•04."PASADO"

Dipper terminó por romper aquel cálido abrazo antes de que se diera para largo, no soportaba abrazar demás aquella bestia.

—Así que... Está es tu choza. — formuló con una media sonrisa forzada mientras miraba de reojo la cueva. Estando de pie viendo detalladamente alguna de las cosas que tenía el Cipher.

Pocas pero casi lo suficiente para una persona en un pequeño espacio que solo viene de pasada.

—Es lo único que tengo. Es fría y solitaria.— explicó encogido de hombros. Él no suele o mejor dicho, jamás ha llevado a alguien a su "hogar". Su vivienda siempre suele estar oculta de los demás seres para que no lo molesten o encuentren.— Lo único cómodo y algo tibio aquí es mi cama.— añadió señalándola.

—Los seres del bosque suelen hacer sus propias camas, no como algunos humanos que las compran. ¿Tú hiciste la tuya?— preguntó con cierto interés inspeccionando. No vaya hacer que haya pulgas.

—Si, la hice, algo improvisada.

—Para estar improvisada es muy genial. Es perfecta para refugiar a los cachorros.— comentó con naturalidad. La dichosa cama estaba hecha de pieles de algunos animales, lana, paja y la base de abajo de algunas tablas de madera y piedras para ser muy resistente.

Bill al escuchar el cumplido se le infló el pecho de orgullo.

—¿Me trajiste aquí por qué me viste solo en la fría noche?— le preguntó sentándose adecuadamente en la orilla de la cama.

—¿Acaso no tienes a dónde dormir?

—No, estoy solo por mi cuenta como tú. Además cuando soy espíritu no necesito dormir mucho.

—Pero ahora eres un saco de carne humana.— habló con burla mientras jalaba una de sus mejillas, Dipper apartó su mano suavemente.

—Tienes razón, dormir no me hará nada mal.— dijo igual con burla mientras se acomodaba en la cama moviéndose de un lado a otro pare encontrar la posición correcta. Le daba la razón en algo al Alpha, y es que la cama si que es muy cómoda y calientita para dar el calor en días de invierno.

—¡Pine-Tree! ¡Esa es mi cama!— se cruzó de brazos el mayor "molesto" por la intromisión del castaño en su nido.

—Es casi lo suficiente espaciosa para ambos. Además soy pequeño, prometo no dar mucho problema.— hablo como si nada con una media sonrisa, mientras optaba por acomodarse en la orilla, acostado de lado. El otro extrema de la cama está junto a la pared.

—¿Dormirás con ese vestido?— cuestionó divertido ante la reacción del espíritu.

—¡Es Kimono! ¡Ki-mo-no! Y si, no tengo más ropa.— le deletreo un poco de mal humor por qué confundan su ropa tradicional.

Bill lo pensó un poco, fue a uno de los cajones que tenía buscando algo.

—Hm, solo por qué a veces me haces reír te prestaré algo de ropa.— dijo sacando una blusa de manga larga color negra. Y un short rojo algo gastado.

—¿Tienes más ropa?— se paró para acercarse y observar mejor.

—Si, pero probablemente te quede muy grande. Además acomparacion de ti, yo si me baño.— habló para después voltearse al ver que el castaño se estaba cambiando ahí mismo. No sabía cómo el chico podía quitarse aquella prenda.

—¿En dónde?

—¿Acaso quieres verme desnudo?

—¿¡Quién quería verte desnudo!?— exclamó asqueado ya con la nueva ropa puesta.

Bill se giró quedando medio embobado con la vista del menor.

Si, la blusa oscura de manga larga le quedaba enorme. Le llegaba unas pulgadas encima de la rodilla. Y el short a mitad de está. Verlo así le parecía extraño. Ya se había acostumbrado al kimono.

—Tú. Aparte hay muchas hembras que me desean con tan solo verme.— dijo con arrogancia ignorando el fuerte instinto de lanzarse contra el cuerpo del menor.

Le agrada él poder conversar con alguien tranquilamente de un tema diverso.

—¿Ja, y por qué no te vas con ellas?— arqueo dudoso. Volviendo a la cama.

—Son plásticas. Falsas. Otras ni se atreven acercarse por mi famosa reputación. Y algunas solo se fijan por mi físico, no me conocen. No quiero tener una relación con esas golfas.— respondió acomodándose de su lado de la cama, chocando su espalda contra la fría pared.

—Pero necesitas sentar cabeza.

Aunque pensándolo bien, tampoco quiero que un ser como se reproduzca. Pensó Dipper.

—¿Sentar cabeza? Los críos no son lo mío.

—Hum, ¿no te gustaría tener hijos?

—¿Tú si?— dijo observándolo.

—Me gustaría tener un bebé mío en brazos. Me preguntó quién sería la madre.— habló con ilusión. Últimamente le traía obsesionado una ninfa del bosque. Cabello rojizo como el atardecer y hermosos ojos verdes profundos.

—Probablemente tú.— dijo divertido el mayor.

—¿¡Ha!?

—Un little Pine-Tree. — mencionó haciendo una imagen del dichoso crío.—Qué adorable, pensando así tal vez no sería malo tener un cachorro.— sonrió convencido. Aunque luego se arrepintió en pensar que él quería que el cachorro tuviese parecido con Dipper. Si seguía pensando en ello se pondría caliente.

—Que lindo suena cuando dicen cachorros.— suspiró, ignorando lo anterior dicho por el Cipher.— ¿No te gustaría Bill? Tan pequeños y adorables, serían algo tuyo y de la persona que amas. La prueba de amor definitiva. Así siempre estarán juntos.— habló soñador el castaño con sus pómulos brillantes y sonrojó en sus mejillas. Bill no dejó de mirarlo en todo el rato analizando las palabras del Pines.

Juntos...— murmuró intrigado. Tener crías significa, ¿Unión? ¡Una familia! Algo que él jamás tuvo...

—Correcto, aunque los humanos suelen ser más infieles o hasta incluso quieren deshacerse del bebé. ¡Son horribles!— habló ofendido y con terror al recordar los crueles que pueden ser los seres humanos.

¿Y tú no lo eres Dipper? ¿Al ilusionar a la bestia del caos?

—¿Prueba de amor definitiva? ¡Boberías! Eso no existe.— dijo optimista. De todas formas limpiar la popo de alguien más no es lo suyo.

—Que amargado eres. Bueno, mejor me voy a descansar. Buenas noches.— dijo mientras se daba la vuelta dispuesto a dormir.

En el lugar solo había una clase de traga luz para que la cueva en la noche fuese un poco iluminada por la luz de la luna.

—Una familia eh...— murmuró el Cipher pensativo.

No, él jamás podría tener una familia. Por qué nadie jamás lo amaría. ¿O quién sabe?

• • •

El graznido de los pájaros a la lejanía alertaron sus sentidos, así como el agua del río, el olor de las flores en el campo y los rayos del sol alumbrando su solitaria choza.

Sus orejas de lobo se movieron por instinto, pero él aún seguía dormido.

Normalmente el único pequeño calor que lo cubría las noches frías era una pequeña colcha algo vieja que robó de unos campesinos hace varios meses.

Sin embargo algo más pequeño y tibio, con un original olor que lo calmaba le acompañaba en su mañana.
Un peso encima suyo, más no molestoso. Le servía como una almohada de cuerpo completo para abrazar.

Despertó con flojera, solo abrió los ojos para encontrarse con la carita de Dipper encima de su abdomen, su boquita medio abierta escurriendo un poco de saliva. No evitó reir internamente por lo bobo que se ve. Con su cabello castaño todo revoltoso.

—Que asco, tienes tú baba encima mío...— se burló aunque el castaño no despertaba. Su corazón se aceleró, sonrojandose un poco ya que le llamó la atención como Dipper estaba demasiado cerca de él y acurrucado. Literalmente el castaño lo abrazaba como Koala por el calor corporal que su cuerpo semi desnudo desprende. Siendo normal en un Alpha como él.

Dipper parecía estar muy agusto ante la cercanía y el calor reconfortante. Extrañamente, a Bill le puso muy feliz. Sintiendo un cosquilleo en su estómago. Sintió esa calidez en su pecho el pensar que alguien estaba a gusto cerca de él. Descansado a su lado.

Mierda. Él no quería ilusionarse. Está podía ser su oportunidad con Dipper vulnerable.
Pero ver su carita descansando en su pecho le enternecia. Con su cabello castaño esponjoso todo revoltoso.

Maldecía. Bill realmente maldecía la ropa puesta del Pines. No podía sentir su tibia piel, no podía tener más contacto.

Por curiosidad descubrió su frente encontrándose con su marca de nacimiento la cuál le despertó mucha curiosidad y le gustó. Luego su vista paró a sus rosados labios.


Instinto.

Se hizo el dormido de inmediato al sentir como el menor se removian dando señales de que pronto iba a despertar. Más escuchaba todo lo que éste hacia.

El Pines al estar ya despierto se dio cuenta de su situación. De inmediato y como pudo se alejó avergonzado limpiándose su baba. Luego sintió una ligera náusea al ver como se encontraban él y el Cipher juntos.

Horrible. Cuando trató de ponerse de pie se dio cuenta del fuerte, casi posesivo agarre que mantenía el rubio en su cintura.
Bufó para después y con cuidado apartar su brazo alrededor suyo.
Al estar ya de pie miró las prendas grandes que le prestó Bill.

Tal vez debo volver a mi forma fantasmal. Pensó pues sino, pronto necesitaría un baño y tendría hambre. Más descartó la idea, así no podía estar más cerca del Alpha para ganarse su confianza y cumplir su único propósito. Todavía necesita más tiempo para sacarle información, como algún punto débil para poder derrotarlo.

Quizás deba sacrificar demás para estar a lado de él sin sospechas, sin problemas.

• • •


—¿Aquí es donde te bañas?— preguntó el de ojos cafés observando aquel lago.

—Si.

Ambos habían salido por aire fresco y aprovechando que el lobo se iba a bañar el espíritu quiso aprovechar. Fue un poco complicado ya que el rubio desconfiaba de él. De que el castaño supiese la ubicación de su cueva que si que estaba bien escondida.

—¿No hay algún monstruo marino?— volvió a preguntar mientras metía la planta de su pie en la orilla para checar la temperatura.

—No. Si así fuese me lo hubiese comido ya. — respondió encogido de hombros.

—¿Y entras totalmente desnudo?

—Obvio, tengo que bañarme.

—¿Y todos tus fluidos y suciedades se dispersan en el agua?— cuestionó con un poco de asco sacando su pie ya del agua. Todavía pensativo.

—¿Vas entrar o no?— gruñó un tanto irritado.

—Me vas a ver desnudo.

—Entonces solo ponte algo que te cubra abajo.

—Solo tengo mi Kimono.— respondió inocente inflando sus mejillas un poco avergonzado.

—Si piensas quedarte así necesitas conseguir ropa de tu talla.

—Quizas si voy hoy al medio día al santuario, puedo conseguir algo.— respondió más tranquilo.

—¿Te iras?— sin saber por qué, no le gustó la idea de que el castaño se fuese.

—Solo será por un par de horas, además así no te molestare en que me prestes ropa.

• • •


Una vez ya bañados, y con algo de tela cubriendoles se sentaron en un tronco en el césped para que se secaran mejor con la fuerte brisa de la mañana. Los rayos del sol no fueron molestia alguna al estar debajo de un árbol.

El castaño quiso sacar tema de conversación, necesitaba conocer más del Cipher.

—Bill, dime. ¿Por qué no te gustaría tener familia?— preguntó casual, aunque esa pregunta le agarró un tanto desprevenido al rubio.

—¿Quién ha dicho eso?

—Dijiste que no querías tener crías.

—Oh eso... Sería molesto vigilarla todo el tiempo.— añadió como si nada.

—Necesitas una familia para ser feliz Bill. Así dejaras de estar o sentirte tan solo.— aquello dejo pensativo al mitad lobo.

—¿Feliz? Una familia es como...

—Un hogar. — le sonrió.—Oye, siempre tuve curiosidad.

—¿De qué?

—¿Dónde están tus padres?

Un breve silencio se otorgó, Dipper por un momento se sintió incómodo y casi arrepentido por haber preguntado. No evitó incluso sentir nervios.

—Yo no tengo padres.— respondió secamente.

—¿Huh? Quizás te refieres a que no los conociste. ¿O los odiabas?

—Nunca los conocí. Cuando nací los Dioses me cuidaron solo los primeros meses. Después me dejaron a mi suerte, no querían convivir más con alguien como yo. Ellos nunca me dijeron quienes o como fueron mis padres. No sé si murieron, si desaparecieron, si siguen vivos o me abandonaron. Si los cazaron o los exiliaron y me apartaron de su lado. No sé nada.— explicó cubriendo su mirada con algunos flequillos de sus desordenados cabellos rubios. Suspiró para proseguir. ¿En qué estaba pensando en contarle a Dipper sobre su vida personal?— Pero bueno, ¿Tú qué vas a entender? Apuesto a que nunca te ha faltado nada y has estado siempre con tú familia.

Dipper frunció el ceño molesto. Claro que él entendía como el Cipher se sentía. Él igual pasó por lo mismo, quizás de diferente manera pero igual desde temprana edad estuvo en la soledad. Nunca veía a su hermana, apenas sabía que existía y con eso era suficiente.

—¿Siempre estuviste solo?— preguntó intrigado, interesado. Quería escuchar que tanto se parecían él y el Alpha.

—Incluso después, nadie quería ser mi amigo. Nadie quería juntarse conmigo incluso sin haber hecho algo malo. Después aprendí que no debes confiar en nadie. Qué solo los más abtos sobreviven. En este cruel mundo estás solo.

—Bill... Te entiendo, pero...

—Sino quieres que te molesten, debes intimidar. Debes dar miedo y que te respeten.— su mirada se tornó más seria y oscura. Dipper pudo sentir el aura intimidante y escalofriante que rodeaba al rubio. Ya no parecía aquel bobo lobo infantil que se divertía  en molestarlo.— Solo existen dos tipos de personas en este mundo. Los que sufren y los que hacen sufrir. O te dejas golpear o golpeas. Empujas o te empujan. Matas o te matan.— añadió con un toque amenazante al final.

Otra vez el silencio se hizo, Bill como desayuno por única vez comió unas frambuesas que encontró alrededor. Apenas compartiendo las con el castaño quien aceptó gustoso sin dejar de pensar en las palabras del Cipher.

—Soy muy sentimental y muy mierda a la vez.— comenzó a decir teniendo la total atención de Dipper quien se había distraído por un momento por una mariposa que volaba cerca del lago.— No puedes venir con cuentos a quien sabe de historias; no puedes destrozar a quién ya está hecho pedazos. Pero ten cuidado, quién ha sido destruido sabe cómo destruir.

Dipper antes las palabras dichas por el Cipher le hizo reflexionar. Nunca había visto tan serio y maduro al rubio desde que lo conoció. Realmente eran pocas las ocasiones en que Bill le llegaba a sorprender.

—Aunque no lo creas, yo igual he estado muy solo desde temprana edad.— confesó el castaño.

—¿Tú?— arqueó una ceja dudoso.

—Siempre tuve que ser independiente. A pesar que tengo una hermana, nunca la veo. Solo sé que existe y eso es suficiente. Nadie quería estar conmigo por qué pensaban y lo siguen haciendo, que soy presumido al ser siempre "el número uno en todo".

—¿Y tus padres?

—Tampoco se mucho de ellos. A pesar de que si los llegue a conocer y convivimos, casi nunca estábamos juntos por el trabajo de ellos. Ya no están aquí. Cuando los espíritus logran "morir", se vuelven parte del bosque. O del cielo. De la naturaleza. También se rumorea que reenacen en otros seres. Y después de su muerte mi hermana y yo nos distanciamos demasiado hace varias décadas.

Bill se lo quedo observando fijamente, sonrió satisfecho. Por primera vez, alguien no le mentía. Podía notarlo en los ojos del castaño. En sus expresiones corporales. Le estaba siendo sincero, su Pine-Tree le estaba contando algo muy personal a él y sólo a él. Se sentía especial.

Él podía ser capaz ¿De amar?

Sí.

Pero, ¿Alguien puede ser capaz de amarlo a él?








Palabras: 2,589.
Autores: Arisu-chan198 y JaquiiAleWorld.
Fecha de publicación: sábado, 26, enero, 2019.
Fandom: Gravity Falls.
Historia: "Prohibido".
Nota de autores:
¿Saben cuál es el punto débil de Bill? Yo sí pero no sé lo voy a decir ewe
Dato interesante; para escribir los capítulos (muy aparte de que ya tenemos toda la historia lista en nuestra mente) uno lo escribe la otra autora y otro lo escribo yo.
Ella escribe los capítulos impar y yo los par.
Ejemplo, Arisu-chan escribió los capítulos 1,3,5 etc. Yo escribí los capítulos 2,4,6 etcétera. Ella me los pasa por WhatsApp y yo los copio en el borrador del fanfic.
Bueno....

¿Qué les pareció el capítulo de hoy? La verdad no pensaba publicar nada está semana por motivos personales.
Yo sé que quieren salseo ewe.
Spam de otra historia
Unos me están preguntando ya sea por comentarios o privado que cuándo público el siguiente capítulo de Utopía para que me den sus teorías, y weno... La verdad no estoy seguro. Puede que sea hasta la otra semana, el sábado o domingo. Aún no lo sé. Pero si es muy seguro que no publiqué nada de Utopía hoy ni mañana ni mucho menos entre semana.
En fin esto es todo. Hasta luego.

Fin del Cuarto Acto.

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