguna vez pedí al cielo acerca de tener un hombre que me trataba con delicadeza en todo momento y ahora con mi cuerpo entre las manos firmes de él podría decir que si me había escuchado.

Su boca había recogido cada una de las gotas que mi intimidad desprendía mientras mis manos se aferraban a las sabanas de su cama. Mis desnudez no me molestaba, mis piernas estaban abiertas de par en par y mi intimidad siendo la única fuente de agua de quien parecía haber estado en el desierto por años.

Sus manos abarcaba mis senos completamente y los acariciaba con calma, la noche era eterna para ambos y la dedicación con la que me hacía el amor parecía que el tiempo se había congelado.

—Me encantas Lia— susurraba a mi oído cada vez que entraba en mi —. Me encanta esto que tenemos.

—Me encanta tu sonrisa, tu olor, tu torpeza, tus besos y tu cuerpo completo— suspiraba entre cada embestida —. Me encanta habitarte así y que me tomes completamente como lo haces.

Mis manos lo rodeaban y se aferraban a su espalda ahora que su vaivén se hacía más firme y una de sus manos cogía uno de mis muslos para juntarlo con el costado de su cintura. Está dispuesto a follarme hasta que olvidara mi horrible primera vez.

—Tae— susurré mirándolo a los ojos, él lo hacía sin descaro, estaba viéndome mientras rebota dentro de mí.

—Tae— Cada vez que lo decía parecía morderse más su labio e ir más profundo.

—TaeHyung— Posé una de mis manos en un seno y la otra la bajé hasta mi intimidad estimulándome, estaba dispuesta a llegar al mismo tiempo que él.

—Lia— Sus ojos recorrían mi cuerpo con una mirada candente, ardiente

—Lia— empujaba más fuerte y rítmicamente.

—Lia.

—TaeHyung.

Capítulo escrito por: NewHopeland

Hemos llegado al final de la historia (ojalá hubiese sido más larga jajaja) Prepárense para el siguiente capítulo, quién vendrá ahora?

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