Jamie lloraba sin parar, no pude evitar sentir lastima por ella. Era joven tenia 18 años y había cometido un error descomunal al dejar que su fanatismo se transformara en una obsesión que termino siendo letal.
Todavía recuerdo aquel 1 de Febrero, el mundo se detuvo, una tragedia acababa de suceder. Una chica le había disparado a Harry Styles y había acabado con su vida al instante.
Fue un día que marco la vida de todos.

- ¿Estas bien? ¿podemos continuar? - Susurre.
- Lo siento, es algo difícil para mi - Nego ligeramente con la cabeza - Hace tiempo que no hablaba de esto con alguien. -
- Si pudieras viajar en el tiempo, ¿Que harías? - golpee ligeramente la mesa con mi lápiz. -
- ¿Que haría? - Rio como si fuera la pregunta mas estúpida del mundo. - Me dispararía a mi - Dijo fríamente. - Daria mi vida por impedirlo.-
- Te vez arrepentida - Afirme - ¿Si lo lamentas tanto porque lo hiciste? ¿Porque no te detuviste? - Le pregunte a la joven muy confundida.
- En ese momento...yo no estaba pensando - Murmuro con un hilo de voz - Me sentía herida y traicionada, lo que es curioso, porque Harry no sabia de mi existencia hasta que el frió cañón de mi revolver estuvo en su pecho - Sus ojos se cristalizaron perdiéndose en sus recuerdos.
- ¿Porque te sentías herida? - Ladee mi cabeza como un pájaro al observar algo interesante.

La morocha parpadeo varias veces, volviendo del mundo al que se había ido.

- No vas a entenderlo - Aparto la mirada - Solo te diré que...una chica con el corazón roto, puede ser peligrosa. - Me estremecí quizás por el frió de la sala o quizás por la oscuridad que se apodero de la frágil chica que tenia frente a mi.