treinta y siete
Lalisa
Jungkook no habia pensado el plan del todo, pero su idea era lo suficientemente buena como para que yo tomara las riendas y lo planificara en su totalidad modificando ciertas cosas.
Asi que pasandome la noche en vela, con un Jungkook profundamente dormido a mi lado y Taehyung removiendose en la silla, concreté un plan para el mencionado. Uno del que me iba a asegurar que fuera lo suficientemente bueno como para deshacernos de el para siempre.
Al día siguiente, luego de dormitar unos instantes, nos levantamos y notamos que Taehyung nos seguía mirando. Así que me levanté en silencio de la cama en la que dormía con Jungkook y le quité la manzana de la boca.
-Tengo un trato para ofrecerte.
-No me digas, muero por oírlo.-ironizó. Estaba harto de mi, lo entendía.
Lo ignoré y continúe hablando.
-Tú tienes miedo de que tus padres se enteren de esto. Pero la realidad es que no debería importarte lo que piensen. Incluso creo que no lo hace, asi que entonces... ¿porque te preocupa tanto?
Me senté a su lado de forma desgarbada y despreocupada, mirandolo casi curiosa.
-No contestaré a esa pregunta.
Alcé una ceja por su respuesta mirandolo de forma amenazante. Taehyung se estaba resistiendo, lo que él no sabía era que yo podía ser muy convincente cuando me lo proponía.
-Estoy intentando cooperar contigo Taehyung. Si no hablas, les diré yo mismo lo que haces y te entregaré directo a la boca del lobo. ¿eso quieres?
El trago duro. Patético. Intento que yo no notara cuanto le angustiaba ese tema, claro que era tan estupido para como no darse cuenta de que yo ya lo sabía desde el principio.
-Bien, te lo diré.-resolvió, rindiendose-yo... yo dependo de ellos económicamente ¿si? No puedo permitir que lo descubran y me echen a la calle.
Mire al suelo pensando detenidamente sus palabras.
Taehyung en cambio intentó inclinarse hacia mi y comenzó a rogar.
-Si lo haces estaré acabado, por favor te suplico que...
-No me interesan tus súplicas, Taehyung.-lo corté con frialdad-tú no dudaste en poner nuestras cabezas en juego solo por tu bien asi que haré lo mismo. Tus padres sabrán de todas maneras que eres gay porque yo se los diré.-resolví y el abrió los ojos como platos, atónito.
Continué con la charla sin importarme su mirada furibunda.
-Mis padres tienen mucho dinero. Te daré una buena cantidad para que desaparezcas del pueblo y así ese extorsionador dejará de atormentarte. Y, dicho sea de paso, tú dejaras de estorbarme a mí.
Taehyung estaba descolocado. No entendía como yo podía ofrecer algo así. Me miró desconfiado, como si no lo creyera del todo.
-¿Y porqué tú me dejarías ir así como así?
-Porque si se te ocurre hacer otra cosa, te encontraré y te encerraré a ti .-sonreí-mis padres son poderosos y son muy buenos amigos de la ley. No será dificil encontrar algún tipo corrupto que te ponga tras las rejas por un poco de dinero. Ese es el trato Taehyung. Tomalo o arde.
Dicho eso me incorporé viendo su mirada sobre mí, atento y asustado.
-Si te niegas, tengo otros planes para ti, pero no te gustarán ni saldrás beneficiado de ello.-advertí
Me incorporé del frío suelo en el que me había metido y para mi total sorpresa, Jungkook ya estaba despertando de los brazos de Morfeo.
-Cariño, despertaste.-le dije, sonriente.
El tambien me sonrió desde su estado somnoliento, frunció el ceño y miró a Taehyung.
-¿De que hablaban?
-De nada importante.-me encogí de hombros-solo le dí opciones a Taehyung. Cuando volvamos me dará una respuesta ¿cierto?
Taehyung apretó la mandíbula y me echó la mirada mas furibunda que una persona podia enviarle a otra. Sonreí cínica.
Jungkook me miró como si no lo entendiera.
-Yo... de acuerdo.
-Hoy tú tienes que mostrarme mi regalo de cumpleaños ¿cierto?-sonreí acercándome hasta a él. Le di un casto beso en los labios y me senté a su lado en la cama- Vamos, levantate.
El sonrió, quitando todo rastro de somnoliencia de su rostro.
-Cierra los ojos entonces. Tu regalo de cumpleaños comienza desde aquí.
(...)
Jungkook me obligó a cerrar los ojos apenas bajamos del hotel, como si fuera que no había ninguna persona habitando la ciudad. Durante el camino me habló sobre el lugar y lo mucho que me gustaría. Inevitablemente me emocioné como si fuera una niña pequeña y contuve las ganas de preguntarle exactamente que era. Quise abrir los ojos en muchos momentos, pero Jungkook me regañaba por ello cada vez que lo intentaba.
Al cabo de un rato de idas y vueltas, sentí como las manos de Jungkook abandonaban mis hombros y como el silencio comenzaba a asentarse en mis oídos. Fruncí el ceño.
-¿Jungkook?
-Aquí.-dijo y me volvió a tomar del brazo.-puedes abrir los ojos.
Sin rechistar, comencé a obedecerlo abriendo mis ojos de a poco, acostumbrandome a la luz del lugar. Habia mucho silencio, algo que comenzó a inquietarme.
Parpadeé y entrecerré los ojos, visualizando finalmente lo que había en mi campo de visión.
Entreabrí la boca y me acerqué unos pasos. El frio comenzaba a calarse entre mis huesos, pero eso era lo que menos me importaba en esos momentos.
Una pista de hielo se presentaba frente a mi y era gigante. No habia absolutamente nadie, a excepción de alguno que otro que limpiaba asientos. Estaba atónita. No podía creer que Jungkook pudiera recordar algo que tan solo se lo mencioné cuando tenia 8 años.
Me congelé en mi lugar sin saber que decir.
-¿C...Como se te ocurrió hacer esto?-musité, más allá de lo sorprendida y descolocada.
Jungkook se acercó por detrás de mí y me abrazó.
-Siempre quisiste venir aquí.-informó-Recuerdo que tú siempre le insistías siempre a mamá y a papá pero ellos estaban ocupados en sus cosas. Creí que sería un regalo muy especial y bonito de mi parte si lo hacía.
Era cierto. En mi niñez jamás había tenido la oportunidad de tener padres atentos que satisfacieran mis deseos de niña inocente. Porque entre Jungkook y yo siempre lo escogían a él, me gustara o no.
--Oh, Jungkook...
Lo tomé de los hombros y lo acerqué a mi para fundirlo en un gram abrazo. Jungkook me lo devolvió y me dio un beso dulce en el cabello.
-Realmente me encantó este detalle, Kook.-dije al separarme de él y observarlo al rostro.-era un sueño que tenía cuando solo era una pequeña, gracias...
Jungkook me guiñó un ojo y yo sonreí emocionada.
-¿Y que esperas? ¿no crees que debemos entrar?
Jungkook me tomó del brazo y ambos volvimos a el cambiador. Me coloqué aquellos zapatos blancos con filo para patinar sobre hielo y luego arriba Jungkook me colocó un abrigo para combatir el frío que el hielo emanaba.
Cuando toqué el hielo con mis zapatos me sujeté fuertemente del barandal. De repente toda la magia y la emoción se fueron cuando me di cuenta que en realidad no sabia patinar y que podria caerme fuertemente rompiendome las rodillas en el trayecto.
Jungkook, el muy maldito, comenzó a deslizarse sobre el suelo como si hubiera nacido para ello. Al verme como un pollito asustado se carcajeó en su lugar, para luego acercarse hasta mí.
-¿Piensas quedarte ahí todo lo que queda del tiempo?
Jungkook tuvo el descaro de burlarse y yo rodé los ojos a respuesta.
-Cierra la boca. Solo estoy inspeccionando el terreno.
Sabía que mi respuesta era totalmente estupida, pero a él no pareció importarle.
Jungkook viendo que el momento de impulsarme no llegaba ni tampoco parecía llegar, me ofreció su mano.
-Ven, te ayudo.
Lo miré con desconfianza y cierto miedo. El suspiró.
-Camina conmigo, prometo no soltarte. Siempre te protegeré ¿recuerdas?
Lo miré a los ojos y me quedé unos instantes en silencio.
Hasta que finalmente comencé a soltarme del borde y me abalancé hacia Jungkook. El me sujeto de la cintura y yo lo sostuve por los hombros.
El sonrió y me dio un beso en los labios. Luego soltó mi cintura para tomarme de la mano.
-Camina tranquila junto a mi. No te asustes, tenemos toda la pista de hielo para nosotros. Si te caes yo te sujeto.-recordó
Mi mano se aferró fuertemente a la suya y, de forma insegura, comencé a deslizarme sobre el suelo junto a él. Fue de manera torpe y lenta, pero incluso haciéndolo de esa forma la emoción se colaba dentro de mí de todas maneras.
Para cuando me pude dar cuenta, Jungkook y yo comenzamos a deslizarnos con más confianza. La diversión comenzó a ser partícipe de ese momento y Jungkook comenzó a hacerme malas bromas con fingir que iba a tirarme, cosa que me hacia asustar y lo maldecía, pero de todas formas sonreía.
Muchas veces me caí. Muchas veces el me hizo sonreir y reir, y muchas otras me hizo asustar. Pero Jeon Jungkook jamás me soltó la mano, tal y como lo prometió desde que yo nací. Jamás rompió esa promesa. Y aunque Jungkook era muchas cosas y tenía mas defectos que virtudes, yo tenía en claro que mi mundo jamás sería mundo sin él a mi lado apoyándome.
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Perdón si es aburrido y corto, pero espero que les haya gustado
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