❝ OO5 ; Descubriendo el mundo a tu lado ❞

Lo que tenemos ahora puede crear la peor catástrofe peor vista, pero, aunque sabiendo que esta mal, lo seguimos haciendo, una y otra vez.

¿Quiénes somos nosotros para decirle al corazón lo que tiene que hacer?

   Los jardines olvidados del paraíso se habían convertido en su lugar secreto, lejos de las miradas de otros, donde el tiempo parecía detenerse y podían ser simplemente ellos.

Desde que lograron hacer las paces entre los dos y decidieron darse una nueva oportunidad para conocerse, ese lugar se había vuelto su espacio seguro hace mucho tiempo atrás. Es ahí donde podían ser ellos mismos y sus corazones podían latir al unísono sin temor a ser juzgados. Cada rincón de esos jardines hacia eco la promesa de otro nuevo comienzo, uno del cual esperaban que los guiaría sin temor del futuro.

  En el instante que Yoongi le concedió al ángel el permiso de amarlo, sin limites y con libertad, Jimin se dedicó a construir un vinculo sano y fuerte. Esa simple, pero poderosa frase de la boca del demonio cambió todo su mundo, liberándolo de las cadenas del miedo y la duda que por mucho tiempo estuvo soportando en el silencio.

Con una pequeña palmada a su lado, Jimin le hizo una pequeña señal al demonio para que se sentara junto a él y admirasen entre los dos la caída del atardecer. Yoongi no lo dudó tanto y después tomó asiento a su lado, admirando también la belleza que les concedía su visita a la tierra, mientras se olvidaba un rato del infierno y su atención se iba únicamente hacia lo que el paisaje que el ángel estaba obsequiando para él.

─ ¿Esta sería nuestra primera cita oficial?

Aquello de "primera cita" sonaba bastante irreal, casi hasta cómico para Yoongi, ¿Cómo era posible que, siendo un demonio de élite y de gran renombre, estuviera allí, sentado junto a un ángel, viviendo un momento tan intimo como ese? Ver la sinceridad en los ojos de Jimin y el ramo de flores en sus manos lo hacía sentir cómodo.

─Yo creo que sí ─respondió Jimin, con voz tímida, mientras un sonrojo que le subió a las mejillas y sus palabras se entorpecieron por culpa de los nervios ─, aunque no sé si eso te haga sentir incomodo.

Con un gesto instintivo, trató de cubrir su rostro y las mejillas rosadas con las plumas de sus alas, como si esas suaves plumas pudieran ocultar lo que sentía. Haber extendido esas rosas blancas y ver la reacción de Yoongi al recibir su regalo hicieron que todo su mundo se pintará de colores.

El sonido relajante de una cascada cayendo desde la montaña, las flores de colores que rodeaban el lugar y los árboles frondosos que les ofrecían protección, casi como si la naturaleza misma los abrazara, hacía que su primera cita se sintiera cálida.

─Aunque siento que estoy un poco fuera de lugar aquí, creo que está bien ─confesó Yoongi sin ningún reparo ─. Es curioso, de alguna forma siento que todo lo que nos rodea me recuerda a ti. Esta tan lleno de luz, vida y colores, que me hace sentir en paz.

─G-Gracias, Yoonie ─respondió Jimin, sonrojado y un poco sorprendido por la manera tan natural en la que el demonio parecía halagarlo ─. Por un momento pensé que no te gustaría.

Yoongi se encogió de hombros mientras sus ojos recorrían el paisaje, aunque su atención estaba completamente en el hermoso ángel a su lado que parecía tan atento y expectante de él.

─Angelito, tienes gustos muy inocentes, ¿Pero sabes algo? Eso es lo que te da un encanto especial. Tal cual es aquí, asemeja la forma en que te veo ─reveló sin darle mayor importancia a lo que acababa de soltar, como si fuera algo sin mucha relevancia ─. Creo que me hubiera espantado sí decidías llevarme a un lugar lleno de fuego o rocas con tan de complacerme, no me hubiese sentido bien con eso.

Jimin desvió la mirada al suelo, sintiendo cómo su rostro se calentaba por el cumplido. A pesar de la vergüenza, no pudo evitar seguir mirando a Yoongi con esos ojos llenos de dulzura, casi como si no pudiera apartar la vista de él.

─Te mereces estar en un lugar bonito, así al igual que tú ─musitó casi en voz baja, jugando con sus manos y sintiendo un torbellino de emoción y vergüenza al darse cuenta de lo que acababa de decir ─. Quiero mostrarte de tantas formas el amor que mereces.

Es increíble la manera en cómo había cambiado su historia, su inicio no fue el mejor de todos, el proceso mucho menos, pero su principio a dar paso a nuevos sentimientos, sin duda estaba resultando tan correcto. Ahora, la conexión se volvía más fuerte, más palpable. Era un proceso lento, pero valioso, asemejando al mismo proceso que llevan las flores para empezar a florecer.

─Me resulta gracioso creer que sientas que merezco algo así.

Al ser demonios, su labor era crear caos y destrucción en el mundo, cuando algo malo les sucedía a los humanos, los suyos mayormente se regocijaban de alegría ante las desgracias. Entonces con eso, sabiendo todo lo que hizo y el peso que tenían sus acciones, ¿Tenía permitido tal lujo como el amor? Ser la adoración de un ángel fue algo que nunca se esperó, pero recibirlo traía una sensación de plenitud.

─Todos merecen ser amados, Yoongi ─señaló Jimin con simpleza, como si fuera lo más obvio del mundo y que aún no lograba verlo ─. Tampoco eres la excepción, aunque seas un demonio, quiero cuidar de ti y amarte como si fuera el primer y último día de nosotros aquí en la tierra.

Yoongi no pudo evitar soltar una risa baja, casi avergonzada, una que salió casi sin querer porque seguía siendo irreal todo esto. Había vivido siglos cuidándose a sí mismo, pero algo en la forma en que Jimin hablaba lo hacía sentir una extraña necesidad de permitirle que le "cuidara", como él había dicho.

─Eres tan inocente, Jimin ─dijo, mientras observaba al ángel con una mirada que intentaba ser seria, pero que mostraba algo más ─. Tal vez no lo entiendo del todo, pero de alguna manera... ─Yoongi frunció el ceño, como si pensara si realmente iba a decir lo siguiente ─...pienso que es lindo como amas así.

─No sé si alguna vez lograré encontrar las palabras exactas para expresar todo lo que siento, pero quiero que sepas que cada día que paso a tu lado, me siento más afortunado ─confesó sus sentimientos, no temiendo decirlos en voz alta ─. Prometo esforzarme cada día, en todo momento, no solo porque quiero ser mejor para ti, sino también porque quiero hacerte sentir bien y apoyarte en todo lo que necesites. Más que una pareja, quiero ser un compañero en el cual puedas confiar y apoyarte.

─Ya lo hago, Jimin. Confío en ti y ya te considero como parte de mis días ─susurró bajo, tan inaudible como su sentimiento por el ángel a su lado ─, quiero ser todo lo que tú quieras que sea, con la condición de que estés a mi lado en todo momento. Quiero una promesa que sea para siempre, no migajas de amor.

Recordar aquellos días de cuando alguna vez fue humano fue algo difícil, las experiencias pasadas lo habían marcado profundamente y trajeron secuelas por mucho tiempo, que ahora bien, querer regresar el amor a su vida, tal como cuando alguna vez lo permitió, lo llenaba de duda. Siempre fue el secreto a voces, la vergüenza de su familia y la diversión de algunos que solamente buscaban jugar con él, nunca pudo ser tomado en cuenta como alguien que también tenía corazón. Ahora, si Jimin profesaba un amor sincero en voz alta por él, Yoongi quería que fuera un lazo para siempre, no algo a medias.

─Deseo una eternidad a tu lado, Yoongi. No deseo algo pasajero, sino un amor eterno ─respondió Jimin, sorprendido y feliz por las palabras de Yoongi, sonrió cálidamente ─. No quiero darte migajas, cuando yo también deseo tener un todo de ti y no algo a medias.

─Eres ambicioso, angelito, ¿No es así?

Algo estaba sucediendo en ese instante, una conexión profunda y silenciosa, una de la cual los dos comenzaron a comprender sin la necesidad de contacto fisico. Era como si finalmente, después de tanto tiempo de dudas y temores, hubieran encontrado el lugar donde realmente pertenecían.

─Yo diría más bien que quiero ser todo tuyo y tú seas mío también.

Un enorme rubor suave apareció en sus mejillas, bastante perceptible por cierto, demasiado claro para Yoongi. Esa reacción llenó su corazón, algo en su interior tembló, pues aquella nueva sensación le hizo desviar la mirada y cubrir un poco su rostro, maldiciéndose en silencio por dejarse llevar de esa manera.

─Estoy tan enamorado de ti, Yoongi. No te miento al decírtelo, no hay palabras suficientes para describir lo que siento por ti ─Jimin bajó la mirada, sintiendo cómo la vergüenza le teñía las mejillas, como si las palabras fueran demasiado grandes para su corazón. Aun así, no podía evitar decirlas, necesitaba que Yoongi las escuchara, necesitaba que supiera lo profundamente que lo sentía ─. Al igual que en aquel primer encuentro, cuando no sabía que hacer con mi vida, llegaste tú, transformando todo a su paso. Nunca podré terminar de agradecerte por permitirme amarte.

Sentados lado al lado, mientras dejaban que el silencio llenará la atmósfera, Yoongi permitió que una pequeña sonrisa tímida se dibujará en sus labios, dejando sin palabras a Jimin y asombrado, fue un instante, pero en ese momento deseo con todas sus fuerzas poder capturar ese momento para siempre.

Ser testigo de esa sonrisa tan sutil que se formó en el rostro del demonio, alteró la sensibilidad del ángel, pues se trataba de algo que nunca había esperado ver en Min Yoongi. Durante todo el tiempo que lo conoció, Yoongi siempre había sido la personificación de la frialdad, burla e indiferencia, incluso hasta de la ironía. Pero ahora, esa sonrisa no era burlona, mucho menos distante, sino genuina y sincera, como si finalmente estuviera mostrando una parte de sí mismo que había estado oculta. Para Jimin, esa sonrisa era la más hermosa que había visto jamás.

─Tienes una sonrisa tan bonita ─confesó en voz alta, admirando con una sonrisa como la comisura de los labios se habían alzado ─. No sé como explicarlo a detalle, pero todo de ti es tan perfecto. Eres demasiado precioso, Yoongi.

La calidez de Jimin, la luz que parecía irradiar sin esfuerzo, tocaba algo dentro de él que Yoongi había mantenido sellado durante siglos. Esa conexión, esa fuerza invisible que los unía, lo hacía sentir vulnerabilidad, algo que él siempre había temido.

─Por favor, Jimin ─se rió Min de sí mismo, tratando de no parecer afectado por las palabras del otro ─, ¿Qué belleza puede haber en un demonio?

El aire entre ellos se cargó de una tensión palpable, pero no era una tensión incómoda.

─Mucha, como no tienes idea ─respondió el ángel con simpleza, como si fuera lo más obvio del mundo ─, aunque no lo veas, tu belleza es única, es como si todo el universo hubiera puesto su arte sobre ti y me hizo el afortunado para ser testigo de todas esas facetas tuyas, ¡Cuán enamorado estoy de ti!

En ese instante, sus miradas se encontraron, ante lo sucedido, algo dentro de Yoongi se removió con fiereza, nuevamente había aparecido ese sentimiento que había estado negando y rechazando durante tanto tiempo, pero que ahora, luego de aceptarlos, al mirar al ángel frente a él, ya no podía ignorar lo que estuvo frente a él.

─No eres el único que se siente así, Jimin. Yo también te deseo con la misma intensidad ─Yoongi se sinceró, dejando que una sonrisa más amplia apareciera en su rostro mientras miraba fijamente a los ojos de Jimin─. Al igual que tú, me siento afortunado de tenerte en mi vida y de poder ser el protagonista del amor que me ofreces.

El demonio no quería reprimirse ni fingir que no sentía lo mismo. Aunque nunca imaginó encontrarse en esa situación con su enemigo, su corazón palpitante le suplicaba que expresara en voz alta lo que sentía, sin importar si sus palabras salían algo torpes o fueran demasiado directas, necesitaba soltarlo, tenía que liberar todo aquello que estuvo suprimido.

─Soy afortunado. He esperado tanto por este momento cómo no tienes idea ─matizó Jimin con una enorme sonrisa, dejando que las lágrimas comenzaran a caer de sus ojos sin tener la intención de frenarlas, la honestidad se veía reflejada a través de sus acciones. No podía contener la felicidad que le brindaba ser correspondido y amado de la misma forma en que él lo amaba ─. Permíteme amarte como mereces, Yoongi, prometo ser el hombre que mereces y demostrarte que lo que siento por ti es genuino, que la forma en que te amo no solo son palabras vacías.

Ambos se miraron en silencio, compartiendo un momento especial que trascendía lo verbal. En esos segundos, el mundo parecía desvanecerse a su alrededor, dejándolos como protagonistas de su amor, mientras el ruido de su entorno quedó en segundo plano y solo existían ellos dos. 

─Yo también quiero demostrarte que lo que siento por ti, también es de la misma forma, Jimin ─matizó Yoongi con voz baja pero firme, sin poder contenerse más, recargó su cabeza en el hombro del ángel, permitiendo que el otro tomará su mano y entrelazará sus dedos con los suyos ─. Aunque no tenga las palabras para describir lo que significas para mí, haré de todo lo este a mi alcance para mostrarte cuánto valoro lo que haces por mi.

La calma los envolvía, como si todo a su alrededor hubiera desaparecido, dejando solo la sensación de paz, del amor que comenzaba a florecer entre los dos como las flores en la primavera. El mundo parecía haberse alejado de ellos por un instante, aunque el tiempo siguiera avanzando, lo suyo parecía haberse congelado en el tiempo.

─Te amo más de lo que nunca imaginé.

Sin entenderlo completamente del todo, lentamente los dos estaban dando un paso hacia a sentimientos desconocidos y a un futuro incierto, creando entre sí un mundo en el que ambos creían que lo que en un principio pensaron imposible, ahora empezaba a escribirse, mientras lo descubrían juntos.

Antes de que la noche cayera sobre el mundo humano y tuvieran que regresar a donde eran pertenecientes, en el silencio de los jardines olvidados del paraíso, bajo las suaves caricias del viento que rozaba sus rostros, Yoongi y Jimin acercaron lentamente sus rostros al contrario y, en ese instante, cuando sus labios se unieron en un beso, ese rincón oculto del mundo se convirtió en testigo del primer beso entre ellos. El amor verdadero, con toda su fuerza y vulnerabilidad, se manifestó tan natural y se sintió tan correcto, olvidándose de que eso pudiese traer consigo la peor de las catástrofes, sin embargo, en ese momento, nada más les importaba más que ellos mismos.

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