Cosas caninas, parte 2
Claramente llegué a casa a contarle a mis padres acerca de la buena noticia sobre Yeontan y estuvieron complacidos de que mi trabajo como veterinaria fuera provechoso. Jamás les conté sobre TaeHyung porque pensarian cosas sobre mi y es mejor mantener esa imagen intachable de mi frente a mis padres, en parte era totalmente cierto que deseaba lo mejor para Yeobo quien me pidió su pollito desmenuzado durante la cena y se durmió junto a mi en mi cama.
—Yeobo, te juro que Yeontan es el perrito más guapo que verás así que debes portarte bien— Le acaricié las orejas mientras me miraba con amor —. Y también te presentaré un chico muy guapo, el papi de Yeontan— Tomé mi teléfono para ver la foto de perfil de Tae, tan guapo en su jersey gris. Acerqué la pantalla a mi rostro para darle un beso y activé sin querer la llamada por video y para mi mala suerte la pantalla parecía haberse congelado haciendo imposible colgar.
—¡Hola!— Respondió y lo primero que hice fue voltear la cámara hacia Yeobo quien miró la pantalla luego de escuchar la voz profunda de TaeHyung —. ¡Hola Yeobo!— Su voz tierna de bebé para llamar la atención de mi cachorra me dejó más enamorada —. ¿Está tu mami por ahí?—— ¿Mami? ¡oh por dios!, está igual de loco que yo humanizando a nuestros hijos perrunos.
—¡Hola TaeHyung!— Dije sin mostrarme.
—¡Hola Lia!— Contestó —Llamaré a Yeontan para presentarlo a esta señorita— Daría lo que fuera por dar vuelta la cámara para verlo, pensé, así que tapé la cámara un momento hasta lograr dar vuelta la imagen y poder mostrar solo a Yeobo quien se había sentado en la cama y movía la colita.
—Mira Yeontan, ella es Yeobo— Tenía el cabello húmedo y la piel humectada, podía olerlo a través de la pantalla, estaba seguro que se había duchado hace un momento. Su camiseta blanca, sus lunares faciales, sus ojos, sus labios, su sonrisa, uff. Odio ser torpe pero a veces mi torpeza me lleva a lugares maravillosos.
—Yeontan está mirando a Yeobo por la pantalla— Dijo y su cachorro pelinegro ladró llamando la atención a Yeobo quien ladeó la cabeza un poco confundida —. ¡Oh que tierna!— Rió Tae mirando a través de la llamada —. ¿No te mostrarás?
—No luzco bien por las noches— Mencioné avergonzada.
—¿Eres Fiona de Shrek o algo así?— Rió de broma —Te ví esta mañana, no creo que te veas tan diferente— Me miré al espejo que había al costado de la puerta de mi habitación y noté que no lucía tan mal así que acepté girar la cámara. Yeobo se echó junto a mí luego de notar que no era el centro de atención.
—Hola— Sonreí y mis mejillas me comenzaron a quemar de lo emocionada que estaba —. Fue mi culpa la llamada, yo solo estaba viendo el mensaje y pensaba contestarte pero marqué por equivocación el botón de llamada—.
—No hay problema, yo ya me iba a acostar— Le hizo gestos a Yeontan para que se acercara y lo subiera a la cama.
—¡Lia tus bragas rojas mancharon la camiseta de tu papá, dijo que le debias una nueva! Ya te dije que la ropa blanca y la de color no va juntas ¿Y desde cuando usas bragas rojas asi de pequeñas? ¿Te tapa esto?— Mi mamá entró a mi cuarto sin tocar dejando la ropa limpia sobre la cama. Yo, quería que la tierra me tragara ahora mismo y mientras la miraba con intensidad pidiendo que se fuera procuraba no mirar a TaeHyung para no avergonzarme más.
—Hay un producto que se llama Vanish y lo venden en todas las tiendas, quita las manchas de color y funciona como blanqueador. Podrías salvar la camiseta de tu papá con eso— dijo TaeHyung y mi mamá se cubrió el rostro comprendiendo por qué la miraba así y articuló un "lo siento" moviendo la boca lentamente.
—Gracias, lo tendré en cuenta— Le respondí viendo como mi mamá se retiraba del cuarto.
—A mi también me ha pasado con los boxers, también uso rojos a veces— Respondió.
—Estoy avergonzada.
—Deja ver que puedo hacer para estar a la par—dijo Tae y dejó su teléfono en lo que parecía ser su velador y se alejó de la cámara dejando ver sus boxers de tela largos que le cubrían hasta medio muslo.
—¿Son de Elmo?
—Y en el trasero tienen un come galletas— Se levantó la camiseta y mostró su trasero en camara con un come galletas grande abarcando el espacio. Yo no podía dar crédito a lo que veía —Y por el frente tiene Elmos— Se giró dejándome la vista desde su ombligo hacia abajo y gracias a la buena resolución de imagen logre ver unos cuantos vellos varoniles y sexys indicando aquel camino hacia el...
—¡Tete! Yeontan se tomó sus...— Su mamá irrumpió en la habitación —¡Kim TaeHyung qué estás haciendo!— Se dió la media vuelta y Tae comenzó a reír de nervios mientras yo me quedaba mirando.
—Mamá no es lo que piensas— Rió y se acercó a ella para abrazarla.
—¿Estabas haciendo sexting? ¿Mostrabas tus partes íntimas por el teléfono?— Decía ella alejándose.
—No, solo me levanté a buscar la pelota de Yeontan que había caído bajo la cama mientras hablaba con Lia ¿Recuerdas a la chica de la cachorrita linda? Es ella— apuntó la cámara.
—¡Hola!— Saludé. Hola suegra, su hijo tiene lindos abdominales.
—Hola querida — Movió la mano hacia mi y salió del cuarto, TaeHyung cerró la puerta tras de ella.
—Creo que con eso estamos más que a mano— Rió acercándose a la cámara —Me gustaría seguir hablando pero mañana tengo que ir al hospital y debo descansar.
— Oh, yo también debo ir a una cita mañana así que también me debo ir— me acomodé el cabello hacia un costado.
—Entonces, buenas noches— sacudió su mano despidiéndose.
—Buenas noches, TaeHyung— sonreí y corté la llamada para deslizarme por la cama entre las sábanas suspirando mientras miraba el techo.
.
El hospital tenía ese típico olor a desinfectante y el aire acondicionado haciendo el ambiente más cálido de lo que estaba fuera de él.Mientras estaba sentada en la sala de espera le hablaba a mi compañera de la veterinaria que me cubriera y que le daría a ella la paga de los servicios de baño y peluquería con tal de que no me delatara. Mi atención sería breve ya que solo vengo por una receta médica que debe pasarme la madre de Minah.
—¡Kang Lia!— La mujer alta de melena negra y bata blanca salió al pasillo, me sonrió llamándome con una seña y yo tomé mi bolso corriendo tras ella con apuro.
Me invitó a pasar a la consulta, un lugar bastante luminoso con el biombo limitando la sala siento tras de el, un centro de torturas con esa silla incómoda y fría, ese instrumento de los mil demonios y un montón de maquetas de vaginas.
—Estas muy guapa— dijo ella tomando asiento e indicando el puesto de enfrente, unas cómodas sillas rosadas afelpadas. El ambiente olía a frutos rojos y la temperatura era ideal.
—No se si Minah le comentó que venía por el cambio de anticonceptivos— argumenté mirando hacia el costado una mochila negra junto al bolso Gucci de la madre de Minah.
—Sí, me dijo que necesitabas cuidarte y que las otras píldoras te hacen doler la cabeza— argumento anotando en su bloc de notas.
—Y los pechos, me dolían mucho los pechos. Las dejé hace unos meses así que quisiera retomar el tratamiento pero con píldoras diferentes— le respondí esperando mi preciado papel para retirarme.
—Toma una bata y desnudate en el baño— apuntó la puerta que tenía el dibujo artístico de una vulva con sus labios vaginales como pétalos de rosa. Esa puerta... Traumas.
—Pero... yo solo vine por...— bueno, solo era la madre de Minah, ella me había visto antes y me había alabado por mi depilación completa con láser, una dolorosa decisión pero muy cómoda por cierto.
—Vamos, solo será una revisión de control— se levantó tomando una de las batas rosadas que tenía colgadas—.¡TaeHyung, te necesito para una revisión aquí!— Alzó la voz haciendo que el chico guapo de calzoncillos de Elmo saliera tras del biombo —. Necesito que le hagas una revisión de cérvix y palpación vaginal, revisión de mucosa vaginal y el examen preventivo de palpación de senos por cáncer de mamas. Yo voy por mi café— abrí la puerta y me guiñó el ojo mientras yo y TaeHyung nos mirábamos.
—Hola Lia— Tae se colocaba los guantes con paciencia —. Así que tu cita en el hospital era con la ginecóloga— sonrió.
—La... la doctora Lee es mamá de una amiga— busqué calmarme pero era imposible, en mis manos tenía la bata rosa aún y Tae estaba preparándose para el procedimiento.
—Yo estoy compartiendo atenciones con la Doctora Lee, ella es mi mentora. Soy ginecólogo de profesión— se acomodó su bata y me miró de pies a cabeza, juraría que vió en mis ojos las ganas de irme —. Se que puede ser incómodo pero soy delicado y las señoras que han venido me han dicho que no le ha dolido nada— argumentó y frotó sus manos —Tengo mis manos tibias también— sonrió aplanando sus labios y sus mejillas se abultaron de forma tierna.
Si me dejaba tocar por él en esta situación el vernos el sábado haría esto más incómodo. Sí, bien tenía planes de que me viera desnuda y esta no era la situación que imaginaba, a menos que con unos de sus dedos largos me tocaran en un momento tan incómodo como una palpación en esa silla.
Pero no lo iba a hacer, la dignidad y mi relación con este chico dependen de este momento.
—No dudo de tus capacidades TaeHyung. No me siento cómoda y es un poco incómodo— ser sincera era bueno en estos casos.
—Tampoco puedo forzarte— me miró de tal forma que sentía su empatía —. Si gustas puedes colgar la bata y retirarte. Haré pasar al siguiente paciente— pasó por mi costado y abrió la puerta invitándome a salir.
Yo a paso lento caminé hacia la puerta, me acomodé el bolso al hombro y colgué la bata todo aquello bajó su mirada. Parecía intenso con su mirada, pero no desde la capacidad que tienen los hombres para hacerte sentir pequeñita sino del tipo de hombre que es capaz de hacerte sentir importante en ese mismo momento.
—¿Podrías llamar a Choi Yuna por favor?— Habló cerca con su voz grave y profunda —Nos vemos el sábado, ¿Cierto?— Me tocó el brazo haciendo que me detuviera antes de salir completamente de la consulta.
—Sí, claro— Le sonreí —¿Le puedes recordar a la Doctora Lee que me envie la receta de los anticonceptivos, plis?— Coloqué mis ojos de cachorrito para invadir su corazón.
Él asintió y sonrió de la misma forma tierna y a la vez sexy que tenía y me vió caminar por el pasillo. Me encontraba con el fuerte aroma a desinfectante y las luces fuertes del lugar en donde abundaban el blanco y el verde.
—¿Choi Yuna?— alcé la voz en la sala de espera y una chica se levantó. Una mujer de unos 30 años, alta, delgada con un busto prominente y envidiable pasó por mi lado y entró a la consulta luego de saludar a Tae quien antes de cerrar se despidió haciendo señas con su mano.
Mientras me dirigía de vuelta al trabajo conversaba con Minah lo sucedido, odiandola por completo por no contarme que su madre estaba siendo tutora clínica de un chico, del mismísimo chico que me gustaba.
—¡Hey, yo no lo sabía!— alzó la voz —Aparte que no puedo creer que hayas perdido la oportunidad de que te viera el cérvix— Rió seguramente burlándose de mí.
—¡Fue incómodo!— Miraba el piso teniendo cuidado de tropezar con algo —Él estaba muy decidido a hacer todo lo que tu mamá le había pedido, ni siquiera estaba nervioso.
—¡Claro que no! Verá vulvas toda su vida. Sus dedos tendrán fluidos de miles de vaginas de otras mujeres y podrá traer hijos al mundo y así— Al escuchar a Minah decir eso pensé en la chica guapa que había entrado al box con él y sentí envidia, quizás ella está abierta de piernas frente a él o mostrándole sus senos seguramente operados.
—Pero Lia, de todas formas es bueno que no lo hayas hecho, piensa que se verán el sábado y seguirán con el misterio de cómo se ven desnudos— Minah siempre encontraba el buen argumento para todo.
Y es entonces cuando me surge la gran pregunta...
—¿Y si tiene novia?— hablé tras la línea telefónica.
—No la tiene— Minah muy segura contestó —Piensalo, no se vé el tipo de chico que le hablaría a otra mientras está en una relación. Menos le mostraría su ropa interior a otra persona en una llamada. Se está ganando tu confianza para tener sexo contigo—Su voz sonaba tan relajada ante el tema a veces.
—Si tu lo dices.
—Él te quiere follar y tu quieres que su perro se folle a tu perrita, así de simple— Su resumen resultaba ser verdad pero yo no quería asumirlo tal como lo decía. Tae me había comprendido totalmente a pesar de que aquello lo podía poner en riesgo de una mala evaluación.
—Es más que eso Minah. Yo si quiero conocerlo.
Capítulo escrito por: NewHopeland
Recuerda dejar tu voto y comentarios, significa mucho para nosotras 🩷
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top