•11."Engaños"
La verdad se revela. La felicidad se desvanece. Sentimientos amargos aparecen.
¿Existirá el perdón para un alma manchada?
—B-Bill... ¡E-Esto no es lo que parece!— se atrevió a decir el castaño, más fue interrumpido por una pequeña carcajada proveniente del rubio.
—Esto... En verdad es una sorpresa... Bueno, en realidad no...— dijo de manera burlona, buscando ocultar su profundo dolor. —Lo que si es una sorpresa es que yo haya caído tan fácilmente en tus mentiras... Creer que podría formar una familia contigo. Realmente me sentía feliz de poder estar a tu lado, creí que me amabas tal y como yo lo hacía... Creí que mi finalmente tenía un hogar a tu lado... Estaba equivocado.— soltó el rubio con un tono algo quebrado en su voz, un tono que rompió el corazón del castaño.
Jamás se había mostrado tan débil frente a alguien y, ahora mismo, se había roto por culpa de alguien.
—N-No, Bill... D-Déjame explicarte, esto es un mal--
—¿Todo esto fue con el único fin de acabar de una vez conmigo?... Solo querías acabar el trabajo que tus padres comenzaron y algo que ese viejo no pudo hacer... ¿No es así?
—¡N-No! Bueno...— se corrijo, pensando una mejor respuesta— Al principio si era mi misión matarte... Pero ahora ya no, yo en verdad te am--
—¡Cállate! ¡Eres un maldito cualquiera! ¡No puedo creer que me acosté contigo!... ¡No puedo creer que a pesar de todo lo que hice por ti, tu solo pienses en que soy una asquerosa bestia que destruye todo a su paso!— gritaba el rubio con rabia, sintiendo como por alguna razón sus ojos se humedecían con cada palabra. No entendía la razón. ¿Por qué?
—N-No... Bill... Solo déjame explicarte— dijo el castaño en un vago intento de calmar al rubio, mientras daba unos pasos hacia adelante, tratando de acercarse al híbrido.
Acercaste su mano para tocarlo, pero sentiste como el rubio rápidamente la alejo, dedicándote una mirada de molestia y... ¿Asco?
—¡No me toques!— Soltó un gruñido evidentemente enojado —¿Quieres que me muera? ¡Bien! ¡Me iré! ¡Al fin tu sueño se hará realidad y dejaras de ver mi asquerosa cara en tu vida! ¡Espero que al menos eso satisfaga tu corazón y dejes de hacer miserable la vida de otros!
El rubio soltaba todas esas palabras al azar, claro que estaba enojado, pero de alguna manera, todas las palabras le dolían más a él que al castaño. Se sentía utilizado... Todas esas palabras solo eran simples mentiras con el fin de engañarlo para poder acabar con él...
—No lo entiendes, y-yo quería decírtelo, pero...— siguió insistiendo el Pines, no quería perder a la única persona que ama.
—¡No! ¡Lo entiendo perfectamente! ¡Soy una bestia! ¡Mi destino no es ser feliz! ¡Mi lugar no es aquí! ¡No tengo un hogar!... Ni mucho menos tendré una familia...— bajó la miraba melancólico, sus orejas peludas cayeron hacia abajo, mientras se daba media vuelta y comenzaba a caminar lejos del guardian.
Miles dé sentimientos amargos inundaban al castaño, se sentía enojado con sigo mismo, sabía que lo mejor hubiera sido decirle la verdad al rubio, pero el miedo al rechazo lo invadió.
Pero, a lo mejor, se hubiera evitado muchas cosas si lo hubiera hecho antes. Hubiera evitado el dolor.
Los recuerdos de todo lo que él había vivido con el rubio pasaban por su mente, la nostalgia.La tristeza de saber que no podía crear más de esos hermosos recuerdos junto al rubio... Saber que jamás volvería a ver al Cipher celoso o actuar de esa manera tan estúpida que le encantaba.
Saber que no lo volvería a ver... Lo aterraba...
No lo podía permitir.
—¡Bill!—corrió hasta llegar al rubio y lo abrazó fuertemente por el abdomen, aferrándose a él sin ningún intención de soltarlo, mientras miles de lágrimas caían de sus ojos, buscando evitar que el rubio se fuera— ¡Perdóname! ¡Perdóname! ¡Estuvo mal ocultarte esto! ¡Lo sé! ¡Pero..!
El castaño no pudo terminar de hablar, ya que el rubio se había dado media vuelta y lo empujó lejos de él, mirándolo sin expresión alguna.
O tal vez si
—Aléjate de mi... ¿O es que esperas que te mate? Porque, después de todo, es lo único que hago, ¿No?
El castaño no dijo nada, sentía que si habria la boca comenzaría a llorar a mares, no quería eso.
Sólo miró como el rubio se había ido corriendo lejos de él, dejándolo solo, tendido en el suelo, con palabras en la boca que no pudo decir y con miles de sentimientos en su pecho.
No pudiste soportarlo más, sabias que lo habías arruinado. Lo arruinaste desde el momento en que te negaste a decirle la verdad.
Rompiste la única familia que realmente te pudo hacer feliz.
Lastimaste a la persona que amabas.
¡Lo lograste, Pines! ¡Terminaste con tu objetivo! ¡Lo destrozaste sin compasión alguna! ¿Qué herida es peor que una de amor? Ni siquiera una física la supera.
Espera... Esto es muy extraño.
¿Por qué lloras, Pines? Estas rompiendo en llanto en medio del bosque, eso no es bueno para tu reputación. Se supone que eres uno de guardianes más poderosos de todos, compórtate como tal.
Las lágrimas seguían cayendo por los ojos avellana del castaño. Sus manos ocultaban su rostro con vergüenza, mientras daba leves jalones a su cabello.
Estaba desesperado, él no quería nada de eso, jamas lo quiso. Pero era su obligación.
Su estomago rápidamente se revolvió, sintió una extraña molestia en la garganta. Sentía mareos.
Hasta que lo inevitable sucedió.
Vomitó.
—¿Q-Qué?— miró con algo de asco y confusión lo que había causado. No entendía porque, simplemente pasó —Solo debe ser el estrés...— se levantó con algo de dificultad y volvió dentro de la cueva, aún sintiéndose mal por todo lo que su estupidez había logrado.
X
Mientras tanto, el rubio simplemente caminaba sin rumbo alguno. Se encontraba enojado, dolido, triste, traicionado... Débil.
Dejó de caminar, sintiendo como algo mojaba sus mejillas. Pero no estaba lloviendo.
Tocó su mejilla y notó como las lágrimas no paraban de caer de sus ojos.
Por más que intentaba, estas no paraban. Se mordió el labio, mientras pasaba sus manos de manera desesperada, intentando que estas desaparecieran y dejaran de hacerlo de esa forma.
—¡Deténganse! ¡No quiero! ¡No quiero sentirme así! ¡Para!—gritaba con irritación, no se creía que estaba de esa manera por alguien que le hizo tanto daño.
Soltó un suspiro para nada calmado y siguió con su camino, no tenía pensado dar la vuelta ¿De qué serviría?
Después de todo... Allí ya no tiene asuntos pendientes.
X
Habían pasado cerca de dos meses, dos horribles meses —según el castaño— de no saber nada de aquel lobo que le robó su corazón y parte de su alma.
Parecía como si se hubiera desaparecido de la noche a la mañana. Nadie lo había vuelto a ver, cosa que fue un alivio para todo el bosque. Así ya no abría razón de seguir viviendo con miedo. Ahora todos podían caminar tranquilos y seguros.
Pero, solo una persona no se sentía bien con la noticia de no saber nada de ese estúpido mitad lobo.
Dipper Pines.
A pesar de todas las palabras dolorosas, no podía evitar sentirse culpable de que éste se haya tenido que ir.
Muchos de los guardianes lo habían felicitado por su buen trabajo, muchos novatos habían comenzado a admirarlo desde que habían escuchado de como Dipper Pines había acabado finalmente con aquella horrible bestia, que había atemorizado al bosque desde hace un tiempo, conocido como Bill Cipher.
Así es, todos creían que Bill Cipher había muerto. Incluido Ford.
Dipper no negaba ni afirmaba nada, simplemente se abstenía a dar detalles. Ya que ni el mismo sabia que había pasado.Seguía confundido y estresado.
Y para peor, las náuseas y apetito no ayudaban en nada.
Últimamente, Dipper sólo se le pasaba en aquella cueva en donde él se unió con Bill, siempre le daba una sanción bastante tranquilizadora, por alguna razón, tenia la pequeña esperanza de que Bill iba a volver... Al menos quería explicarle todo lo que había pasado y el porque no le había dicho la verdad.
Un día cualquiera, Dipper había sido llamado por Ford. Al parecer, Mabel había vuelto, pero no se quedaría por mucho, debido a que tenía otros deberes.
El castaño rápidamente fue hasta la oficina de su superior. Tal vez, el ver a su hermana lo alegraría un poco, después de todo, ya era la única familia que le quedaba.
Al llegar, rápidamente hizo un gesto de respeto ante ambos, mientras se veía como jadeaba algo agotado. Al parecer, había corrido hasta allí.
—¡Dipper!— exclamó la castaña sorprendida, mientras miraba a su gemelo después de tanto tiempo
—¡Mabel!— exclamó esta vez el castaño, admirando a su hermana algo sorprendido, el no verla por un tiempo, había olvidado que ella era un poco más alta que él... Pero sin tomarle mucha importancia a eso, se lanzó a sus brazos, escondiendo su rostro en su pecho, en busca de algún tipo de consuelo.
Ford se quedó callado, no quería interrumpir la escena, debido a que sabía todo el tiempo que habían estado separados esos dos. Y podía entender lo mucho que ambos se necesitaban.
Bueno, parece que alguien si tiene corazón. Uno muy negro, lleno de codicia y maldad.
La castaña correspondió al abrazo con una sonrisa —Yo también te extrañe mucho, hermanito.— más esa sonrisa no duró mucho tiempo cuando sintió algo.—Dipper, Tú...
El castaño no entendió la sorpresa de su hermana, simplemente la miró confundido.
Mabel se separó del abrazó y se acercó a Ford, hablando en voz baja con él, quien se sorprendió a tope con la noticia que la castaña le estaba dando.
—¡Ya basta! ¡Ya me cansé que me tengan que ocultar todo lo que tiene que ver conmigo! ¡Soy un espíritu guardian al igual que todos! ¡Tengo derecho a saber la verdad!— gritó el castaño ya harto de las mentiras —¡Puedo entender que mis padres mataron a los de Bill Cipher! ¡Comprendo que soy un inútil Omega! ¡Puedo entender lo que sea!
—¿Qué? ¿Cuándo descubrirte todo eso?— dijo la castaña algo impactada por toda la información de la que tenía conocimiento su hermano.
—... ¿T-Tú... También lo sabías?
La castaña soltó un suspiro —Si, lo sabía... Y también sabía que eras un Omega. Pero pienso que fue mejor para tí ocultarte todo eso, no estabas listo para saber todo y dudo mucho que Ford haya sido quien te lo dijo.
—Esto no es justo... Nada justo... ¡¿Por qué tengo que ser el único que no sabe nada de esto?! ¡¿No soy parte de su familia?! ¡Se supone que una familia debe estar siempre unida! ¡Deben apoyarse entre si! ¡Deben tenerse confianza los unos a los otros! ¡Pero Mabel siempre esta en misiones lejos de aquí y Ford...!— antes de que siguiera hablando, su hermana lo había interrumpido. Con un extraño gesto en su rostro. Cómo de insatisfecha.
—Estas embarazado, Dipper.— dijo con seriedad, mientras se cruzaba de brazos y desviaba la mirada.— Sabes muy bien que tengo un poder de fertilidad muy fuerte y puedo saber si alguien esta en estado de gestación con tan solo tocarlo o estar muy cerca. Y al ser tú un Omega es más fácil por qué el olor te delata. Se nota también que dejaste de consumir tus supresores.
Aquellas dos palabras dejaron al menor del lugar en shock, sabia perfectamente que al ser Omega y haberse acostado con el mitad lobo habían posibilidades de que quedará embarazado.
Pero aún así, fue toda una sorpresa. Además que con la discusión que tuvo con el rubio no pensó en aquello.
—V-Voy a tener un... Bebé...— dijo entre sorprendido y alegre, mientras tocaba levemente su abdomen algo abultado con ganas de querer llorar allí mismo de entusiasmo.
—No solo uno... Son trillizos.— corrigió la castaña, mirando la emoción de su hermano. Incomprendida.
—Te equivocas, Dipper... No los tendrás.— al fin abrió la boca el hombre canoso, mirando con desaprobación a su estudiante.
—¿Qué? ¿A qué te refieres?— dijo con miedo, mientras daba unos pasos hacia atrás.
—Debes abortar a esos demonios que llevas dentro.— ordenó Ford, con voz autoritaria y una mirada llena de enojo y seriedad. La última vez que lo visito en aquella cueva, ya sospechaba algo sobre qué tan íntima fue relación del Omega con ese Alpha rubio. Qué cosas indecorosas tuvo que hacer su alumno. No quería ni pensarlas.
—¡P-Pero son mis bebés!— reclamó el castaño con enojo ¿Cómo podía pedirle eso? ¡Es su cuerpo! Esos pequeños seres tienen el derecho de nacer y conocer de lo que es la vida. Él quiere tenerlos.
—Pero también lo son de esa bestia ¿No es así? ¡Son la representación de tu pecado!— alzó más la voz —¡Además, no voy a dejar que esa cosa se reproduzca!
—¡Y yo no dejaré que mates a mis hijos!— gritó enojado, para luego sentir como su hermana lo tomaba de los hombros. —Mabel... Tu me apoyarás... ¿No es así?
—Dipper... Tengo que ser brutalmente honesta contigo... —soltó un suspiro— No puedes tener a esos bebés.... Entiende, esto es lo mejor para todos, lo que importa es tener seguro al bosque. Y esta es la única manera
El castaño se sintió destrozado ante las palabras de su hermana. Pensó que ella lo entendería, pensó que al menos ella sería la única que lo apoyaría en este estado. Lo ayudaría y protegería de su superior.
Pero se dio cuenta que no.
Rápidamente se fue corriendo de aquella oficina. Se dio cuenta de que ese lugar ya no era su hogar y esa gente no era su familia. Nunca lo fue.
Quería escapar, salir de allí, volver al lado del ser que más ama... Bill
Todos los que lo habían visto salir corriendo desesperado se quedaron confundido ante esa actitud, incluyendo a Stanley. Parecía como si estuviera huyendo del mismísimo demonio... Y la situación no era muy diferente.
—Debemos deshacernos del pecado que yace en el vientre de Dipper, así él quedará limpio. — dijo Ford, mirando a la castaña con seriedad. Pensando también en algún ritual de purificación.
—Si, Señor.— respondió respetuosamente la castaña, mientras desaparecía de allí en busca de cumplir la orden del mayor.
—No volveremos a cometer el mismo error de dejar más sobrevivientes de esa bestia— murmuró para si mismo. Totalmente decidido y sin arrepentimientos.
X
El castaño dejó de correr una vez que se sintió a salvo y lejos de aquellos que querían dañar a sus bebés.
Ahora se había prometido a si mismo que jamás dejaría que le hicieran daño a la única familia que ahora tenía. Qué ahora le quedaba y podía formar.
Más no contaba que unos lobos, enviados por Ford, lo estaban vigilando, evitando que alguien más estuviera cerca y que saliera lastimado.
Las ordenes habían sido claras, lograr que Dipper sobreviviera al ataque, más los bebés que llevaba en su vientre debían ser aniquilados a toda costa.
Obviamente el castaño quedará muy lastimado, pero después de cumplir su cometido irán rápido con quién les ordenó para avisarle que hicieron lo suyo. Así rápidamente alguno de los guardianes o sí misma hermana vendrá para sanarlo con magia y listo.
Dipper sentía como alguien lo tenía en la mira, lo estaban observando, esa no era una buena señal.
No había pasado ni cinco segundos y uno de aquellos lobos se lanzó sobre el castaño, con el fin de atacarlo. Aunque con morbo, esos animales pensaba tal vez divertirse, abusar de él antes de matar a esas criaturas que están en su interior.
Pero esa acción no fue posible, ya que un mitad lobo rubio se había lanzado sobre éste, posicionandose frente al castaño, buscando protegerlo. Tirando bruscamente al otro lobo.
Dipper no se lo creía, estaba a punto de ser atacado por uno de los lobos los cuales eran súbditos fieles de Ford. Algunos poseían el pelaje café claro y otros totalmente oscuros.
Pero lo que más lo había sorprendido, era el hecho de que Bill lo había salvado... ¿Acaso no se había ido? ¿Donde estuvo todo esté tiempo?
—¡Bill!— exclamó con emoción, mientras una sonrisa boba aparecía en sus labios y de sus ojos caían algunas lagrimas de felicidad al ver de nuevo esa cabellera rubia ahí mismo.
—No se atrevan a tocarle un solo cabello.— amenazó el rubio, soltando un gruñido, mostrando sus afiladas garras y su evidente sed por destruir todo. Pronto iba a transformarse para mejor flexibilidad. —Inténtenlo... Y los mataré uno por uno.
A pesar de todo el daño que te ha hecho... Aún lo amas ¿No es así?
No puedes dejar que alguien se atreva a hacerle daño aquel castaño Omega que tanto quieres.
Ya que... Él es tu única familia.
Palabras: 2,800
Fecha de publicación: domingo, 24, marzo, 2019.
Autores: Arisu-chan198 y JaquiiAleWorld.
Fandom: Gravity Falls
Historia: "Prohibido"
Nota del autor:
Ninguna.
Fin del Onceavo Acto.
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