cuarenta y cinco
Lalisa
Jamás creí que estaría tan cerca de caer en un abismo como lo estaba sintiendo en ese momento.
El mundo entero se había detenido. Y mi corazón que latía acelerado, de pronto se sintió como si ya no fuera consciente de lo que me pasaba y dejé de sentir aquel movimiento. Todo dejó de cobrar sentido, dejando lugar solamente para la profunda culpa y dolor que estaba sintiendo en ese momento al ver la mirada de Jimin: atemorizada, herida y con mucho decepción por sobre todas las cosas.
-Jimin...-susurré en un hilo de voz, sintiendo un enorme nudo en mi garganta. Intenté acercarme a él, sin embargo el dió los mismos pasos hacia atrás alejándose de mí.
-No.-me cortó de tajo y mi corazón se estrujó en el acto-no te me acerques.
Mis ojos acumularon lágrimas sin derramar y mi labio comenzó a temblar de repente por su trato tan brusco hacia mí. El aire comenzó a faltarme.
-P-por favor déjame explicarte. No es lo que tú crees...
-¿¡Qué vas a explicarme, Lalisa!? ¿¡Qué!?-exigió en un ataque de locura tomándose el cabello.-¡No puedo creer que no puedas siquiera negarmelo! ¿De verdad tú...?
No se animó a completar la frase. En cambio, cerró fuertemente los ojos tomándose el cabello, en un intento desesperado de procesar la información lo más rápido que podía. Entonces comencé a sollozar.
-P-por favor no me mires así. Tú no.
-¿Cómo demonios pretendes que te mire? ¿¡feliz!?-gritó incrédulo.-¡Lalisa esto no es normal! ¡Esto es asqueroso, es horrible e inmoral!
Asentí con la cabeza cerrando fuertemente los ojos. Lo sabía, maldita sea lo sabía.
-Jimin yo... perdoname, lo siento muchísimo.-tapé mi boca ocultando el llanto-L-lo siento, lo siento. Nunca quise hacerte esto, tienes que creerme.
-¿Cómo pudiste verme la cara de idiota todo este tiempo?-preguntó negando con la cabeza. No me creía nada. Ya no.-¿como pudiste dejar que yo me enamorara de ti?-susurró esta vez con ojos cristalizados. Y en ese mismo trayecto, su ilusión cayendo a pedazos.
Mordí mi labio fuertemente. Tanto que sentí la sangre metálica en este. Intenté respirar y largar el aire que tenía retenido en mis pulmones. Pero me resultó muy dificil.
-Te quiero Jimin, nunca quise hacerte daño. Por favor no me hagas esto.
-Ya veo cuando me querías. No te me acerques.-aclaró al ver que mi instinto era acercarme a el--no quiero que te acerques nunca más a mí. Eres una persona horrible, Lalisa. Creí ver algo bueno en ti pero eres como los demás... Sólo jugaste conmigo y te reíste en mi cara.
Se sentía como si ahora mismo el me estuviera enviando miles de dagas al pecho. Dagas que comenzaban a dolerme un infierno.
Las lágrimas siguieron bajando y mojando mis mejillas hasta terminar en mi mentón. No lo resistí más y me quebre, exploté.
Incluso siguieron bajando y no pararon, mucho menos lo hicieron cuando Jimin me miró una última vez con ojos frívolos y tomó a su madre para salir de ahí.
Y ahí me quede yo. Pensando como demonios todo pudo salir tan pésimo. Como podía ser que sintiera que mi mundo se venía abajo por el rechazo de Jimin y como podía arreglar algo que en realidad era irreparable. Y que en el fondo no quería creerlo. Quería creer que esto era una pesadilla de la que despertaría en cualquier instante.
De repente y sin previo aviso, sentí las manos de Jungkook sobre mis hombros y tuve el impulso de sacarlo.
Eso mismo hice. Tomé su mano y la alejé de mí en un movimiento brusco.
-¡Aléjate!
-Lo siento.-dijo él, sereno.
-¿Porque lo sientes?-susurré alzando la vista para mirarlo a la cara. Estaba tan serio y parecía hablar de forma tan sincera, que me resultó muy extraño.
-Porque todo lo que está pasando es mi culpa. Y tú estas pagando por eso.
Hice silencio, sin saber que decirle. El me tomó de los brazos y comenzó a levantarme del suelo, lugar del que no sabía cuando había empezado a estar ahí.
Jungkook me llevó a la casa y me hizo sentarme en el sofá. Me trajo un vaso de agua y una toalla para que limpiara mi rostro. Espero paciente a que terminará de recobrar mi compostura un poco y luego de eso comenzó a hablar.
-Sé que no es el mejor momento, pero tengo que hablar contigo muñequita.
-Tienes razón.-respondí fría-no es el momento.
Jungkook frunció los labios.
-Yo jamás volví con Somi, Lisa. Tienes que creerme-susurró suplicante-y no sé porque cuando más quiero protegerte es cuando más parece que te lastimo. Pero creeme que jamás quise hacerte esto. Si pudiera cambiar todo el dolor que sientes y hacerlo sólo mío, no dudaría ni un segundo en hacerlo sólo para lograr tu felicidad ¿entiendes?
Suspiré. No tenía ánimos para pensar en otra cosa que no fuera Jimin. Pero algo me decía que tenía que hacerlo. Que tenía por una vez en mi vida prestarle atención a lo que decía mi hermano.
-Jungkook...
Lo miré en silencio expectante de lo que fuera a decir. Su mano fue a la mía y la acarició en signo de apoyo.
-Somi vino hace tiempo amenazando con decirle a todo el mundo lo que ambos teníamos si no le daba cierto dinero que me estaba pidiendo.-explicó y sentí todo mi cuerpo tensarse de forma involuntaria por la sorpresa. Casi escupo el agua que estaba tomando.-yo le dije que sí. Y de hecho, tengo el dinero aún aquí. Es el que le pedí a mamá el día de tu cumpleaños ¿recuerdas? Era para ella.
Asentí de forma cautelosa escuchando atenta sus palabras.
-Sin embargo luego vino y confesó que en realidad la verdad de su chantaje fue que Yoongi la amenazó con despojarla de su apartamento si no cumplía sus caprichos. Somi jamás vino para insinuarse o arruinar nuestra vida, vino porque fue amenazada por él.
No podía creer lo que oía.
-¿Yoongi?-repetí incapaz de creerlo.
El asintió.
-He estado hablando con Chaeyoung también sobre él, ya que es su ex novio y de seguro la conoce. Me intentó ayudar a saber que sucedía y fuimos a su casa. Oímos una conversación y esta relacionado con Taehyung, Lisa. Probablemente él lo mandó a buscar pruebas para destruirnos-me confesó finalmente dejándome helada.-yo creo que él planeó toda esta maldita locura porque me tiene rencor. Luego de que ambos nos metieramos en ese pleito por ti, yo me acerqué a sus amigos y lo alejé a el de ellos. Se sintió abandonado y traicionado. Y me echa la culpa de todo lo que está pasando.
》Creo que el esta loco Lisa. Es muy vengativo y es capaz de llevarme a la cárcel por esto. Y lo que más miedo me da en este mundo es que me separen de ti. No voy a permitir que eso pase.
Entreabrí la boca en estado de shock mientras asimilaba toda la información.
-¿Entonces no estuviste con Somi?
Negó.
--¿Y qué hay de Jennie?
Frunció los labios cerrando fuertemente los ojos.
-Como te dije, Yoongi esta yendo muy lejos. Primero Somi, luego Taehyung y ahora al parecer esparció los rumores de que ambos somos amantes por toda la escuela. Me desesperé, no supe que hacer. Y lo mejor que se me ocurrió fue aprovechar del amor que Jennie parece tenerme y usarla como una distracción. Creí entonces que nadie creería entonces los rumores si ponía la atención en otro lugar. Y aún espero que lo haga.
-¿Te acostaste con ella?
Negó firmemente algo enfermizo dentro de mí sintió alivio. Suspiré tomandome el puente de la nariz.
-Debiste decirme todo esto antes. Te habría ayudado.
-No quería preocuparte. Es todo.
Hice una mueca algo enojada.
-Pues ahora sí que estoy preocupada Jungkook.
-Lo sé. Pero ya no sé que hacer con Yoongi. No sé como podríamos quitarnos de encima a ese imbécil de una vez.
Aún estaba afligida por Jimin. Pero saqué fuerzas de donde no tenía y respiré hondo.
-Tengo una idea. ¿conoces su casa verdad?-inquirí en un susurro débil- necesitaremos a Chaeyoung en esto.
El me miró sorprendido.
Jungkook siempre insistió en que yo era su debilidad. Su única debilidad. Y aunque yo siempre considere que no tenía debilidades me di cuenta sólo en ese momento no sólo que si tenía, si no que eran dos: Jimin y Jungkook.
Por Jungkook yo era capaz de meterme en un pozo oscuro sin fondo y hundirme ahi para siempre, sin arrepentirme porque mi consuelo era que todo lo hacía por él.
Y por Jimin era capaz de salir de ese pozo oscuro y de mis deseos más sucios con tan sólo hacer algo para verlo feliz, incluso aunque no fuera conmigo.
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