•10."Revelaciones"

No negaba sentir algo de nervios al pensar si Ford se atrevía a regresar y a separarlo del Cipher, o peor, acabar con él. Más luego lo pensó un poco. Por algo Ford no pudo acabar con él de una vez, en una pelea cuerpo contra cuerpo algo debe tener Bill que le ganaría aquel anciano con experiencia e inteligencia superior.

Había pasado una larga semana desde entonces.

Quiso despejar esas ideas de su mente y preocuparse o centrarse en su felicidad con el mitad lobo. Todavía tenía miedo sobre cómo decirle la verdad al rubio. Sobre sus padres y por qué él se juntó con el Alpha desde un inicio. Más no quería destrozar el corazón de Bill, jamás se lo perdonaría.
Tenía tanto miedo de que lo separarán de él así cómo que el mismo Cipher lo odiara y decidiera alejarse de él por voluntad propia.

Y cómo si ésto no fuese poco, todavía estaba el reciente hecho del que se enteró.

Un Omega.

Él era un Omega. Vivió toda su vida pensando que era un Beta. ¿Quizas eso explicaría por qué también se calentó cuando al Alpha le llegó el celo? Pero dejando eso de un lado, ¿Cuánta probabilidad había de que quedara en cinta? No es que odiara ser Omega, simplemente fue algo que le llegó de sorpresa y lo dejo atónito. Además que teme al saber la discriminación que suele haber a veces en el trabajo hacia éstos individuos. Despreciando más a Ford por todas las cosas que esté mismo le ocultó. ¿Qué más ocultará aquel Alpha anciano? ¿Su hermana lo sabe? Lo duda.

Su mente seguía perdida en el hecho de ser un Omega. Aunque por otra parte no dudó en sonrojarse en tan solo pensar en tener un cachorrito junto a Bill Cipher.

¿Cómo sería? La idea de tener un bebé entre sus brazos le gustaba, pero lo ponía confuso el pensar si sería igual un mitad lobo como el rubio. Un híbrido. En fin; sentir un cosquilleo en su estómago por pensar en tener una familia completa realmente era una sensación bonita y cálida.

Estaba en vuelto en sábanas, recostado en el pecho del Cipher quien acariciaba su cabellera castaña con dulzura. La sensación le derretía. Ahora entendía por qué Bill se sentía en el cielo cuando acariciaba por detrás de sus peludas orejas.

Pine-Tree, ¿en que tanto piensas?— preguntó el alpha un poco receloso.

El castaño lo medito un poco. ¿Debería decirle algo?

—Bill, hay que salir.— le dijo un poco serio

Tal vez debería huir con Bill. Escapar a otro lado lejos de los guardianes y espíritus que arruinaran su felicidad con el mayor. Son esos lo pensamientos del Pines resultando le muy tentadora la idea.

—¿Salir a dónde?— preguntó el rubio sentándose detrás suyo para abrazarlo con cariño, moviendo sus orejas con curiosidad. Dipper sentía un cosquilleo agradable ante la cercanía del mayor. Protegido y amado.

Ninguno se sentía ya solo, pues ahora tienen un hogar.

—Hu...— lo pensó y un poco nervioso decidió mejor comentar otra cosa.— Escuché que habrá una clase de feria en un santuario en el bosque. Irán de todas las edades y castas. Irán los seres del bosque y quizás algún espíritu o humano. — añadió el castaño intentando sonar seguro.

—No se, no me gusta convivir con la gente. O estar en un lugar con mucha gente a mi alrededor. A pesar de que he estado muy tranquilo estas semanas, siento que todavía me miran con temor y desconfianza.— dijo con cierto desprecio hacia los demás. El mayor todavía seguía desconfiando de las personas, de todas excepto de su querido Pine-Tree.

—Ellos no importan Bill.— se volteó para tomar su rostro en sus pequeñas manos y sonreírle con amor. Para acercarse, mirando fijamente esos hermosos ojos.— Solo quiero pasarla bien contigo. Además tengo el atuendo perfecto para ti.— sonrió risueño dándole un tímido y pequeño beso en los labios al Cipher a quién le hizo sonreír.

—¿Atuendo?— preguntó curioso e intrigado.

—¿Qué dices? Hazlo por mí.— pidió con un tierno puchero. Bill mordió su labio inferior. Él tampoco podía resistirse a esa carita tierna del castaño.

Después de todo, el Pines es su punto débil.

—Eres un Pine-Tree manipulador. Pero te quiero tanto...— dijo para enterrar su nariz en su cuello y oler esa fragancia embriagadora. Dejar un pequeño beso húmedo haciendo suspirar al castaño.— Está bien. ¿Cuándo es?

—Hoy en la tarde. Antes de que se oculte el alba.— recordó. Hace dos días había escuchado ese rumor cuando convivía con las criaturas del bosque en su pequeña jornada del trabajo. Siempre le llamó la atención esos festivales que los hacían algunas veces  al año, más nunca iba por el trabajo, y al fin podía usar la excusa perfecta. Aunque ha pensando en dejar todo su trabajo para tener un hogar con Bill.

—¿Cuándo volveremos hacer el amor?— preguntó risueño acariciando los cabellos esponjosos castaños.

—¿E-El a-a-mor?— soltó desprevenido y sonrojado. La forma en que la dijo el mayor le sonó demasiado lindo.

—Cuando éramos uno solo. Me fascinó estar en tu interior. Es el mismo paraíso. Te amo tanto. Eres todo lo que tengo y quiero.— confesó tomando su mejilla y acariciándola mientras le sonreía con devoción y cariño. Un cariño que jamás pensó en tener o sentir hacia una persona. Realmente ese espíritu lo traía muy enamorado.

—Bill dices cosas embarazosas.— se tapó su rostro con sus manos por la vergüenza. El nombrado solo río enternecido por el gesto adorable.

—Te has puesto rojo, eres tan tierno.

Titubeó, pero él también quería demostrarle a Bill lo que sentía. Quería hacerle saber al Cipher sobre sus emociones y pensamientos. Quiere ser honesto con él para después no arrepentirse. No sé perdonaría si lo dejaba solo.

—Bill yo... Y-Yo también te quiero.— dijo al fin uniendo sus labios con los del mayor en un profundo y apasionado beso.

• • •


¡Pine-Tree! ¿Por qué debo vestir así?— preguntó un poco fastidiado, dificultando le la labor de ponerse ese atuendo.

—Te veras encantador, hazme caso.— le dijo un Dipper de espaldas quien se encontraba acomodando algunas cosas. Ya que desde ahora se había "mudado" a la cueva del lobo, había más ropas, muebles y decoraciones sin duda.

El Cipher quién no consideraba más que un techo para cubrirse aquella cueva, la presencia de Dipper la volvía más cálida y alegre. Un hogar con el cuál siempre soñó. Ya no la sentía fría o solitaria. Por fin, se sentía completo con el castaño.

—Bueno, al menos este vestido, digo— se corrigió.— kimono parece más masculino que el tuyo.— presumió terminando de arreglarse. No entendía el afán del menor por estos atuendos.

—Tomare eso pero me ofende muchísimo.— bufó enojado.

—Y, ¿Cómo me veo?— le preguntó a su pareja quién se volteó para admirar el atuendo de éste en el rubio.

El conjunto era negro con un amarillo en los bordes. Atrás estaba el símbolo del ojo que todo lo ve.

Dipper no evitó calentarse al verlo vestido de esa manera tradicional, elegante y sexy. Sentía que ahí mismo se dejaría follar por el lobo. Sin duda, tiene un punto débil por los kimonos y más al ver al rubio con uno puesto. Le derretía el corazón y sentía sus pezones endurecer al imaginarse escenas eróticas con Bill vestido así. Causando que se sonrojara e intentará alejar esos impuros pensamientos. No es muy propio de él.

—Te ves muy...— murmuró acercándose al mayor tocando su pecho. Nunca antes le había parecido tan atractivo el Alpha. Verlo de ese modo lo hacía ver más serio, rudo pero a la vez un toque erótico y formal. Su mirada de deseó no paso desapercibido para el mayor.

—Dipper.— murmuró mientras lo tomaba de sus caderas, para después atacar sus labios y empezar a besarlo con desfrén, siendo correspondido por el nombrado quien rodeó su cuello sonrojado, jugando con la lengua del mayor. Ambos parecían calentarse, más fue el castaño quién se separó de aquel a pasional beso diciendo que ya debían irse. Dejando a un pobre lobito caliente.

—Eres un Pine-Tree malo.— dijo indignado con los brazos cruzados.

—Todavía no me recuperó del todo en mis caderas. Será a la próxima.— guiño divertido.
Bill lo siguió intentando ver cómo hacer que se le baje la calentura. Aún "indignado".

• • •


Habían seres de todo tipo, desde minutauros, sentauros, sirenas, elfos, ninfas o mitad ciervos y algunos pocos humanos que conocen la magia del hermoso bosque.
La mayoría eran familias o parejas de ancianos que recorrían el santuario.
Los mismos seres del bosque eran quienes habían organizado el festival y mostraban sus costumbres, como bailes, atuendos, máscaras o comida.

Una ninfa pelirroja de ojos verdes, conocida de Dipper y quién hace un tiempo él se sentía atraído por ella se encontraba en la zona donde presentaban deliciosa comida que abrió sin duda el apetito a Bill. A quién gana varios miradas de todos, después él es el único mitad lobo de pelaje rubio muy conocido en toda la zona. Claro, el mitad lobo nunca se despego de Dipper.

Wendy no parecía tan asustada. Más bien, coqueteaba descaradamente con el rubio. Diciéndole uno que otro mensaje sugerente. Mostrando "disimuladamente" sus senos atraves de esa camisa ligera y apretada que traía puesta. Obvio Bill no captaba ésto pues él estaba más interesado en la comida y pasar un buen rato con Dipper mirando el lugar, niños corriendo con lucecitas, algodones de azúcar, etcétera.

Claro que cierto castaño lo notaba y le cabreaba demasiado ver cómo le coqueteaba a su Alpha.

—Bill Vámonos.— dijo haciendo una mueca de desagrado y mirando con desconfianza a la pelirroja que seguramente no tenía ni idea —así como los demás habitantes del bosque— sobre que son pareja. Aunque alguno que otro lo sospechaba.

—¿No quieres comer más? Saben ricos. Es carne. Hace mucho tiempo que no cómo carne, aunque está esta cocida. Sabe mejor así ahora que lo pienso.— comentó hambriento. Ni siquiera prestaba atención a la ninfa pelirroja, solo a la deliciosa carne.

—Yo te cocinare la mejor carne con ensalada.— le dijo frunciendo el ceño. No podía permitir que su ex crush le robará a su hombre con sucios trucos de comida. Lo tomó de la muñeca persistente.

—Dipper no te lleves a tu amigo, la noche es larga. Y dime Bill.— comenzó Wendy con una sonrisa traviesa tomandolo de uno de brazos acercándose a su pecho marcado por debajo del kimono.

—Cipher para tí.— le contestó cortante e incómodo.

—Claro... ¿Has pensando en sentar cabeza?— preguntó derepente dejando asqueado al rubio y estupefactado al Pines.

—¿Qué, que?

—Sino has encontrado a una buena hembra con quién aparearte, no me importa ser una buena opción para tí. — insinuó con hormonas alborotadas.

—Lamento decirte linda, que Bill ya tiene una familia. Vámonos.— habló en voz alta el castaño. Ofendido.

—¿Quién es más hermosa que yo?— preguntó pues pensaba que solo alguien más bella que ella podía conseguir llamar la atención del Alpha. Y hasta donde la pelirroja sabe, no hay nadie mejor que ella en todo el bosque.

—Dipper esta más bueno que tú. Él es mi familia. Y no necesito a nadie más que él.— dijo con un tono amenazante mirándola con frialdad que hizo alejar a la oji verde por un momento. Recordando por qué muchos temen al Cipher quién agregó:— Perra.

—¡Cómo te atreves...!— soltó ofendida, queriendo disculpas más fue interrumpida.

—Así como tú te atreves a exhibirte descaradamente hacia él, cuándo Bill ya tiene a alguien más.— le habló Dipper para ahora sí, llevarse a Bill lejos de ahí. Quién aprovecho la distracción y tomó unos algodones de azúcar mientras era jalado.

Por la mente del rubio se pasaba una interrogante, aparte de la relación con el menor. Y es qué, las cosas que venden o presentan ahí, ¿Son gratis? Porque literalmente él y Dipper lo que han llevado a consumir no lo pagaron. No sabía si por qué se debe a que Dipper es un espíritu reconocido y respetado del lugar, si es por qué en realidad le tienen miedo a él y prefieren dárselo todo gratis para evitar conflictos o... De verdad son gratuitos.

Rato después se encontraban afuera del santuario, en escaleras colina abajo. Tomaron asiento en ellas.

Pine-Tree, ¿Estás celoso?— preguntó el mayor dándole una última bocanada a su algodon de azúcar color rosa. Dándole el azul al castaño quien lo tomó sin mucho ánimo.

Dipper ante la pregunta que lo tomó de sorpresa, guardó silencio por unos segundos.

—...¿Tienes algún problema con eso?— cuestionó a la defensiva.

—Eres demasiado tierno. Pero, ¿por qué estás así?— quiso saber. Ver a Dipper celoso no es algo que se ve todos los días.

El castaño suspiró. Dio una pequeña mordida a su algodón de azúcar y sin mirar al Cipher por la vergüenza, contestó:

—Tengo miedo de que me dejes de querer y conozcas a alguien mejor que yo.

—¿Tú miedo? Él que está siempre ansioso y preocupado soy yo. De qué tu me dejes o me reemplaces por alguien más. Dipper, yo jamás te abandonaría.— aclaró Bill comprensivo.

—Es que eres muy... ¿Cómo decirlo? Te ves tan...

—¿Sexy?— dijo pícaro.

—Guapo.— aclaró.— Todo un Alpha de familia. Es normal que cualquiera se fija en tí. Y Wendy...

—¿Quién es Wendy?— dijo al no reconocer el nombre o la persona.

—La ninfa pelirroja que te coqueteó.

—Ah, continúa.— soltó sin importancia en la chica pelirroja.

—No solo es ella, me di cuenta que incluso alguno que otra chica o chico Omega se fijaba en tí.

—Ellos no me importan. Ellos de seguro solo me miraban por el físico. Pine-Tree es el único que me ama por ser yo. Eres mi hogar, eres la única persona con la que deseo estar.— le dijo tomándolo del mentón para que lo mirase a los ojos. Dipper sentía que su pequeño corazón iba a explotar por el amor del rubio.

—Bill yo... Tengo que decirte algo importante.— dijo nervioso.

—¿Qué es? Oye no de te olvide que me prometiste carne cocida con vegetales.

—No lo olvido. Pero volviendo al tema, hace poco me enteré de algo que no sabía.— tomó valentía, más el pensar en cosas nada agradables decidió mejor decir otra cosa que, aún así sigue siendo importante.— Viví mi vida engañado con ser un Beta. Y soy... Un Omega. Lo siento.— se disculpó.

—¿Por qué disculpas?— sus orejas ladearon, confundido.

—Soy un Omega Bill.— recordó. Preocupado, no es que sea mal visto que un Omega ande con un Alpha, de hecho sería lo más adecuado según la sociedad. Pero de lo que teme es que un Omega hombre puede quedar embarazo muy probablemente en el celo, ya sea el suyo propio o del Alpha con el que se apario.

—¿Y crees que me importa o me desagrade? Dipper, no me importa a que castas pertenezcas. Yo te amo como eres. Y si eres Omega pienso que es solo otra virtud para tí.— lo tomó de su mejilla para darle un tierno beso en la frente, con una sonrisa.

—¿De verdad crees eso?— dijo con ilusión. ¿Cómo es que tan siquiera hace varios días pensó en acabar con la vida del Cipher? Le daban ganas de golpearse a él mismo y quedarse con Bill por siempre.

Ni siquiera entiende por qué le dicen monstruo. Él es ¿Inofensivo? O quizás es que no lo ha visto en acción.
Olvida claro las atrocidades que ha hecho, pero están seguro que muchas son exageradas. Además Bill es violento por qué está solo desde que era un cachorro.

Ambos se pusieron de pie, decididos a regresar a su hogar. Dipper seguía dándole unas últimas mordidas a su algodón de azúcar. Sin saborearlo realmente.

—Si... Además que desde hace semanas empecé a sospechar de que eres Omega. Empecé a notar tu olor.  Es raro por qué cuando te conocí Olías a nada. Algo neutral.— comentó el Cipher.

—Mi superior me engañó. Me daba supresores y parches para ocultar lo que soy. Supongo que él igual consiguió la manera para controlar mi celo todos estos años. O me decía que sólo es fiebre.

—Esta mal engañar así. Pine-Tree, ¿Por qué sigues con esa gente?— frunció el ceño molesto. Tomado de la mano del menor.

—N-No se. Ellos eran mi única "familia".— dijo un tanto triste ahora que se ponía a pensar en ello. Otro dato que hay que destacar es que ha pasado casi un mes desde la última vez que tomó una de esas pastillas que en realidad son supresores.

—Pero ahora me tienes a mí. A tu Alpha. Formaremos una familia. — sonrió y se corrigió.—Ya somos una.— le sonrió cariñoso mientras se detenían al estar ya cerca de la entrada de la cueva. Dieron unos pasos más hasta entrar y profundizarse en está.

—Bill, de verdad te quiero.— formuló para ponerse de puntitas, tomar del cuello al Cipher y unir sus labios con deseo y un cariño especial. Hasta se podría apostar, amor.
El Pines empezó a tocar el pecho del mayor y bajar su mano traviesa mente a su entrepierna.

—Dijiste que nada de sexo. Además me dejaste con ganas hace rato.— reprochó aún con esa indignación, alejando un poco al Omega quién hizo un gesto tierno.

—¿Me dejaras con ganas a mí? Bill...— pestañeó como si fuese él el cachorrito abandonado en la calle en una fuerte lluvia. Siguió acariciando la parte íntima del Alpha quién lo tomó de su cintura para hacer más fricción entre sus cuerpos.

—Eres un Omega manipulador.— comentó con cierta excitación. No supo cómo el castaño había sacado su miembro del atuendo para seguir masturbandolo. Soltó un suspiro caliente.  La manos del Pines parecían muy ágiles en ese aspecto.

—Pero así me adoras.

—Tienes razón.— sonrió travieso para cargarlo como princesa y llevárselo a la cama. No sabía cómo carajo quitarse esos atuendos de manera rápida, pero al parecer Dipper tenía cierto fetiche en querer hacerlo con el traje puesto. Según las palabras del Pines, "Es más excitante".

La noche no terminaría ahí.

• • •


Aproximadamente daban las cinco de la mañana. El cielo seguía siendo nocturno y faltaba más de una hora para que el Sol se dignara a salir.

Dipper al despertar y arreglarse, salió afuera para tomar aire fresco. Todavía le dolía sus caderas y las piernas las sentía cansadas. Sin mencionar el fluido del Alpha dentro de suyo.

Vio la luna. Pidiendo cómo deseo muy cursi según él, el poder quedarse con Bill siempre. Suspiró. Sí, una vez el rubio se levantará en un par de horas le diría la verdad. Estaba convencido. El Cipher marecia saberla.

—Está es tu oportunidad.— habló una voz masculina. Entre la oscuridad y acercándose, sale Ford.

—¿Q-Qué haces aquí?— dijo con temor a que entrará y le hiciera daño a Bill. O que descubriera lo que pasó en esas sábanas donde descansaba el lobo.

—Escuché que habías ido al festival de ayer en la tarde junto a ese monstruo. Lo que me indignó es que aseguraron que se les veían muy unidos.

—Pues la verdad es que...— murmuró nervioso, tenía que tomar más valentía para decirle a su superior que él ya no quería seguir con la misión. Lo demás ya no le importaba, si podía seguir a lado de aquel rubio.

—Te felicitó, Pines.

—¿Qué?¿Por qué?— cuestionó sorprendido.

—Por tu plan. Ganarse su confianza, enamorarlo y así aprovechar la mejor oportunidad para matarlo. Quizás su punto débil es eso. De hecho, deberías hacerlo ahorita. — sugirió contento y persuasivo el mayor. De verdad creía que Dipper se le había ocurrido todo aquello y sería la mejor forma para deshacerse del peligroso Cipher.

—No. Yo lo que quería decirle es otra cosa.

—Como sabrás Dipper, no es de mi gusto venir personalmente hasta aquí.— comenzó hablar sin darle oportunidad a Dipper de hablar.— Respirar el mismo aire de ese monstruo es asqueroso. ¿No te parece? Por lo que debo irme rápido de aquí. Además tengo cosas que hacer. Suerte y espero cumplas tu misión de acabar con él como hicieron tus padres con los padres del Cipher hace años. No desperdicies está oportunidad. Qué inteligente fuiste en enamorarlo.— siguió felicitándolo orgulloso de su alumno. Al menos, según Ford, ser Omega sirvió de algo. Para engatusar más al Alpha rubio.— Después de todo, siempre serás mi alumno estrella. A pesar de ser un omega.— agregó el anciano para luego desaparecer de ahí.

Dipper quedó atónito. No le dejó explicar lo que él quería, fue muy raro toda esa situación.

Apenas pasaron seis segundos desde que el anciano se fue, cuándo escuchó otra voz detrás suyo.

—Con que todo fue... Un engaño, ¿Eh?— dijo la persona dolida. Dipper no podía creer que él lo había escuchado.

Miró con miedo y angustia al híbrido, parecía adquirir su expresión burlona y falsa. Para así no demostrar cómo realmente se sentía por dentro.

—Bill...












Palabras: 3,496
Fecha de publicación: Domingo, 10, marzo, 2019.
Autores: Arisu-chan198 y JaquiiAleWorld.
Fandom: Gravity Falls.
Historia: "Prohibido"
Nota de autor:
•∆• hii, que cosas.
El próximo capítulo es uno de mis favoritos también, y es por qué tampoco lo escribí yo XD. Es algo Hard.

En fin, les daré una pequeña curiosidad.

•Sabian que...? A Dipper no le gusta el algodón de azúcar (como yo)? Él aceptó el algodón azul que le dio de Bill para no rechazarlo ni hacerlo sentir un poco mal. Quería disfrutar ese momento con Bill, por eso trató de no hacer muecas disgustosas al ingerir el dulce, aunque se mencionó que él no lo saboreaba realmente.

Ahora estos son los atuendos que usaron hoy nuestros lindos protagonistas:

El de la pasiva de Dopper.

Y el de Bill, regalo de Dipper.

En fin; espero que les haya gustado el capítulo de hoy. Hasta la siguiente actualización que no sé cuándo será.


Fin del Décimo Acto.

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