•01."OBJETIVO"

Es gracioso como algo puede ser tan maravilloso y tan peligroso a la vez. Un bello bosque fuera de cualquier tipo de civilización es el centro de muchos relatos antiguos, contado por viejos a los mas pequeños.

Muchas cosas son ciertas, así como otras son solo cuentos. Lo que si se puede asegurar es que aquel bosque no es normal. Se dice que habitan extrañas criaturas mitológicas que solo saldrían de la imaginación de un niño pequeño.

Pocos de los que se atreven a cometer el error de entrar a aquel bosque, no vuelven a salir.

Muchos hablan de una horrible bestia sedienta de sangre, que lo único en lo que piensa es en matar y comer a todo lo que encuentra por su camino, no importa lo que sea, lo destrozara sin piedad alguna, poseedor de una fuerza brutal y sentidos muy agudos. Es el punto de muchas razones por la cual el bosque se a vuelto muy famoso. Hasta hace temer a las criaturas más antiguas y que se supone, deben ser las más temibles y grandes de ahí.

Por otro lado, esa "fama" les ha traído muchas consecuencias al bosque, el cual está custodiado por espíritus guardianes, ellos tienen el deber de tener todo bajo control, mantener el equilibrio.
Pero todo se había venido abajo desde que esa bestia había despertado, comenzando a destruir todo a su paso. Única en su especie, cabe mencionar. Pues no es una criatura cualquiera.

Con el tiempo, los guardianes se dieron cuenta de que debían tomar cartas en el asunto, por lo que decidieron mandar a uno de ellos para destruirlo y volver a traer la paz en aquel extraño y abundante bosque.
Dipper fue el espíritu elegido para realizar esta tarea, puesto que los demás temían por acercarse a aquella bestia. Resultando les fácil mandarlo y que esté aceptara al ser tan ingenuo y curioso.
No quedaba otra, tuvieron que enviar a aquel chico a andar solo por el bosque, para que pudiera ir en busca de aquella bestia, la cual debía eliminar a toda costa.

• • •

Aquel espíritu llamado Dipper, llamado así por su extraña marca en la frente, ahora se encontraba totalmente solo. Caminando por el tranquilo bosque, en busca de su objetivo, para destruirlo y volver a traer la antigua paz que reinaba en aquel lugar

Aquel bosque se encontraba extrañamente tranquilo, casi no había ni un ruido, solo se lograba escuchar el sonido del viento moviendo las hojas de los árboles de pino que se encontraban a los alrededor
¿A que se debía eso? Simple.

Bill Cipher.

Las criaturas más escandalosas y curiosas guardaban silencio ocultándose de la bestia que había decidido quedarse en aquel bosque hace varios días, ganándose la dichosa fama en poco tiempo.

La mayoría de las respuestas a los diversos problemas que habían en aquel bosque se debe a: "Es culpa de Bill Cipher..."

Dipper simplemente sacudió su cabeza y decidió dejar de pensar en ello.
Ahora solo debía concentrase en buscar a su objetivo..
El castaño se encontraba en un tipo de modo fantasmal, nadie podía verlo, era como un simple fantasma o ente que pasaba desapercibido de cualquier otro ser —a excepción de otros espíritus y sus superiores—. Eran muy raras las veces en que usaba su cuerpo físico para caminar por esos bosques o para ir a algún otro lugar y ser visto por otros tipo de seres vivos.

Entre tantos pensamientos que daban vueltas en su cabeza, escuchó como los gritos de algunos niños se hacian presente, cosa que lo alertó e hizo que flotara lo mas rápido posible hasta el lugar de donde provenía aquel molesto sonido

Al llegar a aquel lugar, veía como un lobo estaba a punto de devorarse a dos pobres niños indefensos, debía suponer que aquellos dos pequeños se habrían perdido o tal vez sus padres los habrían abandonado allí, ya que no seria la primera vez que se encuentra casos similares.

Sabia muy bien que era parte del ciclo de la vida morir y volver a renacer. Pero le parecía algo cruel dejar que un mitad lobo acabara con la vida de dos pequeños.
Sintió que no es para nada justo. Ellos apenas conocían la vida.

—¡P-Por favor, perdónanos! P-Prometemos salir de aquí lo mas rápido que podamos, pero no nos lastime —rogaba la pequeña de ojos azules, mientras abrazada a su pequeño hermano, en un vago intento de que los deje ir.

Dipper observó más atento la apariencia del mayor.

Un hombre de piel bronceada, ligeramente morena. Espalda y hombros anchos. Abdomen y bíceps bien moldeados. Aproximadamente le calcula 1.86 centímetros —Dipper con trabajo llegaba al 1.69—, rubio, con orejas de lobo al igual que una cola de pelaje amarillo y en las puntas negro. Su pupila alargada como de si un reptil se tratara y sus orbes dorados.

El mitad lobo simplemente soltó un estruendosa carcajada ante lo dicho por la niña, haciendo que ambos niños comenzaran temblar.

—No me hagas reír, mocosa.—decía el rubio, mientras mostraba una arrogante sonrisa, superior.— Nada de lo que digan hará que se salven de la muerte segura~.

El castaño suspiró y en una abrir y cerrar de ojos, tomó su forma física, la cual es como la de cualquier humano común, solo que traía puesto un kimono de tonalidades azules un poco largo, el cual es ropa común entre los espíritus guardianes.

Dio un pasó y estaba a punto de decir algo, para evitar la muerte de ambos pequeños.

Hasta que pasó algo que ni el se esperaba.

Se cayó, se tropezó.

Parece que después de tanto tiempo sin haber utilizado su cuerpo humano, se había tropezado con su propio Kimono, haciendo que ambos pequeños y el mitad lobo fijaran su vista en el, siendo ahora él el centro de toda atención.

—Pero que demonios...—el rubio estaba un poco confundido, pero luego simplemente soltó una fuerte risa, que cualquiera por ahí pudo haber escuchado, después de ver esa caída tan estúpida, seria imposible parar de reír para él. Y más por que fue a causa de la propia vestimenta y los pasos torpes del chico.

Los pequeños algo confundidos, aprovecharon el momento, la distracción huyendo lo mas rápido que les fue posible.
El castaño, por otro lado, se levantó rápidamente, con un leve sonrojo en el rostro, por la vergüenza que sentía. Había hecho el "oso" como dicen algunas personas hoy en día en una escena seria. Sacudiéndose sus ropas. Y para empeorar, que el hombre mitad lobo se estuviese cagando a carcajadas no le ayudaba en bajar su sonrojo.

—¡Deja de reírte, estúpido intento de hombre lobo! —exclamó el castaño indignado, colocó una de sus manos en el pecho, mientras miraba a otro lado, frunciendo su ceño.

—¿Se supone que eso es un insulto?—preguntó el rubio aun sin parar de reír, para luego dirigir su mirada al lugar donde, se suponía, debían estar su presa.—¡Agh! ¡Genial! ¡¿Viste lo que lograste con tu estupidez?! —se quejó molesto, mirando al castaño hecho furia. Hace varias horas que no había comido nada, sin embargo no negaba que le había hecho mucha gracia la torpeza del menor. Hace tiempo que no reía así.

—Al menos logré mi cometido.—dijo el castaño, sacudiéndose el resto de tierra que quedaba en su Kimono después de aquella vergonzosa caída. Listo para hacer reflexionar a la criatura de lo que estaba apunto de hacer.— Puede que el ciclo de la vida sea Morir y renacer... ¿Pero al menos no puedes alimentarte solo de ancianos o de simples animales adultos? —rueda los ojos, mirando fijamente a la criatura.— Aunque la dieta de la ensalada no te vendría nada mal.— añadió convencido pensando en el plato de buen comer.

—¡Óyeme! ¿Quién demonios te crees TÚ para hablarme de esa manera, mocoso?—gritó el mitad lobo hecho furia, mostrando sus afiladas garras y colmillos, buscando atemorizar al castaño quien no se inmutaba y ahora posó una de sus manos en su cadera mientras apuntaba con la otra por la gran falta de respeto del rubio.

—¿Mocoso? ¡JA! No me hagas reír —respondió el castaño con una sonrisa ladina, admitiendo que es  normal que cualquiera que lo viese pensaría que tiene dieciseis o diecisiete años.—Admito que mi cuerpo parece muy joven, pero te puedo asegurar que tengo miles de millones de años mas que tú, así que yo no seria el mocoso... Soy uno de los 10 mas poderosos espíritus guardianes que existe en este bosque, me conocen con muchos nombres, soy gemelo de otro espíritu guardian y mi nombre es— empezó a contar con determinación, amaba presentarse como si fuese un gran Idol y algo sagrado que merece respeto y admiración. Siendo interrumpido por el lobo que estaba al tanto de lo que decía el castaño, aún molesto por arruinar su almuerzo.

—¡Pine-tree! —interrumpió el rubio, chasqueando los dedos, como si hubiera adivinado su nombre, haciendo un tick en el castaño.— ¡Así te llamaré! ¡Decidido! —exclamo cruzado de brazos con una extraña sonrisa.

El espíritu, ahora en cuerpo humano sólo soltó un largo suspiro, cansando de lo infantil que podía a llegar a ser ese estúpido mitad lobo que hace poco se creía muy macho Alfa.

—Bien, cómo sea ¿Y tú quien eres? No me eres para nada familiar .—el castaño se cruzó de brazos, esperando la respuesta del rubio, pero miraba sus uñas, como si le diera igual. Notando que para su mala suerte se había roto una de sus uñas, soltando un quejido interno.

—Me conocen como Cipher.— respondió con una sonrisa ladina, llena de presunción, mirando al castaño como si lo estuviera por matar como a todas sus presas. Devorarlo por completo. Aunque quizás, y solo quizás haría una gran excepción y antes de comerse lo podría divertirse con él. Nunca antes se había interesado en aparearse.

El espíritu abrió los ojos con sorpresa, volviendo su vista a la bestia casi estupefactado.

—E-Espera...—respondió el castaño atónito por la respuesta del rubio.—¿C-Cipher?— interrogó. No creía que hubiese más de uno en el bosque. Realmente no pensó encontrarse tan pronto con la bestia del caos.

Bill Cipher.— nombró riendo por la estúpida reacción del contrario.

Así que... Encontraste a tu objetivo... ¿Qué pensaras hacer ahora?














Palabras: 1,714.
Fecha de publicación: Domingo, 23, Diciembre, 2018.
Autores: JaquiiAleWorld y  Arisu-chan198.
Historia: "Prohibido"
Nota del autor: La inspiración surgió a la imagen de portada, yo junto a otra usuaria se nos ocurrió hacer una historia juntos con está temática. Espero les guste.

Si notaron, justo hoy estoy publicando nuevas historias.
Los veo hasta año nuevo, creo.

Fin del primer Acto.

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