༄ Capítulo #6. "Maldad & miedo"
Justo después de verme completamente acorralada, llena de niñitas curiosas, jovencitas boquiabirtas, empleados de la cocina u otros lugares cuchicheando entre ellos, guardias de seguridad con las armas sobre el suelo en señal de sorpresa y un silencio absoluto sentí como se me heló la sangre desde los huesos, pues la directora del dichoso orfanato casi se desmaya de la impresión al haberme escuchado frente a todos ese día, y apesar de que ella era tan dura como una piedra tras maltratar niñas pequeñas al principio se quedó atónita, sin voz y aliento al igual que Rumina cuando me conoció mejor, pues Francisca me abrazó con fuerza e hizo una estúpida reverencia frente a mi tal como Palmira, Rumi y todos en aquel horrible sitio.
—¡Ohhhh!, ¿Qué rayos acabas de decir, eh niña insolente?, vamos, ¡Explícate! —Preguntó la directora con el ceño fruncido mientras que se ponía tan pálida como un papel, pues no podía aceptar lo que aseguré.
—¡No!, ¡Es que esto es absurdo!, si, de ningún modo puede ser verdad, ¡Sería un milagro! —exclamó la mujer encargada de los bebés tras estar segura de que yo les mentía, ya que mi descuidada apariencia era de duda para cualquier persona.
—¡Ay Gloriana!, ¡Este es nuestro fin!, si, desde ya le diré adiós a mi futuro y usted debería hacer lo mismo porque de esta nada ni nadie nos podrá salvar mágicamente. —Gritó de pronto la afligida de Palmira mientras estaba hecha un temblor de pies a cabeza, pues la directora me podría lastimar de verdad.
—¡Ohhhh! —exclamé estando al fin consciente de que ese arrebato había sido quizá el peor error que pude cometer mientras permanecía oculta en el orfanato, pues gracias a mis mentiras y rebeldía Christelle me encontraría muy fácilmente.
—Nancy, ¿Sabías que el tierno bebé al que diste en adopción ayer por la noche apesar de las incesantes súplicas y lágrimas de ella, su madre biológica, nuestra Reina era el pequeño Príncipe heredero de toda Rusia, ah? —dijo Rumina hallándose muy molesta tras tratar de protegerme, ya que juró seguirme hasta el final al ser una persona diferente con los demás.
—¿Qué?, ¡Ay no!, ¡Esto no puede ser cierto!, ¿Es enserio?, ¿Literalmente regalé el hijo de la Reina Gloriana?, ¡Demonios! —exclamó la mujer llamada Nancy con una expresión pálida al verse en riesgo de ser despedida por su ineptitud.
—¡Imposible!, ¡Dios mío!, ¡Eso es una locura!, y bueno a ver, si dices la verdad dime todo lo que sepas del Reino con lujo de detalles, eh jovencita. —dijo la directora Francisca mientras que me veía despreciativamente, pues ella aún dudaba de mis supuestas palabras.
—Am... Si, de acuerdo, esto fue un maldito error de mi parte porque yo no debía decir nada sobre esto así que solo olvídenlo y ya, ¡Uff!, ¿Quieren por favor fingir que nada extraordinario sucedió el día de hoy en este lugar? —aseguré hallándome completamente pálida y con el corazón latiendo a mil por minuto, ya que estaba en serios problemas con aquellas malvadas personas.
—¿Qué dices?, ¿Olvidarlo?, no, ¡De ninguna manera vamos a pasar esto por alto!, ¡Ah!, y es obvio que mientes descaradamente, malnacida sanguijuela... —Repitió la cruel directora mientras que me tomaba bruscamente del cabello para poder intimidarme, pues ella no me creyó nada en lo absoluto.
—¡Ohhhh!, no, ¡No miento!, ¡Se los puedo jurar!, ¡Si soy la prin... La Reina verdadera justo ahora porque fui yo quien descubrió todo sobre nuestra sangre Romanov 7 años atrás gracias a mis tías abuelas Anastasia y Aramelía cuando solo era una humilde ciudadana dentro de mi país natal, la cual tenía mil problemas familiares y escolares por causa de los caprichos del destino.
—¡Patrañas!, eso cualquiera lo sabe, pues solo se busca información reciente de los Romanov en Google y listo, así que no me engañarás más.
—¡Ohhhh!, no, no todo se sabe gracias a Google, pues cuando mis seres amados iban a morir ellos mismos me echaron del Palacio Kralovna para que yo pudiera sobrevivir, ya que querían protegerme porque fui yo quien ocultó una maldita carta en donde se exponía que mi primer antepasado Romanov falsificó su sangre real para aprovecharse del país durante más de 300 años, la cual por cierto fue una mentira tras ser creada por nuestros enemigos.
—... —exclamó la directora Francisca con una expresión de confusión, pues ella aún dudaba mucho sobre mi.
—Después, cuando todo iba mal para mi porque creía que habían acabado con cada uno de mis seres amados llegó una mujer a mi vida, la cual curó las heridas de mi cuerpo al estar muy malherida por culpa de unos malditos guardias que me dispararon, sin embargo, ella también me acogió como parte de su familia tras ser considerada la hermana trilliza de sus hijos, más por ende mi destino cambió desde el instante en que me enamoré de su hijo mayor a quien amé realmente pero el muy desgraciado me apuñaló por la espalda al igual que su rara madre luego de saberlo todo.
—Imposible.—exclamó la directora.
—Luego, la malvada de Christelle se auto declaró como la Reina secundaria y me envió a la ahorca por mis supuestos crímenes a la humanidad, sin embargo salí viva de milagro gracias a la intervención divina de mis antepasados, lo cual me benefició porque fui liberada mágicamente tras ir a dar a una pequeña aldea donde conocí parte de mi familia que desconocía su existencia, no obstante, decidí volver a amar porque lo merecía, me casé con un buen hombre y de ese nuevo amor tuve a mi segundo hijo Ángel Gabriel Romanov.
—¡Ay no!, ¿Cómo pude separarla de Él, ah?, ¡Soy una estúpida!
—No Nancy, tranquila, no fuiste tú quien empezó, pues antes de que enviaran a mi pobre hijo hasta aquí fui separada de Él por culpa de la bruja de Christelle al ser encerrada pero probablemente morí en el calabozo y reviví por tercera vez, así que gracias a los poderes que heredé de mi tío abuelo vine de pronto a dar aquí sin saberlo... Ahí fue cuando Palmira me reconoció junto a Rumina, ¡Uff!, ¿Ya?, ¿Necesitan más pruebas para constatar que esto es real, ah? —Volví a decir como con mil nudos atorados en la garganta y las manos sudorosas, pues lloré un poco tras recordar mi pasado, ya que me daba la sensación de tener un cuchillo clavado en el corazón.
—¡Jesús mío!, ¡Dios mío! —exclamó la directora Francisca encontrándose anonadada y boquiabierta, ya que también lloró conmigo porque después de todo ya comenzaba a creer en mis palabras.
—¡NO!, ¡Alto!, ¡Nada de todo esto es verdad!, ¡Esa mugrosa nos engaña de nuevo! —afirmó un chico alto, de cabello rubio despeinado y grandes ojos grises frente a todos tras estar muy molesto, pues según Él yo aún les mentía viéndolos a la cara.
—Edwin, querido, ¿Por qué dices eso, ah?, ¿A caso sabes algo importante que nosotros aún no?, vamos, ¡Cuéntanos! —Preguntó Rumina estando a punto de un paro cardíaco al estar envuelta en una maraña de extrañas confusiones.
—¡Sí, hablaré!, miren, yo lo se porque la prin... Nuestra Reina real SÍ murió hace unos días producto de una enfermedad de roedores en la prisión del sótano, y yo no miento, ¡Fue corroborado por todos, incluyendo a los mejores investigadores científicos de este país pues la pobre chica no respiraba!, es más, ¡Véanlo en este periódico! —dijo el muchacho con un tono de voz nefasto, pues me delató sin tener piedad alguna porque aún nadie sabía de la verdad.
—¡Ohhhh!, ¡AY DIOS!, ¡Te juro que por unos minutos llegué a creerme toda esta mística travesía que inventaste en tu loca cabeza pero te arrepentirás ahora mismo, eh serpiente venenosa! —exclamó la directora Francisca con muchísimo odio y lágrimas en sus ojos, pues me tomó del cuello para ahorcarme porque creyó más en las palabras de un joven estúpido que en mi al no haber pruebas suficientes.
—¡No se preocupe!, ¡Esto ya no es necesario, pues la Reina Christelle viene para acá!, si, ¡Yo mismo le informé sobre esta escoria!, ¡Ah!, saben, ella nos dirá si la mugrosa muchacha nos miente o no, y si lo hace morirá en sus manos por mentirosa y espía. —dijo el chico mientras que se regocijaba de orgullo al haberme "desenmascarado", sin embargo eso provocó un miedo irracional en mi que se desencadenó en un ataque de ansiedad espantoso, pues nuevamente vería a Christelle cara a cara y no sabía como actuaría luego de descubrirme.
—¿QUÉ?, ¡No por Dios!, ¡No!, ¡Ahora no por favor! —exclamé llorando y gritando como loca, ya que me hinqué frente a la directora Francisca tras estar desesperada porque le rogué misericordia al saber que ese podría ser mi fin definitivo.
—¡No, Francisca!, ¡Detente!, ¡Enserio cometes un grave error!, ¡Ella si es nuestra Reina Gloriana!, ¡Yo fui testigo de su magia! —aseguró Rumina encontrándose muy desesperada, pues trató hasta lo imposible para ayudarme con súplicas y humillaciones.
—¿Eh?, ¿Entonces a ti también te engañó?, ¡Wow!, ¡Me sorprendes, Rumina!, ¡Tú no eras así de blanda!, ¡Ushh!, pero tranquila, no tomaré repesalias en tu contra, simplemente no sigas escuchándola y mira como es aplastada por Christelle al revelarse que no es la Reina real. —dijo la directora Francisca mientras que me golpeaba y escupía en el rostro al creerme una vil mentirosa.
—¡Madam Francisca!, ¡La Reina Christelle ya está aquí! —Informó uno de los pocos guardias del orfanato tras aparecer de pronto frente a todos, lo cual causó que se me erizara la piel completamente.
—¡Ohhhh! —exclamé a punto de desmayarme, ya que sangré un poco por la nariz al probablemente tener la presión muy alta, pues Christelle me aplastaría como a una lata.
—¡GLORIANA!, ¿Qué esperas para trasladarte como antes cuando Rumina te vio?, ¡Yo iré contigo a donde sea!, lo prometo, ¡Solo sácanos de aquí con tu magia! —dijo Palmira tutéandome por fin al estar muy nerviosa mientras que me ayudaba a levantarme del suelo.
—Yo... ¡Yo NO puedo hacerlo más, amiga mía!, ¡Ya lo intenté de mil maneras y no funciona por más que lo desee en silencio!, ¡Ohhhh!, ¡Por piedad Francisca créanme y evitemos una desgracia! —aseguré un tanto confundida y con la lengua adormecida, pues Christelle se acercaba cada vez más a mi.
—¡Ay no!, ¡Ya deja de engañarnos por favor!, es más, ¡Guardias!, ¡Ayúdenme a esposarla!, pues esta mosquita muerta será un gran banquete para Christelle. —exclamó Francisca tras hallándose convencida de lo que iba a hacer conmigo, pues ella no quiso escucharme de ninguna forma.
—¡Ashh!, ¡Malditas ratas malolientes!, si esto se trata de una vil broma pesada todos ustedes pagarán muy caro por la osadía de haberme mentido porque "su reinita" Gloriana murió en mis manos hace unos días, ¡Yo la vi con mis propios ojos!, ¡Wow!, esperen un segundo... Niña, mírame un momento, ¿Por qué rayos te estás escondiendo de mi?, ¿Me tienes miedo a caso? —Preguntó Christelle con una expresión de asco debido a la muchedumbre, pues se acercó a mi al llamarle la atención de que yo tratara de ocultar mi rostro de ella.
—¿Y?, vamos, díganos, ¿Es o no es?, su Majestad. —Preguntó la directora Francisca encontrándose muy incómoda y sorprendida al notar como Christelle se puso algo nerviosa, muy pálida y mucho más insoportable de lo habitual.
—¿Qué?, ¡NO!, ¡Esto no puede ser verdad!, ¡AHHH!, ¡Debo estar alucinando!, si, ¡Es imposible revivir 2 veces en esta vida! —exclamó Christelle estando realmente atónita frente a mi, pues me vio fijamente a los ojos y de ese modo evidenció que era yo de verdad frente a esos pobres ignorantes en el orfanato.
...
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